lunes, 12 de noviembre de 2012

EL TEATRO REAL DE MADRID PROGRAMA EN CONJUNTO IL PRIGIONIERO Y SUOR ANGELICA


Il Prigioniero, de Luigi Dallapiccola (1904-1975) y Suor Angelica de Giacomo Puccini (1858-1924), nueva producción del Teatro Real en coproducción con el Gran Teatre del Liceu de Barcelona.
Director musical: Ingo Metzmacher. Director de escena: Lluís Pasqual. Director del coro: Andrés Máspero.
Reparto del Prigioniero:
La madre, Deborah Polaski (soprano). El prisionero,Vito Priante/Georg Nigl (bajo-barítonos). Carcelero y gran inquisidor, Donald Kaasch (tenor) y elenco.
Reparto de Suor Angelica:
Suor Angelica, Verónica Dzhioeva/Juliana di Giacomo (sopranos), la tía princesa, Deborah Polaski (soprano). Abadesa, María luisa Corbacho y elenco.
Miembros del Coro Titular del Teatro Real. Pequeños Cantores de la JORCAM. Orquesta Titular del Teatro Real.
2,3,4,6,7,8,9,11,12,13,y 15 noviembre 2012.


Como consecuencia de las ideas conservadoras y retrógradas de la época que le toca vivir, Suor Angelica es una madre de familia noble, frustrada y separada de su hijo, que finalmente muere para expiar una relación extramatrimonial y el fruto concebido en ella.

Il prigioniero es una víctima del oscurantismo ideológico y religioso, que recuerda con dramatismo las leyes antisemitas hitlerianas de 1938, ya que la esposa del compositor Dallapiccola era una italiana de origen judío, sujeta a la persecución y el segregacionismo por este tipo de prácticas durante la Segunda Guerra Mundial.
Puccini, autor de Suor Angelica, estrena esta ópera en el Met de New York en 1918, coincidiendo con la fecha en que los padres de Dallapiccola regresan a Pisino, tras su deportación por las autoridades austriacas acusados de activismo proitaliano dos años atrás. Treinta años después se estrenará Il prigioniero en concierto en la RAI, en 1949.

Mientras que Dallapiccolla es el primer serialista italiano, con reminiscencias más clásicas a mitad de camino entre Puccini y Verdi, el compositor de Lucca está llegando al final musical y vital de un estilo único, contestado por algunos y reivindicado con pasión por otros.

Dos prisioneros pues conforman y se confrontan tácitamente en esta propuesta en la que el director musical del Real, Gerard Mortier, aparta sus preferencias habituales para programar una dupla rica en sentimientos y en mensajes de libertad y concordia, auténtica advertencia en unos tiempos en que todavía no se han olvidado ni han periclitado las ideologías nazifascistas en Europa y en el resto del mundo.
El libreto de Il prigioniero parte de uno de los Cuentos Crueles del escritor francés Auguste Villiers de L´isle-Adam, donde se describe el sadismo último de un carcelero que engaña al penado, haciéndole creer que va a salir hacia la luz de la libertad cuando en realidad va camino de ser ajusticiado. “Le sale espoir” como escribía en tiempos existencialistas Jean Paul Sartre.

La dirección musical de Metzmacher es muy solvente y lleva a cabo un Prigioniero excelso, maestría que se vuelve a producir en Suor Angelica. El maestro comenta que “Puccini y Dallapiccola comparten un vínculo con la tradición italiana. En ellos cada nota guarda relación con la historia”. La dirección escénica de Lluís Pasqual es acertada y en un escenario circular lleno de rejas, fóbico, sin escapatoria, como corresponde a la temática de las dos propuestas teatrales. Ya había dirigido con anterioridad en el coliseo capitalino Don Giovanni( 2005) y Tristán e Isolda( 2008).

Deborah Polaski, cantante que actúa en el Real con cierta frecuencia es un hallazgo para ambos papeles preponderantes: el de la madre del preso y la tía de la monja.

No se da demasiado lucimiento vocal en estas dos partituras, pero sí una contención dramática que transmite en un contexto muy peculiar el fuego fatuo del universo operístico. Y el conjunto, en sus dos vertientes, es más que aceptable.

Gerard Mortier, por su parte, acalló los comentarios habituales que lo alejan de la producción de Puccini, comentando que “A pesar de lo que dicen mis más críticos detractores, he hecho mucho Puccini y lo seguiré haciendo. Pero no a cualquier precio”.

Se podría resumir este proyecto político y “pedagógico”, con un comentario que el barítono español Alfredo García, que también actuó en Il Prigioniero en la Maestranza de Sevilla (13 de febrero de 2010) escribió: “Hay un tipo encerrado en una mazmorra al que llevan torturando días interminables con la excusa de que no acaba de pensar como aquellos que le administran el sufrimiento. Parece un caso sacado de un periódico o de un informe de Amnistía Internacional, sin embargo la historia que nos cuenta Dallapiccolla en esta ópera transcurre en Zaragoza en los tiempos de la Inquisición.

…Lo peor es que sabes que cuando cierres la partitura y pases a otra cosa, el tipo va a seguir en algún lugar del mundo encadenado a un destino insoportable.

Soy cantante lírico y este es mi primer pensamiento en el que me pregunto si además de salir a un escenario, un artista puede intentar abrir una celda, al menos una vez en el transcurso de su tiempo”.

Alicia Perris                                                         Fotos  Javier del Real

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