miércoles, 8 de octubre de 2025

STÉPHANE DEGOUT, BARÍTONO Y CÉDRIC TIBERGHIEN AL PIANO, DEBUTAN EN EL CICLO DE LIED DEL CNDM Y EL TEATRO DE LA ZARZUELA, EN EL RECITAL QUE ABRE LA XXXII EDICION (TAMBIEN VERSION FRANCESA)

Stéphane Degout, barítono. Cédric Tiberghien, piano. Varios autores. XXXII Ciclo de Lied. Teatro de La Zarzuela, 7 de octubre, 2025

PROGRAMA

 PRIMERA PARTE

 ROBERT SCHUMANN (1810-1856)

 Liederkreis, op. 39 (1840) 

TexTos de Joseph von eichendorff

  1. In der Fremde

  2. Intermezzo

  3. Waldesgespräch

  4. Die Stille

  5. Mondnacht

  6. Schöne Fremde

  7. Auf einer Burg

  8. In der Fremde

  9. Wehmut

 10. Zwielicht

 11. Im Walde

 12. Frühlingsnacht

 GUY ROPARTZ (1864-1955)

 Quatre poèmes d’après l’«Intermezzo» de Heinrich Heine, IGR 54 (1899)

 TexTos de pierre-rené hirsch y Joseph roparTz

 Prélude

 1. Tendrement enlacés, ma chère bien-aimée

 2. Pourquoi vois-je pâlir la rose parfumée?

 3. Ceux qui, parmi les morts d’amour

 4. Depuis que nul rayon de tes yeux bien-aimés

 Postlude

SEGUNDA PARTE

 RITA STROHL (1865-1941)

 De Six poésies de Baudelaire mises en musique, op. 20 (1894)

 1. Un fantôme

 3. Obsession

 6. Madrigal triste


 MAURICE RAVEL (1875-1937)

 Sainte, M 9 (1896)

TexTo de sTéphane MallarMé

 Deux épigrammes de Clément Marot, M 21/10 (1896-1899)

 1. D’Anne qui me jecta de la neige

 2. D’Anne jouant de l’espinette

 De Shéhérazade, M 41 (1903)

TexTo de TrisTan Klingsor, seudóniMo de léon leclère

 3. L’indifférent

 Don Quichotte à Dulcinée, M 84 (1932-1933)

TexTos de paul Morand

 1. Chanson romanesque

 2. Chanson épique

 3. Chanson à boire

 CLAUDE DEBUSSY (1862-1918)

 Trois ballades de François Villon, CD 126 (1910)

 1. Ballade de Villon à s’Amye

 2. Ballade que Villon feit à la requeste de sa mère pour prier Nostre-Dame

 3. Ballade des femmes de Paris

Stéphane Degout y acompañante, afrontan en esta velada una variedad de autores, con textos en general de gran calado, pero de una clara coherencia, paradójicamente.

Exquisitos los textos compuestos por Robert Schumann por Joseph von Eichendorff, segura y cristalina la pronunciación alemana del barítono francés, de quien se asegura, con razón, su facilidad para las lenguas y la variedad de su repertorio, que pasa por un fantástico Oneguin, por ejemplo, el barroco, Mozart o la ópera contemporánea y sus actuaciones en las salas más importantes.

Heinrich Heine, a partir de su Intermezzo, se plasma en los textos de autores franceses y música de Guy Ropartz a quien los artistas interpretan con delicadeza y recogimiento. Es conocida la dedicación que músicos y cantantes galos otorgan a la conservación y escucha de su rica y no siempre debidamente difundida tradición musical.

En la segunda parte, seguramente la más intensa y de mucho trabajo técnico, la presencia de la compositora Rita Strohl, no tan frecuentada, con poemas de Baudelaire (se encuentran esa noche algunos de los “poètes maudits” más elogiados de Francia, como el propio autor de Invitation au voyage o L´Albatros y François Villon, que nos enamoró a todos de adolescentes con su citada y nostálgica pregunta existencial “Où sont les neiges d´antan?” (¿Dónde están las nieves de antaño?”), que a menudo se plantean los lectores y melómanos a medida que ven pasar la vida… Concierto culto, de culto.

