miércoles, 23 de noviembre de 2016

GERÓNIMO RAUCH EN CONCIERTO: HERE, THERE AND EVERYWHERE .TEATRO DE LA ZARZUELA DE MADRID

22 de noviembre, 2016
UNA PRODUCCIÓN DE HIGH C MUSIC
Programa
Nature Boy, E. Ahbez
Something, G. Harrison
Here, there and everywhere, J. Lennon / P. McCartney
Across the universe, J. Lennon / P. McCartney
The long and winding road, J. Lennon / P. McCartney
Blackbird, J. Lennon / P. McCartney
Yesterday, J. Lennon / P. McCartney
Don't let me down, J. Lennon / P. McCartney
We can work it out, J. Lennon / P. McCartney
No puede ser, de La tabernera del puerto, de P. Sorozábal - Edelmiro Arnaltes, piano
Maria West Side Story, de L. Bernstein / S. Sondheim - Edelmiro Arnaltes, piano
The Music of the Night The Phantom of the Opera, de A. Lloyd Webber / R. Stilgoe
Sálvalo, de Los miserables, de C.M. Schönberg / A. Boublil - con Daniel Diges
Gethsemane, Jesucristo Superstar, de A. Lloyd Webber / T. Rice
Volver / Eleanor Rigby (medley), J. Lennon / P. McCartney
Let it be / Help (medley), J. Lennon / P. McCartney
I want to hold your hand, J. Lennon / P. McCartney
Hey Jude, J. Lennon / P. McCartney
Come togethe,r J. Lennon / P. McCartney
Ficha Artística
Cantante, Gerónimo Rauch
Dirección musical, piano y teclados Miguel Ángel Collado
Batería. Andrés Litwin
Contrabajo y bajo eléctrico, José Miguel Garzón
Guitarras, Ludovico Vagnone
Trompeta, Javier Arévalo
Saxos, Sergio Bienzobas
Flügel y trombón, Roberto Bazán
Violín 1, Irene de la Riva
Violín 2,  Anna Sibila
Viola, M. Cámara
Cello, Adriana Grandío

Gerónimo Rauch puso en pie el Teatro de La Zarzuela anoche en un generoso concierto, por el repertorio, por el tiempo dedicado, por el “swing”,donde se encontró con un público ya a priori entregado.
No se trataba de los habituales a esta sala madrileña con una destacada tradición lírica, sino que en esta ocasión fueron convocados, “aquí y allí”, como reza la presentación de la velada, melómanos habituales de esta casa, seguidores de Rauch y amantes de una música más ligera pero no exenta de dificultades: la de los musicales más conocidos, como El Fantasma de la ópera o Los Miserables, o incluso West Side  Story, partituras que Rauch conoce a la perfección por haberlas defendidos cientos, miles de veces.
Este joven artista es una fuerza desatada de la naturaleza, que aun siendo muy joven, se ha trasladado de continente, ha formado una familia y comienza a enamorar a propios y ajenos con un instrumento precioso, cargado de armónicos, de un color sorprendente y versátil, de los que se disfruta sin concesiones.
A pesar de su ovacionada La Tabernera del puerto, perfumada con la tradición fantástica de un Plácido Domingo, las versiones, muy suyas, que escuchamos, provenían de la producción de los Beatles, salvo un quiebro a la nostalgia tanguera y melancólica dedicada a su tierra natal, Argentina, Volver,  que luego cerró con Eleanor Rigby.
Muy buena química con el pianista acompañante y responsable musical Miguel Ángel Collado, excelentes el resto de los músicos, absolutamente pendientes de las necesidades vocales y teatrales del cantante, porque Rauch no solo enhebra canciones sino, que es un showman y un gran comunicador que establece un sugerente y cómplice vínculo con el público.
Gerónimo (Gero, como coreaban los presentes) tiene una dilatada carrera musical por delante, no porque acabe de empezar, que ya lleva una larga andadura por teatros de medio mundo, pero sí porque en este momento que ilusionado estrena disco, debe tomarse un respiro cómodo fuera de los escenarios para replantear su futuro.
Así como el trabajo de barra enriquece cualquier tipo de opción posterior que tome un bailarín, porque es la columna vertebral de la suya propia, Rauch podría tomarse unas buenas master class de los grandes maestros líricos que todavía las dan y viven en las inmediaciones de Madrid. Sería una manera de no desgarrarse una garganta prodigiosa, para aprender muy bien a medir los esfuerzos, la elección de las obras, porque su voz tiene que durarle para toda la vida.
Velada emotiva, donde la gente siempre pedía más, aunque estuviera dirigiéndose a las escaleras de salida del teatro.



Excelente la apuesta del reciente regidor de La Zarzuela, Daniel Bianco, abriendo como él mismo dijo, “puertas y ventanas” a la sala, para que entre el aire y nuevas propuestas fluyan con libertad para iniciar una andadura nueva.
Desde que ha comenzado a hacerse cargo del Teatro, no descansa: aparte de lo que se produce en casa, muy variado, la colaboración a través de la escenografía de Frederic Amat utilizada en Ifigenia en Tracia, que se instaló complementariamente en la mezzanine del Museo Thyssen-Bornemisza, institución que también está deseosa y ya lo ha puesto en marcha hace años, un explayarse hacia formas de expresión alternativas como la moda (la semana que viene se inaugura una exposición sobre las joyas de Bulgari y Roma) o el universo plural de la música y todas sus consecuencias.
Bien por todos, a seguir adelante y Gerónimo, tómate un tiempecito y prepárate a fondo, que tú puedes y sabes hacerlo fantástico, por muchos años…

Alicia Perris

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