martes, 11 de noviembre de 2014

EL LADRÓN DE URINARIOS

¿Fue 'Fuente' el invento genial de Marcel Duchamp? ¿O se apropió el artista francés de una idea ajena? Estudiosos de Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido creen haber encontrado a la autora primera de la porcelana divina.
CONXA RODRÍGUEZ Londres

 La historia del arte y las biografías de Marcel Duchamp (1887-1968) dicen que estaba el artista comiendo en un restaurante de Nueva York con el pintor Joseph Stella y el mecenas Walter Asenberg. Al terminar el almuerzo se dirigieron a la tienda J. L. Mott Iron Works, en el número 118 de la Quinta Avenida, y allí el francés compró un urinario blanco de porcelana que se llevó a su casa. En la soledad de su estudio lo observó desde diferentes ángulos y escogió el sentido contrario al que se colocan en la pared para que orinen los hombres. Lo tituló 'Fuente', lo firmó con el seudónimo de R. Mutt y lo mandó aquel año de 1917 a la Sociedad de Artistas Independientes para que fuese incluido en la exposición anual.

El mingitorio fue rechazado como obra de arte a pesar de que el único requisito para aceptarlas era que las piezas fuesen presentadas por un artista, y nadie dudaba en 1917 de que Marcel Duchamp lo era.

El urinario de cerámica se considera la primera obra de arte conceptual. La idea que quería transmitir el artista era más relevante que la apariencia o la estética del objeto. En el 2004 'Fuente' fue votada como "la obra de arte más influyente del siglo XX" por 500 profesionales británicos del sector artístico. Sin embargo, desde 1983 circula la teoría de que no fue Duchamp quien mandó el urinario a la asociación artística, ni siquiera quién lo adquirió, porque en la tienda no vendían este tipo de objetos.

La primera sospecha surgió con la publicación, hace 31 años en 'Archives of American Art Journal', de una carta del artista a su hermana Suzanne, enfermera en Francia, en la que dice: "Una de mis amigas, bajo el seudónimo masculino de Richard Mutt, ha mandado un urinario de porcelana como escultura".

Esta misiva, escrita el 11 de abril de 1917, dos días después del rechazo del orinal como obra de arte, encendió la alarma entre los estudiosos del artista francés, además de jugador de ajedrez, quien, en 1917, estaba concentrado en la creación de sus 'Ready mades' con el escritor y patrono Raymond Roussel, otro jugador de ajedrez.

En Estados Unidos, el profesor William Camfield, de la Universidad de Rice de Houston (Texas), la profesora Rhonda Roland y el fallecido Kirk Varnedoe, de Princeton, han demostrado en sus investigaciones publicadas entre 1996 y 2008 que en la tienda citada no vendían urinarios de este tipo y que el objeto se presentó a la exposición sin título por parte de una persona que no era, precisamente, Marcel Duchamp.

La correspondencia del artista indica, según los autores citados, que Marcel no mandó la pieza a la asociación de artistas.

Desde la universidad de Ryerson, en Toronto (Canadá), la profesora Irene Gammel ha aportado la identidad de la "amiga" que "bajo el seudónimo masculino de Richard Mutt" sí pudo mandar el urinario para la exposición de 1917. A los estudios de Gammel han contribuido también el francés Hector Obalk y el británico Glyn Thompson, de la universidad de Leeds.

La que consideró el urinario como una escultura fue, según estos académicos, la poeta Elsa von Freytag-Loringhoven (1874-1927), baronesa por haber tenido de tercer marido a un barón alemán arruinado en Nueva York. Julian Spalding, ex director de los museos de Glasgow (Escocia), y Glyn Thompson publican estos días en LA 'Scottish Review of Books' un espeso trabajo, rigurosamente documentado, sobre el supuesto robo del urinario de Elsa por Marcel.

"Elsa era una 'poeta de objetos' hallados que transformaba en obras de arte. Se enfureció cuando el 6 de abril de 1917 (Viernes Santo) Estados Unidos declaró la guerra a su país, Alemania. Su objetivo fue entonces la Sociedad de Artistas Independientes, quienes la ninguneaban. En nuestra opinión mandó el urinario colocado del revés y firmado R. Mutt, homófona de Armut, que utilizaba a menudo en sus poemas con numerosas resonancias en la lengua alemana. Lo hizo con una doble provocación: si lo aceptaban, la asociación no distinguía entre una obra de arte y un objeto cotidiano; y si lo rechazaban, contradecían el criterio de que la obra de arte la define el artista que la presenta. El urinario era una declaración de guerra de Elsa contra los hombres que hacían la guerra", detallan con todo tipo de pruebas documentales Spalding y Thompson.

La incógnita del título, 'Fuente', según los académicos revisionistas a un lado y otro del Atlántico, la desveló el fotógrafo Alfred Stieglitz, que fue el primero que retrató para la posteridad el cubículo de porcelana blanca y dio él el título. Elsa murió en 1927, arrinconada y olvidada por colegas como Ezra Pound, Ernest Hemingway o Duchamp, asociado al trabajo de su difunta amiga. En 1950 había asumido la autoría de 'Fuente' y reprodujo 17 copias, que están hoy en museos de primera fila mundial como la Tate Modern de Londres, el Pompidou de París, el Museo de Arte Moderno de San Francisco, el Museo Nacional de Kioto o el Museo de Israel.

Frente a la tendencia de los académicos que califican a Duchamp de 'descuidero', el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) ha publicado una nueva edición de la biografía de 1996 del artista, escrita por Calvin Tomkins, en la que mantiene la versión oficial que ha calado. En el mercado del arte tampoco están por dudar de la autenticidad del urinario más conocido en la historia del Arte. La desconocida baronesa no se cotizaría como el creador surrealista/dadaísta creador en caso de que un urinario así llegara al mercado.

http://www.elmundo.es/cultura/2014/11/11/54611b0c268e3edd0d8b4578.html

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