Ludovic Tézier, barítono. Marcus Merkel, dirección de orquesta. Orquesta Titular del Teatro Real. Varios compositores. Teatro Real. 3 de octubre, 2024
Programa
Parte I
FÉLICIEN DAVID (1810-1876)
Ouverture, La perle du Brésil
JACQUES OFFENBACH (1819-1880)
Scintille diamant, Les contes d'Hoffmann
Acte IV Intermezzo, Les contes d'Hoffmann
GIOACHINO ROSSINI (1792-1868)
Sois immobile, Guillaume Tell
CAMILLE SAINT-SÄENS
Qui donc commande quand il aime?, Henry VIII
JULES MASSENET (1842-1912)
Méditation, Thäis
Voici donc la terrible cité, Thäis
Parte II
RICHARD WAGNER (1813-1883)
Vorspiel, Meistersinger
Wolfram - Wie Todesahnung... O du mein holder Adendstern,
Tannhäuser
Walkürenritt, Die Walküre
Abendlich strahlt der Sonne Auge, Das Rheingold
Wotans Abschied und Feuerzauber, Die Walküre
Marsella ha dado personajes potentes, únicos. Tierra y
sangre de fenicios, griegos, romanos, corsos, de contrabandistas, de creadores,
cosmopolita, el barítono Ludovic Tézier es uno de sus hijos predilectos
en el universo lírico. Casado con una soprano conocida, Cassandre Berthon,
estudió con Claudine Dupart, que lo dirigió de la voz de tenor a la de
barítono y canta de maravilla en equipo.
Posee una excelente dicción francesa (no es evidente, hay
cantantes o dobladores a quienes no se les entiende lo que dicen en su lengua
materna) y un alemán muy vigilado, casi ultracorregido. Un legato amabilísimo, cantabile,
suavidad y anchura en un instrumento que apiana, pasa de un registro a otro sin
dificultad y tiene un fiato poderoso.
La voz es terciopelo y suave, pero se impone y es también
muy masculina, como la forma de encarar a la platea y a todo el público.
Vestido “casual”, con traje oscuro y el pecho medio al descubierto, daba la
sensación de que la elegancia tenía que dejar paso a la eficacia sonora.
Como está de moda y los periodistas se leen unos a otros y
todo se contagia, podía definírselo más ahora desde un encuadre foniátrico o de
otorrinolaringólogo, como expresó Marianne Ax, profesora de canto sueca que
enseña en Madrid a profesionales, “se aprecia un balance entre su apoyo (musculación
diafragmática y abdominal) y la relajación de la laringe, que hace su voz
sonora, alcanzando un timbrado con una resonancia que solamente se logra con
una perfecta técnica vocal”.
Dicho esto, algo rimbombante y tecnicista, el cantante debutó
en el Teatro Real en 2008 como Renato en Un ballo in maschera, interpretando
luego al conde de Almaviva en Le nozze di Figaro (2009), a sir Riccardo Forth
en I puritani (2016), El conde de Luna en Il trovatore (2019) y el papel
titular de Rigoletto, el año pasado. Ha dejado pocos papeles de barítono sin rastrear.
En el tercer concierto lírico de su Temporada 2024-2025, el
programa, que propone arias y obras solo orquestales, tiene dos secciones muy
diferenciadas: la primera dedicada a arias de ópera francesa, su repertorio natural,
cuyos papeles protagonistas para barítono se ajustan a su voz poderosa y a su
timbre cálido y oscuro, que unido a una técnica impecable, le permiten afrontar
roles muy diversos. La segunda parte será íntegramente dedicada a Wagner, con
escenas de Tannhäuser, El oro del Rin y La valquiria.
La velada se abrió con una partitura poco frecuentada, la obertura de La perle du Brésil, de Félicien David (1810 – 1876), recordando la eterna búsqueda francesa de los países perdidos , los más valiosos (habría que recordar a Baudelaire, a Verlaine, a los compositores seducidos por la veta española de fin del XIX y la clara influencia de Berlioz o Meyerbeer).
Buen comienzo de la orquesta y primeros pasos en el
concierto para el joven director, Marcus Merkel (33 años), toda una
carrera por delante, que fue afianzándose a lo largo del concierto consiguiendo
un óptimo rendimiento de la formación del coliseo madrileño y algunos de sus
solistas. Merkel realizó estudios en varias disciplinas musicales en Berlín,
donde al principio parecía inclinado hacia el jazz.
