miércoles, 2 de mayo de 2018

UNA NUEVA EDICIÓN DE LA FERIA DEL LIBRO PORTEÑA. EL IMÁN LITERARIO DE BUENOS AIRES


La Feria del Libro de la capital argentina reúne a escritores como J. M. Coetzee, Mario Vargas Llosa, Paul Auster, Yasmina Reza y Richard Ford con centenares de miles de lectores
JUAN CRUZ


Jamás llovió tanto en Buenos Aires como este fin de semana. Es bueno para las vacas y para el campo, y por tanto sería en otro tiempo una bendición para La Rural, el vasto predio en el que se celebra la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, la mayor de nuestra lengua después del exceso glorioso de la FIL (Guadalajara, México). Pero ni la lluvia (“Llueve más que en Macondo”, dijo Jorge Fernández Díaz, autor de La herida, best seller de la Feria) hace sufrir a esta fiesta que tampoco la dictadura, de crueldad infinita también para los libros, pudo interrumpir con su ruido de sables, tiros, rayos y truenos. El temporal, con libros, es un gozo, dice Oche Califa, el director institucional del evento, a cuyo frente lleva cuatro años.
Lo que sorprende no es esta lluvia ruidosa bajo la cual siguen entrando (un millón o más habrá en los veinte días de esta 44 edición) lectores que por miles asisten a conversaciones o conferencias en las que coexisten el sudafricano J. M. Coetzee con el peruano Mario Vargas Llosa, los estadounidenses Paul Auster y Richard Ford, el español Arturo Pérez-Reverte o la francesa Yasmina Reza, los argentinos Fernández Díaz, Claudia Piñeiro o Eduardo Sacheri. Lo que sigue sorprendiendo es cómo, “a esta esquina del mundo”, dice Califa, viene tanta gente, en viajes de tantas horas, para hablar de sus libros, para someterse a largas colas y a actividades sin fin. Él dice que la clave es Buenos Aires. El cosmopolitismo que emana la tradición literaria de la ciudad de Jorge Luis Borges y que es un imán para los escritores y para los libros. Claudia Piñeiro, la autora de La viuda de los jueves, novelista que además abrió la feria con un vibrante discurso que venció el ruido de la protesta por acciones de gobierno, sitúa ese imán en metáforas de otro tiempo:
--Creo que hay una tradición de Buenos Aires recibiendo autores extranjeros. Desde Lorca a Gombrowicz hay una tradición de ciudad que acoge escritores que huyen de algún mal.

LA TRADICIÓN SEGÚN BORGES
La escritora argentina Claudia Piñeiro da el discurso inaugural de la 44ª Feria del Libro de Buenos Aires el pasado jueves 26 de abril.

La escritora argentina Claudia Piñeiro da el discurso inaugural de la 44ª Feria del Libro de Buenos Aires el pasado jueves 26 de abril. EFE PABLO REMÓN

La Feria de Buenos Aires, que acoge tanta cultura literaria extranjera y nacional, en realidad sigue una tradición argentina, dice Patricia Kolesnikov, escritora, periodista de Clarín. “La cultura argentina, o al menos una parte importante, siempre se ha sentido cómoda con las puertas abiertas. Quien da la clave es, cuándo no, Borges: 'La tradición argentina es, dice, es toda la cultura occidental (…). Por eso no debemos temer y debemos pensar que nuestro patrimonio es el universo; ensayar todos los temas, y no podemos concretarnos a lo argentino para ser argentinos: porque o ser argentino es una fatalidad, y en ese caso lo seremos de cualquier modo, o ser argentino es mera afectación, una máscara”. Apostilla Kolesnikov: “Así nos leyó nuestro gran escritor y así nos dedicó, para siempre, el mundo todo”.
https://elpais.com/cultura/2018/05/01/actualidad/1525190780_150063.html

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