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In Boito’s hands, the work was set in 17th-century Venice.
The main character is La Gioconda, a wandering singer who is in love with Enzo
Grimaldo. Enzo, however, loves Laura, the wife of nobleman Alvise. After many
adventures, La Gioconda helps the two lovers flee, while she kills herself.
La Gioconda marks Maria Callas’ emblematic debut at the Arena di Verona in 1947, which signaled the beginning of her unsurpassable international career. The work’s famous aria “Suicidio” has been inextricably associated with her voice and performance.
The GNO’s international co-production opened at the Salzburg Easter Festival in 2023 to great success. Oliver Mears, the Artistic Director of the Royal Opera House in London and one of the most sought-after opera directors in Europe, set the action in contemporary Venice, delivering a staging that is both impressive and faithful to the spirit of the work while unveiling the characters’ schemes and motives in depth. According to a review of the British Telegraph: “This lavish staging may be as good as this grand but challenging opera is ever going to get.” Following the performances in Athens, La Gioconda will be presented in London.
In the title role, the GNO welcomes star dramatic soprano
Anna Pirozzi, who left her mark on GNO’s recent production of Medea. Joining
her in the leading roles will be the highly sought-after tenor Arsen
Soghomonyan, renowned mezzo-sopranos Alisa Kolosova and Anita Rachvelishvili,
distinguished Greek baritone Dimitri Platanias, and other exceptional soloists.
https://www.nationalopera.gr/en/stavros-niarchos-hall/sn-opera/item/7426-la-gioconda
23 de junio – 26 de octubre 2025
Cindy Sherman es reconocida mundialmente por su exploración de la identidad y el género a través de la representación de personajes meticulosamente observados por la cámara. En su primera exposición individual en España en más de dos décadas, ‘Cindy Sherman. The Women’, presenta una selección de las obras más icónicas de la artista, desde la década de 1970 hasta la de 2010, destacando cómo Sherman revolucionó el papel de la cámara en la práctica artística.
La exposición incluirá la innovadora serie ‘Untitled Film Stills’ (1977 – 1980), con la que Sherman consiguió gran notoriedad como una de las artistas de la ‘Picture Generation’ que ganaron protagonismo durante los años 70 y 80 por haber dado respuesta a la era de los medios de comunicación de masas y a la cultura de las celebridades. Esta serie fundamental se expondrá junto con los retratos de gran formato de estrellas de cine, celebridades y figuras del mundo de la moda, todos ellos extraídos de diferentes series realizadas en décadas posteriores, abordando con ellas la construcción de la feminidad y su percepción en el ámbito público.
El título ‘Cindy Sherman. The Women’ se refiere a la célebre
obra teatral de 1936 firmada por Clare Boothe Luce, una mordaz pieza coral que
retrata las interacciones entre mujeres de diferentes clases sociales así como
la importancia de las apariencias. Adaptada dos veces al cine (en el año 1939 y
también en 2008), la obra es un claro ejemplo del género ‘películas para
mujeres’ en el Hollywood clásico, alrededor de las cuales se construyó la
teoría del cine feminista. Además de los personajes de la obra, la propia
Boothe Luce es representativa de los diferentes tipos de feminidad explorados
por Sherman…..
https://www.hauserwirth.com/es/hauser-wirth-exhibitions/cindy-sherman-the-women/
Estrenada en el Teatro La Fenice
de Venecia el 6 de marzo de 1853
Producción de la Dutch National
Opera & Ballet
Equipo artístico
Dirección musical, Henrik Nánási
Dirección de escena, Willy Decker
Escenografía y vestuario, Wolfgang
Gusmann
Vestuario, Susana Mendoza
Iluminación, Hans Toelstede
Coreografía, Athol John Farmer
Reposición de escenografía, Thomas
Bruner
Dirección del coro, José Luis
Basso
Reparto
Violetta Valéry, Sabina Puértolas
Flora Bervoix, Karina Demurova
Annina, Gemma Coma-Alabert
Alfredo Germont, Juan Diego Flórez
Giorgio Germont, Gëzim Myshketa
Gastone, vizconde de Létonières,
Albert Casals
El barón Douphol, Tomeu Bibiloni
El marqués de Obigny, David
Lagares
Doctor Grenvil, Giacomo Prestia
Giuseppe, Joan Laínez
Il cavalliere, Ihor Voievodin
Coro y Orquesta Titulares del
Teatro Real
Es difícil recordar cuántas ediciones de la famosa partitura
del maestro de Busseto ha visto y oído un melómano o crítico al uso. En un
momento en que en España se replantea una ley para prohibir la prostitución,
“ocupación” que tiene datos probablemente (los más conocidos) desde los
escritos en la Via Marina de Pompeya graffiti),
La Traviata verdiana, sigue cuestionándonos, preguntando (como dirían los
franceses, autores del libro, “elle nous parle”). La conocida historia
de la mujer como moneda de cambio y trato. El matrimonio como pacto económico y
continuidad de la riqueza y los patrimonios de unos y otros. Sociedad
contenida, continuista.
Porque es generalmente aceptado que “El mito central de la “Dame aux Camélias”, no es el Amor, sino el Reconocimiento, porque Margarita ama para que se la reconozca, y en ese sentido, su pasión (en un aspecto más etimológico que sentimental), proviene completamente del otro…La mirada cómplice de los burgueses aquí va destinada al lector que, por su parte, reconoce también a Margarita, a través del desprecio de su amante…”. Roland Barthes, Mythologies, Éditions du Seuil, 1957.
