jueves, 31 de mayo de 2018

PRÓXIMAS ACTUACIONES INTERNACIONALES. ENTREVISTA A PAULO SZOT, EL BARÍTONO BRASILEÑO CIUDADANO DEL MUNDO, QUE NUNCA DEJA DE CANTAR, POR ALICIA PERRIS



ENTREVISTA AL BARÍTONO BRASILEÑO PAULO SZOT






El barítono Paulo Szot nació en São Paulo (Brasil), de padres polacos que emigraron a ese país después de la II Guerra Mundial y estudió en la Universidad Jaguellónica de Cracovia. Iba para bailarín, pero una herida lo trasladó al territorio del canto. Hizo su debut operístico con Il Barbiere di Siviglia, en el Teatro Municipal de São Paulo. Y ha colaborado con el Metropolitan Opera House de Nueva York, el Teatro alla Scala de Milán, la Opéra national de Paris, el Teatro dell’Opera de Roma, la Washington National Opera, la Deutsche Oper de Berlín y los festivales de Glyndebourne y Aix-en-Provence. Ha interpretado a Don Alfonso (Così fan tutte), Mercutio (Roméo et Juliette), Sharpless (Madama Butterfly), Lescaut (Manon Lescaut), Dr. Falke (Die Fledermaus), Almaviva (Le nozze di Figaro), Richard Nixon (Nixon in China) y los protagonistas de Eugenio Oneguin y Don Giovanni. Recientemente ha cantado Escamillo (Carmen) en Múnich, entre otras muchas actuaciones y con famosos y reconocidos acompañantes, como Ana Netrebko o Roberto Alagna.


Su personal voz, su reconocible apariencia, en el mejor estilo de los galanes vibrantes del cine en blanco y negro de los años 30,  y sobre todo  40 y 50,  mecieron los recuerdos de muchos al son de La chica de Ipanema, Samba de una sola nota o Triste.

En el Teatro Real ha actuado en el Homenaje a las "Sinatra-Jobim Sessions", publicadas en Brasil en 1979 por Roberto Quartin, en octubre de 2016 y en Street Scene, en dos etapas este año, en el rol de Frank Maurrant.
Street Scene, de Kurt Weill, con libreto de Elmer Rice, basado en su obra homónima (premio Pulitzer 1929), y letra para las canciones de Langston Hughes, Street Scene cuenta una historia de vidas anónimas en una gran ciudad de manera brutalmente realista. La segunda serie de representaciones de esta ópera, coincidió con la presentación de Die Soldaten, por lo que ambas producciones han incidido en destacar la situación del matrato femenino y los conflictos de género, uno de los grandes males  universales de nuestro tiempo.
Cuando Paul Szot era pequeño, el último de los cinco hijos de un matrimonio amante de la música, era tan tímido en la escuela, que le daba terror tener que leer en voz alta. Encontró la manera de expresarse y abrirse, tomando lecciones de piano y violín. Consiguió escapar del mundo del fútbol, la samba y el carnaval y sus fiestas, como parece que se define a un país como Brasil.
Sus padres lo animaron a regresar a Polonia, su tierra de origen. “Me fui cuando tenía 18 años- expresó Szot- en un buque de carga, porque no tenía dinero para pagarme un billete de avión y llegué a un país que salía del comunismo pero que era rico en artes clásica y música. Me quedé 8 años y allí tuve que aprender a luchar por mis sueños”. Regresó a Brasil y a menudo compaginó los musicales de la gran ópera, porque piensa que ambos son “extraños primos”.

