Scipione nelle Spagne. La Ritirata. Selección de ópera semiescenificada de Alessandro Scarlatti. 15 de agosto,2025
Estreno en el Teatro San Bartolomeo, en 1714. Estreno
absoluto en tiempos modernos
Elenco
Pablo García López, Scipione
Alexandra Tarniceru, Sonofisba/ Paloma Friedhoff
Bruno Campelo, Luceio
Josetxu Obregón, dirección musical
Nacho García, dirección de escena
Festival de San Lorenzo, Comunidad de Madrid
Se están oyendo y disfrutando mucho esta temporada y la
siguiente por venir, las composiciones del maestro siciliano Alessandro
Scarlatti, en el tricentenario de su muerte (24 de octubre de 1725).
Se trata de un músico muy relacionado con España, pues fue maestro de la Capilla Real del Reino de Nápoles, virreinato de la corona española en aquella época. Propicia el estreno de una selección de la ópera de tema español Scipione nelle Spagne (Escipión en España).
Con el mismo exacto título que la ópera de Scarlatti y el mismo libreto de Apostolo Zeno, existen no menos de 20 óperas de otros compositores. La propuesta del prestigioso grupo La Ritirata, que dirige Josetxu Obregón, el talentoso músico bilbaíno, se basa en su experiencia en la interpretación de obras de Alessandro Scarlatti, que ha grabado en varios discos (Il giardino di rose, Quella pace gradita, o los Conciertos napolitanos). En esta ocasión, este espectáculo responde a una visión musical comprometida de Obregón y los músicos que secundan La Ritirata: los instrumentos y la manera de interpretarlos se corresponden con las vivencias del compositor en la época.
Alessandro Scarlatti, que no Domenico, (Palermo, Reino de Sicilia, 2 de mayo de 1660 - Nápoles, Reino de Nápoles, 22 de octubre de 1725) fue un compositor y clavecinista que nació en la actual Italia, entonces bajo control del Imperio Español, en el período Barroco. Fue uno de los representantes más importantes de la escuela napolitana y jugó un papel fundamental en la historia de la música, principalmente en el desarrollo del lenguaje de la ópera, contribuyendo a perfeccionar las formas del aria da capo y de la obertura italiana de tres movimientos. Fue uno de los primeros compositores en utilizar el recitativo con orquesta, denominado recitativo acompañado, y el concertato al final del acto.
Su
lista de obras es inmensa y prácticamente desconocida para el gran público,
incluyendo más de cien óperas italianas, ochocientas cantatas italianas,
serenatas para voces e instrumentos, madrigales, treinta y ocho oratorios (de
los que solo veinte se conservan), más de cien motetes y cantatas sacras, una
pasión y doce misas. Scarlatti obtuvo el puesto de maestro de capilla para la
reina Cristina, gracias a lo cual su talento musical pudo ser apreciado por
personalidades nobles e influyentes de Roma, Italia y el resto de Europa.
En lo que se refiere a La clemencia de Escipión, justamente las ideas de clemencia, magnanimidad o contención, la muy glosada "virtus" romana republicana, están basadas en el relato legendario de la toma por el general romano Escipión el Africano de la ciudad cartaginesa de Qart Hadasht (en latín Carthago Nova, la actual Cartagena) el año 209 antes de Cristo. La toma de Cartagena, episodio clave de la segunda guerra púnica en la península ibérica, se narró como tema iconográfico aparece en la pintura del Renacimiento, y continuó siendo muy desarrollado por la pintura de historia hasta el siglo XIX.
El significado moral del tema, es el triunfo de la virtud
sobre el deseo o sea, no tanto clemencia o perdón como más bien autocontrol, lo contrario del vicio clásico denominado akrasia. La figura de Escipión se exalta hasta límites heroicos
y se le convierte en un modelo de comportamiento para los romanos. Es evidente
la comparación de esta actitud con la opuesta que
representa Agamenón en el comienzo de la Iliada, al
resistirse a devolver a Criseida a su padre, el sacerdote Crises, lo que
provocó el castigo de Apolo y una concatenación de hechos que llevaron al
enfrentamiento con Aquiles. Todo un regalo exquisito para los clasicistas de
siempre.
En realidad, la naturaleza de la decisión de Escipión fue
esencialmente política: la presencia en Cartagena de un gran número de rehenes
mantenidos por los cartagineses como prenda de la fidelidad de distintos
pueblos indígenas de la península ibérica, ofreció a los romanos la posibilidad
de realizar una operación de gran alcance. Los liberaron sin más pago que
volver a sus lugares de origen, convirtiéndose así en los mejores embajadores
posibles de Roma.
Así pues, con estos mimbres, Scarlatti recrea uno de los episodios de las Guerras Púnicas, adaptándolo a la perfección con una partitura de tres horas, de las que aquí se presentan unos cuantos pasajes, sin los episodios cómicos, en aproximadamente la mitad de la duración que la original.
Con la sala de cámara en lleno total, la idea de preparar una adaptación también teatral es muy acertada, porque no distrae excesivamente de la música, no exige unos esfuerzos organizativos y crematísticos como los de los montajes de ópera completamente dramatizadas, pero la audiencia se complace mucho en el disfrute del movimiento escénico, los trajes tan coloristas que recuerdan los de los Pupi de la Sicilia natal del compositor (declarados por la Unesco desde 2001 patrimonio oral e intangible de la Humanidad) y los tradicionales montajes de los teatrillos de marionetas callejeras.
