miércoles, 3 de diciembre de 2014

EL TESORO INÉDITO DE PABLO NERUDA. SALEN A LA LUZ 21 POEMAS 'NUEVOS' DEL NOBEL CHILENO

"Es el mayor hallazgo de las letras hispanas en los últimos años", declara Pere Gimferrer
'Tus pies toco en la sombra y otros inéditos' será publicado en España en enero


GIULIO PIANTADOSI


ANTONIO LUCAS
Pocos poetas tan explorados y buceados como Pablo Neruda(Parral, 1904-Santiago de Chile, 1973). En su obra está, de algún modo, el caudal de la poesía del siglo XX. O uno de los aleros de la poesía 'de entonces'. Cada anotación suya se celebra como un hallazgo, cada firma aparecida, cada línea mínima descubierta. Neruda es faro de costa de varias generaciones de lectores y en su escritura colisionan misterios y entusiasmos de gran tonelaje. Todo lo que sucede a su alrededor se convierte en fiesta, en noticia, en asombro. Así sigue siendo 110 años después de su nacimiento. Y así lo demuestra la expectación internacional ante uno de los más fastuosos hallazgos de la galaxia 'nerudiana': 21 poemas inéditos queabarcan desde 1952 a 1973 y que la Fundación Pablo Neruda de Santiago de Chile anunció el pasado mes de junio como si de un milagro se tratara. "Es el mayor hallazgo de las letras hispanas en los últimos años, un acontecimiento literario de importancia universal", declara Pere Gimferrer. Tres meses antes de hacer público el hallazgo, los poemas llegaron al despacho de la agente literaria Carmen Balcells, que gestiona los derechos del Premio Nobel.
Miles de seguidores del poeta buscan por medio mundo autógrafos, páginas con anotaciones, fetiches que tengan la huella de Neruda. Cualquier rastro es joya. De ahí que la aparición de lo que ya es un libro inédito suponga un suceso extraordinario que activa su leyenda y su escritura. Los centenares de cajas que se conservan en la fundación que acoge su legado se encuentran en una bóveda blindada con todas las medidas necesarias de seguridad, control de temperatura y humedad. Y allí, en aquel fortín inexpugnable, estaban repartidos las dos decenas de textos que nunca antes habían sido fijados.
La aventura de este rescate comienza en junio de 2011. El director de la Biblioteca y Archivos de la fundación, Darío Oses, capitaneó un equipo de expertos para elaborar un catálogo "lo más completo posible de los manuscritos y mecanoscritos de Neruda", explica. "Fue un excepcional viaje interior hacia su poesía". Y allí estaban. "Buscamos una y otra vez esperando encontrarlos impresos en algunos de los muchos libros de poemas del autor de 'La barcarola', pero era como si los hallados se hubieran escondido mimetizándose entre las miles de hojas y entre los cientos de miles de palabras para mantener invicta su condición de inéditos", escribe Oses.
Una vez recuperado todo el material, lo que quedó es un libro: 'Tus pies toco en la sombra y otros poemas inéditos', que el pasado mes de noviembre Seix Barral editó en Chile y que el próximo 15 de enero estarán al alcance de los lectores españoles. EL MUNDO pudo acceder a la primera edición chilena, que cuenta también (como tendrá la de España), con un prólogo de Gimferrer. "Como toda obra inédita que se publica póstumamente, el presente volumen ofrece algunas incógnitas no resueltas que nada tienen que ver con datos intrínsecos a la redacción de cada poema, sino con que el hecho de no ser dados a conocer por el propio Neruda nos encara sólo a la redacción de la misma".
Pablo Neruda escribió algunos de sus poemas en papeles sueltos, en programas de música y en las cartas de algunos restaurantes.
Igual que el tiempo en que fueron escritos es dilatado, los temas que en ellos trata el poeta son múltiples: el amor (seis están 'dedicados' a su tercera mujer, Matilde Urutia), la naturaleza de Chile, el presente y sus conflictos, los viajes, su propia biografía, los deberes del poeta, los oficios del hombre... Un atlas nerudiano reconocible en libros como 'Odas elementales', 'Memorial de Isla Negra', 'Las manos del día' o 'La espada encendida'. De hecho algunos de los textos recuperados podrían también ser descartes de estos títulos.
El poema más antiguo del conjunto es el único de ellos que aparece en el original con título: A los andes. "Fechado en Los Guindos, un 26 de abril, a las 12.30, no indica año pero podría situarse en 1952, cuando Neruda regresa a Chile tras su exilio", sostiene Oses en las notas a la edición. Es texto exalta el paisaje chileno y, a la vez, la condición de regresado de Neruda y las condiciones anímicas que la visión de aquellos Andes le genera. "Sin embargo/ este pueblo/ pica las erizadas/ soledades, navega las verticales olas/ y en la tarde/ toma/ su guitarra/ y canta caminando/. Nunca/ se detuvo mi pueblo./ Yo sé de dónde viene / y dónde/ llegará alguna vez con mi guitarra".
Los poemas están escritos en menús de restaurantes, en folios donde hay otros poemas, en hojas sueltas, en postales, en cuadernos escolares de los años 50 y 60, en blocs de distintos formatos, "en programas musicales de los barcos en los que viajaba", subraya Oses... Muchos están escritos en tinta verde, el color fetiche del poeta para sus textos. Otros a lápiz y los menos en tinta azul. Y todos con tachaduras y arrepentimientos que permiten estudiar el itinerario que llevaba a Neruda desde el borrador a la pieza definitiva.
"Esta singularidad hace que hayamos incluido en la edición algunas muestras manuscritas", sostiene Oses. "Es importante puntualizar queno son variaciones de otros poemas ya publicados, sino que tienen existencia propia y que todos ellos se sitúan dentro de los grandes temas de su poesía".
Este Neruda de aquí vive ya instalado en una de las alturas de su madurez. Mantiene intacta su condición de poeta tectónico, pero también ráfagas de hombre pensativo. Es más solitario. Más esencial a veces. Más sabio. Pere Gimferrer señala el poema número cuatro como el más importante del conjunto: "Mi amor, mi escondida, mi dura paloma, mi ramo de/ noches, mi estrella de arena,/ la seguridad de tu estirpe de rosa bravía/ acude a las guerras de mi alma quemando en la altura la/ clara fogata/ y marcho en la selva rodeado por elefantes heridos,/ resuena un clamor de tambores que llaman mi voz en la lluvia". Un lago galope de versos que tienen algo de aquel Neruda alucinatorio de 'Residencia en la Tierra'.
Tebía por costumbre escribir en sus momentos de creación, al menos, dos poemas al día. Este es uno de los inéditos recuperados.
Es una de las piezas dedicadas a Matilde Urrutia, quien se ocupó desde la muerte del poeta, el 3 de septiembre de 1973, a custodiar y ordenar su ingente archivo, que consta de 4.500 documentos entre poemas, cartas, discursos. Ella es la destinataria de los 'Cien sonetos de amor'. Se casaron en 1966. "Estos poemas inéditos escaparon a las revisiones de Matilde", sostiene Oses. "Ella fue la primera en ordenar la colección y la primera que emprendió la búsqueda de inéditos o publicados en periódicos difíciles de encontrar. A pesar del cuidado que puso en este empeño, algunos textos siguieron manteniendo su condición de desconocidos".