ENTREVISTA A PAULO SZOT

En un sillón rojo y cómodo de los que están en el Salón de Baile del Teatro Real, Paulo Szot está de acuerdo en contestar amablemente a unas preguntas, a raíz de su rol protagonista en Street Scene, en el coliseo madrileño, que cierra ya su última función. Mucho de lo que aquí relata el barítono puede encontrarse en las Wikipedias, pero estas fueron, realmente, sus palabras.
A.P. Usted nació en Brasil, desde Polonia (yo nací en Buenos Aires), ¿es tan diferente Sudamérica de los países europeos, en lo que atañe a la vida en general y la música?
P.S. Sabe, yo nací efectivamente en Brasil, de una familia polaca, y mis padres escuchaban música de todo el mundo y eso era realmente fantástico, por lo que a mí me influyó la música brasileña, por supuesto, pero también la tradición clásica polaca, como Chopin y otros compositores, porque a mi familia le encantaba la música clásica. Ellos tenían una gran colección de grabaciones.
Cuando cumplí los 18 me dispuse a volver al país que mis padres habían tenido que abandonar y allí me quedé durante unos años y me encontré muy cómodo, porque por supuesto, me gusta también Europa y siento que formo parte de ella, ya que, en cierto sentido, esta es también mi sangre. Así que me siento muy cerca de las costumbres europeas y también de las de Sudamérica.
A.P. ¿Está pensando alguna vez cantar en el Teatro Colón de Buenos Aires?
P.S. Me encantaría, es tan bello y lujoso… Se habló en algún momento de actuar allí, pero, desgraciadamente todavía no ha ocurrido y espero realmente tener la suerte de actuar y cantar algún día en ese teatro.
A.P. ¿Cuáles son las influencias que compositores brasileños como Toquinho, Vinicius de Moraes, Maria Creuza, le han aportado? Se trata de una música que seduce en Europa.
P.S.  Es una cultura que forma parte de mí y tuve la ocasión de hacer un recital en el Real con ese repertorio, luego preparé el de Sinatra y Jobim. La verdad es que no me interesa en el fondo qué tipo de música hago en cada momento, siempre y cuando sea de calidad.
A.P. Sus padres son polacos y tuvieron que huir de su país por la guerra y las persecuciones. ¿Qué es para Usted ser in migrante o refugiado hoy en día? Tal vez se siente como un ciudadano del mundo por su profesión…



P.S. Mis padres fueron expulsados de sus casas con mis abuelos durante la guerra, a Alemania, a campos de concentración y luego huyeron a Brasil, pero jamás le sugirieron a sus hijos que odiaran la experiencia que ellos habían vivido. Todo lo contrario, decían que habían tenido suerte de estar vivos. Así que de ninguna manera nos inculcaron sentimientos de odio y soy afortunado de haber crecido con una familia notable en ese sentido y nunca sentí, porque Brasil es un país de inmigrantes, como casi todo ese continente, que era hijo de inmigrantes. Era un brasileño más y mis orígenes nunca los experimenté como un problema. Y también soy un inmigrante con las oportunidades que me ofrecieron y además me he convertido, definitivamente, en un ciudadano del mundo porque no me quedo mucho tiempo en ninguna parte.
A.P. Street Scene nos relata la problemática que estamos viviendo en la actualidad: la miseria de los suburbios de la ciudades, los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, el paro, el maltrato a los hijos y a la mujer, Usted cree que estos textos y la partitura de Street Scene son universales y que esa es una de sus ventajas?
P.S. Por supuesto que respiro y veo en Street Scene a través de los ojos de mi personaje, al que lo vuelven loco los cambios. En estos días cambiamos de temas, de países, de políticas, mudamos continuamente de piel, de lugar y hay gente que consigue introducir estos cambios en su vida y otros no. Mi personaje no puede y por esa razón se vuelve una persona bronca, ofendida, que llega hasta el extremo de matar a su mujer. Es alguien que comete un crimen y sabe perfectamente que irá a la silla eléctrica y lo asume y cree que debe pagar. Pero no le importa.
A.P. Usted es uno de los brasileños que ha conseguido tal vez más reconocimiento y premios internacionales. ¿Qué significan para Usted?
P.S. Muchísimo, de verdad. Es difícil ser visto y considerado en un círculo donde hay tantos grandes artistas trabajando. Además en Brasil no hay una gran tradición de ópera. Por supuesto que tenemos importantes cantantes, actores, escritores,  pero no son tan famosos fuera de Brasil, así que ser reconocido por una labor como la mía, me hace muy feliz y me llena de orgullo, por supuesto. No sabes lo que significa para mí.
A.P. Esta es una pregunta bastante personal: le interesa la política, el medio ambiente y la Naturaleza, es religioso?


