Programa América. Compañía Nacional de Danza. Varios compositores.
Teatro
de La Zarzuela. 12 de julio, 2023
“Deja que la danza
te transforme”
PROGRAMA: AMÉRICA
(del 12 al 16 de julio 2023)
APOLLO / George Balanchine
BARBER VIOLIN CONCERTO / Peter Martins –
estreno por la CND
SINATRA SUITE / Twyla Tharp – estreno por la CND
TCHAIKOVSKY PAS DE DEUX / George Balanchine
HEATSCAPE / Justin Peck – estreno por la CND
Orquesta: Orquesta titular del Teatro de la Zarzuela. ORCAM
Directora Musical: Tara Simoncic
Bailarina principal invitada: Lauren Lovette
Pianista solista Heatscape: Mario Prisuelos
Violinista solista Barber Violin Concerto: Cristina Pascual Godoy
La Compañía Nacional de Danza
finaliza su temporada 22/23 en el Teatro
de la Zarzuela presentando dos programas que recogen algunas de las piezas
más icónicas de la danza de Europa y América.
El primer programa, América,
está compuesto por cinco obras emblemáticas para el mundo del ballet, que van
diferenciadas en tres bloques. Está al frente, Joaquín de Luz, el maestro.
Joaquín De Luz empezó sus estudios de ballet en la escuela de
Víctor Ullate en la que permaneció tres años. En septiembre de 1996, el Ballet
de Pennsylvania le ofrece formar parte de la compañía como bailarín solista. En
diciembre de 1997, ingresó en el cuerpo de baile del American Ballet Theater en
Nueva York, siendo nombrado un año después bailarín solista. En sus siete años
de estancia en el ABT interpretó importantes papeles principales como El ídolo
de bronce y Solor en La Bayadère (Natalia Makarova después de Marius Petipa),
Red Cowboy en Bil y The Kid, Champion Roper en Rodeo (A. Demille), Blue boy en
Le Patineurs (Ashton), primer marinero en Fancy Free (Jerome Robbins), Birbanto
en Le Corsaire (A. M. Holmes), Turning boy en Etudes (H. Lander) y tantos
otros.
En 2003 se incorporó como bailarín solista al New York City Ballet
y fue nombrado bailarín principal dos años después en 2005. Algunos de los
roles creados para él incluyen Slice to Sharp, de Jorma Elo, Bal de Couture,
Romeo and Juliet, de Peter Martins, Outlier, de Wayne McGregor, Year of the
Rabbit, de Justin Peck, Concerto DSCH y Odessa, de Alexei Ratmansky, DGV: Danse
à Grande Vitesse y Shambards de C. Wheeldon.
Joaquín De Luz ha intervenido como artista invitado con numerosas
compañías internacionales como nuestra Compañía Nacional de Danza, American
Ballet Theater, San Francisco Ballet, Stanivslasky Theater en Moscú, Ballet del
Teatro Colón de Buenos Aires y el Ballet Nacional de Cuba, entre otras.
El 28 de marzo de 2019, el INAEM, Ministerio de Cultura y Deporte del Gobierno de España, anuncia su nombramiento como director de la Compañía Nacional de Danza de España (CND), sucediendo a José Carlos Martínez, cargo que pasó a ocupar a partir del 1 de septiembre de 2019. Y hasta hoy.
Volviendo al estreno de América, Apollo no necesita presentación: es simplemente un referente
imprescindible dentro del repertorio mundial y un anuncio de intenciones de Balanchine de renovar y quitar el polvo
al ballet académico, tal y como se concebía antaño.
Excelente como se dice un poco escolarmente, el “pulso, el acento y
el ritmo”, organizado en torno a este clásico, todo en blanco el vestuario, el
fondo del escenario limpio, siempre en busca de una especie de pulcritud
conceptual que centre la mirada del espectador en el movimiento del bailarín y
la gracia de las coreografías, no en elementos disruptivos que, finalmente, no
aportan nada al espectáculo.
Para algunos entre el público, un descubrimiento, para otros la
posibilidad de comparar con otras compañías, otros prestaciones, otras épocas.
Emociones y planteamientos distintos…
En el bloque central hay tres ofertas riquísimas de diversos
estilos que van desde el neoclásico explosivo de Tchaikovsky Pas de Deux. Se ejecutó con gracia, en la más profunda
ortodoxia de una pieza tan célebre que es imposible presentarla mal (se notaría
demasiado, los asistentes cuentan los compases, los pasos, las piruetas). Todo
fue corrección y elegancia, también blanco, el color de la pureza, de cierto
concepto zen y el mindfulness, también corporal.
