miércoles, 3 de febrero de 2016

LIZZIE FITCH/RYAN TRECARTIN. PRIORITY INNFIELD.

Fitch y Trecartin exploran el impacto de las nuevas tecnologías de la comunicación en el lenguaje y en la construcción de la identidad llevada a nuevos extremos.

La Casa Encendida presenta por primera vez en España, en exposición individual, el trabajo de Lizzie Fitch (Bloomington, Indiana, 1981) y Ryan Trecartin (Webster, Texas, 1981). La muestra, compuesta por cinco escenografías –pertenecientes a la Zabludowicz Collection– que a su vez contienen cuatro películas, explora el impacto de las nuevas tecnologías de la comunicación en el lenguaje y en la construcción de la identidad llevada a nuevos extremos.



Para muchos, el trabajo de Lizzie Fitch y Ryan Trecartin puede describirse como la película que resultaría de una colaboración entre El Bosco y Keith Haring; para otros, es como si Facebook hubiese tenido una pesadilla. Fitch y Trecartin son conocidos como videoartistas, pero también han trabajado la escultura, la instalación y la fotografía.
Sus películas son una mezcla de arte performativo, sitcoms e hipnóticos collages digitales. Intentar descodificar un argumento o tratar de entender a alguno de sus personajes de forma convencional frustrará al espectador en su experiencia: la mejor forma de acercarse a su trabajo es dejarse llevar y permanecer atentos a las conexiones que establezca nuestro cerebro.
Resulta natural que esta pareja de artistas haya elegido el vídeo por encima de la pintura o la instalación; no en vano, han crecido en la era de la televisión por cable rodeados de pantallas, televisores y plasmas. Como consecuencia, han creado un universo en el que todo y todos son conscientes de ser grabados, editados y, por último, emitidos. En última instancia sus personajes –si se les puede llamar así– aspiran a ser imágenes: lo real pasa entonces a un nivel secundario.
El montaje de sus vídeos es acelerado, ralentizado o hacia atrás; los colores brillantes y exagerados; la carne se vuelve plástico en postproducción; los títulos de las películas pueden llegar a leerse como archivos de datos corruptos o como acrónimos imposibles de reproducir. Este caos aparente es metáfora de la inestabilidad con la que los artistas perciben a la humanidad y de cómo el exceso de información y los nuevos lenguajes surgidos en Internet están banalizando la sociedad.
La muestra, titulada Priority Innfield, se compone de cinco escenografías –Pole, Fence, Villa, Wayy Tilt– que a su vez contienen cuatro películas –Junior War, CENTER JENNY, Item Falls y Comma Boat–, con las que exploran el impacto de la comunicación en el lenguaje y en la propia construcción de la identidad llevada a nuevos extremos.
La colaboración entre estos artistas residentes en Los Ángeles comenzó en el año 2000, convirtiéndose en los abanderados de toda una generación de jóvenes artistas americanos entre los que se encuentran Cory Arcangel, Ryder Ripps o Shana Moulton. Creadores que han abrazado la proliferación de los medios digitales en las pasadas dos décadas y que han sabido aunar la crítica a la sociedad de consumo con su adoración por la estética pop. En una búsqueda de referentes, podríamos enraizar el trabajo de estos artistas en la genealogía norteamericana de la subversión que va desde el kitsch siniestro de John Waters a la identidad múltiple y difusa de Cindy Sherman, pasando por las violentas rupturas de las performances de Paul McCarthy. Aun así, ninguno de ellos se acerca del todo a su particularísimo universo.

Priority Innfield fue originalmente concebida para la 55 International Art Exhibition, Il Palazzo Enciclopedico, comisariada por Massimiliano Gioni y organizada por la Bienal de Venecia. El tour de la exposición se ha realizado en colaboración con la Zabludowicz Collection, cortesía Tamares Real Estate Holdings Inc.

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