P.S: Tenemos un único planeta y debemos ser conscientes y estar atentos a lo que pasa en todas partes, es lo que tenemos para vivir en el presente y en las próximas décadas, así que debemos considerar el miedo de las personas, el cómo son tratadas y se relacionan entre ellas, cuáles son sus diferencias. El respeto, creo, es la llave para aflojar todas las situaciones conflictivas. Si nos respetamos y también al planeta en general, deberíamos funcionar mejor. Por mi parte, intento ser un ciudadano del mundo mejor cada día, y creo que si cada uno da y hace, contribuye un poco, podría cambiarse la visión del conjunto.
A.P. Usted estudió ballet… ¿Cómo influye esto en su actitud  corporal, en su resolución de los personajes, a partir de estas experiencias con el movimiento, en su etapa en la danza? Es una ventaja en el escenario?
P.S. Claro, es una ventaja esta conciencia del movimiento y del cuerpo, cómo colocarnos, movernos, para ir de un lado para otro. No solo el ballet sino toda la actividad corporal como la gimnasia en todos sus aspectos y posibilidades, haber tocado el piano y la percepción de cada expresión, incluso para hacer teatro. Me encanta el teatro, cuando tengo que crear un rol, todas esas vivencias me son muy cercanas.
A.P. Usted actuó bajo la dirección de Valey Gergiev. ¿Qué experiencia resulta para el escenario, para el cantante, para la ópera, un maestro como este?
P.S. Fue una experiencia memorable, Gergiev es fantástico, es como Dios, especialmente para el repertorio ruso. Con él, una vez que empiezan los ensayos, la atmósfera flota, se expande mágicamente y es indescriptible explicar cómo es sentirse parte de esa realidad. Repetimos la misma producción dos veces.
A.P. ¿Es importante la química en los elencos? Usted cantó con artistas como Roberto Alagna, Netrebko…?  Son superdivos…
P.S: Bueno, creo que tuve suerte porque con estos iconos, la fama de los grandes divos, como antes, ya no existe. Podemos hablar con ellos, tienen los mismos problemas que los demás, tienen que pagar facturas, tienen que hacer frente a sus propios problemas, pero ya no se esconden como en el pasado, trabajar con ellos, estar juntos, es normal. Y cuando me siento corriente, no dejo que las palabras o el éxito se me suban a la cabeza y me siento como alguien común y esta consciencia me lleva al escenario como un ser humano corriente y esta es la conexión, me parece, con la audiencia, con el público. Hablamos la misma lengua.
A.P. Y esta es ya la última pregunta. Se habla mucho del “melting pot”, de la mezcla de razas y culturas, el mundo lo es, pero creo que en estos momentos no está funcionando nada bien, como nos gustaría. Creo que en muchos sentidos estamos volviendo a toda velocidad hacia atrás, a la caverna…
P.S: Cuando apartas a alguien de su “zona de confort”, cuando comienzas a darte cuenta de los problemas de los demás…
A.P. Empiezas a pensar como el Candice de Voltaire que el mundo no es tan perfecto como parecería.
P.S. Si no quieres vivir en una burbuja y tienes la necesidad de tomar conciencia y ver cómo va todo, tienes que enfrentarte con un mundo problemático, tenemos problemas, la gente es diferente una de la otra y eso genera conflictos, pero hay que aceptar las diferencias, las particularidades de cada uno y ponerse en su lugar y entonces dejaríamos nacer tal vez un tipo distinto de ciudadano.
Es muy cómodo pensar que eres rico, porque lo eres, tu raza es la de la mayoría, pero pensar así no es propio de un ser humano. Ser humano, de verdad, implica reconocer al otro como si fueras tú mismo.


Paulo Szot tiene mucho de “zen”, de una filosofía vital y artística que entronca con la capacidad evidente de su familia y de su comunidad de origen para hacer frente a las adversidades y sobrevivir. Insinúa con elegancia, más de lo que expresa verbalmente. Se toma su tiempo y muchas de sus respuestas conviven con el silencio como forma de estar en el mundo.
El barítono brasileño tiene una vez redonda, generosa, de emisión natural y fácil cuando canta, aunque su personaje sea el menos favorecido de esta ópera y es fino y cuidadoso con sus gestos y su forma de abordar la entrevista.
Mientras charlábamos, su partenaire, Patricia Racette, que es extrovertida y sin complejos, organizó una expansiva algarabía alrededor de nosotros que hizo que, a menudo, la conversación en inglés (que no es la lengua materna ni para él ni para mí) tuviera que ser más intuida que real. Pero existió, y así son las cosas y así se gestionan, como dijo Paulo Szot, con seguridad y estilo, como (si fuéramos) “normales”. Y lo que esa palabra, buenamente, pueda querer decir.

