El Teatro Colón estrena hoy martes
una mega ópera única en el mundo. Única por sus dimensiones, por la polémica
que le precede, por la ambición de la propuesta y, sobre todo, porque nunca se
exhibió en ningún lugar. Quienes accedan al Teatro a las dos y media de la
tarde saben que permanecerán sentados unas siete horas, que solo contarán con
tres intervalos para probar los tentempiés, ya incluidos en el precio de la
entrada, y que saldrán de allí bien pasadas las once de la noche. Para el resto
de sus días podrán contar que vieron la tetralogía El anillo del Nibelungo, de
Richard Wagner de una sentada. El Oro del Rin (Das Rheingold), La valkiria (Die Walküre), Sigfrido (Siegfried) y El ocaso de los dioses (Götterdämmerung) suelen alargarse
durante unas 14 o 16 horas, según las versiones de cada director. Y se suelen
representar en cuatro jornadas. El compositor alemán Cord Garben se atrevió a
comprimirlo todo en siete horas y el austriaco Ricardo Paternostro asumió el reto
de dirigir durante todo ese tiempo dos orquestas que se irán turnando para
evitar el cansancio.
El experimento
se ideó expresamente para el Teatro Colón. Y por eso la obra se llama
Colón-Ring. Con ella, Buenos Aires descorcha por adelantado los festines del
año Wagner, que en el resto del mundo se celebrará en 2013 para conmemorar el
bicentenario del genio nacido un 22 de mayo en Leipzig. Los gestores del teatro
contrataron a la biznieta del compositor, Katharina Wagner, como directora de
escena. Pero en octubre Katharina llegó a Buenos Aires, se quejó de que “no había nada preparado para
el ensayo”, “no se había empezado ni un vestido ni una peluca”, y dio el portazo cuando apenas quedaba un mes para el
estreno. Entonces desde el Teatro llamaron a la única persona que podría
salvarles: la directora de escena argentina, integrante de La Fura dels Baus y
afincada en Barcelona desde hace once años, Valentina Carrasco. Ella se encontraba
en ese momento trabajando en Lyon. Pidió un día para pensárselo y después hizo
honor al nombre de Valentina y aterrizó en Buenos Aires el 25 de octubre. Solo
disponía de cuatro semanas para levantar las cuatro óperas en el aire.
Valentina Carrasco cree que le ayudó el hecho de ser argentina, ese hábito de
tirar hacia adelante en las peores circunstancias, cuando otros se paralizan.
La adaptación
solo podrá verse hoy y el viernes en Buenos Aires. El resto de los espectadores
podrán acceder a ella mediante la grabación integral que el canal alemán
Deutsche Welle va a filmar para emitirlo durante el año Wagner
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