jueves, 30 de enero de 2014

FOSSE.... !EMPIEZA EL ESPECTÁCULO!

Fosse... ¡empieza el espectáculo!
Una biografía reconstruye la compleja personalidad y la convulsa vida del coreógrafo y cineasta a través de sus colaboradores
TONI GARCÍA Barcelona 


Bob Fosse, en la sala de ensayos del Broadway Arts Studio, en 1980. / JACK VARTOOGIAN (GETTY IMAGES)

De su primer espectáculo en Chicago,Hold ev’ryhting! A streamlinedextravaganza in two parts, al momento en que fue coronado como el coreógrafo más famoso de todos los tiempos (ganando el Tony, el Emmy y el Oscar el mismo año, 1973, una hazaña que nadie ha podido repetir). La impresionante biografía Fosse(Dolan / Houghton Mifflin Harcourt) repasa la vida de una de las figuras clave para entender la evolución de Broadway. Como si fuera El crepúsculo de los dioses,el (extenso) estudio del escritor Sam Wasson arranca en el entierro de la figura que cambió para siempre el telón rosa de Broadway, hasta su llegada atiborrado de números musicales aptos para todos los públicos, y lo convirtió en un movimiento casi sociopolítico, atrevido, erótico, radical y, sobre todo, desacomplejado.
“Si piensas de dónde han salido los movimientos de Beyoncé en elvideoclip de Single ladies, el musicalChicago, o los sombreros, en realidad estás pensando en Bob Fosse”, reconoce el autor al hablar de su criatura, que ocupa más de 700 páginas e indaga no solo en la reconocida labor del personaje como revolucionario del género, sino en su controvertida faceta personal.
Para ello, Wasson no ahorra en detalles, centrando su mirada en personajes clave de la vida de este como Ann Reinking, amante del coreógrafo que desempeñó el papel de musa acostumbrada a lidiar con los excesos de Fosse y su voluntad (insalubre) de abarcar más de lo humanamente posible. La relación de este con la mencionada Reinking y el —envenenado— encaje de bolillos que le unía a su esposa, Gwen Verdon, ocupa buena parte del volumen, trazando un retrato de un hombre que podía ser despiadado, encantador... o ambas cosas a un tiempo.
Filmografía
Noches en la ciudad (1969). Su ópera prima como director tras una larga carrera como actor y coreógrafo.
Cabaret (1972). Con este musical sobre la irrupción del nazismo en el hedonista Berlín de entreguerras, llegó la consagración. Ochooscars.
Lenny (1974). Dustin Hoffman es el cómico Lenny Bruce en este biopic sin números musicales.
All that jazz (1979). Plasmación definitiva del mundo de Fosse. Ganó la Palma de Oro en Cannes.
Star 80 (1983). Basado en el asesinato real de una playmate, fue su última película.
Bob Fosse (Chicago, 1927-Washington, 1987) fue bailarín antes que coreógrafo y artista antes que cualquier otra cosa. Wasson desmenuza a través de voces como las de Dustin Hoffman, Stephen Sondheim, Eric Roberts o Mariel Hemingway la carrera del estadounidense que a los 15 ya coreografiaba sus propias obras. Heredero de los Donen y los Minnelli, Fosse puso patas arriba cine y teatro gracias a Chicago, Cabaret y especialmente a Empieza el espectáculo (All that jazz),considerada una película autobiográfica, aunque el de Chicago citara al realizador italiano Federico Fellini como inspiración absoluta del filme. De esta última obra, Wasson destaca el complejísimo proceso decasting por culpa de un tipo obsesivo hasta la extenuación. “Yo sabía que estar satisfecho no era su objetivo, él quería exprimir todo lo que había hasta que no había nada más que exprimir”, cuenta David Picker, antiguo capo de la otrora gigantesca United Artists, que produjo la magnífica Lenny.
En este, seguramente su trabajo más singular, Fosse dirigió con un pletórico Dustin Hoffman interpretando a Lenny Bruce, uno de los cómicos más despiadados que dio el bullicioso panorama contracultural americano de la época. El filme (protagonizado por Hoffman, a pesar de sus reticencias), al igual que su debut, el título de culto Noches en la ciudad, fue un tremendo fracaso y convenció a Fosse de que Hollywood no era su casa. “Odio el negocio del espectáculo y también lo amo. Me encanta trabajar con actores, bailarines, escritores y diseñadores. Pienso que son la gente más bonita, talentosa e inteligente del mundo. Pero odio las chorradas, las casas con piscina de Beverly Hills. Odio los Mercedes. Odio los bolsos de Gucci, odio toda esa mierda”, declararía.