Alicia Perris
Montaje gráfico, Julio Serrano

PREMIOS Y NOMINACIONES
…Szot, 2008 Premio Tony
…Prêmio Carlos Gomes por la mejor Vocal Performance – 2000
…Theater World Award –Ganador–Mejor actor en un musical – 2008
…Drama Desk – Winner – Mejor actor en un musical – 2008
…Outer Critics Award –Ganador–Idem ,2008
…Premio Tony –Ganador–Idem, 2008
…Medal Zasłużony Kulturze (Medalla del mérito a la Cultura) "Gloria Artis"
…Prêmio Faz Diferença –Ganador– Jornal Globo
…Premio Laurence Olivier– Nominación –mejor actor en un musical, 2012
…Premio Mac for Best Celebrity Cabaret Act – Nominación, 2013
…Premio Shell Best Actor in My Fair Lady – Nominación, 2017
…Premio Bibi Ferreira como Mejor Actor en My Fair Lady - ganador- 2017


(www.pauloszot.com).

MUESTRA SUGERENTE, PERO NO TIENE INVITACIÓN A TODA LA PRENSA , NI FOLLETO Y CATÁLOGO POR 34 EUROS. EXPOSICIÓN: CECIL BEATON. MITOS DEL SIGLO XX. FUNDACION CANAL




Creadores de vanguardia, iconos de la cultura, de la realeza y de la aristocracia europea, mitos de Hollywood… Todos ellos fueron inmortalizados por la cámara de Cecil Beaton, el artista que consiguió mostrar un mundo estilizado y exquisito, sin dejar de lado su naturaleza más pura y humana.

Esta exposición recoge una amplia selección de retratos del polifacético fotógrafo, un total de 116, entre los que se encuentran algunos de los personajes más relevantes del siglo XX que, además, contribuyeron a su transformación: desde consagrados artistas —en su gran mayoría de Hollywood—, como Audrey Hepburn o Marlon Brando; grandes creadores convertidos en iconos de la cultura, como Salvador Dalí o Jean Paul Sartre, y de la moda, como Cristobal Balenciaga o Cocó Chanel; e influyentes y destacados personajes de la alta sociedad, de la aristocracia y de la realeza, como la Reina Isabel II de Inglaterra o El Duque de Alba, Jacobo Fitz-James Stuart.


https://www.fundacioncanal.com/19617/cecil-beaton-mitos-del-siglo-xx/?par=exposiciones#None

EL ROTO VIÑETA DE EL ROTO DEL 31 DE MAYO DE 2018. EL PAIS


GEORGIA O’KEEFFE’S VISIONS OF HAWAI’I BLOSSOM IN THE BRONX


The New York Botanical Garden has planted a “Hawai’ian Paradise Garden” as part of an exhibition chronicling O’Keeffe’s 1939 trip to Hawai’i to make art for a pineapple company’s advertising campaign.
Angelica Frey



Detail of the “Hawai’ian Paradise Garden” in the Enid A. Haupt Conservatory at the New York Botanical Garden (all photos by the author for Hyperallergic)

In 1939, the advertising agency N.W. Ayer & Son invited Georgia O’Keeffe on a trip to Hawai’i. The modernist American artist was to paint original art for the advertising campaign for the Hawaiian Pineapple Company. As part of the deal she struck with the agency, O’Keeffe could produce as much art as she wanted, provided she would eventually deliver two “on brand” artworks. And while the imagery of Hawai’i that was sold to her was in line with the dominant clichés — palm trees, beaches, and local dancers swaying to and fro — she quickly outgrew the touristy side of the islands and spent nine weeks roaming the territory, producing artworks that ranged from close-ups of flowers to dramatic landscapes.
The new summer show at New York Botanical Garden, Georgia O’Keeffe: Visions of Hawai’i, consists of a selection of paintings (17 out of the 20 she produced) and the recreation, within the Enid A. Haupt Conservatory, of a typical Hawaiian “paradise” (a mixture of native flora and plants that were brought to the islands over the centuries). Visions of Hawai’i highlights the way nature informed O’Keeffe’s artistic production while she was in Hawai’i. Her advertising work — the original impetus for the trip — is only a minimal part of the exhibition and consists of two paintings. O’Keeffe initially presented the N.W. Ayer & Son with a painting of Heliconia (or crab’s claw ginger) and one of a Papaya tree. The agency rejected the latter, as it unwittingly turned out to be the signature fruit of the client’s competitors. She subsequently completed another painting, the more on-brand “Pineapple Bud,” which she allegedly worked on only upon her return to New York.



