Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Varios autores e intérpretes. 6 de septiembre de 2023. 12 horas.
Programa
Federico García
Lorca (1898-1936)
Canciones Españolas Antiguas (1931)
(Selección y arreglo de Francisco Javier Jáuregui] (10’))
I. Café de
Chinitas
II. Los cuatro muleros
III. Nana de Sevilla
IV. Los Reyes de la
Baraja
Dúo Atlántico: Guðrún Ólafsdóttir (mezzosoprano) y Francisco Javier
Jáuregui (guitarra)
Ralph Vaughan
Williams (1872-1958)
Six Studies in English Folk Songs (8’) (1926)
I. Adagio
(‘Lovely on the Water’)
II. Andante
sostenuto (‘Spurn Point’)
III. Larghetto
(‘Van Diemen’s Land’)
IV. Lento
(‘She Borrowed Some of Her Mother’s Gold’)
V. Andante
tranquillo (‘The Lady and the Dragoon’)
VI. Allegro
vivace (‘As I walked over London Bridge’)
María Martínez (violonchelo) e Ignacio Prego (piano)
Johann Sebastian
Bach (1685-1750)
Allemande y Sarabande de la Partita nº 2 en re menor BWV 1004 (10’)
(1717–1723)
Anabel García del Castillo (violín)
Wolfgang Amadeus
Mozart (1756-1791)
2 Dúos para 2 violines KV. 487 (7’) (1786)
I. Allegro
II. Menuetto,
Trio Allegretto
Carlos Gardel (1890-1935)
Por una cabeza (tango) (1935)
(Arreglo para 2 violines de Diego Collati] (2’30))
[Anabel García del Castillo (violín) y Laura García del Castillo
(violín)]
Alberto Ginastera (1916-1983)
Canción del árbol del olvido de dos canciones op. 3 (3’) (1938)
(Guðrún Ólafsdóttir (mezzosoprano) y Santiago
Serrate (piano))
Mauro Giuliani (1781-1829)
Gran Obertura, op. 61 (8’) (1814)
Hayoung Lee (guitarra)
Manuel María Ponce (1882 – 1948)
Sonatina Meridional (9’) (1930)
I. Campo
(Allegro moderato)
II. Copla
(Andante)
III. Fiesta
(Allegro non troppo)
Javier Somoza (guitarra)
No es frecuente ver tan bien organizado un acto de este tipo, con un desarrollo tan variado de obras e intérpretes de colaboración desinteresada y generosa, que además resulte satisfactorio y tan placentero para el oído y la vista. La propia Real Academia es de por sí un encuadre imponente y casi onírico, espectacular arquitectónica y artísticamente, vinculado a las tradiciones y a la historia de España, a dos pasos de la conocida Puerta del Sol.
Está dirigida actualmente por el compositor Tomás Marco, -que ha desplegado y continúa- una obra múltiple de gran fecundidad e interés, mucha de ella precisamente, para guitarra. Y cuenta con el secretario de esta Real Academia, José Luis García del Busto, que declinó en esta ocasión una gran actividad para presentar y terminar de dibujar un acontecimiento complejo por lo polifacético, con un público convocado públicamente, afín en general a la institución y cercano al maestro Ernesto Bitetti, con algunos personajes muy conocidos en la sala.
La Academia, ya en este final del largo verano, en colaboración con un nutrido grupo de artistas, ha homenajeado al guitarrista con motivo de su 80º aniversario. Como se expresa en el programa QR ad hoc, el músico hispano-argentino ha sido uno de los intérpretes más activos en el panorama guitarrístico internacional dotado de una técnica excepcional, un sonido bellísimo y una gran madurez interpretativa.
