domingo, 27 de febrero de 2022

INQUIETANTE THAÏS E EN EL TEATRO LA SCALA. DESDE MILANO (MILÁN) (Y FIN DE LA CABALGADA POR LOS TRES TEATROS ITALIANOS, POR AHORA...)

 THAÏS. Comedia lírica en tres actos. Libreto de Louis Gallet, a partir de una obra del escritor galo Anatole France (1844-1924). Música di Jules Massenet (1842-1912). Teatro la Scala. 22 de febrero, 2022.

Locandina

Thaïs, Marina Rebeka

Athanaël, Lucas Meachem

Nicias, Giovanni Sala

Crobyle, Caterina Sala

Myrtale, Anna-Doris Capitelli

Albine, Valentina Pluzhnikova

Charmeuse, Federica Guida

Palémon, Insung Sim

Un servitore, Jorge Martínez

Cenobiti: Luigi Albani, Renis Hyka, Michele Mauro, Andrea Semeraro, Massimo Pagano,Giorgio Valerio. Ballerini solisti: Emanuela Montanari, Massimo Garon.

Orquesta y Coro del Teatro alla Scala

Direttore, Lorenzo Viotti

Maestro del coro, Alberto Malazzi

Regia (dirección de escena), Olivier Py

Aiuto regista, Ivo Bauchiero

Scene e costumi, Pierre André Weitz

Assistente scenografo, Pierre Lebon

Assistente costumista, Mathieu Crescence

Luci, Bertrand Killy

Coreografia Ivo Bauchiero

Nuovo allestimento del Teatro alla Scala


El telón se abre en realidad, no cuando comienza la función, sino a partir de que se cruza el pulido suelo del Teatro alla Scala, de tanta historia, que esta se mezcla inevitablemente con las leyendas. Carabinieri, bomberos, acomodadores, y todo un servicio que corre paralelo al de un público preparado ad hoc, vestido en general para la ocasión, y bien "atrezzato". Y la sensación, perceptible, de que se está en una especie de santuario. Al menos todos lo dicen.

En una nueva aparición en el Teatro alla Scala de Milán, (la segunda, después de la otra en 1942) esta ópera nada complaciente del compositor francés Jules Massenet se retoma en la sala scaligera. Este autor había dejado en su día la composición para servir como soldado en la guerra Franco-prusiana. Posteriormente y de regreso a la vida civil, creó Manon, su obra más popular, ópera según la novela Manon Lescaut del Abbé Prévost. Sus creaciones más famosas son Don Quichotte, Hérodiade, Le Cid, Le Jongleur de Notre-Dame y, más tarde, Werther (1892), según Las cuitas del joven Werther de Goethe.

Thaïs (1894), con su soberbio solo de violín del segundo acto «Méditation religieuse», conocido como Méditation de Thaïs, es célebre, pero, esta partitura no conocerá el éxito hasta pasados diez años de su estreno. También suele destacarse una de sus últimas, Don Quichotte, producida para la Opéra de Monte-Carlo en 1910, con el legendario bajo ruso Fedor Chaliapin en el papel principal.

No es nada desdeñable la influencia de Massenet, que se manifiesta en muchos compositores líricos, como en los autores italianos  Ruggero Leoncavallo, Pietro Mascagni, Giacomo Puccini o en el onírico y evanescente Pelléas et Mélisande de Claude Debussy. Massenet utilizó la técnica del Leitmotiv de Wagner, pero le dio una “souplesse” francesa, de hecho tuvo una influencia religiosa, mística y cristiana en general y a menudo ha sido considerado como el heredero de Charles Gounod. 

Gran expectación la puesta en escena sobre todo y el propio argumento, entre místico, y sensual, extrovertido y provocador, casi insultante por momentos en el palcoscenico para algunos fieles religiosos (el momento, espinoso, de la Crucifixión o el perfume “queer” y lascivo especialmente destacable en esta especie de recreación Moulin Rouge- cabaret). Con el recuerdo del desierto simbólico de la Manon del mismo autor. Vacío de toda vida, sin posibilidad de cura, de vuelta atrás o de redención. Y la idea de pecado planeando sobre todas las superficies…

Hubo dos cortesanas Thaîs, pero esta es la de Alejandría, antigua ciudad distópica de Marco Antonio y Cleopatra, fuente de todas las pasiones, devota de Serapis, ecléctica y habitada por sincretismos religiosos orientalizantes y , con un inmenso pasado arqueológico y cultural todavía hundido. La misma, la del siglo IV, en la que los fanáticos parabolanos lapidaron hasta la muerte y vejaron el cuerpo muerto de la matemática Hipatia (el cineasta español Alejandro Amenábar realizó una interesante película homónima).Y recreando tiempos heroicos, un relampagueo efímero de la Salomé, Herodías y el Bautista, de Richard Strauss.