Georgia O’Keeffe, “Pink Ornamental Banana” and “Heliconia” (both 1939)

An avid explorer, after the obligatory tour of popular destinations, O’Keeffe soon set out to explore the outdoors, taking note of the color and texture of the flora she encountered. “Queer, very much wrinkled strange colored green mountains,” was one way she described the landscape in a letter (dated February 9) to her husband Alfred Stieglitz. The same letter also contains a description of a flower that was “so pretty it almost seems impossible that it is real.” However, if you were to walk into the conservatory and expect a visual feast such as last year’s Dale Chihuly installations, you might be disappointed: the “Hawai’ian Paradise Garden” NYBG recreated is more green and imposing  than colorful and pretty, since the flowers on display are diminutive in size compared to the lush plants. But this does not take away from the richness of the exhibition.
Even though she did produced a relatively small body of work during those nine weeks, O’Keeffe’s trip to Hawai’i proved to have a palpable impact on her career. Not only did she, for the first time, find a sense of place in an environment that was not familiar to her (as opposed to New York City, New Mexico, and Lake George), but, in the Hawai’i paintings she also started developing visual forms and devices that would become fixtures of her subsequent paintings: think of vortex-like motifs, oculi, and visions of the great beyond…………..


Closeup of a Hibiscus, Hawai’i’s official state flower

https://hyperallergic.com/444938/georgia-okeeffe-hawaii-new-york-botanical-garden/?utm_medium=email&utm_campaign=May%2031%202018%20daily%20-%20Georgia%20OKeeffes%20Visions%20of%20Hawaii%20Blossom%20in%20the%20Bronx&utm_content=May%2031%202018%20daily%20-%20Georgia%20OKeeffes%20Visions%20of%20Hawaii%20Blossom%20in%20the%20Bronx+CID_37df304f0bec067b2f28a0c550f8e343&utm_source=HyperallergicNewsletter

LA FURA DELS BAUS Y LA ÓPERA ‘LA ITALIANA EN ARGEL’, EN COPRODUCCIÓN CON EL TEATRO COLÓN, ENCABEZAN EL CARTEL DE LA 79ª QUINCENA MUSICAL



El Auditorio Kursaal seguirá siendo el epicentro del festival y allí tendrán lugar las dos citas de La Fura dels Baus (2 y 3 de agosto). La compañía regresa a San Sebastián después de ocho años con su espectáculo La Creación, basada en la obra homónima de Joseph Haydn en la que el compositor austriaco relata la creación del mundo inspirándose en textos como el Génesis o el Libro de los Salmos. El montaje de La Fura revisa la obra buscando conectar ese nacimiento del planeta (el macrocosmos) con el cuerpo humano y el ADN (el microcosmos). Estarán acompañados por el maestro José Ramón Encinar, la Orquesta Sinfónica de Bilbao, el Coro Haydn dels Baus, la soprano Alicia Amo, el tenor Gustavo Peña y el barítono Thomas Tatzl.


L’INAUGURATION DE LA MAISON DE CAMILLE ET PAUL CLAUDEL LE VENDREDI 1ER JUIN, À VILLENEUVE-SUR-FÈRE.


Paul et Camille Claudel sont nés et ont passé la majeure partie de leur enfance dans le village de Villeneuve-sur-Fère dans l’Aisne.
Les travaux de l’ancien presbytère de Villeneuve-sur-Fère où Paul et Camille ont passé leur enfance ont été lancés en décembre 2016 et débouchent aujourd’hui sur l’inauguration du lieu dédié à la mémoire des deux artistes. Le projet vise à permettre un accès aux univers des deux artistes avec espaces dédiés à l’un et à l’autre.






Ce projet est porté par la Communauté d’Agglomération de la Région de Château-Thierry, la commune de Villeneuve-sur-Fère et l’association Camille et Paul Claudel en Tadernois

miércoles, 30 de mayo de 2018

GINO BARTALI, UN CICLISTA DE LEYENDA. SU ARRIESGADA Y SOLIDARIA APUESTA SALVÓ LA VIDA DE 800 PERSONAS DE LA PERSECUCIÓN FASCISTA EN LA ITALIA DE LA II GUERRA MUNDIAL


Italia es un país de contrastes y esta es una definición por demás gastada, sobre todo en estos tiempos de nuevas turbulencias políticas allí, en Europa y el mundo. Pero todos se olvidan cuando prevén el desastre definitivo, de que tiene más de 3000 años de historia y que ha sobrevivido y absorbido culturas, religiones y etapas históricas, con una flexibilidad que sorprende. Todo se ha sufrido y parece que asumido. Se han pasado y dejado atrás en esta tierra, toneladas de páginas históricas.
Aunque algunos italianos, sin embargo, se resisten a caer en el olvido, como los grandes escritores judíos Svevo y Saba, de Trieste o Bassani, el ferrarés que escribió El jardín de los Finzi Contini o Primo levi, que se preguntó antes de desaparecer de la vida “Si esto es un hombre”…Por no incluir en la lista de notables, a Garibaldi, Manzoni, Julio César, brillantes emperadores, pocos, obreros e ideólogos luchadores por los derechos del pueblo, artistas, cineastas, pintores, dinastías fundacionales como los Medici y tantos personajes de lustre.