Ofreció recitales en las salas de concierto más renombradas desde Viena (Musikverein) a Paris(Pleyel), Nueva York (Lincoln Center), Tokio (Metropolitan Festival Hall), San Petersburgo (Bolshoi), Amsterdam (Concertgebouw), Londres (Queen Elizabeth) o Buenos Aires (Teatro Colón), entre otras. Asimismo, actuó en numerosas ocasiones como solista junto a prestigiosas orquestas de cámara. Su amplia dedicación al repertorio para guitarra de nuestro siglo, le ha hecho ser protagonista de numerosos estrenos absolutos de obras escritas para el por Joaquín Rodrigo, Federico Moreno Torroba, Mario Castelnuovo Tedesco, Antón García Abril, Tomas Marco, Astor Piazzolla, Roque Cordero, Angelo Gilardino, Francisco Cano……
Sus últimas grabaciones para EMI Internacional, “Sevilla” y “Concierto de Aranjuez”, así como “Guitarra para dos mundos” para Deutsche Grammophon, recibieron grandes elogios por la crítica especializada. En 1989 fundó el Departamento de Guitarra de la Jacobs School of Music de la Universidad de Indiana en Bloomington, (EE. UU) de la que fue su director durante 33 años y de la cual ahora es Profesor Emérito.
El encuentro musical dio comienzo con 4 canciones de Federico García Lorca, esas que la legendaria Editorial Aguilar había incluido en sus Obras Completas del escritor granadino en papel biblia y encuadernación de cuero, un lujo.
Estuvieron a
cargo del Dúo Atlántico formado por Guðrún Ólafsdóttir (mezzosoprano) y Francisco Javier Jáuregui (guitarra).
La cantante de excelente técnica, un torrente caudaloso de voz, supo replicar
un repertorio muchísimas veces oído, con una dicción excelente en un español
que no es su lengua materna. Muy bien y adecuado el piano de Francisco Javier
Jáuregui.
Un placer la audición de las seis obras de Ralph Vaughan Williams en la interpretación, sentida, honda, llena de intimismo y de geografías interiores de María Martínez (violonchelo) e Ignacio Prego (piano). Fueron muy aplaudidos, como las anteriores de Lorca.
Le siguieron de Johann Sebastian Bach la Allemande y la Sarabande de la Partita nº 2 en re menor BWV 1004 (10’) (1717–1723), un clásico y una referencia en el panorama del corpus bachiano.
Anabel García del Castillo (violín), se lució aquí, para continuar con otro compositor infaltable en cualquier recopilación de autores, Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), del que sonaron sus 2 Dúos para 2 violines KV. 487 (7’) (1786), interpretados junto a su hermana Laura García del Castillo.
Como destacó el secretario García del Busto, “esta producción es
del mismo año que Las bodas de Fígaro
(1786)”, igual de lúdica y chispeante, pero mucho más circunstancial y ligero
el dúo de violines. Magnífica recreación, igual que la obra siguiente, el
icónico tango de Carlos Gardel, Por una cabeza (1935), con
arreglo de Diego Collati, que
levantó una ovación para las hermanas violinistas y para Carlos Gardel, siempre
en el recuerdo de los rioplatenses, aunque es universal.
Seguidamente, llegó, de Alberto Ginastera (1916-1983), la Canción del árbol del olvido de dos canciones op. 3 (3’) (1938), según explicó García del Busto, una obra de los inicios de quien considera probablemente el más conocido de los compositores argentinos (debería agregarse tal vez, con la salvedad de Carlos Guastavino, mi maestro en el Conservatorio Carlos López Buchardo de Buenos Aires).
Nuevamente
la mezzo Guðrún Ólafsdóttir y el piano de Santiago Serrate realizaron
una aguda labor al atreverse con este repertorio, aunque la cantante islandesa
captó mejor la esencia española de Lorca que la introspección, la nostalgia y
la melancolía de la Canción de Ginastera.
Mauro Giuliani (1781-1829) y su
espléndida Gran Obertura, op. 61 (8’) (1814) tuvieron una entregada Hayoung Lee a la guitarra. Vestida
elegantemente de negro, la joven artista le sacó a la partitura un sonido
verdaderamente sinfónico y casi operístico.
La guitarra de Javier Somoza, como se suele decir, el último pero no menos importante, bordó la Sonatina meridional de Manuel María Ponce, soñadora, evanescente y cálida.
Le tocó al propio maestro Ernesto Bitetti, cerrar un acto bonito, entrañable, sugerente, recreando una especie de oasis en el cierre de una verdadera cita entre amigos del intérprete rosarino, pero también una apelación al Arte y a la Belleza. Un privilegio.
Alicia Perris
VIDEO DEL CONCIERTO DE LA REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO DE MADRID
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