sábado, 30 de octubre de 2021

ENTREVISTA CON DANIEL ROSENFELD, Y SU PELÍCULA “PIAZZOLLA, LOS AÑOS DEL TIBURÓN”, PRESENTADA EL MARTES 26 DE OCTUBRE EN LA CASA DE AMÉRICA DE MADRID

TAMBIÉN EN RADIO SEFARAD. SIGA ESTE ENLACE:

https://www.radiosefarad.com/daniel-rosenfeld-director-de-piazzolla-los-anos-del-tiburon/

Es un verdadero lujo para El Micrófono de Alicia Perris, hacer una entrevista a Daniel Rosenfeld, director, guionista y productor de cine, para comentar su film más reciente, su forma de estar en el mundo y sus proyectos. Hablamos de él, sin duda, pero también hablamos de Astor Piazzolla, uno de los compositores más conocidos de las últimas décadas. Renovador del tango, encontrarán aquí algunos detalles curiosos en el encuentro con Rosenfeld. Hablamos de orígenes, de linajes y de historias de familia. De migraciones y de emociones. De la memoria.

Daniel Rosenfeld, durante varios años, antes de dirigir, tomó clases de composición de piano pero terminó haciendo películas. Se graduó en Medios de Comunicación, estudió edición con Miguel Pérez, puesta en escena con Augusto Fernandes, actuación con Julio Chávez, y realizó seminarios con Krysztof Kieslowsky, Stephen Frears, Jorge Goldenberg, Lita Stantic, Ken Adam, Alessandro Baricco, Antonhy Mingella y Abbas Kiarostami. Ha dirigido cortometrajes, mediometrajes y los largometrajes Saluzzi, ensayo para un bandoneón y tres hermanos (2000), La quimera de los héroes (Premio Nuevos Directores en la Muestra de Venecia, Italia, 2003), Cornelia frente al espejo (2012) y Al centro de la Tierra (2015).

“Piazzolla, los años del tiburón (2018)”, es su última película hasta la fecha. Ha sido nominada al Latin Grammy como mejor documental sobre música. Ha tenido, además, una notable repercusión nacional e internacional, y ha sido estrenada comercialmente en 25 países.

Sus películas han participado en los más relevantes festivales internacionales, como Berlín, Venecia, Amsterdam (IDFA, el más importante festival de documentales a nivel mundial), San Sebastián, Karlovy Vary, Vision du Reel y Rotterdam, entre otros. Han sido exhibidas, además, en el MOMA de Nueva York y el Centre Georges Pompidou, de Paris.

En 2021 Rosenfeld recibió el premio Konex, que distingue una trayectoria, como mejor director de documentales de la década en Argentina. Y está ahora en la radio con nosotros, con los oyentes inquietos por estar a la última, pero a la vez, con historias de siglos. Pásenlo bien. Que esta charla les entibie un poco los prolegómenos de un invierno que ya está aquí. Hasta otra edición de El micrófono, Shalom!

Alicia Perris

LE-VAISSEAU-FANTOME À L´OPERA DE PARIS

 IN FEW WORDS:

In 1839, on board the “Thetis”, the young Wagner heard the sailors evoke the legend of the “Cursed Mariner”. Stubbornly persisting in his desire to follow a dangerous course in a storm, a Dutch captain defies heaven and as punishment is doomed to eternally roam the seas unless a woman agrees to die with him. Senta recounts the legend when she first appears on stage.

When the Dutchman suddenly appears, the romantic young woman does not hesitate to accept the hand he extends and that will lead her towards the ultimate sacrifice. Wagner’s first masterpiece, Der fliegende Holländer, brings together the themes dear to the composer: restless wandering, redemption through death and unbridled emotions all brilliantly conveyed by the orchestra. In his production, Willy Decker spares no effort in portraying the storm which rages as much in the music as in the protagonists’ hearts.

https://www.operadeparis.fr/en/season-21-22/opera/le-vaisseau-fantome

BOTTICELLI ARTIST AND DESIGNER. AT THE MUSEE-JACQUEMART-ANDRE

10 September 2021 - 24 January 2022

In the autumn 2021, the Musée Jacquemart-André will celebrate the creative genius of Sandro Botticelli (1445-1510) and the activity of his workshop, by exhibiting around forty works by the master, along with several paintings by his contemporaries, who were greatly influenced by him. Botticelli was one of the greatest artists in Florence, and his career attests to the economic development and profound changes that transformed the rule of the Medicis.

Botticelli is undoubtedly one of the most well-known Renaissance artists in Italy despite the fact that his life and the activity in his wirkshop remain something of a mystery. He consistently alternated between the production of one-off paintings and works issued in series, completed by his assistants.

The exhibition will show Botticelli’s workshop strategy, laboratory of ideas as well as a place of artistic training, characteristic of the Italian Renaissance. It will present Botticelli in his role as a creative artist and also as a entrepreneur and master (capobottega).

Arranged in a chronological and thematic order, the exhibition will illustrate Botticelli’s personal stylistic development, the connections between his work and his milieu, and his influence on his fellow artists.


The exhibition will presenting a selection of masterpieces from prestigious institutions such as the Louvre, the National Gallery in London, the Rijksmuseum in Amsterdam, the Vatican museums and Vatican Library, the Uffizi, the Galleria Sabauda in Turin, the Galleria dell’Accademia and the Bargello National Museum in Florence, the Gemäldegalerie in Berlin, the Alte Pinakothek in Munich and the Städel Museum in Frankfurt.

