viernes, 14 de marzo de 2014

EN EL DÉCIMO ANIVERSARIO DEL 11 M, LA FILARMÓNICA TRAE A LA EUROPA GALANTE Y FABIO BIONDI AL AUDITORIO NACIONAL DE MADRID



ANTONIO VIVALDI (1678-1741)
Sinfonía para cuerda “Il coro delle muse”, RV 149, en Sol Mayor (1740)
Concierto RV 357, en La Menor (1711 o 1712), perteneciente a la serie La Stravaganza
Concierto RV 279 en Mi Menor (1711 o 1712), de La Stravaganza
Concierto RV 383A, en Si Bemol Mayor (1711 o 1712), de La Stravaganza
Sinfonía de la ópera “Ercole sul Termodonte”, RV 710 (1723)
Concierto RV 284, en Fa Mayor (1711 0 1712), de La Stravaganza
Concierto RV 204, en Re mayor (1711-1712), La Stravaganza
Concierto RV 291, en Fa Mayor
ELENCO
Director. Fabio Biondi
Violines I. Fabio Ravasi, Elin Gabrielsson, Carla Marotta
Violines II. Andrea Rognoni, Luca Giardini, Silvia Falavigna
Viola Stefano Marcocchi
Violonchelo Antonio Fantinuoli
Contrabajo Patxi Montero
Tiorba Giacomo Pinardi
Clavecín Paola Poncet


La Filarmònica Sociedad de Conciertos, dedicó esta velada In Memoriam de la tragedia del 11 de marzo de 2004 de la Estación de Atocha de Madrid. 11 de marzo de 2014. Auditorio Nacional.
Al comienzo de la función, se guarda un minuto de silencio por parte de los músicos y del público.
Un concierto enteramente dedicado a Vivaldi, su obra goza de una imponente producción donde se cuenta más de 500 partituras para las más diversas distribuciones instrumentales, de las que aproximadamente 230 se dedican al violín.
Los conciertos que integran La Stravaganza fueron publicados por Estienne Roger en Amsterdam hacia finales de 1715 y dedicados por el Prete Rosso a Vettor Delfino, un noble veneciano a quien el compositor había dado clases.
Se encuentran aquí reminiscencias de autores como Torelli, Albinoni o Corelli, siempre enmarcadas en una voluntad de experimentación armónica, una temática innovadora y una audacia expresiva, como manifiesta el propio título.
En el recital de Fabio Biondi y la Europa Galante, que desarrolla el esquema tripartito en todas las obras, impera el hábito de Vivaldi de reutilizar en sus nuevos trabajos, material que ya había utilizado. Esta circunstancia le permite al maestro palermitano, realizar una verdadera búsqueda arqueológica y musical en bibliotecas de Münster, París y Turín, para reconstruir la arquitectura de muchas creaciones vivaldianas.
Fabio Biondi, director y primer violín, nació en Palermo y comenzó una carrera internacional siendo muy joven. Ha tocado con los más destacados grupos de cámara dedicados al repertorio barroco, que incluye además Schubert y Schumann. El maestro siciliano toca un violín Andrea Guarneri (Cremona, 1686) y otro de Carlo Ferdinando Gagliano de 1766, propiedad de su Maestro Salvatore Cicero, cedido por la amabilidad de la Fundación que lleva su nombre, en Palermo.
La musicalidad del grupo conquistó la simpatía y el arrobamiento de un público entregado. Era una noche emotiva y un Vivaldi interpretado con gusto y delicadeza, matizando y destacando cada pasaje, cada ornamentación, encandiló a los presentes.
Fabio Biondi es un músico dotado de una sensibilidad exquisita y ejerce consigo mismo en su prestación virtuosa e interpretativa un alto nivel de ejecución y de disciplina, la misma que imprime al sonido de todo el conjunto.
Destacados el resto de los violines que lo acompañaron de una forma ajustada aunque no actuaron como meros secundarios. Elegante el violonchelo y el contrabajo en sus momentos de lucimiento, así como la tiorba y el clave, cada uno con su rol bien definido y claro. Se podría decir que se podía seguir perfectamente la línea melódica de cada uno de los artistas de la Europa Galante.
Este conjunto fue fundado en 1990 por su director musical, para interpretar la tradición barroca y clásica. La formación posee una estructura variable y a menudo interpreta música de cámara, como las sonatas para cuerda de compositores italianos del Siglo XVII.
Esta orquesta ha actuado en muchas de las más importantes salas de conciertos y teatros del mundo, como La Scala de Milán, l´Accademia de Santa Cecilia de Roma, el Suntory Hall de Tokio, el Concertgebouw de Amsterdam, el Royal Albert Hall o el Lincoln Center de Nueva York, entre otras del mundo entero y han viajado con su música y su arte por América del Sur, Israel, Europa, Australia y el norte de América (Canadá y Estados Unidos).
Preciosa velada, llena de emoción y calidez. Como dijo el maestro Biondi, en español, en su propina al final del programa establecido, “una buena forma de recordar a los ausentes, no es con palabras, sino con música”. Y ésta reconfortó la memoria de los presentes y seguramente, en un acto postrero de conciliación universal, el dolor y la ausencia de los familiares de los que ya no están y perdieron la vida en aquella infausta mañana de un 11 de marzo de hace diez años que siempre será recordada por todos.

Alicia Perris

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