sábado, 10 de noviembre de 2018

VIRTUOSOS DE LA FILARMÓNICA DE ISRAEL Y EL JOVEN PRODIGIO DEL PIANO YOAV LEVANON, EN LA LUJOSA ATMÓSFERA DEL CASINO DE MADRID

Virtuosos de la Filarmónica de Israel, Casino de Madrid. 5 de noviembre de 2018.

Violines: Dumitru y Lilia Pocitari. Cello: Kilrill Mihanovsky. Piano: Yoav Levanon.


“Estoy muy orgulloso de esta orquesta tan especial, que ha ido creciendo hasta convertirse en una de las mejores del mundo. Una institución que ha llegado a ser, a partir de su condición exclusiva de agrupación musical, una representación de la cultura, la diplomacia y la educación en muchos aspectos”. Zubin Mehta.

Programa: 
I Parte
- J. Haydn: Sonata nº 1 en Fa Mayor
- J. Haydn: 12 German Dances
- F.A. Hoffmeister: Trio op 22 nº1

Pausa

II Parte
- Frédéric Chopin: Balada No.4 en fa menor, Op.52                                
- Claude Debussy: "Reflets dans l'eau", from Images (Book 1 No.1)   
- Franz Liszt: Rhapsodie espagnole, S.254 
- W.A. Mozart : Sonata para violin  y piano en G mayor KV301

Con la Presidencia de Honor del maestro Zubin Mehta y el patrocinio de la Embajada de Israel en España, la Fundación Excelentia (The world leading music), presentó el trio de virtuosos de la Filarmónica de Israel en el majestuoso Salón Real del Casino de Madrid, también con la participación del niño prodigio Yoav Levanon, que se presenta por primera vez en España, en una velada única e irrepetible en la noche madrileña, animada en el intermedio con un brindis para y de todos los presentes, por la salud y el futuro de la Filarmónica de Israel. Estuvo presente el Sr. Embajador de Israel en España, Sr. Daniel Kutner y otros miembros del cuerpo diplomático destinado en la capital.

Es probable que el edificio del Casino de Madrid, fino y sofisticado, a un paso de la Puerta de Sol, sea uno de los emblemas arquitectónicos de la capital española, aunque de uso privado y restringido a los socios. Muy exclusivo, atesora una programación rica y cuidada, lejos del concepto de juego, que, en principio, podría atribuírsele.

El estilo preponderante desde el punto de vista arquitectónico se acerca al eclecticismo tardío compuesto de retazos medievales con mezclas de estilo francés (neobarroco) porque la Exposición Universal de París (1900) marcaba los gustos en las construcciones de la época.

En este contexto privilegiado, una conjunción de astros, hizo posible que la Embajada de Israel, la Filarmónica de ese país y amigos, y la Fundación Excelentia, organizaran un concierto de una delicadeza y unos criterios en la elección de los intérpretes y el repertorio, poco frecuentes. Sobre todo con la inclusión del jovencísimo pianista Yoav Lebanon como solista, que, con tan solo 14 años, también se reunió en otro momento, con algunos representantes de la prensa escogida del foro para comentar su trayectoria, sus vivencias y su modo de estar en el mundo.

La Fundación Excelentia, muy prestigiosa en España por su parte, es una fundación privada que desarrolla sus actividades en el campo de la cultura, siendo de los más destacados en la promoción de la música clásica. Volcada en numerosos proyectos educativos y solidarios, “su búsqueda se orienta hacia el compromiso a través del arte, consciente de que la música es un lenguaje para la paz, la construcción de los valores universales de la armonía y la escucha, que tanto ennoblecen al ser humano”.

La convocatoria tuvo lugar en el precioso Salón Real del Casino, con una excelente acústica y una  decoración y ornamentación en paredes, techos, suelos, mobiliario y tapicerías, que autorizarían a darle, sin lugar a dudas, la categoría de palacio.

Los solistas hicieron honor al lugar y a los convocantes, ante un público reducido muy vinculado también a la colectividad judía madrileña. El repertorio escogido, delicado y hermoso en la primera parte, con muchísimas posibilidades de lucimiento para un trío de cuerda, los dos violines y el cello, que concertaron en todo momento a las mil maravillas. Portentoso sonido y entrega, pese a que posiblemente eran conscientes de que la expectación se centraba en la segunda parte, con el dotado pianista.

Levanon, reconocido, premiado, aplaudido, tiene toda una carrera por delante, pero con un pasado ya sustancioso a sus espaldas. Hizo toda una creación en la ejecución, digitación e interpretación de unas piezas especialmente pensadas y compuestas para el lucimiento de los grandes intérpretes del piano. Un sonido sinfónico, catedralicio y oceánico el suyo. Muy propio.


Nostalgiosa y elegante la Ballade no. 4 de Chopin en F min., op.52, los Reflejos en el agua de Debussy, evocadores y llenos de ensoñación, tocados con limpieza y buen gusto, igual que la bellísima Rapsodia Española de Franz Liszt, coronada por la Sonata para violín y piano en G mayor KV301, de W.A.Mozart, que cerraba el círculo de la época clásica, comenzada en la primera parte con la Sonata no. 1 en F mayor y las 12 Danzas Alemanas de Joseph Haydn, interpretados con finura y absoluto respeto estilístico por los violinistas de origen Moldavo, Lilia y Dumitru Pocitari y el cello Kirill Mihanovsky. El trío op. 22. No. 1 de F.A. Hoffmeister, menos frecuentado, fue también ejecutado por el terceto de cuerda con galanura y destreza, lleno de frescura.

El brindis fue cordial, cercano y favorable al reencuentro de amigos, colegas y conocidos, aunque hubo escasos o casi ningún representante de la prensa. Un clima de participación, relajado pero bastante íntimo. El frío de Madrid esperaba fuera, pero dentro, mucha música y una atmósfera llena de calidez, de pertenencia.

Alicia Perris

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