With the support of Natixis, major sponsor of the exhibition

https://www.musee-jacquemart-andre.com/en/node/2207

PERU-JOURNEY-TIME .AT THE BRITISHMUSEUM

 Step into the vibrant world of Peru and discover how people have thrived for millennia in one of the most complex and challenging environments on the planet.

Marking Peru’s bicentennial year of independence, this exhibition highlights the history, beliefs and cultural achievements of the different peoples who lived here from around 2500 BC to the arrival of Europeans in the 1500s, and their legacy in the centuries that followed.

From Peru’s early indigenous peoples to the ill-fated Inca, discover how past cultures were shaped by the diverse landscapes of the central Andes, flourishing at some of the highest altitudes and in some of the driest deserts on earth. Find out how they developed unique approaches to time, agriculture, economy and power, some of which endure today. 

The exhibition features objects from the British Museum’s collection, including ceramics, precious metals, textiles and ritual paraphernalia, as well as extraordinary pieces borrowed from Peru itself. Striking, large-scale photography and videos of iconic sites, including the Nasca geoglyphs and Machu Picchu, will also give visitors a vivid sense of place and an appreciation of the artistic and architectural prowess of ancient Andean cultures.

https://www.britishmuseum.org/exhibitions/peru-journey-time

jueves, 28 de octubre de 2021

AU MUSÉE GUSTAVE MOREAU PARIS LES FABLES DE LA FONTAINE

 

Du 27 octobre 2021 au 28 février 2022

L’exposition Gustave Moreau. Les Fables de La Fontaine, initialement programmée à l'automne 2020, ouvrira ses portes du 27 octobre 2021 au 28 février 2022.

Elle prendra la suite de l'exposition Gustave Moreau. Les Fables de La Fontaine - Oeuvres préparatoires inédites présentée du 19 mai au 18 octobre 2021, période durant laquelle les 35 aquarelles des fables de Gustave Moreau (sur la série complète des 64) ont été exposées à  Waddesdon Manor au Royaume-Uni.

La présentation de ces aquarelles constitue un évènement. Jamais exposées depuis 1906, elles étaient réservées, à l'origine, à la seule jouissance de leur commanditaire, Antony Roux (1833-1913), l'un des principaux collectionneur de Gustave Moreau.

Exceptionnellement prêtées au musée par leur propriétaire pour cette exposition, ces chefs-d'oeuvre reviennent dans le lieu où ils virent le jour en tre 1879 et 1884 : la maison-atelier de Gustave Moreau.

https://musee-moreau.fr/

REAPERTURA DE LA EXPOSICIÓN PERMANENTE 100% COMPLETADO. EL MUSEO DEL TRAJE. CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE PATRIMONIO ETNOLÓGICO REABRE SUS PUERTAS:EDIFICIO RENOVADO Y NUEVA EXPOSICIÓN PERMANENTE.

 Las salas del Museo has estado cerradas al público por la ejecución de obras de mejora en el edificio que debe adaptarse a los requerimientos de la Inspección Técnica de Edificios (ITE). La intervención aprobada por el Ministerio de Cultura y Deporte afectó a fachadas, cubiertas y azoteas, con una inversión de 1.425.785,98 euros. Tras la reforma, el Museo cuenta con unos espacios mejor adaptados a las necesidades de la institución. Los bienes culturales que componen la exposición permanente y toda la colección de la que es garante, se han conservado en el edificio, protegida en los almacenes. No ha sido necesario ningún traslado de piezas al exterior.


El edificio del Museo del Traje fue diseñado en 1969 por los arquitectos Jaime López de Asiaín y Ángel Díaz Domínguez como sede del Museo Español de Arte Contemporáneo, creado en 1968 e inaugurado en terrenos de la Ciudad Universitaria en 1975.

Situado en un entorno natural, con un jardín de más de 25.000 m2, es uno de los primeros edificios destinado a museo de España. Sus arquitectos, siguiendo las recomendaciones planteadas por el Congreso de Arquitectura de Museos celebrado en México en 1968, crearon un espacio neutro, flexible y transformable gracias al uso de módulos en torno a los cuales organizar la exposición de la obra y su entorno; crearon así una continuidad integral del conjunto que lo alejaba de manera intencionada de la arquitectura museológica tradicional. Su excepcional diseño fue reconocido con el Premio Nacional de Arquitectura de 1969. Desde su construcción, el edificio ha sido objeto de varias intervenciones de ampliación y renovación, entre las que destacan: la del arquitecto Antonio Fernández Alba, quien en 1982 añadió al proyecto original tres salas para exposiciones temporales; la del equipo conformado por Darío Gazapo, Concha Lapayese y Ángel Luis Sousa, quienes rediseñaron los espacios exteriores; y el diseño de los espacios destinados a la exposición permanente del Museo del Traje, obra de Ginés Sánchez Hevia.

Durante este periodo, el personal del Museo ha trabajado en el estudio de la colección, la conservación y la documentación de las piezas. Todos los departamentos han estado trabajando de manera conjunta para ofrecer al visitante una renovación del discurso de la colección y una mejora de la accesibilidad. La nueva exposición permanente del Museo del Traje muestra más de mil piezas, solo un 1% de la rica colección, de las cuales más de la mitad nunca han sido expuestas. Gran parte de estas piezas provienen de las donaciones realizadas en los últimos años a la institución.