A continuación, el moderno/neoclásico en Barber Violin Concerto. Notable el acompañamiento además de Cristina Pascual Godoy, la violinista,
cuyo trabajo fue muy reconocido por la audiencia y muy aplaudido.
Cristina Pascual Godoy es natural de Málaga, con una conexión
conocida con la música clásica en Bélgica. Ha actuado en salas importantes en
varios puntos del planeta y conectado muy bien además con la atmósfera del
jazz. Actualmente es violín solista del Cuarteto Chagall
Acertada también la intervención en la representación de la directora Tara Simoncic, aunque tal vez el pas de deux del compositor ruso pudiera haber estado más ajustado entre los vientos y las cuerdas, para redondear aún más el sonido global de la formación.
En el Teatro de La Zarzuela, tiene a su cargo la Orquesta titular de la sala, ORCAM, un grupo seguro, todoterreno, que igual bucea en repertorios profundos, como serpentea en terrenos donde la gracilidad y la levedad son importantes, con variedad de repertorios y dificultades técnicas y de concertación con diferentes maestros al mando.
Por fin, se alcanza al maravilloso fraseado y estilo único de Twyla Tharp, acompañado por la voz de Frank Sinatra (que como bromean algunos con Carlos Gardel, “cada día canta mejor”), en Sinatra Suite. A destacar la flexibilidad y ductilidad aquí del propio director de la compañía Joaquín de Luz como bailarín, que dibujó muchos pasos de danza, entre lo clásico, Fred Astaire, un perfume de tango y cine, junto a la bailarina invitada, Lauren Lovette, con diseño de vestuario de Oscar de la Renta.
Lovette es la primera coreógrafa residente de la Paul Taylor Dance
Company y bailarina principal del New York City Ballet. Ha colaborado con
varias formaciones incluso con la Polyphonia
de Christophwer Wheeldon, en el
marco de la CND.
Para finalizar, Heatscape es una obra que refleja lo más actual de la danza en los EEUU y uno de sus más prolíficos coreógrafos de hoy en día, Justin Peck. Inspirado en el vibrante distrito artístico de Wynwood, Peck, ganador de un premio Tony y el célebre artista visual Shwepard Fairey fusionan el ballet y el arte callejero en esta colaboración creada para el Miamy City Ballet. Con música de Martinu y escenografía y vestuario (esta vez en un registro muy diferente) de la Staatsoper de Dresden.
Al piano, Mario Prisuelos. Músico y pianista, nacido en la localidad de Villaviciosa de Odón (Madrid), realiza su formación en el Real Conservatorio de Música de Madrid, y posteriormente se perfecciona con el pianista Humberto Quagliata, finalizando su formación en Viena bajo la dirección de Leonid Brumberg, además de recibir los consejos de pianistas como Phillip Dyson, Andrzej Jasinski y Alicia de Larrocha.Ha actuado salas importantes de todo el mundo como Carnegie Hall de
Nueva York, Auditorio Nacional de Madrid, Ircam-Centro Pompidou de Paris,
Teatro Solís de Montevideo, Teatro Nacional de Lima, Teatro Mayor de Colombia,
Zagreb Music Academy en Croacia, Palacio de Festivales de Santander, Teatro de
la Zarzuela, Palau de les Arts de Valencia, Teatro Persepolis de Rio de
Janeiro, Palacio Foz de Lisboa, por ejemplo.
Enorme esfuerzo y trabajo sostenido, una moral altísima y máxima exigencia en este grupo de ballet a cargo del cual, Joaquín de Luz, como su apellido lo podría definir, imprime calidad, calor y emociones, para un público que pudo disfrutar una vez más, de su experiencia en Estados Unidos y muchos estilos diferentes de baile en este primer programa América. Tal vez se echó en falta otras variedades de ese gran continente (no solo del hermano del norte anglosajón), tan cerca y tan lejos de España, Sudamérica, Centroamérica, las islas. Joaquín, dirigiendo y bailando estuvo como suele, impecable y solar.
Fue una noche dulce y mágica, con algunos nervios como en todos los
estrenos, llena de entusiasmo. Los presentes recompensaron con creces los
esfuerzos realizados, con reiteradas salvas de aplausos para todos los artistas
y sus solistas.
Alicia Perris
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