El libro recupera también los espectáculos que Fosse diseñó sin figurar en sus créditos, como The girls against the boys, Walking happy yGrind, y excava (con fascinantes resultados) en los miles de documentos que figuran en la librería del Congreso y que quedaron disponibles para los estudiosos a partir de 1992. Y para los más cinéfilos, la estupenda recreación de lo que sucedió en la ceremonia de los Oscar de 1973 cuando Cabaret, un sólido alegato contra el nazismo en forma de musical, le arrebató los honores a El padrino y se llevó hasta ocho estatuillas, quitándole la gloria a Coppola y convirtiendo a Fosse en uno de los directores más populares en un Hollywood que no lograba entender qué pretendía aquel hombre, iracundo y genial, que hacía lo que le daba la gana y acostumbraba a salirse con lo suya.


http://cultura.elpais.com/cultura/2014/01/23/actualidad/1390504920_571871.html

LA ARQUITECTURA DE LA EXPERIENCIA



Siete proyectistas invitan a sentir la arquitectura con intervenciones en el edificio de la Royal Academy de Londres


Diebedo Francis Kere, ante su instalación la Royal Academy of Arts de Londres, con motivo de la exposición 'Sensing Spaces: Architecture Reimagined'. / CARL COURT (AFP)
Junto a la estatua del pintor Sir Joshua Reynolds, en el patio de acceso a la Royal Academy, habrá durante unos meses dos columnas amarillas. Una, tumbada y sin capitel, parece un banco. La otra, vertical, acompaña la estatua del que fuera el primer director de esta academia de arte londinense. El arquitecto portugués Álvaro Siza la ha puesto allí para hablar del origen más básico de la arquitectura: el nacimiento de la columna. Algo de eso -de lo más elemental de esta profesión- tiene la exposición Sensing Spaces que podrá visitarse hasta el seis de abril. Sin embargo, la muestra es también la manera más elevada de explicar la arquitectura. No trata de describir sino de hacer sentir los espacios, la luz y los límites, es decir, los elementos fundamentales de este arte útil que, precisamente por serlo, está irrenunciablemente ligado a un contexto económico y social que lo condiciona y que desaparece en una sala de exposiciones.
Tradicionalmente las muestras sobre arquitectura aburren a los profanos porque no se exprimen en ellas los elementos determinantes de la disciplina: el espacio y la luz. Las exposiciones abundan, en cambio, en detalles constructivos que alejan al espectador de la experiencia arquitectónica, de las sensaciones que esta disciplina es capaz de producir. Es obvio que la manera de experimentar la arquitectura es visitándola y, en ese sentido, tal vez se trate de una disciplina no “museable”. Con todo, que los manuales de su historia hasta hace pocas décadas se concentraran en el juicio de fachadas, secciones y plantas por encima de explicar la experiencia espacial intrínseca a la disciplina ha hecho pensar a la comisaria Kate Goodwin que la arquitectura podría explicarse de otra manera. ¿Cómo transmitir el influjo que ejerce en la vida de la gente?
Que el grupo elegido para representar que es hoy la arquitectura sea periférico lleva implícita una crítica a su globalización. Así, los siete proyectistas que han intervenido en la neo-palladiana Burlington House,donde tiene su sede la Royal Academy, han recurrido a la verdad de los materiales, a la sensación de los espacios y sus iluminaciones o han trabajado las ideas, e incluso la fantasía, pero, todos han evitado las experiencias meramente visuales que han caracterizado el glamour arquitectónico de los últimos tiempos. De ahí que esta exposición además de tratar de acercar la arquitectura a los profanos desde su esencia, indique a los expertos una idea de renovación: el abandono del espectáculo para recuperar los sentidos.
El resultado es diverso. Algunos proyectistas, como las irlandesasGrafton Architects, hacen arquitectura con una cubierta que consigue que el espectador experimente tanto la luz como la sombra. Otros, como Eduardo Souto de Moura, explican que su intervención no es arquitectura. “Se ha quedado en escultura”. El Pritzker portugués explica que “el espacio no existe sin límites”. Y eso ha destacado él, recreando dos umbrales en hormigón extrafino. “La arquitectura requiere continuar lo que otros han hecho”, plantea. Y su intervención subraya las capas de historia del edificio de la academia.
El chino Li Xiaoding cita a Lao Zi -“lo importante es el contenido, no el contenedor”- y recrea un laberinto de bambú como el que rodea la biblioteca que levantó en Liyuan. En su intervención no hay objeto arquitectónico. Los bambús que dirigen el paseo provocan una experiencia olfativa evocando al bosque.También el japonés Kengo Kuma -que se refiere a su obra en términos de género: espacio maternal envolvente y paternal impenetrable- busca asociar aroma y obra pero su instalación de bambús trenzados se queda en ornamento: el exceso de estímulos no consigue construir un espacio.
Por su parte, el africano Diébédo Francis Kéré ha levantado un refugio con paneles de plástico que los visitantes pueden alterar o completar. El proyectista de Burkina Faso formado en Berlín defiende la autoconstrucción pero logra mejores resultados trabajando con el barro que con el plástico. También la intervención del estudio chileno Pezo von Ellrichshausen tiene un aire primitivo, básico y sin embargo monumental, secreto, más cerca del descubrimiento paulatino que del efecto inmediato. Cuatro columnas de pino encierran escaleras que conducen a un prisma desde el que uno experimenta, a la vez, la grandiosidad y el detalle del edificio.
En las últimas décadas, la arquitectura ha resultado fundamental en la reformulación de las artes. ¿Eso convierte esta muestra en arte? ¿Cambia algo si juzgamos las intervenciones como arte o arquitectura? La sensación, como alternativa para la sorpresa, es la tónica dominante en una muestra que aboga por lo sutil para acercarse a lo perdurable y defiende la continuidad frente a la ruptura.
Goodwin admite que el conocimiento aumenta el disfrute, pero defiende la experiencia arquitectónica como descubrimiento citando a Winston Churchill “damos forma a los edificios y luego ellos nos dan forma a nosotros”.