Apertura al público:27 de octubre 2021 a las 16:00 h

Entrada gratuita hasta el 30 de diciembre de 2021

https://www.culturaydeporte.gob.es/mtraje/exposicion/reapertura.html

THE JAMES BOND ARCHIVES. “NO TIME TO DIE” EDITION

 

The ultimate companion to all things 007, covering the making of every single movie in the James Bond franchise, from Dr. No to No Time To Die. With more than 1,007 images and an oral history featuring 150 members of cast and crew, this comprehensively updated XXL edition will delight fans of the most successful and longest-running film franchise in cinema history.

Shaken, Not Stirred

The most complete account of the making of the James Bond series

“Bond, James Bond.” Since Sean Connery uttered those immortal words in 1962, the most dashing secret agent in the history of cinema has been charming and thrilling audiences worldwide. This impeccably British character created by author Ian Fleming has starred in 25 EON-produced films, played by six different actors over five decades.

EON Productions opened their archives of photos, designs, storyboards, and production materials to editor Paul Duncan, who spent two years researching over one million images and 100 filing cabinets of documentation. The result is the most complete account of the making of the series, covering every James Bond film ever made, beginning with Dr. No (1962) and ending with No Time To Die (2021), including the spoof Casino Royale (1967) and Never Say Never Again (1983).

The wealth of previously unpublished photography, set designs, storyboards, and production memos is supplemented by an oral history recounted by over 150 cast and crew. From producers to stuntmen, directors to production designers, these personal narratives relate the true inside story from the Bond sets, offering outstanding insight into the personalities and processes behind the most successful and longest-running film franchise in cinema history. This book is a comprehensive tribute to the legend of James Bond.

The updated edition includes exclusive photography and new interviews with Daniel Craig, director Cary Fukunaga, producers Michael G. Wilson and Barbara Broccoli, and many others, revealing the full story behind the making of the emotionally charged No Time To Die.

Made with unrestricted access to the Bond archives, this XXL tome recounts the history of James Bond in words and pictures

Among the 1,100 images are many previously unseen stills, on-set photos, memos, documents, storyboards, posters, and designs, plus unused concepts, and alternative designs

Behind-the-scenes stories from the people who were there: producers, directors, actors, screenwriters, production designers, special effects technicians, stuntmen, and other crew members

Includes every Bond film from Dr. No (1962) to No Time To Die (2021)

https://www.taschen.com/pages/en/catalogue/film/all/08107/facts.the_james_bond_archives_no_time_to_die_edition.htm

martes, 26 de octubre de 2021

"CARTIER ET LES ARTS DE L’ISLAM. AUX SOURCES DE LA MODERNITÉ". LE MUSÉE DES ARTS DÉCORATIFS

du 21 octobre 2021 au 20 février 2022

 présente « Cartier et les arts de l’Islam. Aux sources de la modernité », coproduite par le Musée des Arts Décoratifs, Paris et le Dallas Museum of Art, avec la collaboration exceptionnelle du musée du Louvre et le soutien de la Maison Cartier.

Cette exposition montre les influences des arts de l’Islam sur la production de bijoux et d’objets précieux de la Maison de haute joaillerie, du début du XXe siècle à nos jours. Plus de 500 pièces – bijoux et objets de la Maison Cartier, chefs-d’œuvre de l’Art islamique, dessins, livres, photographies et documents d’archives – retracent ainsi l’origine de cet intérêt pour les motifs orientaux.

Elle revient notamment sur le contexte parisien de l’époque et les figures de Louis et Jacques Cartier, petits-fils du fondateur, qui ont joué un rôle significatif dans la naissance d’une esthétique nouvelle empreinte de modernité.

Créée en 1847 par Louis-François Cartier, la Maison est initialement spécialisée en vente de bijoux et d’objets d’art. Son fils Alfred reprend la direction de l’activité en 1874 et y associe son fils aîné Louis en 1898. Cartier conçoit alors ses propres bijoux tout en poursuivant une activité de revente de pièces anciennes. Au début du XXe siècle, Louis Cartier est à la recherche de nouvelles sources d’inspiration. Paris est alors le haut lieu du commerce de l’art islamique et c’est certainement au travers des grandes expositions organisées à Paris, au Musée des Arts Décoratifs en 1903 puis à Munich en 1910, que Louis découvre avec passion ces formes nouvelles qui imprègnent progressivement la société française.

À travers un parcours thématique et chronologique décliné en deux volets, l’exposition retrace, dans une première partie, l’origine de cet intérêt pour les arts et l’architecture de l’Islam à travers le contexte culturel parisien du début du XXe et explore le climat de création autour des dessinateurs et des ateliers, à la recherche de leurs sources d’inspiration. La seconde partie illustre le répertoire de formes inspiré par les arts de l’Islam depuis le début du XXe siècle jusqu’à nos jours.