Y llegó la primera aria, «Scintille, diamant» de Les contes
d’Hoffmann, de Jacques Offenbach (1819 – 1880), en la que Tézier recreó a
Nicklausse, cantando el amor y al arte, “deslumbrantes como un diamante”, para confortar
a un desanimado Hoffmann. A continuación, una parte orquestal con el intermezzo
del acto IV de la misma partitura.
Abordando otra composición que en Europa no tiene excesiva
frecuentación, el aria «Sois immobile», Guillermo Tell, de la ópera homónima de
Giacomo Rossini (1792 – 1868), en la escena que forma parte del
patrimonio de leyendas e historias nacionalistas de una Humanidad sedienta de
libertad.
Cambiando nuevamente de geografía la «Bacchanale» de Samson
et Dalila, de Camille Saint-Saëns (1835 – 1921), pieza orquestal orgiástica,
de clima sensual y deslumbrante, que da paso, (asombrosa la ductilidad de
Tézier, no solo en lo vocal sino también en la composición de sus
interpretaciones teatrales y en la variedad en la elección de sus autores) al
pervertido Enrique VIII en la ópera homónima de Saint-Saëns,
reflexionando sobre el poder y el amor ( y seguramente su capacidad y sus
posibilidades para imponerlos).
La primera parte concluye con Thaïs, de Jules Massenet
(1842 – 1912). Después de la célebre «Méditation» pieza orquestal, interpretada
al violín por Bertrand Cervera, Tézier interpretó "Voici donc la
terrible cité", de la misma ópera, en la que Athanaël lucha contra la
tentación de seducir a Thaïs, en un pasaje lleno de exotismo y de un libertinaje
desenfrenado más deseado y fantaseado que real. Y que no tuvo nada que envidiar
a la versión que La Scala de Milán llevó a cabo hace dos temporadas (marzo de
2022).
Luego de la pausa, Richard Wagner (1813 – 1883), ocupó
todo el espacio de la orquesta del teatro a cargo de Merkel y del propio
barítono con el Preludio de Los maestros cantores de Núremberg, de una
riquísima orquestación.
Le sigue «Wie Todesahnung… O du mein holder Abendstern», aria de Tannhäuser en la que Wolfram von Eschenbach expresa su amor idealizado por Elisabeth, a través de un ambiente etéreo que evoca la comunión espiritual entre ambos.
Es de todos sabido que Tézier, aparte de su cercanía al
repertorio francés y ser sensible a los problemas del planeta y de su gremio,
es un barítono que ha dedicado gran parte de su trayectoria y su talento, vasto
y generoso, a Verdi, su compositor de referencia, sin por eso haber dejado de transitar
casi todos los roles para su cuerda, inclusive de la ópera rusa.
Eso le ha posibilitado dar origen a una discografía
abundante, a la plasmación de su trabajo en vídeos y muchos reconocimientos por
su labor como cantante, algunos de ellos en Francia, pero no solo.
No podía faltar la incluso cinematográfica «Cabalgata de las
valquirias», previa al monólogo de Wotan «Abendlich strahlt der Sonne Auge» de
El oro del Rin.
La velada se cerró con otra conocida escena de la
Tetralogía: la trascendente «Wotans Abschied und Feuerzauber», en el final del
tercer acto de La valquiria, en la que Wotan, castiga a su amada pero díscola
hija Brünnhilde.
Un repertorio que recuerda todas las fantasmagorías de unos
dioses creados, no como el panteón griego o romano, a la manera de los hombres,
con sus conflictos y debilidades, sino por encima de su idiosincrasia, en un
territorio que relampaguea sobre el modelo de superhombre nietzscheano o de
Schopenhauer, y las consecuencias que otros
pensadores de la época, junto a circunstancias militares y económicas trajeron
para el mundo a comienzos del siglo XX y después del hundimiento de la fallida
República de Weimar.
La audiencia escuchó y aplaudió todo encantada y si las
partituras hubieran sido distintas, también lo hubiera hecho. Así pues los “encore”
estaban servidos y a pesar de que Macbeth de Verdi, como La forza están
consideradas en el mundo lírico de mal fario, sonó un aria de la primera y, en
otro derroteros, El hombre de la mancha (Mitch Leigh fue el compositor)
que no solo Jacques Brel hicieron
famosos, sino también José van Dam( 1998) y la película de Arthur
Hiller (1972) homónima con Sophia Loren como una Dulcinea bravía y
arisca y un Don Quijote al que dio vida un Peter O´Toole fascinante.
Alicia Perris
HD LIVE ROBERTO ALAGNA & LUDOVIC TÉZIER - LA DANZA -
ROSSINI - PARIS 2024
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