El joven suizo Lorenzo Viotti (hijo del también director Marcello Viotti,), tuvo a cargo la globalidad de la velada, con una batuta que por momentos sobresalía sobre las voces, sin embargo potentes, fuertes y bien ancladas de Athanaël, la propia Thaïs y Nicias. Sin embargo, tiene toda la vida y una carrera abierta y bien diseñada por delante, durante la cual podrá encontrar, sin duda, su propio sonido y su particular forma de “escuchar” y “sentir” a los cantantes.

La puesta en escena, cuyo responsable, Olivier Py debuta en un teatro de ópera italiano, se esperaba que fuese criticada por la audacia de algunas escenas o  rincones, aunque no fue el caso, estando como están las audiencias, acostumbradas desde hace años, a todo tipo de sobresaltos y cambios de dirección teatrales. No hubo tales quejas ni grandes sorpresas. Déjà vu, pero proteico, elaborado.

Bien adecuados los trajes de Pierre-André Weitz, la iluminación de Bertrand Killy y la propuesta coreográfica que llevó a cabo Ivo Bauchiero, notable en la famosa Méditation, que ilustraron los bailarines Beatrice Carbone y Gioacchino Starace. El violín solista, a cargo de las manos expertas de Laura Marzadori, sin que por ello olvidáramos la nobleza y la dulzura de la creación que Gautier Capuçon hizo del pasaje de Massenet para chelo.

La protagonista, Marina Rebeka (1980, Riga, Letonia), es probablemente de las mejores voces soprano de la actualidad: espléndida presencia escénica, (una maravillosa cabellera roja aquí) de instrumento cremoso, afinado, excelente fraseo y prodigioso fiato, agudos y sobreagudos impecables y registros medio y grave más que solventes. Sabe cómo afirmar y sugerir.

Y, a pesar de su éxito en La Scala y su compromiso con la música, la honra haber tenido un recuerdo para los damnificados de la presentísima guerra en Ucrania, diciendo, en tweet: “My heart breaks for what is happening at the moment in Ukraine... It is extremely sad that slavic people fight each other. I pray GOD to help stop this useless and arrogant war” (Se rompe mi corazón con lo que está sucediendo ahora en Ucrania. Es terriblemente triste que el pueblo eslavo pelee entre sí. Le pido a DIOS que detenga esta arrogante guerra que no tiene ningún sentido. Trad. de A.P.)

Haciéndose cargo del rol oponente, el barítono Lucas Meachem (Estados Unidos, 1978), que debió reemplazar a Ludovic Téziers a último momento, no dejó dudas sobre su técnica, su solvencia escénica y vocal y la largura con que defiende un papel ambiguo, comprometido, nada seductor. El del exaltado que reprende al otro para finalmente convertirse en el espejo culposo del denunciado. Igual que su compañera, Rebeka, hace un esfuerzo por conseguir una recreación de personajes ricos, disolventes y de difícil encuadre, repletos de inestabilidad y cambios significativos tanto físicos como psíquicos. Su actuación fue siempre en un jugoso crescendo.

El tenor Giovanni Sala compone un Nicias sobrado, generoso, pendiente en toda su actuación del resto de la escena, una atención recubierta de un buen instrumento, bello, fresco y dispuesto. Los acompañantes también tuvieron unas prestaciones finas, pensadas, con voces elegantes, atinadas, excelentes, como en el caso de Crobyle,  a cargo de la soprano Caterina Sala y la mezzo Anna-Doris Capitelli, en el desempeño de Myrtale.

Lo mismo podría decirse de la Charmeuse de Federica Guida, el austero y serio Palémon, un cumplidor Insung Sim y los alumnos (aventajados) de la Academia del Teatro alla Scala, Valentina Pluzhnikova como Albine y, el sirviente de Jorge Martínez. En general y a pesar de tratarse de una producción complicada en lo formal y musical, en la amplitud del ámbito teatral, todos los cantantes y artistas han hecho gala de un evidente sentido instintivo del drama y cómo declinarlo de forma cabal.