No todos fueron intelectuales, músicos, dignatarios o creadores y algunos, de origen humilde, campesino, como Gino Bartali, el campionissimo, el fuoriserie, el ginetaccio, pasaron a la historia, no solo por ganar 2 Tours de Francia, 3 Giros de Italia y 91 carreras de menor enjundia, sino por convertirse en correo de una guerra clandestina que, por toda la Toscana, recorriendo casi 400 km al día, llegó hasta el Vaticano, a Lucca, a Génova y Livorno, para poner a salvo a 45 militares británicos y más de 800 vidas, muchas de ellas judías.


En el cuadro o en el sillín de su Legnano dorada, que los Nazis agujerearon en una razzia aérea, el “intramontabile” (eterno, clásico), pasaba documentación falsa, que, apropiadamente acondicionada, se convertía en salvoconductos para escapar de la Italia de Benito Mussolini, hundida bajo el peso de las leyes raciales. Mussolini, como había hecho Hitler con los Juegos Olímpicos del 36 (pero apareció el atleta de color Jessie Owen y le estropeó el empeño), intentó capitalizar los logros deportivos de Bartali, que, sin embargo, nunca se dejó manipular por el Duce, ni nunca le dedicó una victoria y sí a la Virgen.

Había nacido en Ponte a Ema, en las afueras de Florencia, frente al Museo del ciclismo que hoy recuerda y celebra su heroica y desinteresada epopeya el 18 de julio de 1914 y falleció en el 2000. Pero hasta tiempo después de su desaparición física, no se pudo reconstruir esa red, la Delasem, que se había constituido a instancias del cardenal Dalla Costa, Nathan Cassutto (hecho prisionero y enviado a un campo de concentración, donde murió), Giorgio Nissim (cuyo hijo descubrió hace relativamente poco tiempo la trama), todo con la colaboración y anuencia de monjes oblatos, franciscanos y clarisas de la Toscana y del papa Pío XII. Y de personajes y cooperantes anónimos.
Bartali, además, escondió en el sótano de su propia casa a la familia Goldenberg, amigos suyos y a dos grupos más, disimulando bajo su aura de campeón y en unos supuestos entrenamientos que la policía fascista miraba con buenos ojos (al fin y al cabo formaba parte del “mestiere” de deportista), una labor legendaria. Hubo un momento incluso, en el que tuvo que desaparecer, en Città del Castello, en Umbria, para no poner en peligro ni él ni su círculo familiar.
Bartali era devoto de Santa Teresa, muy católico y lo que hacía le parecía indigno de ser contado, porque entonces no tenía valor.
EL Estado de Israel, para recordarlo, comenzó esta vez el Giro de Italia por primera vez fuera de Europa, en Jerusalén, con el Cycling Academy Team formando parte de los corredores de élite, cuyo promotor es Sylvan Adams.

Los ciclistas israelíes pedalearon en Har Hazikaron (el Monte del recuerdo) en su memoria y recorrieron juntos la “ruta Bartali”, la que unía en alocada carrera Florencia y Asís, en busca de la salvación de tantos.
En 2010 fue nombrado Ciudadano Honorífico de Israel y 3 años más tarde Justo entre las Naciones por el Instituto Yad Vashem, honor que se concede a los no judíos que arriesgaron su vida para salvar a los hijos de Moisés.
Bartali no sería el adalid del deporte ciclista italiano, si no hubiera tenido como competidor a Fausto Coppi, que murió prematuramente a los 40, de regreso de un viaje a África y cuya compañerismo quedó puesto de manifiesto porque anteponían el triunfo de Italia antes que sus propios intereses y el espíritu deportivo de un periodo épico y leal, que se cerró con ellos. Bartali formó parte de los que llevó el ataúd en el cortejo fúnebre de Coppi.