No es tan solo cantar, afinar, seleccionar las composiciones, sino comprenderlas y ser capaz de transmitirlas. Ese es el reto del cantante aquí y su pianista, porque este no ha sido un recital fácil o ligero de factura. Degout tiene un fiato muy solvente, graves sorprendentes, bonita línea de canto y una técnica que le permite explorar compositores muy alejados en el tiempo y en el espacio. Su instrumento es como la madera, recio, resistente y flexible. Sólido.

Mallarmé siempre fue un autor alquímico y a descifrar, codificado. Ravel lo presentó aquí, junto a versos de Clément Marot (del siglo XV, protegido por el rey Francisco I), Un número de Shéhérazade y las muy escuchadas canciones de Don Quichotte à Dulcinée, icónicas.

No podía faltar Debussy, una geografía plural en sí mismo poniendo música al inefable Villon (en su francés nada definitivo, también del siglo XV). Degout no solo ha hecho un repaso musical del patrimonio francés sobre todo y alemán, sino una verdadera travesía historiográfica de la literatura y eventos de la Historia, los libros y creaciones literarias universales que han encandilado al mundo lector de todo Occidente. La suya ha sido una exquisita singladura.

Este concierto supuso su primera participación con el pianista Cédric Tiberghien en el prestigioso Ciclo de Lied que cuenta con más de tres décadas de historia, presentando un programa de gran riqueza que enlaza dos tradiciones esenciales en el repertorio de cámara vocal: el lied alemán y la mélodie francesa.

Sugerente “travelling” desde el romanticismo alemán y sus tradicionales temas de la naturaleza, la pérdida, la desesperanza, la nostalgia, los fantasmas, Lorelei y los amores desencontrados, en un clima sentimental complejo pero conocido en este repertorio en los autores y en los compositores. Incluye la poesía musical francesa de finales del XIX que abarca una antología de poesía de muchos siglos, hasta el XX.

El barítono francés Stéphane Degout es una de las voces más aclamadas del panorama actual. Su voz ha sido objeto de múltiples elogios por ofrecer "una intensidad dramática impresionante" y una "agilidad impetuosa y robustez viril".  No es complaciente ni en la elección de sus actuaciones, ni en el despliegue artístico. Tampoco nada pasional, conserva todo el rigor que caracterizó las grandes corrientes de pensamiento del siglo XVII y XVIII que definieron Francia y la idiosincrasia francesa. Degout también es esa tradición y esos mimbres.

Graduado en el Conservatorio Nacional Superior de Música de Lyon, con su debut, que tuvo lugar como Papageno en el Festival de Aix-en-Provence, obtuvo un gran reconocimiento en los principales escenarios operísticos del mundo. Figuran entre sus papeles más destacados Giuglielmo (Cosi fan tutte), le Comte Almaviva (Le nozze di Figaro), Oreste (Iphigénie en Tauride ), Wolfram ( annhaüser ); así como los papeles principales en Hamlet de Thomas, Don Chisciotte de Conti y Orfeo de Monteverdi. Mención aparte merece su participación en El Rey en el Royal Opera House en Covent Garden, con un papel escrito específicamente para su voz en la creación de Lessons in Love and Violence de George Benjamin. Una de sus actuaciones más recientes tuvo lugar en el Festival de Lausitz donde cantó Dichterlieb y de Shumann junto a Martha Argerich, entre otros.

Por su parte, el discreto, elegantísimo y ajustado acompañante, Cédric Tiberghien es un pianista francés de carrera internacional consolidado, lleno de sabiduría musical y saber estar. Lo suyo no es sobrepasar, sino brillar en su lugar, en segundo plano elegido, muy destacable en el resultado del conjunto ofrecido. Especialmente conocido por sus interpretaciones del repertorio clásico, francés y contemporáneo, ha sido aplaudido por su versatilidad y disposición a explorar formatos de concierto innovadores y sus dinámicas colaboraciones en música de cámara.

La ecuación final resultó un compendio de claves reveladas, aunque siempre misteriosas: una exploración por las existencias vividas y contadas, escritas, también cantadas y, para concretar, un posicionamiento frente a la realidad y la búsqueda y el regreso de la memoria perdida. Con una canción de Berlioz como "encore". Muchos aplausos de reconocimiento y una sala que todavía tenía algunas butacas libres.


Proust ha faltado aquí, pero su esencia siempre acompaña este tipo de epifanías y celebraciones y su capacidad para transformar lo íntimo en una reflexión universal. Les neiges d´antan, peut-être, on été ici. (Las nieves de antaño, tal vez, han estado aquí). Inspirador.