La producción fue un éxito indiscutible de público (se agradecieron todas las actuaciones de todos y cada uno de los participantes de la velada). Arriba, como recordatorio y como guía inefable, la primera frase del Inferno del Dante, cuya muerte (700 años ya) se recordó y homenajeó por todo lo alto en medio planeta el año pasado: “Lasciate ogni speranza o voi ch'entrate”. (Y creo que aquí no hace falta la traducción al español). Efectivamente, después de casi una eternidad, tan honda y tan profunda como la que Alighieri narró en sus tres cantos, su obra, su estela y su protección vital e intelectual, siguen cabalgando los siglos.

Alicia Perris

Ph. Marco Brescia & Rudy Amisano

EXPOSICIÓN “LA RIBOT. A ESCALA HUMANA”. CALLE DE ALCALÁ, COMUNIDAD DE MADRID. VALERY GERGIEV A LA SCALA. E PUTIN

 La Sala Alcalá 31 presenta “A escala humana. A escala real” una de las exposiciones individuales más importantes dedicadas a La Ribot, que incluye tanto su trabajo coreográfico como plástico en Madrid, la ciudad natal de la artista.

Como indica su título, la exposición subraya el papel clave que desempeña el cuerpo humano en la práctica de La Ribot: el cuerpo escenificado, el contacto entre cuerpos, la relación del cuerpo con su entorno espacial y arquitectónico, la huella del cuerpo en los objetos o la memoria de los gestos en vídeo o fotografía. La noción de escala también es determinante, ya que las obras se conciben y producen desde y con el cuerpo de la artista o de los intérpretes.

La exposición muestra una selección de obras realizadas a lo largo de más de veinte años, en las que se puede apreciar el trabajo particularmente singular de La Ribot. Espectáculos de danza, vídeos, composiciones fotográficas, objetos o textos que establecen una relación directa, a escala 1:1, con los visitantes/espectadores.

Si bien La Ribot se define ante todo como una artista de danza contemporánea, la búsqueda de la plasticidad, la incorporación del lenguaje textual, gráfico y sonoro y de una multitud de objetos y vestuarios nutren cada uno de los trabajos presentados en la exposición, ofreciendo un amplio panorama de su obra. A lo largo de su carrera, La Ribot no ha dejado de reinventar constantemente la relación con los espectadores/visitantes. Así, y con el fin de establecer un vínculo cercano y a escala humana con el público, lo invita, mediante interpelaciones directas, a la acción, a la contemplación y a la transformación.

Acompañada por los intérpretes de La Ribot Ensemble, un núcleo de colaboradores recientes y veteranos, la coreógrafa ofrecerá seis semanas de representaciones en el espacio expositivo de la Sala Alcalá 31. Una oportunidad única para descubrir creaciones emblemáticas de su repertorio, además de una pieza concebida especialmente para la exposición.

Las instalaciones Walk the Chair (2010), Walk the Bastards (2017) y Walk the Authors (2018 - en curso) se presenterán juntas por primera vez. A las sillas de estas tres piezas se añade ahora una veintena de nuevas sillas, conformando en la actualidad una gran familia de más de noventa sillas pirograbadas. A imagen de las sillas —“usadas, muy usadas, en donde miles de personas se han sentado para ver películas en los cines de verano, para celebrar bodas y bautizos, para contemplar a otras personas, o para leer” (La Ribot)—, la exposición está poblada también de objetos y materiales pobres, gastados y frágiles, con los que La Ribot siempre ha tenido una relación afectiva.

A pesar de que su realización esté separada por casi veinte años, en los vídeos Despliegue (2001), Cuarto de Oro (2008) y ROJO (2020) La Ribot sigue explorando su concepto de “cuerpo operativo”: un único plano secuencia rodado cámara en mano. A través de este dispositivo, la artista muestra universos fragmentados y trata de transmitir la experiencia de la danza. Así, por ejemplo, en Cuarto de Oro, un vídeo en que la danza viva se impregna de reminiscencias, casi puede escucharse el latido del corazón de la célebre artista flamenca Cristina Hoyos.

La composición de polaroids Otra Narcisa (2003) y los cuadernos de trabajo expuestos en la primera planta permiten recorrer más de treinta años de trabajo de La Ribot. La artista invita a los espectadores/visitantes a adentrarse en un viaje al corazón de sus archivos y de su proceso creativo.

