Nadine Sierra, soprano
Pretty Yende, soprano
Pablo Mielgo, dirección de orquesta. Orquesta Titular del
Teatro Real
Programa musical
PARTE I
G. Rossini (1792-1868)- Obertura de Il barbiere di Siviglia
V. Bellini
(1801-1835)- “Ah non credea…” de La sonnambula
- “Mira, o Norma…· de Norma
G. Verdi (1813-1901)-
“E’ strano ... Sempre libera” de La traviata
J. Offenbach
(1819-1880)- “Les oiseaux dans la chamrille” (aria de Olympia) de Los cuentos
de Hoffmann
C. Gounod
(1818-1893)- “Je veux vivre” de Roméo et Juliette
L. Delibes
(1836-1891)- “Viens, Mallika... Dôme épais” (Dúo de las flores) de Lakmé
PARTE II
R. Chapí (1851-1909)
- Preludio de El tambor de granaderos
G. Giménez
(1854-1923)- “Me llaman La Primorosa” de El barbero de Sevilla
- “Sierras de Granada” de La tempranica
C. Velázquez
(1916-2005) - “Bésame mucho”
G. Giménez- La
tarántula (zapateado) de La tempranica
L. Bernstein
(1918-1990)- Obertura de Candide
V. Herbert
(1859-1924)- Art is calling
L. Bernstein - "I Feel Pretty" de West Side Story
El coliseo madrileño a veces apuesta por grandes figuras de
la lírica, aunque sigue siendo elitista en los precios y los espacios y tiempos
(una sola función). Efectivamente, como explican sus gerentes, hay entradas de
menos de veinte euros, pero no se ve ( se llama “visibilidad reducida”) ni se escucha
bien. Efectivamente, la acústica del Real no es la de la Scala, ni la ópera
Garnier, ni el Colón de Buenos Aires.
De todas formas, hay que festejar este acontecimiento
desbordante de delicadeza, excelencia y sobre todo en los tiempos complicados
que toca vivir fuera del país y en el mundo entero. Siempre hay que festejar
una ocasión gozosa.
Es lo que nos brindaron dos estrellas internacionales (que
viajan de Europa a América) de la lírica del momento, dos cantantes cuya
expresividad y virtuosismo deslumbran en los escenarios más importantes del
mundo con sus actuaciones individuales y que ahora entrelazan sus voces en un
concierto único. No es la primera vez que lo hacen, pero siempre es un lujo.
El recital contó con dirección musical de Pablo Mielgo
al frente de la Orquesta Titular del Teatro Real, que ofreció un
programa dividido en dos partes; la primera, protagonizada por personajes
dramáticos del Romanticismo italiano y francés- Amina, en La sonnambula; Norma
y Adalgisa, en Norma; Violetta, en La traviata; Olympia, de Los cuentos de
Hoffmann, o Juliette, de Roméo et Juliette, - extraordinaria exhibición
belcantista, que exige al intérprete voz y manejo vocal bastante al límite,
además de una gran sensibilidad para dotar de sentimiento un canto pirotécnico,
habitado profusamente por las agilidades de las cantantes.
Nadine Sierra y Pretty Yende son un privilegio
de la naturaleza. Y además, lucen unos vestidos de hada, multicolores, de deliciosa
hechura y texturas, que complementan su iridiscencia e irradiación fantásticas
en lo vocal y lo teatral: se miran, se compenetran, se tocan mientras cantan.
Por momentos, el director también forma parte de ese único “ménage à trois”.
Mágico.
El director Mielgo, formado en el Conservatorio Real de
Madrid y en la London Guidhall School of Music, ha trabajado con directores tan
afamados como James Conlon, Daniel Barenboim y Claudio Abbado y dirige
habitualmente en las grandes citas del circuito europeo como el Wiener
Musikverein, en los Estados Unidos como el Carnegie Pasillo de Nueva York, en
América Latina y en Oriente Medio. Así mismo trabaja en estrecha colaboración
con orquestas como la Simón Bolívar, la Arena di Verona y con artistas como Juan
Diego Flórez, las hermanas Labeque, Pero-Laurent Aimard, Julián Rachlin y
Radovan Vlatkovic.