Dès l’introduction, le visiteur est plongé au cœur des formes et des motifs : trois créations emblématiques de la Maison Cartier sont mises en regard de chefs-d’œuvre des arts de l’Islam. Tout au long de la galerie nord, l’enfilade de salles invite à explorer le processus de création, à la recherche des premières sources d’inspiration des bijoux. Les ouvrages conservés dans la bibliothèque de Louis Cartier et la collection d’art islamique qu’il a réunie sont autant de ressources rendues accessibles aux dessinateurs. La collection personnelle de Louis, reconstituée grâce aux archives de la Maison, est ici présentée au travers de plusieurs chefs-d’œuvre réunis pour la première fois depuis la dispersion de la collection. Parmi les dessinateurs, figure au premier rang Charles Jacqueau, dont le fonds de dessin est ici présenté grâce au prêt exceptionnel du Petit Palais, musée des Beaux-arts de la Ville de Paris.

L’exposition se poursuit avec les voyages que Jacques Cartier entreprend notamment en Inde, en 1911, pour rencontrer les princes de la péninsule. Le commerce des pierres précieuses et des perles ouvre à Jacques Cartier la voie vers ce pays. Ils lui permettent de développer la clientèle des maharadjahs et de collecter des bijoux anciens et contemporains, pour les revendre en l’état, s’en inspirer ou les recomposer au sein de créations nouvelles.

Ces différentes sources d’inspiration et les bijoux orientaux qui enrichissent les stocks de la Maison contribuent au renouvellement des formes mais aussi des techniques de fabrication. Les aigrettes, les pompons, les bazubands (bracelet allongé fixé sur le haut du bras) sont déclinés à l’envi et adaptés dans leurs formes, leurs couleurs et leurs matières au goût du jour. La flexibilité des bijoux indiens donne naissance à des innovations techniques, de nouvelles montures et assemblages. L’intégration de parties de bijoux, de fragments d’objets islamiques, désignés comme « apprêts », et l’utilisation de textiles orientaux pour créer des sacs et accessoires constituent également l’une des marques de création de la Maison en ce début de XXe siècle.


La seconde partie de l’exposition est entièrement consacrée, dans la galerie sud, au répertoire des formes inspirées par les arts de l’Islam, à travers, notamment, des œuvres du Musée des Arts Décoratifs et du musée du Louvre. La plupart de ces œuvres ont été présentées lors des premières expositions consacrées aux arts de l’Islam, alors certainement vues par les dessinateurs de la Maison ou connues par eux au travers des publications conservées dans la bibliothèque de Louis Cartier.

Célèbre pour sa production de bijoux de style guirlande, la Maison Cartier développe, dès 1904, des pièces dont les lignes s’inspirent des compositions géométriques issues des arts de l’Islam découvertes au travers des livres d’ornements et d’architecture. Décors de briques émaillées originaires d’Asie centrale, merlons à degrés… constituent les bases d’un répertoire précurseur qualifié plus tard d’« art déco » – en référence à l’Exposition internationale des arts décoratifs et industriels modernes de Paris en 1925 – et qui très tôt a fait entrer la Maison dans la modernité.

La production de la Maison sous la direction artistique de Louis Cartier est notamment marquée par une inspiration issue du monde iranien et des arts du livre. Les motifs qui ornent les reliures – médaillon central cerné de fleurons et d’écoinçons – sont repris parfois en l’état, mais ils sont plus souvent décomposés et recomposés de manière à créer un motif dont la source devient illisible à tout oeil non exercé. C’est le cas des mandorles, palmettes, fleurons, rinceaux, sequins, ondulations, écailles… Louis innove par de nouvelles associations de couleurs et de matières, mariant le lapis lazuli et la turquoise, associant le vert du jade ou de l’émeraude au bleu du lapis lazuli ou du saphir pour créer son célèbre « décor de paon ».

Sous la direction artistique de Jeanne Toussaint, le style de la Maison laisse place, dans les années 1930, à de nouvelles formes et associations de couleurs inspirées essentiellement du monde indien. Tutti Frutti, sautoirs, bijoux en volume caractérisent le style hautement reconnaissable de la Maison et ses nouvelles productions qui émaillent la seconde moitié du XXe siècle.

L’espace central de la nef complète ce parcours avec des dispositifs digitaux élaborés avec les équipes d’Elizabeth Diller, du studio DS+R, destinés à apporter une autre dimension aux bijoux.

Parfois aisément identifiables, d’autres fois décomposés et recomposés jusqu’à rendre leur source intraçable, les motifs et les formes issus des arts et de l’architecture de l’Islam intègrent le langage stylistique des dessinateurs jusqu’à constituer encore à ce jour une partie du répertoire de la Maison, qu’illustrent des pièces de joaillerie contemporaine qui achèvent ce parcours.

Pour la première fois, le processus de création d’une grande Maison de joaillerie est mis en lumière. La grande richesse des archives, les nombreux dessins et le fonds photographique ont permis de retrouver la source originelle de nombreuses créations de Cartier et de comprendre l’important impact de la découverte des arts de l’Islam sur la Maison au début du XXe siècle. Le Musée des Arts Décoratifs a ouvert la voie à ces recherches spécifiques lors de l’exposition « Purs décors ? Arts de l’islam, regards du XIXe siècle » en 2007, au moment même où ses collections rejoignaient celles du musée du Louvre, pour former, grâce à un dépôt de grande ampleur, le département des Arts de l’Islam, inauguré en 2012. Ces recherches sont aujourd’hui approfondies dans le domaine de la bijouterie et joaillerie à travers l’histoire créative de la Maison Cartier.

https://madparis.fr/Cartier-et-les-arts-de-l-Islam-Aux-sources-de-la-modernite-2028

ENCUENTRO EN LA LIBRERÍA RAFAEL ALBERTI. VIDEO DE LA AUTORA ANNE PLANTAGENET. PRESENTA SU OBRA, 'LA ÚNICA. MARÍA CASARES' (ALBA)

 


Una conversación con Anne Plantagenet, Irene Vallejo y María Tena en Librería Alberti.