La Ribot (Madrid, 1962) es coreógrafa, bailarina y artista y ha recibido el Premio en Artes Plásticas de Comunidad de Madrid, España 2018, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, España en 2015, y el León de Oro a la carrera en Biennale Danza di Venezia 2020.

Su obra, iniciada al final de la transición democrática en la España de los años 80, ha cambiado profundamente el campo de la danza contemporánea. Desafía los marcos y los formatos de la escena y del museo, tomando prestado libremente el vocabulario del teatro, de las artes visuales, de la performance, del cine y del vídeo para llevar a cabo un desplazamiento conceptual de la coreografía.

Su trabajo coreográfico se ha presentado en espacios como la Tate Modern (Londres), el Théâtre de la Ville de París, el Centre Pompidou (París), la Trienal de Aichi (Nagoya, Japón), la Galería Soledad Lorenzo (Madrid) o en el Museo Serralves (Oporto), mientras que su trabajo visual forma parte de las colecciones del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid),  el Centre Pompidou y el Centre national des arts plastiques (París), el MUSAC (León) o la Fundación Cajasol (Sevilla), entre otros.

https://www.comunidad.madrid/actividades/2022/exposicion-ribot-escala-humana




VALERY GERGIEV A LA SCALA. UN´OMBRA,VLADIMIR PUTIN

Il Teatro alla Scala sulla scia di Carnegie Hall, Wiener, Filarmonica di Monaco. Il maestro russo non ha risposto alla lettera del sindaco Beppe Sala. Un nuovo direttore per le prossime recite della «Dama di picche al Piermarini. In bilico il padiglione russo alla Biennale di Venezia

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Il direttore Valery Gergiev con Vladimir Putin

Una volta tanto il mondo della Cultura esce dal suo umbratile salottino per ricollocare le arti e anche l’intrattenimento («Eurovision») nel mondo della vita, dal quale trae origine e senso. Il «caso Gergiev», ovvero il rifiuto da parte dei teatri di tutti i Paesi democratici di far dirigere il maestro russo sostenitore di Putin, firmatario di un documento a favore dell’invasione della Crimea, supporter della legge anti-gay e molto altro è solo la prima «sanzione» per far sentire la Russia putiniana culturalmente isolata. La Carnegie Hall e i Wiener lo hanno già rispedito a casa; lo stesso la Filarmonica di Monaco (il sindaco, Dieter Reiter, procederà a defenestrarlo), lo stesso Rotterdam, mentre Londra ha già chiuso i rapporti con il Bolshoi (era prevista una tournée). Anche la Scala, lunedì o martedì annuncerà che nessuna risposta da parte di Valery Gergiev è giunta alla lettera nella quale il sindaco, Giuseppe Sala, gli chiedeva di condannare l’invasione dell’Ucraina (non di abiurare il passato) e procederà con l’indicazione di un nuovo direttore per le prossime recite della «Dama di picche», che si cercherà di non cancellare (l’opera è in russo, nel primo atto si vedono ragazzi russi con mitra in mano che esclamano: «La patria salveremo, / insiem combatteremo, /nemici innumerevoli / in schiavitù trarremo»; i cantanti sono quasi tutti russi). Chi ha preso la guerra con distacco è Anna Netrebko: «Io mi oppongo a questa guerra», ma «non sono d’accordo a forzare artisti a dichiarazioni pubbliche».

La commozione sul palco

In compenso, l’altra sera, nella recita della «Thais» diretta da Lorenzo Viotti, il mezzosoprano ucraino Valentina Pluzhnikova, che interpreta Suor Albine, è uscita in lacrime sul palco avvolta dalla bandiera Ucraina e abbracciata dalla protagonista, la lettone Marina Rebeka. Nei siti, qualche appassionato digiuno di filosofia dell’arte afferma che chiedere una «abiura» sia cosa da trasalire; ma gli ultimatum dei sindaci di Milano e Monaco vanno intese come modalità con le quali il mondo della cultura sta iniziando a partecipare alle sanzioni sulla guerra in corso: l’idea di far sentire isolata la cultura di regime ha forza cogente, poiché i russi sono giustamente orgogliosi del loro patrimonio culturale che finirà con l’essere tagliato fuori dal resto del mondo. Anche nel campo della cultura artistica, infatti, la condanna è unanime. «Condanniamo la brutale invasione russa di un Paese europeo sovrano ed esprimiamo solidarietà ai cittadini in pericolo e al patrimonio culturale in Ucraina», ha dichiarato Sneška Quaedvlieg-Mihailović, Segretario generale dell’associazione di Europa Nostra. «Siamo a conoscenza delle manifestazioni contro la guerra organizzate in varie città della Russia e applaudiamo ai cittadini e alle organizzazioni della società civile in Russia che si oppongono alla decisione degli attuali leader politici e militari russi».

