sábado, 15 de agosto de 2015

SELF-TIMER STORIES

16 de mayo, 2015 - 13 de septiembre, 2015
Comisariado: Felicitas Thun-Hohenstein
Coordinación: Kristine Guzmán
Diseño de montaje: Dorit Margreiter
La exposición Self-Timer Stories [Historias del autodisparador] explora el fenómeno de la fotografía realizada con autodisparador utilizando como punto de partida la Austrian Federal Photography Collection —en depósito permanente en el Museum der Moderne Salzburg— y su relación con las posiciones internacionales al respecto.

La muestra, en la que se exhiben obras de artistas que abarcan cuatro generaciones,  presenta un diálogo en torno a una práctica que es popular tanto en la vida cotidiana como en la fotografía artística, y a cuya revitalización a través del uso de las nuevas tecnologías asistimos ahora con regularidad. A partir de un corpus de alrededor 80 obras de 28 artistas de la Federal Photography Collection y artistas de la Colección MUSAC, la exposición hace interactuar estas obras con fotografías de enfoque "más amplio" de artistas españoles e internacionales. De este modo, asistimos a la narración de la historia de la fotografía con autodisparador o temporizador, es decir, el mecanismo de control remoto del obturador de la cámara. Obras de la colección Federal, préstamos de archivos privados, así como nuevas producciones de una nueva generación de artistas austríacos se despliegan en una gran variedad de medios artísticos: fotografías, películas, vídeos, proyecciones de diapositivas, libros de arte y performances. 
El autorretrato fotográfico lleva en su interior un gesto feminista de empoderamiento. Mientras que las mujeres en el pasado tenían prohibido el acceso a las academias de arte, la fotografía abrió un espacio artístico de acción para ellas. Hoy en día, ese aspecto no está reñido con incluir en la reflexión las posiciones masculinas al respecto.
De hecho, con la invención de la fotografía, muchos artistas de los siglos XX y XXI han ganado acceso a un espacio más amplio para desarrollar su actividad. Ahora el temporizador funciona como una herramienta operativa y simbólica de revuelta, sirviendo menos para satisfacer la necesidad de representarse a uno mismo que para llevar a cabo un acto de auto-estilización. La práctica de fotografiarse a uno mismo interactúa con los avances tecnológicos. Esto se muestra en la composición, que deja a la vista los cables de los disparadores remotos, el disparador remoto digital o simplemente la mano extendida, entre otras cosas. Ser el fotógrafo y el sujeto fotografiado al mismo tiempo requiere varias formas de mecanismos de control. La mirada a la cámara, en sí misma, crea una distancia y, sin embargo, también sirve para mantener el propio yo bajo vigilancia. Así, surge una relación visual entre el sujeto y el mundo que se desarrolla bajo las condiciones mediáticas vigentes en ese momento. Como puede observarse en las propias obras, la publicación de lo privado en ocasiones viene acompañada de la creación de una ficción y, en última instancia, de una pérdida del control artístico.

El autorretrato fotográfico, que ha sido considerado una categoría de la historia del arte durante siglos, se ha convertido en un fenómeno omnipresente de la cultura popular en los últimos tiempos a consecuencia de la aparición de redes sociales como Facebook e Instagram. En consonancia con esta realidad, el concepto de la exposición también incluye el actual auge del selfie en su historia del arte, invitando a otros a “visualizarse” a sí mismos. Dada su similitud con el autorretrato clásico, los selfie, en términos formales, pueden continuar la historia del autorretrato fotográfico. Ahora bien, a diferencia de las instantáneas inconscientes e íntimas procedentes de los actuales fenómenos mediáticos y de la actual moda imperante en la cultura juvenil, cuya difusión mediática puede conducir a la pérdida del control fotográfico, las obras expuestas en la exposición reflejan su propia “medialidad”.
La fotografía es parte de un proceso artístico en el cual los objetos fotográficos sufren una transformación; la fotografía funciona como instrumento para la grabación de un proceso de realización. Como en las Body Configurations (1972–1982) de VALIE EXPORT (1972-1982), el acto fotográfico se convierte en el gesto performativo de inscribir el propio cuerpo en el mundo. Renate Bertlmann emplea la cámara como un alter ego; en las series Metamorphoses  (1969) y Renée ou René (1977), juega con los roles masculino y femenino. En Self-Portrait (1967), Peter Weibel se convierte en una mujer durante el tiempo que tarda en hacerse las fotografías recurriendo a elementos femeninos de atrezo. En sus collages, Katrina Dashner organiza un baile de máscaras en el que juega con los clichés sociales, mientras que Anja Manfredi, con su serie de imágenes de una sesión fotográfica en la obra Bow and Applause (2006), dirige el foco de atención hacia su propio cuerpo como símbolo.
Con el fin de delimitar con mayor claridad el contexto de la producción de arte performativo, un conjunto de actuaciones en vivo servirá de introducción a la exposición durante la jornada inaugural.
El diseño de la artista Doris Margreiter para la exposición adopta y prolonga el uso que hacen las obras expuestas de la intimidad y la revelación, de lo privado y lo público, de la ocultación y la declamación, del mirar y el ser mirado, introduciendo en el juego el elemento de una pantalla como una suerte de agente provocador.
En la inauguración se presentará la publicación Self-Timer Stories, editada por Verlag Schlebrügge (Viena) en el año 2015 (300 páginas, en inglés).
La exposición ha recibido el apoyo de la Cancillería Federal de Austria y fue inaugurada en el Foro Cultural austríaco (ACF) de Nueva York en el verano de 2014 con el título Self-Timer Stories; se exhibirá en el Museum der Moderne Salzburg entre el 29 de noviembre de 2015 y marzo de 2015 con el título Selbstauslöser


http://musac.es/#exposiciones/expo/?id=6250&from=?id=6250&from=

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