La segunda sección del programa declinó un repertorio diferente y complicado para dos cantantes ajenas al universo hispano: la zarzuela –El barbero de Sevilla, La tempranica-, el bolero, la opereta y el musical, mejor, abierto, cómplice, seductor.
Nadine Sierra, la soprano estadounidense, tiene una
trayectoria apabullante: galardonada con el Premio Richard Tucker 2017 y el
Premio Beverly Sills de The Metropolitan Opera de Nueva York en 2018. Fue
también la ganadora más joven hasta la fecha tanto del Concurso Vocal de la
Fundación Marilyn Horne como de las Audiciones del Consejo Nacional de Metropolitan
Opera House.
Su belleza vocal, su impecable técnica y su gran musicalidad la han convertido en una de las artistas más reclamadas en los principales escenarios de ópera internacionales. Se la puede seguir por muchos teatros líricos, también en retransmisiones Mezzo u otras. Tiene mucha visibilidad.
En cuanto a su compañera ya habitual en esta ocasión, debutó en la ópera en el Teatro Nacional de Letonia en Riga, como Micaela en Carmen. Así es: la sudafricana Pretty Yende ha actuado en casi todos los grandes teatros del mundo, como la Royal Opera House londinense, la Ópera Nacional de París, la Metropolitan Opera de Nueva York o el Teatro alla Scala de Milán.
Su carrera se ha desarrollado con una rapidez
sin precedentes. Graduada en la Young Artists Accademia del Teatro alla Scala,
Yende ha recibido la Orden Stella de Italia y posee la Orden de las Artes y las
Letras de Francia.
El comienzo trajo la obertura de “El barbero de Sevilla” a
cargo de Pablo Mielgo, también a señalar en “Candide” de Bernstein, y el
preludio de “El tambor de granaderos” de Chapí.
Pretty Yende se atrevió con el aria final de “Sonambula”, La
muñeca de “Cuentos de Hoffmann”, de Offenbach para luego regalar en un español
con dificultosa dicción (mejor su francés), “Sierras de Granada” de “La
Tempranica” y “La tarántula”. Clausuró su actuación sola con mucho humor,
sentimiento que atravesó todo el recital, “Art is calling for me” del musical
de Herbert “The Enchantress”.
Por su parte, Nadine Sierra brindó el “È strano” seguido del legendario “Sempre libera”, con una facilidad evidente especialmente en los sobreagudos. Cautivó completamente como la enamorada Julieta de la ópera de Gounod, en el vals “Ah! Je veux vivre”. Goza de una técnica segura, sólida, hermosa línea de canto y un fiato incandescente, que le permitieron seguir luciéndose además con “Me llaman la primorosa” de la zarzuela de Giménez. Probablemente “Bésame mucho” sea el bolero más conocido en el planeta, pues también lo defendió con honores.
El “I feel pretty” de “West side story”, con todos los guiños necesarios, la reunió con Yende, encantada de la aventura musical que se repite con éxito en todas partes. La colaboración continuó con “Mira o Norma” y el conocido y mágico dúo de “Lakmé” al final de la primera parte. Tienen una sorprendente compenetración, hay feeling entre ambas, está clarísimo. Son señoras rotundas, contundentes, fascinantes. Aún vestidas de negro o de gris, brillantes, seguras de unas personalidades arrolladoras, también en escena.
El público estaba desbordado en
aplausos y extremadamente satisfecho y feliz. La velada fue terminando con un popurrí
o un medley de obras muy conocidos sobre todo en Norteamérica, que se han
convertido en universales, algunas son joyas icónicas cinematográfica: “As
times goes by” ( de la película Casablanca) “The way we were”, mítica película
con Robert Redford y Barbra Streisand con la dirección de Sidney Pollack y “Edelweiss”, melodía tradicional austríaca ( y en
la cinta “Sonrisas y lágrimas”), “Somewhere over the rainbow” del mago de Oz
(Judy!) y Moon river” (Oh!, Tifffany, evocado por Audrey Hepburn en su “Desayuno
con diamantes”.
Una noche para olvidar las
circunstancias personales y del mundo y dejarse llevar, tal vez soñar. Como
expresó el atribulado McConaughey de True Detective, (Carlos Boyero dixit et
scribit): “Siempre se ha tratado del combate entre la luz y la oscuridad,
pero por ahora la luz está ganando”. Esta vez, también.
Alicia Perris
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