La Biennale di Venezia

Alla Biennale d’arte di Venezia, che si apre ad aprile, sono formalmente previsti un padiglione russo e uno ucraino. Il padiglione russo per altro, è di proprietà del governo del Paese, sebbene su suolo italiano (i Giardini di Venezia). Lo staff del Padiglione Ucraino (nominato dal ministro Kateryna Chuyeva) ha dichiarato che «attualmente non sono più in grado di continuare il lavoro per il padiglione in quanto le nostre vite sono in pericolo», mentre la direzione della Biennale condanna l’attacco e prende tempo : «La Biennale – afferma il presidente Roberto Cicutto —, invoca la pace e ripudia fermamente ogni forma di guerra e di violenza, confermandosi luogo del dialogo fra istituzioni, artisti e cittadini di ogni paese, lingua, etnia e religione. Auspica che la diplomazia internazionale ritrovi la forza per arrivare a una soluzione pacifica condivisa nel più breve tempo possibile». Difficile pensare a un Padiglione russo aperto. Dopo l’occupazione di Praga da parte dell’Unione Sovietica, il Padiglione della Cecoslovacchia espose questo cartello: «Chiuso per motivi tecnici. Informazioni al padiglione sovietico».

BOOK: “THE AMUR RIVER: BETWEEN RUSSIA AND CHINA” BY COLIN THUBRON AND, THE WIENER HOLOCAUST LIBRARY


Colin Thubron

There are, in a very general sense, two kinds of travel memoir. In the first, writers take you on a journey somewhere they know very well. They share with you their deep understanding of the place—its people, its history and its geography. The authors’ physical journey is for the most part a literary scaffold upon which they hang their knowledge and expertise. In the second kind of travel memoir, the author is a direct proxy for the reader: as clueless and naïve as you—though perhaps a little braver—embarking together on the journey from the same starting point. You see new experiences and sights through the author’s eyes, and slowly develop the ability to interpret and understand these new surroundings.

The Amur River by Colin Thubron is an interesting mix of these two. The book records Thubron’s travels east to west following the course of the Amur River that for centuries marked the border between northern China and Russian Siberia. Thubron has a strong familiarity with Russia and its people. He speaks conversational Russian and appreciates the changing fortunes of the country and its people, having returned to the country often over several decades. However, although he has spent some time in China in the past, for him China is still a foreign place. Thubron’s interactions with China and its people share the same quizzical attitude to the country as those of the Russians he encounters.



Travel books which rely too heavily on one conceit (the “Bombay to Beijing on a bicycle” model) often lack depth, but Thubron’s decision to follow the trail of the Amur is no mere gimmick. The book is more the story of the river and its people, with the author’s travels woven into the story, rather than a justification for the writer’s travels. The fact that the Amur has long served as a boundary between Russia and China provides a unique lens through which to explore their relationship. As Thubron notes early in the book,.............


https://asianreviewofbooks.com/content/the-amur-river-between-russia-and-china-by-colin-thubron/


AND

JOCK MCFADYEN EXHIBITION. TOURIST WITHOUT A GUIDEBOOK

BRINGING TOGETHER 20 WORKS SPANNING ALMOST 30 YEARS, THIS FREE DISPLAY IN THE WESTON ROOMS EXPLORES JOCK MCFADYEN’S FASCINATION WITH LONDON’S CHANGING URBAN LANDSCAPES.

Jock McFadyen’s free display features large vistas of London, especially east London, in a state of transformation. Here, the landscape and the built environment morph into one another, with graffiti, litter, peeling posters and shop signs alluding to the city’s inhabitants, whose presence is felt, albeit out of frame.

Across these paintings, buildings take on human characteristics – broken windows, shuttered doors, painterly scars and a sense of faded grandeur hinting at their past lives and occupants.