Uno de los iconos fotográficos del ciclismo italiano es la famosa imagen de Bartali, pasándole a Coppi la “borraccia”, la cantimplora, por detrás, para que pudiera seguir subiendo. O tal vez fue al revés, eso no importa.
Dos grandes compositores del país de Dante le dedicaron sendas canciones: Gino Paoli a Coppi y Paolo Conte, a Bartali, que todavía resuena, al fondo de los documentales que relatan la vida del héroe humanitario.
Otra de los hitos de la historia, la intervención de Bartali ganando el Tour de Francia a los 34 años y cuando perdía 21 minutos con el ganador, para diluir la atención de una ciudadanía al borde la guerra civil, como consecuencia del atentado que sufrió Togliattti, del Partido Comunista, a pesar de que luego se recuperó de sus heridas en el hospital. De Gasperi, jefe del Consejo de Ministros entonces, agradeció personalmente al campeón esta nueva hazaña para el imaginario colectivo italiano.
Coppi fue gregario del ciclista de Ponte a Ema, gran escalador, que se permitía además, para desesperación de sus competidores, fumar antes de la carrera y animarse con unos vasos de Chianti, el famoso tinto de su tierra toscana, de brandy  o de whisky.
Después de su retiro entrenó con el San Pellegrino, junto con Coppi y se dedicó a la venta de vino, pero su performance y sus logros deportivos, lo colocaron en el número seis de los cien mejores ciclistas de la historia. En esos años, el deporte rey no era el futbol, como ahora, fabricado a partir de sumas ingentes de dinero y de mucho teatro, sino un ciclismo hecho a base de esfuerzo, de corazón y de pulmones.



Sus proezas solidarias entre los años 43 y 44, en el punto álgido de la II Guerra Mundial, quedaron reflejadas en numerosos documentos de todo tipo: una serie de televisión italiana recordó sus hazañas, hubo una cinta de Negrín, otra titulada Road to valor de los McConnon, que contó las peripecias de sus amigos los Goldenberg y Oren Jacoby dejó también su testimonio fílmico sobre la vida del florentino. Leo Turrini escribió “Bartali, l´uomo che vinse il Giro” (Bartali, el hombre que ganó el Giro), y Alberati unas páginas que tituló “Mille diavoli in corpo” (con Mil diablos en el cuerpo).
En España, el pasado mayo donde se disputó el 101 Giro de Italia que partió de Jerusalén, Bartali ocupó programas radiofónicos y de televisión y un sinnúmero de artículos en periódicos y revistas de alta tirada. Aunque los taxistas en la península no comentan admirados la historia de Bartali y de Coppi, como los italianos, su grandeza no ha pasado desapercibida. Algunos, ya mayores, fueron testigos asombrados de sus heroicidades.
Pero tal vez el más conocido sea el volumen que Curzio Malaparte, autor de “La piel”, tremenda iconografía de la barbarie de la guerra, “Coppi e Bartali”, que se publicó primero en Francia y luego en Italia. En él retrata la existencia de dos Italias, la del norte, piamontesa, lugar de origen de Coppi y la campesina (la de los “terroni”), del toscano.
San Marino, por su parte, homenajeó a los grandes deportistas, con dos sellos, donde se veía la conocida escena de la botella.


Su nieta Gioia recogió el galardón en Israel y sus hijos, Andrea y Luigi, se emocionan en público al hablar de su padre.

Si Gino viera ahora la situación en que se encuentra Italia, le recordaría aquella que se vivió después de guerra de la que sin embargo emergió y volvería a exclamar aquella famosa frase suya: “Está todo mal, hay que volver a empezar” y también, “Los italianos son un pueblo de sedentarios, el que hace carrera consigue una poltrona”. Y finalmente, su adagio más conocido y citado: “El bien se hace pero no se dice. Y algunas medallas se cuelgan del alma, no de una chaqueta”.

Alicia Perris

PATRICIA RACETTE: DIVA ON DETOUR | TEATRO REAL 200 AÑOS 17/18


3 - 4 DE JUNIO DE 2018
Aclamada en el Met por sus interpretaciones de Madama Butterfly, Tosca o Peter Grimes, la soprano Patricia Racette hace su presentación en el Teatro Real desde una vertiente menos lírica, pero igual de apasionada, con la que mostrar la ductilidad de su voz, su cadencia y sus dotes para la interpretación.


Bajo el título de Diva on Detour, Racette ha preparado una sesión íntima, cercana, en la que interpretará obras de Stephen Sondheim, Cole Porter, George Gershwin o Édith Piaf, entre otros, llevando al espectador desde la sonrisa a una cómplice melancolía.

DIVA ON DETOUR
Actividad paralela a Dead Man Walking y Street Scene
Obras de Cole Porter, Stephen Sondheim, George Gershwin y Edith Piaf.
Patricia Racette, soprano
Craig Terry, piano
Salón de baile
Espectáculo en inglés, con canciones en inglés, francés y castellano, sin sobretítulos.