http://cultura.elpais.com/cultura/2014/01/27/actualidad/1390840669_509989.html

miércoles, 29 de enero de 2014

EGIPTO EN LA NATIONAL GEOGRAPHIC


"EUROVEGAS ERA SODOMA Y GOMORRA, NO BROKEBACK MOUNTAIN.




El Teatro Real presenta la versión operística del famoso relato de Annie Proulx, que se estrenará mundialmente mañana

Daniel Verdú

 El consejero artístico del Teatro Real, Gerard Mortier, durante la presentación de 'Brokeback mountain'. / Carlos R. Alvarez

Brokeback Mountain es, sin duda, la ópera que más expectación mediática ha despertado en la historia del Teatro Real. Esta mañana, 31 medios internacionales se unían a la prensa habitual española para interrogar a sus protagonistas (director de escena, cantantes, compositor, libretitsta). Pero por encima de todos ellos, sobresalió el hasta hace unos meses director artístico del Real, Gerard Mortier. En pleno tratamiento de su enfermedad voló ayer desde Alemania para presentar un proyecto que le acompaña desde 2008, cuando acordó con Charles Wuorinen (compositor) y Annie Proulx (autora de la historia y libretista) que la impresionante historia de dos vaqueros que se aman en secreto en Wyoming sería una ópera. La misma que había popularizado Ang Lee con su versión cinematográfica en 2005. Pese al trajín y a su débil estado de salud, Mortier se presentó de excelente humor –“la gente siempre dice que la rueda de prensa ha estado muy bien, pero que no ha entendido nada”, bromeó respecto a su español-, cautivador como siempre en su discurso, irónico y muy político. 
Porque esto es lo que es esta pieza, mucho más allá de la lectura superficial que podría considerarla una historia gay. Pero mucha gente, incluso en la consejo del teatro, aseguró, se ha empeñado en lo contrario. “En el comité de dirección cuando presentamos esta ópera, una persona me preguntó: '¿Mortier, qué publico busca con esta producción?' No diré quién fue, porque todavía me volverían a despedir [la dirección del Real decidió relevarle de su puesto cuando declaró a EL PAÍS que quería participar en la elección de su sucesor o se marcharía]. Pero le contesté: 'Un público liberal que pueda discutir grandes temas. Sabemos que mucha gente sufre la discriminación todavía”.
Muchos le han hablado también a Mortier, aseguró, sobre la conveniencia moral de representar esta obra en el Teatro Real. Él no tiene dudas. “En Madrid han estado luchando para traer Eurovegas. Eso era Sodoma y Gomorra, no 'Brokeback mountain. Esta es una programación política, en el mejor sentido de la palabra. Y espero que en España se abra un debate, y no un rechazo”. Para terminar con este apartado, también tuvo palabras para la Iglesia: "debería preocuparse de arreglar sus problemas antes de hacer comentarios sobre los homosexuales".
La Iglesia debería resolver sus problemas antes de hacer comentarios sobre los homosexuales
GERARD MORTIER