The display takes its title from an essay by Tom Lubbock, who described McFadyen’s approach to painting as, “like a sightseer without a guidebook” – a phrase that struck a chord with McFadyen. “He had perfectly described my attitude to painting places, and since that time I have carried the words close to my heart as I wander about the place not looking for anything.”

https://www.royalacademy.org.uk/exhibition/jock-mcfadyen

EXHIBITION: JACQUES LOUIS DAVID: RADICAL DRAFTSMAN. MET MUSEUM. TABARÉ: PRÓXIMO ESTRENO DE "TABARÉ" EN EL T. DE LA ZARZUELA

 

Jacques Louis David: Radical Draftsman will be the first exhibition devoted to works on paper by the celebrated French artist who navigated vast artistic and political divides throughout his life—from his birth in Paris in 1748 to his death in exile in Brussels in 1825. His iconic works captured the aspirations and suffering of a nation, while addressing timeless themes that continue to resonate today.

Through the lens of his preparatory studies, the exhibition looks beyond his public successes to chart the moments of inspiration and the progress of ideas. Visitors will follow the artist’s process as he gave form to the neoclassical style and created major canvases that shaped the public’s perceptions of historical events in the years before, during, and after the French Revolution.

Organized chronologically, the exhibition will feature more than eighty drawings and oil sketches—including rarely loaned or newly discovered works—drawn from the collections of The Met and dozens of institutional and private lenders.

https://www.metmuseum.org/exhibitions/listings/2022/jacques-louis-david-radical-draftsman


Y AL TEATRO DE LA ZARZUELA


/ RECORDATORIO /// RUEDA DE PRENSA DE 'TABARÉ'

///RECORDATORIO///

Rueda de Prensa

‘TABARÉ'

 Ambigú del Teatro de la Zarzuela

 

Os recordamos que se celebrará en el Ambigú del Teatro la RUEDA DE PRENSA de presentación del drama lírico en tres actos ‘TABARÉ' de Tomás Bretón que el Teatro de la Zarzuela rescata del olvido siguiendo con su firme política de recuperación del patrimonio lírico español. Será en versión de concierto los días 4 y 6 de marzo, cuando se presente esta obra magnífica, como todas las del compositor salmantino. 

Estrenada en 1913 por el tenor Francisco Viñas en el Teatro Real, solo pudo escucharse en tres únicas funciones y hasta el día de hoy, 109 años después, no ha sido representada nunca más.

Será dirigida por el maestro Ramón Tebar al frente de la orquesta Titular del Teatro, Orquesta de la Comunidad de Madridy del Coro Titular del Teatro de la Zarzuela, y de un reparto encabezado por Andeka Gorrotxategi, Maribel Ortega, Juan Jesús Rodríguez y Alejandro del Cerro.

La rueda de prensa será presentada por Daniel Bianco, director del Teatro, y en ella participarán el maestro Ramón Tebar, el tenor Andeka Gorrotxategi, la soprano Maribel Ortega, el barítono Juan Jesús Rodríguez y el tenor Alejandro del Cerro.

 


viernes, 25 de febrero de 2022

LA BOHÈME. SE REPONE PUCCINI EN EL TEATRO REGIO. DESDE TORINO (TURÍN)

La bohème de Giacomo Puccini (Lucca, 1858- Bélgica, 1924). Inauguración de la temporada. Libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica. A partir de la novela” Scènes de la vie de Bohème” de Henri Murger. Teatro Regio de Torino. 19 de febrero, 2022. Segundo cast.

Locandina

Mimí, soprano, Francesca Sassu

Rodolfo, poeta, tenor, Matteo Lippi

Musetta, soprano, Cristin Arsenova

Marcello, pintor, barítono, Ilya Kutyukhin

Schaunard, músico, barítono, Vincenzo Nizzardo

Colline, filósofo, bajo, Bozhidar Bozhkilov


Pier Giorgio Morandi, director de orquesta

Paolo Gavazzeni y Piero Maranghi regia (dirección de escena)

Leila Fteita, responsable de escena

Nicoletta Ceccolini, responsable de vestuario

Bocetos de Adolf Hohenstein para el estreno absoluto en el Regio, Archivo Histórico Ricordi

Rinaldo Rinaldi, escenógrafo

Claudio Fenoglio, maestro del coro de voces blancas

Andrea Secchi, maestro del coro

Orquesta y Coro, Teatro Regio Torino

Coro de voces blancas, Teatro Regio Torino

Nueva producción del Teatro Regio Torino

Ópera en cuatro cuadros

Primera representación absoluta: Teatro Regio, Torino, 01/02/1896

“La bohemia, antes y ahora, no es en el fondo otra cosa que la miseria disimulada con cierta belleza, el hambre sobrellevada con cierto humorismo. Pero si la ópera de Puccini conecta de verdad con el público de todos los tiempos tal vez sea porque La bohème es, por encima de cualquier otra consideración, un canto a la juventud perdida”. Comentarios del programa de mano de la versión de La Bohème en el Liceu de Barcelona, con dirección escénica de Álex Ollé.

