domingo, 11 de octubre de 2015

BEATOS ATÍPICOS VIDAS DE SANTOS HETERODOXOS

ANTONIO LUCAS
A estas criaturas, hombres, mujeres y algún casi niño, los entiendo y asumo como santos. Gentes llagadas, sufrientes, vitales y extravagantes. Todos vivieron (algunos aún lo hacen) al límite de las convenciones. Deflagran todas las costumbres respetables. Son santos también por su alto desorden. Son santos por la extremaunción de su valentía. Santos por su milagro del revés. Personalidades dañadas. Gentes luminosas. En todos ellos cabe una leyenda. Y a casi todos ellos les debemos una iluminación. Poetas, novelistas, cineastas, actrices, músicos, cantaores, forajidos de la normalidad... Drogadictos, libertinos, malogrados, homosexuales, neuróticos, alcohólicos, suicidas... Paseantes de infiernos sucesivos, de paraísos artificiales, de realidades estropeadas. Estas semblanzas aparecieron en las páginas de EL MUNDO entre 2013 y 2015". Así lo explica el poeta y periodista Antonio Lucas, que adelanta detalles de su nuevo libro, Vidas de santos, publicado por la editorial Círculo de Tiza y que saldrá a la venta el próximo 21 de octubre.

1.       ARTHUR RIMBAUD: "De entre todas las adolescencias, Rimbaud atesoró aquella que no se cura con el menaje de la edad. Hay hombres que deciden arrojarse al foso de los cocodrilos con una precocidad de infierno tierno, pero antes asaltan la vida arreándole al mundo una peritonitis, un último atentado, un mazazo con el puño. Alcanzó las cotas más altas de lucidez y de espanto antes de cumplir los 20 años. Cultivó una moral depravada con el afán metódico de quien ha caído al mundo a contramuerte, dotado de una lógica que todo lo convierte en un estado de alerta".
2.      SID VICIOUS: "A los 14 años vendía tripis en la puerta de los conciertos. A los 16 comenzó a pincharse heroína con su mamá. El mozo medía 190 centímetros y esa estatura estaba rellena de asco y misantropía, extravío y pasotes. (...) Nunca dio síntomas de inteligencia. Aquella vida a mil revoluciones por minuto alcanzó su máxima cota de desagüe cuando ingresó como bajista en los Sex Pistols. El lema del punk requería que la aventura de vivir no tuviese predicado: No future. Y se entregó con candidez de esclavo".
3.      JEAN MICHEL BASQUIAT: "Los chacales del negocio del arte, los mercaderes sin escrúpulo, los cuatreros del talento de los otros, es decir, los marchantes, clavaron las córneas en la obra de Basquiat. Explotaban al nuevo mirlo blanco (que en verdad era negro). Basquiat, entre tanto, despachaba piezas sulfurosas con la furia de los que intuyen que el tiempo es escaso. Sus dibujos y sus grandes obras resultaban un fabuloso sabotaje contra las convenciones".
4.      IAN CURTIS: "Las letras de Joy Division eran el correlato exacto del alma sincopada de su líder. Unas piezas sobre la desolación, el vacío y las alienaciones del hombre que impactaban directamente en la solapa de la burguesía y entraban en combustión entre los parietales de una muchachada inflamable a la que se le ponía el corazón derviche con los ritmos secos e hipnóticos de la banda. (...) Este chico era un espectáculo de vértigos y chamanismo que tenía algo de acontecimiento de la naturaleza".
5.      FRANÇOISE DORLEAC: "Quizá fue Truffaut el hombre que mejor entendió las aristas platerescas de Dorléac y sin duda fue quien mejor la encuadró. Quien mejor la amó. Quien comprendió su complejidad y le enseñó a explorar hasta el fondo sus sentimientos más sutiles. Era 10 años mayor que ella. Les unió la pasión por los libros y un mutuo deseo irrefrenable que convirtió su relación en una extraña obra de arte. Era como si entre los dos se diera el vértigo constante de una inminente huida, esa excitación de las pasiones furtivas que empujan a dejarlo todo y recomenzar. Una mujer así tenía fuerza de sobra como para dar vida a todo lo que se acercara al recinto de su intimidad".
6.      SUSAN SONTAG: "Tenía modales de niña prodigio. Su vocación era la de descifrar el mundo: asaltarlo, desguazarlo por dentro y encontrar su sentido. Y eso sólo era posible leyendo, reventando las costuras ideológicas del entorno y viajando en dirección contraria. Esta mujer que a los 15 años fue a conocer a Thomas Mann, del que ya había leído casi toda su obra, cargaba una obstinación sobrehumana regada con un ejército de neuronas rebosantes de inteligencia. Tenía algo de loba marginal con anhlelos de liberarse de todas las formalidades".
7.      DORA MAAR: "Una vez separada de Picasso, en 1944, muy pocos la frecuentaron. Muy pocos la oyeron hablar de su guerra por ser quien comenzó siendo antes de ser masticada. Jamás concedió una entrevista. (...) Se ató con una maroma al misticismo. Una dama marcada por la leyenda del gran caníbal. Dora Maar ecualizó su existencia para aceptar sólo el sonido de un nombre: Picasso. Y después nada".
8.     BILLIE HOLIDAY: "Para alcanzar el grado de quebranto que atesoró hasta el final de sus días era necesario haber padecido lo indecible por el único azar de ser mujer, negra y nacer en una familia devastada de aquella Filadelfia cateta de 1915. Todo junto es lo más parecido a recibir desde el principio un golpe en la mandíbula a modo de bienvenida y ofrecerte después alegremente una navaja barbera para que opines sobre tu vida. Con la fortuna en contra y el daño trazado con líneas rectas sobre el plano de la infancia, aquella mujer que volteó con la garganta la historia del jazz cantando desde lo hondo de un bidón de gasolina se sobrepuso a todo menos a sí misma".
9.      ALEJANDRA PIZARNIK: "La tristeza se le asienta en las mucosas del subconsciente y la familia protege a la hija menor del ardor de un desánimo cada vez más hondo. El padre financia el primer libro de versos, La última inocencia (1956), y patrocina al primer psicoanalista de la muchacha en un intento por ordenar su desván emocional. Pero nada parece servir de nada. Alejandra Pizarnik busca alternativas a ese dolor que escucha por dentro como un tiroteo y sólo encuentra en la química un falso acomodo".
1.  RAFAEL SÁNCHEZ FERLOSIO: "Lleva años encerrado en una suerte de covacha inexpugnable en los bajos del edificio en que habita. Es la antigua casa del portero. Ahí guarda la munición de sus obsesiones junto a unos cuantos volúmenes: de Adorno a los Estudios de Historia Social. (...) Eleva cualquier conversación banal con argumentos de Tito Livio. Y si habla de una guerra actual lo hace reseñando las estrategias de Alcibíades. (...) Dueño de una lucidez deslumbradora y de una escritura impulsada por destellos líricos, por sístoles barrocas, dispuesta a la dentellada. Es Rafael Sánchez Ferlosio, orbitando en la clandestinidad".
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