lunes, 18 de marzo de 2019

PINO LELLA, EL DESCONOCIDO HÉROE ADOLESCENTE QUE ESPIÓ A LOS NAZIS EN ITALIA DURANTE LA II GUERRA MUNDIAL


LUIS ALEMANY


Pino Lella, a la derecha, junto al autor del libro, Mark Sullivan.PLAZA & JANÉS

Una novela desvela sus peripecias de Pino Lella, que ayudó a salvar la vida a cientos de judío y que fue agente doble de los aliados. Su historia será una serie de TV protagonizada por Tom Holland
Leer Bajo un cielo escarlata, de Mark Sullivan (Plaza & Janés) es como volver a los sábados por la tarde de otra época, cuando en TVE siempre había una película del tipo de Los cañones de Navarone, con sus nazis y sus partisanos y con su beso de tornillo al final de dos horas de épica, cuando los alemanes ya están todos muertos o en retirada.

Pino Lella, el hombre que inspira la novela de Mark Sullivan, aún vive. Tiene 92 años y está en algún lugar de Nevada, en EEUU, contando a quien quiera escucharle la historia que se guardó durante 60 años. A Lella le cogió la ocupación alemana de su ciudad, Milán, en la adolescencia, pero a él, en principio, todo el daba igual. Le gustaba el jazz, le gustaban las chicas y mientras pudiese, intentaría ignorar que había una guerra.

«Yo también he tenido 17 años. Tengo hijos de esa edad y sé cuáles son sus prioridades. Su mente está plenamente formada pero sus intereses son muy concretos. Podemos criticarlos pero hay algo de optimismo vital en esa actitud», cuenta Sullivan. «Voy a bailar y esa va a ser mi manera de escabullirme de todo. Los chicos son así. No piensan en el peligro».
Pero las guerras no se acaban bailando. Cuando los aliados bombardearon Milán y Pino tuvo que refugiarse, participó en una red que se dedicaba a rescatar a judíos, a llevarlos hasta los Alpes, bajo la tutela de los partisanos. Y aquí es donde la vida empieza a parecer el guion de una película de los años 50. En la red había una mujer, seis años mayor que él, el crío se enamoró de ella y, así, el antiguo bailarín hedonista se convirtió en un héroe.


«La valentía es algo con lo que te encuentras, más que una decisión», cuenta Sullivan. «La valentía no consiste en ignorar el miedo, consiste en ser consciente de él y estar por encima».

La vida de Pino todavía esperaba un giro más. Mientras ayudaba a salvar judíos por las tardes, sus padres lo inscribieron en la Wehrmacht, las fuerzas armadas nazis, como una manera de protegerlo de levas y represalias. Y los alemanes, ignorantes de su doble vida, le confiaron un puesto maravilloso para un saboteador: el de chófer del general Hans Leyers, el jefe germano de la ocupación y mano derecha de Hitler.

«Es curioso cómo se ha ignorado la guerra en Italia. Supongo que existe la sensación de que la II Guerra Mundial se ganó en Francia, no en Italia, pero los combates fueron largos y dramáticos. Los aliados avanzaron con muchísimo esfuerzo», explica el autor. Bajo un cielo escarlata llena en parte ese hueco.

Por cierto: siempre se dice que en Alemania y en Francia estaban los nazis buenos, los educados y razonables. Que los verdaderos psicópatas iban al frente oriental. La novela de Sullivan desmiente esa idea: «Los einsatzgruppen iban a Rusia, es verdad, pero a ltalia también fueron muchos nazis crueles».

A Pino Lella le fue más o menos bien en su aventura como agente doble. Salió adelante, emigró a EEUU y se reinventó. Se empleó como profesor de esquí y llevá algo parecido a una vida alegre: «Pino es un optimista natural. Es el tipo de persona que tiene un actitud positiva hacia cualquier cosa que le venga. Intenta escapar de todo lo que sea negativo. No lo consigue siempre, pero es la persona más feliz que he conocido. No es tan fácil con la historia que ha vivido».

Pero hay un enigma: durante 50 años, el profesor de esquí no le contó a nadie su aventura en la guerra: «Es probable que durante una época sufriera estrés postraumático. Pero, como en esa época no existía ese diagnóstico, vivió con ello hasta que se pasó. Ha tenido épocas muy felices: tenía alumnos que eran gente famosa de Hollywood, disfrutaba de la vida en la naturaleza... Creo que con la edad, ha tenido un anhelo por el tiempo perdido. Lo normal».

La memoria de Lella se liberó un poco casualmente ante Sullivan, antiguo periodista y escritor de thrillers desde los años 90. Y aquí viene otro pellizquito de épica. La historia del niño espía llegó a la vida de Sullivan cuando ésta zozobraba. «Pino me devolvió la vida. Yo estaba deprimido y arruinado, esa misma tarde había pensado en chocar con el coche contra un poste para terminar con mis problemas. Su historia me cambió. Creo que la literatura puede curar a la gente. Atraviesas un viaje como éste, recuperas las emociones y las bases de la humanidad. Es una historia universal. Sé de gente deprimida, que me escribió para darme las gracias. Mi objetivo como escritor ha consistido en eso: en compartir la mima emoción que yo sentí al descubrir a Pino. No sólo quería transmitir los datos, también la emoción».

https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2019/03/18/5c8e40cdfc6c83145f8b4612.html

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