La Única. María Casares

Anna Plantagenet Publicado el 12 mayo 2021 Normal (Libro) en español
 
 
La Única. María Casares
La Única. María Casares_0
  • Resumen
  • Detalles
  • María Casares (1922-1996) nació y se crió en Galicia. En 1936 huyó con su familia a Francia, estableciéndose en Paris. Estudió interpretación en el Conservatorio de París a pesar de sus dificultades con el idioma, que decidió aprender enseguida. Conoció a Albert Camus y mantuvo una relación sentimental con él hasta la muerte de este en 1960. Con su tenacidad y esfuerzo, se convirtió en la musa del existencialismo francés, interpretando obras de Camus, Sartre, Claudel o Jean Cocteau, entre otros. Era ante todo una mujer..

« DIS ROB ROY, DESSINE-MOI LA VITESSE »VITESSE . LE MUSÉE NATIONAL DE LA VOITURE DU CHÂTEAU DE COMPIÈGNE

 10 décembre 2021 - 28 mars 2022

Le Musée national de la Voiture du Château de Compiègne a reçu un fonds important d’œuvres du célèbre dessinateur Rob Roy (de son vrai nom, Robert Le Proux de la Rivière) offert par sa famille. Ce fonds reflète son activité, à la fois d’artiste, d’illustrateur, de passionné de mécanique et de témoin des premières courses automobiles.

Rob Roy (1909-1992) figure avec Géo Ham (Georges Hamel, 1900-1972) parmi les dessinateurs de presse automobile les plus importants des années 1920 jusqu’aux années d’après-guerre.

Après le succès remporté par Concept Car – Beauté pure en 2019-2020, le Musée national de la voiture du Château de Compiègne et la Réunion des musées nationaux – Grand Palais programment en 2021 une nouvelle exposition consacrée à l’histoire de la locomotion.

Déployée dans les salles du château et mettant en relation les véhicules présentés avec les fabuleux décors royaux et impériaux, l’exposition Vitesse proposera au public une réflexion sur l’attrait de l’être humain pour la vitesse, des origines de l’histoire des transports terrestres jusqu’à nos jours. Du char romain conservé dans les collections du Musée national de la voiture jusqu’aux véhicules de record les plus récents, elle offrira à travers une cinquantaine de véhicules hippomobiles et automobiles, cycles et une centaine d’estampes, dessins, peintures et sculptures, un panorama de ce que le désir d’aller vite a inspiré aux créateurs les plus divers.

Le Musée national de la voiture du château de Compiègne – premier musée de l’histoire dédié à la locomotion, créé en 1927 – expose l’un des wagons spécialement conçus pour l’empereur Napoléon III, dont une légende tenace rapporte qu’il aurait été en 1855 le premier souverain à atteindre la vitesse de 100 km/h à bord d’un train, entre Marseille et Paris. La célèbre Jamais contente électrique, première automobile à être chronométrée en 1899 au-delà de ce même cap symbolique des 100 km/h, appartient également aux collections de Compiègne. Si la poursuite de la vitesse est présente dès les premières courses équestres, le XIX e siècle et les révolutions industrielles vont lui donner une dimension universelle, qu’illustreront plus tard les compétitions sportives internationales. Après les véloces véhicules hippomobiles du XIX e siècle, araignées aux quatre roues égales ou élégants sulkies en bois courbé, les automobiles conçues pour les rallies, la piste ou le record, incarneront pour la conscience collective cette recherche de célérité. L’efficacité aérodynamique et la légèreté y atteignent à une forme particulière de beauté où la performance, celle de la machine comme celle du pilote, s’apparentent à une quête de l’absolu.

Le propos de cette exposition est de retracer, grâce à quelques-uns des véhicules insignes jalonnant son histoire, l’évolution du concept de vitesse et le lien subtil qu’il entretient avec celui de modernité. Dès l’origine, ces performances ont profité, au-delà de l’ivresse des spectateurs, au  perfectionnement des véhicules construits pour l’usage quotidien. Elles ont également été sources d’inspiration pour nombre de créateurs. Cet aspect sera traité dans notre exposition, du tableau célébrant la victoire de Renault au Grand-Prix de l’Automobile-Club de France 1906 jusqu’au cinéma qui, dès ses origines, a entretenu avec l’automobile une réelle complicité. Un catalogue richement illustré et faisant appel aux meilleurs spécialistes des différents domaines sera publié par les soins de la Réunion des musées nationaux – Grand Palais.

https://chateaudecompiegne.fr/actualite/dis-rob-roy-dessine-moi-la-vitesse

lunes, 25 de octubre de 2021

25/X/2021, RUEDA DE PRENSA, PINTURA ITALIANA DE LOS SIGLOS XIV AL XVIII DE LA COLECCIÓN DEL BARÓN THYSSEN-BORNEMISZA EN EL MNAC. CENTENARIO DEL BARÓN THYSSEN-BORNEMISZA

La reseña, lunes 25 de octubre, 2021



En estas fotografías tomadas "en passant", se ve muy bien cómo ha cambiado el formato habitual de las presentaciones a la prensa en el Museo Thyssen-Bornemisza: de la postura sentada y sosegada del periodista en el gran Salón de Actos, de receptor más o menos pasivo, a un paseo alrededor de los especialistas y gestores (Director Gerente y  Director Artístico del museo, responsable práctica de a bordo en Pintura Antigua y responsable de Cultura de la Comunidad de Madrid y guía ad hoc por las salas de la segunda planta), en modo peripatético. (El término peripatético deriva del latín peripatetĭcus, a su vez procedente del griego peripatētikós (que puede traducirse como “que pasea”). 