Alicia Perris

Fotos: Elvira Megías


EN FRANÇAIS

LE BARYTON STÉPHANE DEGOUT ET LE PIANISTE CÉDRIC TIBERGHIEN FONT LEUR DÉBUT DANS LE CYCLE DE LIED DU CNDM ET DU THÉÂTRE DE LA ZARZUELA, LORS DU RÉCITAL D’OUVERTURE DE LA XXXIIe ÉDITION

Stéphane Degout, baryton. Cédric Tiberghien, piano. Divers compositeurs. XXXIIe Cycle de Lied. Théâtre de La Zarzuela, 7 octobre 2025


PROGRAMME

PREMIÈRE PARTIE

ROBERT SCHUMANN (1810-1856)
Liederkreis, op. 39 (1840)
Textes de Joseph von Eichendorff

  1. In der Fremde
  2. Intermezzo
  3. Waldesgespräch
  4. Die Stille
  5. Mondnacht
  6. Schöne Fremde
  7. Auf einer Burg
  8. In der Fremde
  9. Wehmut
  10. Zwielicht
  11. Im Walde
  12. Frühlingsnacht

GUY ROPARTZ (1864-1955)
Quatre poèmes d’après l’«Intermezzo» de Heinrich Heine, IGR 54 (1899)
Textes de Pierre-René Hirsch et Joseph Ropartz
Prélude

  1. Tendrement enlacés, ma chère bien-aimée
  2. Pourquoi vois-je pâlir la rose parfumée ?
  3. Ceux qui, parmi les morts d’amour
  4. Depuis que nul rayon de tes yeux bien-aimés
    Postlude

DEUXIÈME PARTIE

RITA STROHL (1865-1941)
Six poésies de Baudelaire mises en musique, op. 20 (1894)

  1. Un fantôme
  2. Obsession
  3. Madrigal triste

MAURICE RAVEL (1875-1937)
Sainte, M 9 (1896)
Texte de Stéphane Mallarmé
Deux épigrammes de Clément Marot, M 21/10 (1896-1899)

  1. D’Anne qui me jecta de la neige
  2. D’Anne jouant de l’espinette
    Shéhérazade, M 41 (1903)
    Texte de Tristan Klingsor (pseudonyme de Léon Leclère)
  3. L’indifférent
    Don Quichotte à Dulcinée, M 84 (1932-1933)
    Textes de Paul Morand
  4. Chanson romanesque
  5. Chanson épique
  6. Chanson à boire

CLAUDE DEBUSSY (1862-1918)
Trois ballades de François Villon, CD 126 (1910)

  1. Ballade de Villon à s’Amye
  2. Ballade que Villon feit à la requeste de sa mère pour prier Nostre-Dame
  3. Ballade des femmes de Paris

Stéphane Degout et son accompagnateur ont abordé, au cours de cette soirée, une grande variété de compositeurs, sur des textes d’une profondeur remarquable, unis pourtant par une cohérence subtile et paradoxale.
Les poèmes mis en musique par Robert Schumann sur des textes de Joseph von Eichendorff sont d’une exquise délicatesse ; la diction allemande du baryton français, sûre et limpide, témoigne de sa maîtrise des langues et de l’étendue de son répertoire – qui va d’un superbe Eugène Onéguine au baroque, à Mozart ou à l’opéra contemporain, sur les scènes les plus prestigieuses.

À partir de l’Intermezzo de Heinrich Heine, les textes d’auteurs français mis en musique par Guy Ropartz trouvent ici une interprétation pleine de finesse et de recueillement. On sait combien les musiciens et chanteurs français tiennent à préserver et à faire vivre leur riche tradition musicale, souvent trop peu diffusée.

La seconde partie, sans doute la plus dense et la plus exigeante techniquement, nous offre la présence de la compositrice Rita Strohl, rare au concert, sur des poèmes de Baudelaire. On y retrouve, en cette soirée, plusieurs des poètes maudits les plus célébrés de France : Baudelaire lui-même, auteur d’Invitation au voyage ou de L’Albatros, mais aussi François Villon, qui nous a tous charmés adolescents par sa mélancolique question existentielle : « Où sont les neiges d’antan ? » — interrogation que lecteurs et mélomanes se posent au fil du temps. Un concert savant, un concert de culte.