Para los lectores que no vivan en Italia o no tengan estrecho contacto con este teatro famoso y de solera, algunas puntualizaciones antes de comenzar la reseña propiamente dicha.

El Teatro Regio es uno de los edificios de la casa real de Saboya declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1997. Se encuentra en la Piazza Castello de Turín (provincia homónima, en el Piamonte, Italia). Es un destacado teatro de ópera y con el mismo nombre, Teatro Regio di Torino, se conoce a su compañía de ópera, con sede en Turín (Italia). Su temporada va desde octubre a junio con la presentación de ocho o nueve óperas con 5–12 representaciones de cada una.

El Nuovo Teatro Regio ('Nuevo Teatro Real') fue inaugurado el 26 de diciembre de 1740 con el Arsace de Francesco Feo. Fue construido con suntuosidad, 1.500 asientos y 139 palcos ubicados en cinco pisos y una galería. Sin embargo, el teatro se cerró por orden real en 1792 y se convirtió en almacén. Con la ocupación francesa de Turín durante las Guerras Napoleónicas el teatro fue rebautizado como Teatro Nazionale y finalmente, después del ascenso de Napoleón a emperador, rebautizada de nuevo como Teatro Imperiale. La caída de Napoleón en 1814 vio al teatro vuelto a su nombre original, el Regio. En los años siguientes el teatro de ópera pasó por varios periodos de crisis financieras y fue asumido por la ciudad en 1870.

Se dice que otras salas se reconstruyeron y presentaron temporadas de ópera en Turín. Entre ellos el restaurado Teatro Carignano en 1824, adquirido por el municipio en 1932 y, después de la destrucción por el incendio del Teatro Regio en 1936, el Carignano iba a servir como principal local de ópera en la ciudad hasta que el Regio volvió a abrir en 1973.

Incluso antes de que se quemara, había discusiones sobre si reconstruir el Regio o crear un flamante teatro nuevo en Turín a principios del siglo XXQuedó cerrado durante treinta y siete años. Arturo Toscanini fue el director de la Ópera de Turín de 1895 a 1898.

Después del incendio, se lanzó una competición nacional para encontrar un arquitecto. Sin embargo, debido a la guerra y la situación financiera general, la primera piedra fue colocada el 25 de septiembre de 1963. Aun así, la obra no empezó hasta septiembre de 1967 con el arquitecto Carlo Mollino. El teatro reconstruido, con su sorprendente interior contemporáneo pero escondido detrás de la original fachada, fue inaugurado el 10 de abril de 1973 con una producción de la obra de Verdi I vespri siciliani dirigida por Maria Callas (su único fallido intento en esta disciplina) y Giuseppe Di Stefano.

En lo que se refiere a La bohème, no hace falta mencionar tal vez entre los fragmentos más conocidos y conseguidos de esta partitura, en el Acto I, el dúo de Rodolfo con Mimì, «Che gelida manina» / «Si, mi chiamano Mimì», en el Acto II, de Musetta, «Quando m’en vo», en el Acto III, Mimì canta «Donde lieta uscì» y el final del Acto IV, entre Mimì y Rodolfo y que es una de las composiciones más representadas en los teatros líricos de todo el mundo. 

El paso de los años no la ha desautorizado. Todo lo contrario: ha ganado en donosura y en actualidad. Se trata de una historia de hoy, casi un documento sociológico. Hay que saber leer más allá de la superficie, que podría parecer frívola o simple, banal.

No sería aventurado opinar que la Bohème de Giacomo Puccini es un tratado sobre las pasiones de la juventud, alrededor de 1830, año en que reconoce casi oficialmente el comienzo del Romanticismo en Francia, con el estreno del Hernani de Victor Hugo.