10 ARTWORKS THAT DEFINED THE ROCOCO STYLE


By Rachel Lebowitz
Following the death of King Louis XIV in 1715, the cultural center of the French elite shifted away from the royal palace in Versailles and toward private homes in Paris. This more personal milieu found its artistic expression in Rococo, which represented a rejection of Baroque art’s formal grandeur. Drawing its name from the French word rocaille (meaning rock or pebble), which originally referred to the Renaissance penchant for decorating artificial grottos with shells and stones, Rococo began as an interior design style favored by the urban upper class.
Characterized by elegance, levity, floral motifs, muted colors, and curving, asymmetrical lines, Rococo soon extended to painting, where its aesthetics combined with themes of sensual love and nature. The style quickly spread to the rest of France, and then to Germany, Austria, England, and other European countries.
While it ultimately fell out of favor due to its perceived frivolity, while proponents of Neoclassicism prevailed in popularizing a more sober style, Rococo painting remains enchanting—not just in its cotton-candy colors, but also in its playfulness, combination of naturalism and ornament, and celebration of recreation, love, and youth. What follow are 10 iconic artworks that exemplify Rococo in its varied iterations, from mythological scenes to historical portraits, and lush landscapes to lavish interiors.

Jean-Antoine Watteau, Pilgrimage to Cythera (1717)


Jean-Antoine Watteau
Pélerinage à l'île de Cythère (Pilgrimage to Cythera), 1717
Musée du Louvre

Jean-Antoine Watteau is credited with the birth of Rococo painting. Combining influences from Flemish master Peter Paul Rubens and Venetian Renaissance giants like Titian and Paolo Veronese with theater, Watteau created dynamic compositions in brilliantly articulated colors. He presented nature as idyllic and untamed. These qualities went on to inspire later Rococo greats, including Jean-Honoré Fragonard and François Boucher.

Pilgrimage to the Isle of Cythera (1717), known also as The Embarkation for Cythera, is perhaps Watteau’s most famous work. The painting melds a lush, Renaissance-style landscape with an allegorical scene in which a group of couples either return from or set out for—scholars differ in their interpretations—Cythera, a small Greek island near the mythical site of Aphrodite’s birth, which has long been associated with the goddess of love. Each of the three couples in the foreground represents a different phase of courtship, while the flying cupids that take off into the sky signal the island’s amorous associations.

Completed over five years, the work sealed Watteau’s admission to the Royal Academy of Painting and Sculpture. In accepting the painting, which measures over 6 feet long and currently hangs in the Musée du Louvre, the Academy also officially recognized a new genre that sparked the beginning of Rococo painting: the fête galante. Featuring courtly characters in idealized pastoral settings, the genre reflected the French Regency period—the time between Louis XIV’s death and Louis XV’s reign, when Philippe II ruled as regent. It was an era of peace and prosperity, when people revelled in celebrating the rituals of courtship.

François Boucher, Triumph of Venus (1740)



Triumph of Venus
François Boucher
Triumph of Venus, 1740
Nationalmuseum, Stockholm

As a young artist, Paris-born François Boucher created etchings from Jean-Antoine Watteau’s drawings. He later journeyed to Italy to study both the Venetian Baroque and 17th-century Dutch landscape painting. After he returned to Paris in the early 1730s, Boucher garnered acclaim as a painter of large mythological scenes, like his jubilant Triumph of Venus (1740), which depicts the goddess Venus (a.k.a. Aphrodite) after her birth from seafoam, accompanied by water nymphs, tritons (mermen), and cherubic putti. Ample pink flesh abounds, with the coloring and configuration of the nude figures echoed in the pink-and-white sash that floats above the group.

Well-balanced yet active, lighthearted yet sexually charged, the scene exemplifies Rococo in its energy and palette, and points to how Boucher further developed a playful sense of eroticism as a defining element of the genre. Hugely popular in his own time, Boucher’s works were transformed into prints, porcelain figurines, and tapestries, and five years before his death, he became the first painter to the king and director of the Royal Academy, the two highest posts in the French art world at the time.

Jean-Honoré Fragonard, The Meeting (from the “Loves of the Shepherds”)(1771–72)


The Meeting (from the Loves of the Shepherds)
Jean-Honoré Fragonard
The Meeting (from the Loves of the Shepherds), 1771-1773
The Frick Collection, New York……………

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