Chanter, ce n’est pas seulement phraser, accorder ou choisir un répertoire : c’est le comprendre et le transmettre. Tel est ici le défi du chanteur et de son pianiste, car ce récital n’était ni facile ni léger. Degout possède un souffle solide, des graves étonnants, une belle ligne de chant et une technique qui lui permet d’aborder des compositeurs éloignés dans le temps comme dans l’espace. Son instrument est semblable au bois : robuste, souple et résistant.

Mallarmé fut toujours un auteur d’alchimie et d’énigme. Ravel le présente ici, aux côtés de vers de Clément Marot (poète du XVe siècle, protégé du roi François Ier), d’un extrait de Shéhérazade et des célèbres Chansons de Don Quichotte à Dulcinée, devenues emblématiques.

Debussy, quant à lui, ne pouvait manquer à l’appel : véritable géographie plurielle à lui seul, il met en musique le fascinant Villon (dans son français médiéval du XVe siècle). Degout propose ainsi non seulement un panorama musical du patrimoine français et allemand, mais aussi une véritable traversée historiographique de la littérature et des grandes œuvres universelles qui ont marqué le monde occidental. Une traversée exquise.

Ce concert marquait sa première participation, aux côtés du pianiste Cédric Tiberghien, dans le prestigieux Cycle de Lied, fort de plus de trente années d’existence. Ils y présentaient un programme d’une grande richesse, reliant deux traditions essentielles du répertoire vocal de chambre : le lied allemand et la mélodie française.

Un travelling évocateur, du romantisme allemand et ses thèmes de la nature, de la perte, du désespoir, de la nostalgie, des fantômes, de la Lorelei et des amours contrariés, jusqu’à la poésie musicale française de la fin du XIXe siècle, qui rassemble une véritable anthologie poétique s’étendant jusqu’au XXe siècle.

Le baryton français Stéphane Degout est l’une des voix les plus acclamées du moment. Sa voix est saluée pour « son intensité dramatique impressionnante » et « son agilité impétueuse et sa robustesse virile ». Ni complaisant dans ses choix artistiques, ni dans sa prestation, il conserve cette rigueur intellectuelle héritée des grandes pensées des XVIIe et XVIIIe siècles qui ont façonné la France. Degout incarne cette tradition.

Diplômé du Conservatoire National Supérieur de Musique de Lyon, il fait ses débuts au Festival d’Aix-en-Provence dans le rôle de Papageno, et se voit aussitôt reconnu sur les plus grandes scènes lyriques internationales. Parmi ses rôles les plus marquants : Guglielmo (Così fan tutte), le Comte Almaviva (Les Noces de Figaro), Oreste (Iphigénie en Tauride), Wolfram (Tannhäuser), ainsi que les rôles-titres de Hamlet (Thomas), Don Chisciotte (Conti) et Orfeo (Monteverdi). Citons aussi sa participation à Lessons in Love and Violence de George Benjamin, créé à la Royal Opera House de Covent Garden dans un rôle écrit pour sa voix. Récemment, il a chanté le Dichterliebe de Schumann au Festival de Lausitz aux côtés de Martha Argerich, entre autres.

De son côté, le discret, élégant et précis Cédric Tiberghien est un pianiste français de renommée internationale, empreint de sagesse musicale et de retenue. Son art n’est pas de dominer, mais de rayonner à sa juste place, choix délibéré et très remarqué dans l’équilibre du duo. Connu pour ses interprétations du répertoire classique, français et contemporain, il est salué pour sa polyvalence et son goût des formats de concert innovants, ainsi que pour ses collaborations en musique de chambre.

L’équation finale fut un condensé de clefs révélées, quoique toujours mystérieuses : une exploration des vies vécues, contées, écrites et chantées — et, en somme, une réflexion sur la réalité, la mémoire et sa reconquête. A la fin une chanson de Berlioz comme "encore" et beaucoup d´appaludissements. Il y avait quelques sièges libres dans la salle. 

Proust manquait ici, certes, mais son esprit planait sur cette épiphanie musicale et cette célébration du sensible, par sa capacité à transformer l’intime en méditation universelle.
Les neiges d’antan, peut-être, étaient ici.
Inspirant.

— Alicia Perris

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