martes, 27 de noviembre de 2012

EL TEATRO COLON ESTRENA UNA TETRALOGIA ESPECIAL



El Teatro Colón estrena hoy martes una mega ópera única en el mundo. Única por sus dimensiones, por la polémica que le precede, por la ambición de la propuesta y, sobre todo, porque nunca se exhibió en ningún lugar. Quienes accedan al Teatro a las dos y media de la tarde saben que permanecerán sentados unas siete horas, que solo contarán con tres intervalos para probar los tentempiés, ya incluidos en el precio de la entrada, y que saldrán de allí bien pasadas las once de la noche. Para el resto de sus días podrán contar que vieron la tetralogía El anillo del Nibelungo, de Richard Wagner de una sentada. El Oro del Rin (Das Rheingold), La valkiria (Die Walküre), Sigfrido (Siegfried) y El ocaso de los dioses (Götterdämmerung) suelen alargarse durante unas 14 o 16 horas, según las versiones de cada director. Y se suelen representar en cuatro jornadas. El compositor alemán Cord Garben se atrevió a comprimirlo todo en siete horas y el austriaco Ricardo Paternostro asumió el reto de dirigir durante todo ese tiempo dos orquestas que se irán turnando para evitar el cansancio.

El experimento se ideó expresamente para el Teatro Colón. Y por eso la obra se llama Colón-Ring. Con ella, Buenos Aires descorcha por adelantado los festines del año Wagner, que en el resto del mundo se celebrará en 2013 para conmemorar el bicentenario del genio nacido un 22 de mayo en Leipzig. Los gestores del teatro contrataron a la biznieta del compositor, Katharina Wagner, como directora de escena. Pero en octubre Katharina llegó a Buenos Aires, se quejó de que “no había nada preparado para el ensayo”, “no se había empezado ni un vestido ni una peluca”, y dio el portazo cuando apenas quedaba un mes para el estreno. Entonces desde el Teatro llamaron a la única persona que podría salvarles: la directora de escena argentina, integrante de La Fura dels Baus y afincada en Barcelona desde hace once años, Valentina Carrasco. Ella se encontraba en ese momento trabajando en Lyon. Pidió un día para pensárselo y después hizo honor al nombre de Valentina y aterrizó en Buenos Aires el 25 de octubre. Solo disponía de cuatro semanas para levantar las cuatro óperas en el aire. Valentina Carrasco cree que le ayudó el hecho de ser argentina, ese hábito de tirar hacia adelante en las peores circunstancias, cuando otros se paralizan.

La adaptación solo podrá verse hoy y el viernes en Buenos Aires. El resto de los espectadores podrán acceder a ella mediante la grabación integral que el canal alemán Deutsche Welle va a filmar para emitirlo durante el año Wagner

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