Al mismo tiempo, el belga elogió el trabajo que ha realizado Annie Proulx con el libreto.  Pese a que no tenía ninguna experiencia previa, explicó, ha construido un texto que funciona perfectamente gracias a la concisión de sus frases. En realidad, contestó ella, se trata simplemente de una traslación de la manera que tienen el medio oeste estadounidense de hablar. Ella defendió la universalidad de esta obra, más allá de las características de los dos personajes. O, precisamente, por esos rasgos."Puede hablarse de algo más amplio al tema. Ennis es el tradicional, el conservador. Quien lucha interna e íntimamente contra el cambio. Y luego está Jack, que es el agente del cambio. Como se trata de una lucha más amplia, el público puede identificarse plenamente con ello".
También le preguntaron a los cantantes sobre el público de Madrid y su posible rechazo a una propuesta de este tipo. Algo que empieza a ser inquietante en el siglo XXI y, especialmente, en un país donde hace tiempo que han quedado sepultados debates de este tipo. El bajo barítono, Daniel Okulitch (Ennis del Mar), obviamente, se mostró extrañado. "La verdad, no sabía que el de Madrid era un público conservador antes de entrar aquí. No cambia nada cómo preparemos un papel, aunque lo hagamos aquí o en otro lugar. Lo hacemos con la misma honestidad y seriedad. Hay retos nuevos, la música, la personalidad emocional de los cantantes. Si pensara en eso, solo me causaría estrés para abordar el papel”.
Mortier reconoció que el público de estreno en el Real es menos dado a la apertura, pero abrió la ventana a la evolución que se habría producido en los últimos tiempos. “En Madrid ha habido muchos cambios en tres años. Hay más jóvenes con entradas más baratas. Para mucha gente es imposible pagar 200 euros por una entrada. Además, tenemos una gran parte del público que es mucho más abierto. Marina Abramovic fue un gran éxito, así que veremos. De todas maneras, nunca cambiaré mis ideas sobre el teatro. Hago lo que creo que debo hacer e intento convencer al público. Si no les gusta, hay que aceptarlo, así es el teatro”.
Ambos cantantes, de quienes se ha dicho en la rueda de prensa que se buscó que no fueran afeminados, "solo gente normal que se ama”, se mostraron absolutamente tranquilos con el resultado de la pieza. “Es una ópera complicada de cantar, sin duda. Como gran parte de la contemporánea. Pero cuanto más la interpreto, más la entiendo. En mi papel hay líneas muy cercanas al lenguaje hablado. Charles ha sabido reflejar muy bien todo para que lo entendiésemos. Porque hay compositores contemporáneos que no tienen en cuenta que su música debe cantarse”.

http://cultura.elpais.com/cultura/2014/01/27/actualidad/1390838900_061640.html

PASION Y PAISAJE EN LA VERSION OPERISTICA DE BROKEBACK MOUNTAIN




Estreno en el Teatro Real de la versión operística del relato de Annie Proulx, una obra de nuestro tiempo con un tema cotidiano



Tom Randle y Daniel Okulitch (detrás), durante un ensayo de la obra 'Brokeback Mountain' en el Teatro Real de Madrid. / PAUL HANNA (REUTERS)