Gráficos y redactores ( en número menor, la presencia de los gráficos fue arrolladora) dialogando con las imágenes y los espacios italianizantes de las paredes de la institución. Así, el informador se  convierte a la vez en participante y cómplice de lo que va a contar en los medios, agilizando el vínculo establecido con el objeto de deseo habitual: el Arte en todas las manifestaciones del color, la textura, las tablas como soporte y su belleza.

Preciosas y detalladas explicaciones señalando las obras que vuelven a destacar la importancia de que, en general y sobre todo en tiempos donde es muy complicado organizar préstamos, seguros, traslados, los museos se abran al público desde los fondos propios y su ingente y sorprendente material a veces no expuesto por razones de organización o de falta de espacio. 


Momentos amables, a pesar del enjambre de reporteros de las televisiones, revistas, radios y periódicos locales y otros, arremolinándose para filmar o grabar el instante, siempre definitivo y único, del encuentro del ojo humano con la transposición privilegiada de la mirada y el talento de los artistas. 

Fotos del acto y texto,  Alicia Perris 

Del 25 de octubre de 2021 al 9 de enero de 2022

En 1993 el Museo Thyssen-Bornemisza depositó una sección importante y representativa de pinturas de las escuelas italiana y alemana de sus colecciones en el Monasterio de Pedralbes de Barcelona. En 2004 ese mismo conjunto se trasladó al Museu Nacional d’Art de Catalunya, donde se expone actualmente.

Una selección de estas obras llega al museo con motivo de las celebraciones que tienen lugar en 2021 para conmemorar el nacimiento del barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza. Viajan a Madrid, procedentes del depósito, diez pinturas de artistas como Taddeo Gaddi, Fra Angelico, Giambattista Piazzetta o Giacomo Ceruti, que se presentan en las salas de la colección permanente.

Diez magníficas pinturas de la colección Thyssen, habitualmente expuestas en el Museu Nacional d’Art de Catalunya, y anteriormente en el Monasterio de Pedralbes, pueden verse desde hoy en las salas de la segunda planta del museo. Las obras forman parte de los fondos que el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza quiso expresamente que se expusieran en Barcelona tras la firma del acuerdo de préstamo de su colección con el Estado español. Los cuadros de Fra Angelico, Taddeo Gaddi, Giambatista Piazzeta o Giacomo Ceruti, entre otros artistas italianos de los siglos XIV al XVIII, se reencuentran por unos meses con el resto de la colección permanente en un nuevo homenaje al Barón en el centenario de su nacimiento. Hasta el 9 de enero de 2022, con la colaboración de la Comunidad de Madrid. 

domingo, 24 de octubre de 2021

INTERVIEW WITH MARY BEARD: ‘IF WE WANT TO UNDERSTAND WHAT WE WENT THROUGH IN THE PANDEMIC, WE NEED THE ARTS’

Mary Beard photographed in Cambridge by Amit Lennon for the Observer.

The Cambridge classicist on owning her TV image, dealing with internet trolls, and why her new book on Roman emperors sheds light on our preoccupation with statues

Rachel Cooke

@msrachelcooke

In her new book, Twelve Caesars, Mary Beard touches enticingly on the life of Elagabalus, a man whose excesses seemingly outstripped even those of Caligula or Nero. Elagabalus, also known as Heliogabalus, was only briefly emperor of Rome – he was assassinated by the Praetorian Guard when he was still a teenager – but he has a special place in Beard’s head, if not her heart. Should a journalist casually inquire which emperor some modern-day politician might bring to mind, his is the name she often gives in reply. Beard likes to unsettle those in search of lazy analogies and hardly anyone, she says, has heard of this bloke. Even better, she can then send the baffled and the bemused to Roses of Heliogabalus, a painting of 1888 by Lawrence Alma-Tadema that depicts the emperor’s party trick, which was to smother his guests to death beneath piles of rose petals. “Once you know that story, you understand tyranny much better,” she says, with predictable relish. “There is no safe point. Even the generosity of emperors could be lethal.”

To be frank, I hadn’t heard of Elagabalus either, or not before I read her book, and the same, alas, goes for almost everyone else in it. But to my amazement, this hardly mattered. Twelve Caesars is fascinating and not only because its author writes so engagingly. Many years in the making, the world into which it will be born is not quite the same as the one in which it was conceived. Its preoccupations – essentially, it’s about the way that images of Roman emperors from Caesar to Domitian have influenced culture across the centuries – are suddenly and newly of the moment in a Britain that has become completely fixated with statues.