En Neruda todo era poesía. Y todo era material para el poema. No se deshechaba nada. Cuando la Unión Soviética envía dos naves pilotadas a orbitar alrededor de la Tierra, escribe: "Estos dos hombres solos,/ estos primeros hombres/ allá arriba/ ¿qué llevaron consigo de nosotros?". Eran los astronautas Adrián Nikoláiev y Pavel Popóvich. Su expedición le había fascinado.
Hay en muchos momentos de este libro una bella tristeza que se complace en sí misma. De Pablo Neruda se sabe casi todo lo que él quiso que quedara para saberse, casi todo aquello que dejó escrito en su bellísimo y caprichoso libro de memorias, 'Confieso que he vivido'. Pero hay mucho más en su galope: zancadillas, entusiasmos, la política, los amores, el Nobel, la tristeza... No hay duda de que la suya fue una vida compleja y completa. Desde el nacimiento y la muerte prematura de la madre hasta los años de cónsul por Asia, la llegada a una España en plena fiebre guerracivilista, la huida a Europa, el exilio, el daño final por el golpe militar en Chile y el cáncer que, en paralelo, lo arrasa.
A ese último instante pertenece otro de los poemas reunidos en 'Tus pies toco en la sombra', en número 19. El autor de Crepusculario está en los últimos meses. La enfermedad le va haciendo surco por el árbol hembrade la venas. Pasa casi todo el día en la cama. Y ahí anota: "Entre el orgullo y el terror de vivir sin ser amado,/ pasé a darle la mano a todo el mundo (...) Vivo temblando de que no me llamen/ o de que me llamen los idiotas,/ mi ansiedad resistió medicamentos,/ doctores, sacerdotes, estadistas,/(...) el desprecio que me consagrarán/ cuando yo ya no sirva para nada/ es decir para que hablen/ a través de mi cuerpo las avispas".
El poeta pone aquí las cosas de su vida en hilera. Y también mira hacia atrás, hasta el recuerdo con musgo del joven que fue: "Te miro/ y no lo creo/ soy yo mismo/ tan tonto, tan remoto,/ tan desierto/ Joven/ recién llegado/ de provincia...".
Todo lo que se mueve como expresión de vida es ya un estar muriendo. Y de esa percepción hay mucho en esta mercancía desconocida hasta este mismo año. Neruda, aquí se ve bien, es en definitiva un poeta romántico que pone toda su ambición en provocar y reproducir en sus versos la marcha impetuosa de su sentir, a veces impostando un cierto materialismo lírico.
No es que aquí irrumpa un poeta distinto, sino que se amplifica el poeta que ya sabemos. Por eso el asombro del hallazgo y el justificado espesor del acontecimiento. Los 21 poemas recuperados en este volumen dan cuenta no sólo de un mundo poético, sino un universo formado y dispuesto con una coherencia íntima. El que habla es un hombre que encontró en las palabras algo más que un motivo de vida: una salvación.


http://www.elmundo.es/cultura/2014/12/02/547ccd79ca47418a4a8b4577.html

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