Por unas horas Madrid parecía Nueva York. O Houston, o Los Ángeles, o una ciudad estadounidense de peso cultural. Se estrenaba una ópera ambientada en Wyoming y Texas, fundamentalmente, con el fondo de la montaña Brokeback, teniendo como soporte textual una historia tan real y tan dolorosa como la vida misma, elaborada por una escritora de Connecticut y puesta en música por un compositor americano de renombre. Una ópera de nuestro tiempo, con un tema cotidiano al estilo de un verismo del siglo XXI, bien estructurada, bien contada y suficientemente bien cantada. Nada que objetar a la calidad de la realización.
La ópera ha sido tradicionalmente un género artístico con una gran capacidad para despertar sentimientos y emociones. La fantasía y la sorpresa han estado siempre de su lado. La pregunta que palpita a cada nuevo estreno es si existe una ópera representativa de nuestro tiempo, y si es así qué exigencias debe cumplir. En Brokeback Mountain el tema principal es de rigurosa actualidad, y poco o nada tratado en el terreno lírico. Se reivindica, como diría el poeta Jacobo Cortines, la pasión y el paisaje. Más que una reivindicación de la homosexualidad, se trata de un canto a la libertad sin contraindicaciones. El paisaje que envuelve el nacimiento de la pasión amorosa engrandece de forma poética su desarrollo. La historia tiene lugar en Estados Unidos, pero podría suceder en cualquier parte. Hay un toque americano en la cantina del comienzo, que recuerda en cierto modo las pinturas de Edward Hopper, pero poco más. Las familias, los niños, son como en todas partes, con los mismos problemas y aspiraciones. La pareja homosexual va aceptando sus inclinaciones en un contexto propio de la sociedad actual. El libreto es descriptivo y no deja lugar a ambigüedades. Es transparente y por momentos, ay, demasiado previsible, a pesar de la imaginativa introducción del fantasma y el coro. Las emociones son operísticamente contenidas. ¿Un signo de nuestro tiempo? Tal vez. Cuando Giuseppe Verdi introdujo en La traviata personajes semejantes a los que podían estar como espectadores en el patio de butacas mantuvo al máximo la emotividad en las escenas líricas a través del canto y la música. En Brokeback Mountain los personajes son también normales, de los que se encuentra uno por la calle, pero el tratamiento teatral y lírico es más racional, más controlado, más narrativo al pie de la letra. E insisto, el libreto es impecable.
La tensión dramática viene acentuada por la música compuesta por Charles Wuorinen. Está tan bien construida que crea una atmósfera enriquecedora por su imaginación y variedad. Se escucha con placer y sin sobresaltos. Las voces están tratadas favoreciendo la comunicación. Se integran en la construcción teatral y en la descripción sentimental, pero en pocos momentos se obtiene de ellas una sensación de desgarro. La puesta en escena de Ivo van Hove es eficaz, con un sentido teatral preciso y rítmico. Tiene continuidad y se complementa con el tratamiento musical y vocal. Todo ello unido, atrae enormemente desde el punto de vista analítico y conceptual, pero conmueve con limitaciones desde una mirada emocional.
Dirige con precisión y nervio Titus Engel a una entregada Sinfónica de Madrid, que salva la papeleta con nota muy alta. El reparto vocal es muy homogéneo con actuaciones estelares de Daniel Okulitch y Heather Buck. No faltan a la cita algunos de los cantantes emblemáticos de Mortier como Jane Henschel y Hannah Esther Minutillo. Con las reservas apuntadas, quizás fruto de la impresión ante un primer visionado, el estreno de Brokeback Mountain ha resultado más que satisfactorio. Es una ópera con enjundia musical y un acertado equilibrio entre texto, teatro y voces. Con el estreno mundial, Gerard Mortier se ha salido con la suya, poniendo en pie uno de sus sueños más queridos. Su tenacidad ha llevado a buen puerto este proyecto. Dentro de unos años al recordar espectáculos tan singulares como El perfecto americano, La reina india, Iolanta-Persephone o este Brokeback Mountain, entre otros, se le echará de menos. Lo mismo ocurrió cuando partió de Salzburgo o París. Con todas sus peculiaridades y sus irregularidades, Mortier tiene un instinto para la búsqueda de una nueva visión de la ópera que, querámoslo o no, acaba ensanchando la amplitud de miras del espectador, al proporcionarle una apertura de ideas y estéticas. Con la planificación de Brokeback Mountain le ha echado mucho valor. La recepción en clima de éxito constituye su mejor recompensa.

BAILEY'S STARDUST EN LA NATIONAL PORTRAIT GALLERY



 Bailey’s Stardust is a landmark exhibition of portraits by one of the world’s most distinguished and distinctive photographers, David Bailey.
Over 250 images, personally selected and printed by Bailey, will be presented thematically across a series of contrasting rooms and will illustrate the extraordinary range of subjects that he has captured throughout his career: actors, writers, musicians, filmmakers, designers, models, artists and people encountered on his travels; many of them famous, some anonymous, all of them unforgettable.
Sitters range from the glamorous to the impoverished, the famous to the notorious, as Bailey picks out the highlights of an illustrious 50-year career.
His selection includes icons from the worlds of fashion and the arts, such as Mick Jagger and Francis Bacon, as well as the people he encountered on his travels in Australia, India and Papua New Guinea.
Also included are pictures from his Democracy project, in which visitors to his studio were asked if they would agree to be photographed naked. Meanwhile images of those devastated by the famine in east Africa were taken in support of the Band Aid charity in 1985.


The photographer has made new silver gelatin prints of his black-and-white portraits especially for the exhibition.
Don't miss
A new portrait of Kate Moss is exhibited for the first time, as well as previously unseen images from his 2012 travels to the Naga Hills in India.

http://www.npg.org.uk/whatson/bailey/exhibition.php