In the garden of her Cambridge home, Beard blinks in the late summer sunshine. Famously, she isn’t convinced that Rhodes should fall (Cecil Rhodes, the colonialist whose statue students at Oxford University have campaigned to have removed from Oriel College on the grounds of his racism). However, this isn’t for her a point of principle, to be applied to all statues, everywhere. “I’m very happy that some statues come down,” she says. “They always have. They always will. The idea that nothing can ever be moved is mad. What I am suspicious of is the thought that the only function they fulfil is to be admired. The book points to bigger questions about images of power. A statue may also tell us how not to be. It may tell us what a monarch isn’t, as well as what he is. They’re part of a debate.”

The meaning of a statue, moreover, may shift and then shift again. At Chatsworth House in Derbyshire, for instance, there is a sculpture by Antonio Canova of Napoleon’s mother, Letizia Bonaparte, commissioned by its subject in 1804 (it was sold to Chatsworth’s owner, the Duke of Devonshire, after Napoleon’s fall). Canova based it on a classical statue of a woman who at the time was widely (and, it turns out, wrongly) identified as Agrippina. But which one? Agrippina, the virtuous granddaughter of Augustus and wife of the admired Germanicus? Or Agrippina, the villainous wife of Claudius, whom she poisoned, and the mother – and possibly lover – of the dreaded Nero? As Beard relates, an alignment with either would have had political implications for Madame Mere (as Napoleon’s mother was known) and thus for her son too. Once installed at Chatsworth, however, all insinuations were promptly lost. A once controversial work of art – a piece that asked awkward questions about imperial power and dynasty – was, and is, merely an accomplished portrait by a famous artist. Its marble curves and folds may be exquisite, but they’re also a little bit bland, denuded of all deeper significance.

Why does she think that Roman emperors, images of whom appear everywhere from Renaissance paintings to Carry On films, ancient coins to the comic book adventures of Asterix, exerted (and still exert) such a hold on human beings, whether subjects, citizens or rulers? Or is this a stupid question? She shakes her head. “There’s no simple answer to that. Partly, it’s historical. The monarchs of early medieval Europe decided they were going to be the continuators of the emperors and it went from there. It was a way [for rulers] to talk about power, but at a safe distance. How much easier talking about the emperors than about the tyranny of your great-great-grandfather 200 years ago.

“But there’s also Suetonius [the Roman historian who first gave us the category of the 12 Caesars and who might be described as the presiding spirit of her book]. He was very helpful. All those trivial, gossipy details. If you say someone killed 95 members of the Senate, it’s hard to see it. But if you say he slaughtered flies with his pen nib [something Domitian was supposed to have done], it’s graspable. It’s like the rose petals: picture them and you’re right there, at that dinner.”

In a social media pile-on, you’re being pummelled. You’re getting punched. It’s a communal assault

Beard lives in a big Victorian house a taxi ride from the centre of Cambridge with her husband, a historian of Byzantine art. It sits between two tunnels. The first, leading to the front door, is formed of wisteria. The second is built of shelves, books and glass – OK, it’s more of a corridor than a tunnel – and connects the house to her study here in the garden. This space is a great luxury, she tells me: once she’s safely inside it, interruptions are less likely. But she makes light of her workload, for all that I detect Stakhanovite impulses. When we discuss the lectures on which her book is based (they were delivered in Washington DC in 2011), she’s happy to admit that once she’d decided on a subject, she didn’t think about them again for a year and it was only once she began writing them that her ideas began to form. In another life, it occurs to me, she might have made a good journalist.

But perhaps another life is just around the corner. Beard, a professor of classics at Cambridge, will retire next year, after more than four decades at the university. What does she plan to do? More television? (Another series of her BBC Two show, Inside Culture, begins on 24 September.) “Yes,” she says. “But you have to be realistic. Telly will get fed up with me at some point.” Nevertheless, she will stick with it for as long as she can. In her view, it can only be a good thing that she is on screen: “Being an older woman who is uncompromisingly an older woman… People might say things haven’t changed [for older women]; that, you know, they just use a few eccentrics like Beard as window dressing. But it makes a difference for girls to see a range of different women.”

Was there ever a moment when she thought about just giving in and getting a new wardrobe and some Botox? (She began her TV career in 2010 at the behest of Janice Hadlow, then controller of BBC Two, who’d read her Pompeii book on holiday.) “I think if I’d gone into it earlier, I probably would have done that. But there comes a point where you think: I can’t look the part. Don’t humiliate yourself by trying to look the part! At least it’s me that I see on the telly. I sort of own it, sometimes for better and sometimes for worse.”

Mary Beard at the Museum of Classical Archaeology in Cambridge for her TV show Shock of the Nude. Photograph: Polly Alderton/BBC/Lion Television Ltd

But there has, of course, been a downside to this determination to be herself. Since fame arrived, Beard has had to endure some of the vilest attacks on social media I’ve ever seen. How does she remain so smiling and seemingly sane in the face of such onslaughts? “By being bloody minded,” she says. “Training yourself to say: I’ve got a thick skin, nothing can hurt me.” It’s not easy, though, even now. “When you get a real pile-on… You know what you should do. You see the tweets coming in, abusing you every 10 seconds. You know you should just turn it off. But it’s impossible. You’re being pummelled. You’re getting punched. It’s a communal assault, but those doing it are also individuals. You’re very close to losing it.”

Her attitude to internet trolls – in 2013, she befriended one of hers, going out for lunch with him and later writing him a reference – is not unlike her attitude to tyrants, which involves a certain amount of (possibly rather daring) empathy. “It’s unfashionable to be sympathetic to a monarch,” she says. “But it must be one of the most terrifying things in the world: bed-wettingly scary. You’re the one person who knows you’re a flawed human being… that you’re just a guy.”