Faldones cortos con armazón, calzas, yelmos con plumas “alla Farinelli”, todo restallante y multicolor, no espada cortas o gladius, sino sable sarraceno para los soldados en liza (también invadieron los árabes Sicilia), sugerente traje del XVIII para la dama: el vestuario es muy simpático y evocador. Nacho García en la dirección de escena consiguió llevar a buen término el desafío. Así pues la perfecta combinación de lo culto y lo popular en una creación estival que merece ser recordada, también en grabaciones y por supuesto repetida en otras salas.
En lo que se refiere al grupo de cámara que interpreta el Scipione, La Ritirata fue creada durante su etapa de residencia en Holanda por Josetxu Obregón y toma su nombre del último movimiento del célebre quinteto que Luigi Boccherini compuso en Madrid, titulado “La Musica Notturna delle strade di Madrid”.
Toda visión musical puede ser potencialmente válida- explican en el
conjunto- pero cuando los instrumentos utilizados y su manera de interpretarlos
se corresponden con las vivencias del compositor en su época, de alguna manera
las piezas del puzzle encajan creando una sinergia indiscutible. Partiendo de
este principio, el violonchelista bilbaíno Josetxu Obregón crea La
Ritirata, una formación dedicada a la interpretación histórica con la intención
de redescubrir repertorios del Barroco, Clasicismo y primer Romanticismo, desde
la aparición del violoncello hasta que la línea entre la interpretación
histórica y moderna del mismo se estrecha al terminar el Romanticismo.
A lo largo de sus 14 años de trayectoria, actúan en
festivales y salas de gran prestigio de Europa, América, Asia y Oriente Medio,
como por ejemplo Musikfestspiele Potsdam, Ludwigsburger Schlossfestspiele,
International Fasch Festival Zerbst, Kulturforum Berlin, Tage Alter Musik
Regensburg (Alemania), Internationalen Barocktage Stift Melk, Alte Musik
Feldkirchen (Austria), Eszterházi Vigasságok (Hungría), Banchetto Musicale
Vilnius (Lituania), Varaždin Baroque Evenings (Croacia), Teatro Nacional de
China (Beijing), Felicja Blumental de Tel Aviv (Israel), Centro Studi
Boccherini en Lucca (Italia), Sligo Festival of Baroque Music (Irlanda),
Valletta International Baroque Festival (Malta), así como numerosas giras por
muchos países.
Con numerosas grabaciones y premios notables, Josetxu Obregón, su director, gran intérprete, ha conseguido aunar el espíritu de una agrupación que roza la excelencia en cada actuación, compacta, pero flexible y muy musical, en una conseguida filiación a épocas y estilos diferentes. En la función de referencia, a destacar todos los instrumentistas, flauta de pico, violines, percusión, tiorba y clave y el conjunto de músicos en pleno.
Respecto a las voces, muy elegante y decidido, fino el Scipione del tenor cordobés que ha actuado ya en teatros muy conocidos Pablo García López, afinado, seguro y recatado, como general, como enamorado y como político cartaginés. Se maneja bien en el escenario, posee una línea de canto agradable y buen fiato. Contrasta y declina bien su parte consiguiendo hacer empastando con el trío de voces un corpus donde no se llega a echar de menos, ni más potencia vocal ni los coros.
El contratenor gaditano Bruno Campelo como Luceio es un delicioso enamorado, que “sospira, trema”, al vaivén de la acción, cada vez que parece conseguir o perder definitivamente a la amada. Tiene un bello instrumento, muy igual, con unos graves bien anclados y un registro lleno de matices y armónicos.
Parece que este verano ocurren las sustituciones de última hora, como ocurrió con la Traviata de Nadine Sierra en el Real, que devino un éxito en el reemplazo de Sabina Puértolas. Aquí la Sofonisba de la bella rumana Alexandra Tarniceru, disfónica, quedó en la actuación, muy ajustada, especular, con la de su cover ocasional, mientras una soberbia
Paloma Friedhoff ponía la voz y la brillantez vocal con partitura fuera de escena, con la orquesta, fantástica de sonido, a un personaje femenino destacable: la paciente pero hábil Sofonisba, que bucea muy entre razones políticas y de estado y estadios amorosos. Friedhoff dibujó un personaje acabado y muy potente, precioso. Paloma Friedhoff Bello es la soprano en cuestión, ganadora de varios premios internacionales en Madrid, Washington DC, Lisboa, Barcelona y Logroño.
Su principal interés y actividad se centran en el mundo de la canción, el oratorio y el repertorio sinfónico, aunque recientemente ha realizado trabajos para bandas sonoras y grabaciones de todo tipo de proyectos (compositores, coros, cortos, series, anuncios).Hubo muchos aplausos y en pie y la repetición como propina
al final con “Viva, Viva Scipione” que les salió mejor que la primera vez, si
eso hubiera sido posible. Inmejorable todo. De verdad…
Alicia Perris
Fotos, Julio Serrano
Nota bene: recensión dedicada con todo mi afecto especialmente a los profesores de latín y griego clásico, Lucila Castro, Aída Barbagelata, Gerardo Pagès, del Colegio Nacional de Buenos Aires y la Universidad de esa ciudad (UBA) y toda la constelación tan inspirada de gentes- en la memoria- que hicieron posible mi indeclinable fidelidad al mundo de Roma y Grecia clásicos, su historia y su imaginario.







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