Allí hay un desfile de emociones casi todas amables, el compañerismo, el amor, la resiliencia (como dicen hoy), que ayuda a soñar y a sobrevivir en medio de la miseria, el frío y las privaciones de los creadores sin patrocinadores, instituciones o familia que los respalde o simplemente (y esa es la clave), los quiera bien, los escuche y los acompañe. Y respeten su estilo de vida y sus sueños.

También hay otros rasgos sociales e individuales menos lucidos como el rencor, los celos, la fragilidad con que se manejan los sentimientos ajenos, y "last but not least", el egoísmo económico y la empatía hacia los demás y la más clara falta de sensibilidad por las necesidades del otro. Es muy siglo XIX, y universal, seguramente muy cercana a la propia biografía joven del maestro Puccini, enamorado del amor, las mujeres y la buena vida. Gran retratista de personajes de todo tipo, clase y género. Detrás, casi apenas disfrazado, el tratamiento paternalista o masculino que se concede a la mujer, como compañera, enamorada o demi-mondaine. Poco flexible, conservador y retrógrado. Y muchos clichés.

Aún así, no se pude evitar sentir un cierto apresuramiento del corazón, cuando, por enésima vez, se abre el telón del teatro de turno y nos encontramos con la cofia rosa de Mimí, la carcajada de Musetta, la literatura arrojada a la estufa para calentarse. Y el manguito y el viejo mezquino estafado impresentable o el petimetre aristocrático. Y el Café Momus y las voces de los niños revestidas de alegría, inocencia y frescura. Como un cántico exaltado y sorprendido a la vida.

La puesta en escena del Regio de Torino, a cargo de Paolo Gavazzeni y Piero Maranghi es tradicional, pero no aburrida, familiar pero inspirada. Conocida pero deliciosa, como siempre. Buena elección. Se siente ya un cansancio espantoso antes las renovaciones baratas de las regias elegantes y lujosas de antes. Ahora no faltan medios, no es verdad, sino talento y trabajo para reinventar y actualizar las obras de arte que nos visitan desde hace siglos.

Excelente descifrado hace el director de orquesta versátil y viajado de la partitura de Puccini, Pier Giorgio Morandi, atento a las voces y al sonido global de la orquesta para buscar la totalidad sonora. Su lectura es interesante, respetuosa de la obra y los artistas que la conforman y muy profesional. Igual valoración podría hacerse del vestuario de Nicoletta Ceccolini, en la escenografía y la iluminación de Andrea Anfossi y la aportación de Lorenzo Maletto, en la puesta al día de la producción para esta sala.

Preciosa sensibilidad en las direcciones del coro y las voces blancas, cuyos responsables respectivos, Andrea Secchi y Claudio Feniglio, están muy a la altura del desafío que siempre supone el compositor de Lucca, no menos complicado por más representado.

Jóvenes y entregados todos los cantantes de este cast alternativo, empezando por la Mimí, de la soprano sarda Francesca Sassu, con presencia escénica adecuada, voz no enorme pero expresiva y comunicadora con los compañeros de elenco y audiencia. Lo mismo podría señalarse del tenor genovés, el enamorado y apasionado Rodolfo de Matteo Lippi. De gran calidad y desenvoltura los cantantes que acompañan el drama y el diálogo interrumpido por la enfermedad de los protagonistas. Una ajustada y eficiente Musetta de Cristin Arsenova, el Marcello de Ilya Kutyukhin. Así como el Schaunard, solvente, de Vincenzo Nizzardo, Colline, el filósofo de Bozhidar Bozhkilov y también, cómico y ridículo, agudo actor y cantante, el dueño de casa, Benoît, a cargo de Matteo Peirone. Sin olvidar a Alejandro Escobar, Riccardo Mattiotto y Marco Sportelli, en los roles respectivos de Parpignol, el sargento aduanero y el otro funcionario de aduanas.

La Bohème es siempre y lo fue esta vez en el Teatro Regio de Torino, una fiesta, una iluminación onírica, a pesar de la muerte que acecha hacia el final, comparsa ácida e inevitable de la vida. Días y noches de vino y rosas y de fuego en medio de la nieve.

El público participó, disfrutó y revivió una vez en esta nueva versión de la inefable ópera de Puccini, una entusiasta “compulsión a la repetición” freudiana, amable, solar y reconfortante. Grazie a tutti y a muy especialmente a Prensa  del team con Paola Giunti, Sara Zago, rápidas y disponibles siempre.

Alicia Perris