Most people can’t go to the Louvre. Maybe we should take the great works of art to the people

During the pandemic, Beard presented Inside Culture from her home. She was glad to do it. She felt it was important. But she also thinks now that the arts world resorted in this period to an argument she doesn’t much favour when it comes to the question of funding. “The arts make us feel better, people said – and I’m sure they do. But I also think this is a dangerous line to follow. The real reason we needed the arts was because we needed to understand what we were going through. I’m not going to sit here and say, what do we need more: a vaccine or the arts? That’s a false equivalence. But crises are recovered from by people learning about them. What did we feel and why? If we want to look at plagues and pandemics, well, western literature in the form of The Iliad starts with a plague! The arts are essential and that’s what we must fight for.”

Two things, though, are happening at once: push and pull. As the government ponders retrenchment, elsewhere a correction is taking place, particularly in our museums. The emphasis of collections is changing, politically speaking, and commitments are being made to return objects to their first homes. “That could be equally dangerous, if it’s not done at a measured pace,” she says. “Speed, kneejerk reactions. I think they’re a problem.” Beard, who is a trustee of the British Museum, would like such debates to be seen in terms of something bigger. “You understand the investment, the sorrow and pain [at the thought of beloved objects departing]. But what will museums be for in 50 years? We might think about moving objects around more than people. It may be better to put a load of them on a plane than a load of us. Most people can’t go to the Louvre. That’s a very privileged thing to do. Maybe we should take the great works of art to the people.”

What about her students? How has the pandemic affected them? “I feel sad for them,” she says. “University is about talking to people late at night over a bit too much to drink. It’s easy to take the piss: oh, they’re just missing the parties. But that’s what they’re supposed to be doing.” She taught virtually, painfully aware that this was easier for students she already knew (it was the freshers who really suffered). What about the mood otherwise? We read so much about no platforming and cancel culture. “It’s hugely exaggerated. But it’s not an entire invention.” She has heard of students who are unwilling to read Ovid’s Metamorphoses on the grounds that it is a poem of rape. “When I was taught it in the 70s, it was about ravishment, not rape. The sexual violence was whited over. Later generations have seen it and that’s important. But I will argue until the cows come home that it should be read. Ovid is much too clever a poet not to problematise rape.”

She feels similarly about trans rights: that there are things that must be talked about, however difficult. Newnham College, where she was an undergraduate and is now a fellow, is women only. “As far as I’m concerned, my students are who they say they are. If they say they’re a woman, they’re a woman. But all this then gets confused with something that most of us don’t spend time thinking about, which is the philosophy of sex and gender. Like a lot of high theory, it doesn’t make a difference to my day-to-day life. It’s perfectly possible to deplore what happens to some trans people, but also to feel that there is a philosophical debate to be had.” Biological sex exists, she says – and yes, old-fashioned misogyny is abroad once again: women being called “witches” and so on. “It’s a terrible zero-sum game. I feel sad really. Nice people are getting hurt on both sides. But if you’re an academic, you have to say that there are things that must be talked about.”

It strikes her now that the feminism of her younger self was perhaps naive. “I thought that as long as you provided nurseries, childcare, contraception, abortion and equal pay, that we would be done. But, no.” Even if we had all these things, which we don’t, we’d still be fighting for our rights: “It’s what goes on in heads that counts. The learned assumptions are still there.” In Shrewsbury, where she grew up, feminism was mostly notional for her; reading Simone de Beauvoir and Germaine Greer as a teenager was intellectually exciting, but such books seemed to have no practical applications. Her mother, a primary school head, had not been to university and wanted her daughter to have the opportunities she had not: “I didn’t think there were people who would say engineering isn’t for women.”

But then she went out into the world and there it was: sexism. There was a period, once she was teaching at Cambridge when she was the only woman in her faculty. “Such a situation can completely marginalise you, but it put iron in my soul. I felt confident about dealing with these guys. I’d babysat for some of them [as an undergraduate]. I developed a load of rhetorical tricks, like calling them ‘boys’ after they’d gone on and on. ‘Oh, for crying out loud, boys!’ I’d say. I could fight back.

“But one’s feeling of exclusion is an aggregate of trivial things. It’s not that someone sits there and says: you’re not welcome, dear. We’d have meetings and there would be a coffee tray. The meeting would end and the boys would walk out. It would be left to me and the secretary to clear the cups. Eventually, I started saying [pointedly], ‘Could someone take a tray, please?’” She found solidarity with other women too. As a graduate student, she belonged to a consciousness-raising group. “Yes, we all bought specula [she says the word as only a classicist can] so we could all sit down and find our cervix with a mirror.”

Will she miss university life? It seems to me to have made her, in big ways, as well as in smaller ones. “It is a big change,” she agrees. “I’ll be 67 and the question is: will I get 10 good years or 15? It’s all downhill after this. You’re looking death in the eye. As a friend of mine said, the illnesses you get after 60 are likely to be the ones that kill you. But I am looking forward to it and it’s important to make way for younger people.” Is she the academic equivalent of a bed-blocker? She laughs. “Well, I’ve had my go. I’ve enjoyed it, but there are other things I can do.”

https://www.theguardian.com/books/2021/sep/19/mary-beard-twelve-caesars-interview