jueves, 4 de diciembre de 2014

EL GRECO. LA MIRADA DE RUSIÑOL UNA EXPOSICIÓN ORGANIZADA POR LA FUNDACIÓN FRANCISCO GODIA.


Rusiñol interpreta el Greco y lo conecta con la modernidad
Esta mañana se ha presentado en la Fundación Francisco Godia la muestra El Greco. La mirada de Rusiñol, se trata de una exposición organizada colaboración con el Consorci del Patrimoni de Sitges, con una visión renovadora a la obra de Doménikos Theotokópulos. (Candía, Creta, 1541 - Toledo, 7 de abril de 1614). La muestra explica el descubrimiento y la fascinación de Rusiñol por El  Greco y la influencia que tuvo sobre la trayectoria del artista catalán. Recuerda que a finales del siglo XIX el Greco no formaba parte del canon del arte español del siglo de Oro. Santiago Rusiñol hizo un precedente y un modelo: llevó a cabo una tarea de divulgación y proselitismo y convirtió la pintura de El Greco en el punto de partida de una nueva manera de entender la creación, como una manifestación del espíritu, frente al materialismo de la época industrial. La exposición reúne 40 piezas, entre las cuales hay obras de El Greco procedentes de museos y colecciones privadas. Se podrá visitar en la Fundación Francisco Godia del 5 de diciembre de 2014 al 2 de febrero de 2015. La muestra cuenta con la colaboración de  l’Obra Social “la Caixa”, que organizará la exposición  durante el  2015 en CaixaForum Palma y  CaixaForum Zaragoza.


Rusiñol descubrió el Greco en París, mediante su amigo Ignacio Zuloaga, y fue uno de los primeros coleccionistas. En los últimos años del siglo XIX adquirió Las lágrimas de San Pedro y la Magdalena penitente con la cruz, que incorporó al Cau Ferrat de Sitges. El Greco se convirtió en un modelo para los artistas más innovadores del cambio de siglo, que adoptaron las atmósferas vagas, las pinceladas melancólicas y la espiritualidad afinada. Esta reivindicación de Rusiñol resultó decisiva en la revalorización de un artista marginado de la tradición pictórica española. Las obras que Rusiñol había comprado en París, llegaron a Cau Ferrat, en procesión por las calles de Sitges en la Tercera Festa  Modenista de 1894, rodeadas de los artistas, escritores y músicos más importantes del momento. El acto, un happening avant la lettre, fue un evento  de afirmación artística y una exaltación de los valores espirituales del arte, con una dimensión popular y una proyección ciudadana.


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