El concepto que encuadra el título de la obra, para empezar
por el principio, hace referencia a una “demi-mondaine”, una mujer que “ha
perdido el camino”, a una descarriada. Alguien que vive en un constante
fuera-dentro de la sociedad, que será enterrada sin una cruz y olvidada por
todos, dice aproximativamente Violetta.
Relatan los datos- importantes- de la IA, que el autor de La
dama de las camelias, fue hijo natural del escritor Alejandro Dumas y la
costurera Marie-Catherine Labay y, como su padre, un autor mundialmente
reconocido. Las leyes por aquella época, le permitieron a Dumas padre separar
al hijo de su madre y la agonía de esta inspiró a Dumas hijo en sus escritos
sobre caracteres femeninos y trágicos. En casi toda su obra enfatizó el
propósito moral de la literatura y, en su novela El hijo natural (1858), expuso
la teoría de que aquel que trae un hijo ilegítimo al mundo, tiene la obligación
moral de legitimarlo y casarse con la mujer. Esencia de Traviata “avant la
lettre”.
Además de soportar el estigma de la ilegitimidad, Dumas hijo
llevaba sangre negra. Su abuelo, el general Thomas-Alexandre Dumas, era un
mulato hijo de un noble blanco francés y una esclava negra haitiana. En los
internados escolares, fue siempre vituperado por sus compañeros. Todas estas
experiencias determinaron sus pensamientos, comportamiento y escritos.
En 1844, Dumas conoció a Marie Duplessis, una joven
cortesana que inspiraría su novela romántica La dama de las camelias (1848) que
fue adaptada como obra teatral, con un éxito tal, que
animó a Dumas a proseguir con su carrera de
dramaturgo. La obra se tituló en inglés Camille y
constituyó la base para la ópera de
Giuseppe Verdi, La Traviata (1853). En sus obras teatrales, cargadas de enseñanzas morales, denuncia los prejuicios sociales de la época y
aboga por los derechos de la mujer y de los niños. En 1863 vio cómo la Iglesia
católica incluía todas sus novelas románticas en el Índice de Libros
Prohibidos.
El maestro Verdi aportó su idiosincrasia a la novela
francesa debido a su habitual ideología y estereotipo conservador
judeocristiano para definir qué es una mujer y cuál es el rol que debe jugar en
la vida. Habría que recordar su relación diferente con su primera esposa y
luego con la soprano Giuseppina Strepponi. Es posible que esta tradición
conciba dos clases de mujeres, bíblicamente localizables ya en los modelos de
Eva y Lilith también y lo que vino luego, un material ingente.
La doble moral de los últimos años de la Monarquía de julio
en la Francia de Dumas, están más que explicitados en esta ópera con la
confrontación entre el espíritu igualitario (más o menos) heredado de la
Revolución de 1789, encarnada por Marguerite Gautier, la protagonista de la
novela autobiográfica de Dumas hijo, que intenta cohabitar con el
conservadorismo y la rigidez burgueses del reino de Luis-Felipe, simbolizada
por la autoridad patriarcal. Aunque todo es relativo, porque la revolución
libertaria guillotinó a una pionera de los derechos de las mujeres como Olympe
de Gouges.
En cuanto a la música, pasajes inefables: en el Acto I, el Preludio, evocador. Luego la
famosísima "Libiamo ne' lieti calici" con Violetta, Alfredo y coro.
En el foyer del Real, un stand de Moët Chandon revivía el momento). Luego, "Un
dì felice, eterea" con Alfredo y Violetta. A continuación,"È strano!
È strano... Sempre libera degg'io", Violetta, un “must”.
En el Acto II, otro instante reconocible, "De' miei
bollenti spiriti" a cargo de Alfredo. "Pura siccome un angelo"
para Germont y Violetta. Por supuesto, “Amami Alfredo", responsabilidad de Alfredo y Violetta. Y "Di
Provenza il mar, il suol" que defiende Germont. "Di Madride noi siamo
i mattadori", (opinable con el) Coro. Y el Finale, Acto III, sobre todo,
el maravilloso "Addio, del passato bei sogni ridenti" para Violetta,
que aquí bordó Sabina Puértolas. Sin
menoscabar el "Parigi, o cara" de Alfredo y Violetta. Y hacia el final, “Gran
Dio! Morir sì giovane" que canta Violetta.
Se encuentran innumerables versiones escénicas de Traviata y algunas, sublimes, como la de Visconti con María Callas para La Scala de Milán, alrededor de 1955, la adaptación de Franco Zeffirelli para el cine, con Teresa Stratas y Plácido Domingo en los roles principales (que siguen acompañando desde sus fotografías a los visitantes de la Fondazione Zeffirelli en Florencia) que han marcado historia. Y La Traviata de Anna Moffo…en los sesenta.
No pasará lo mismo con la actual de Willy Decker,
experto alemán que recuerda las producciones de esos mismos tiempos que se
hacían y se continúan para Wagner, con un despojamiento escénico que algunos
leen como minimalista, conceptual y otros, menos snobs, más realistas, como
empobrecedor.
Escenario muy abierto en blanco roto y grises,
claustrofóbico, con una sola salida para actores y cantantes, dos planos, el
superior habitado en ocasiones por parte del coro (déjà vu), con caretas grotescas
que no facilitan la labor de los cantantes. Banco corrido, por el que Violetta
sube y baja con peligrosidad. Sillones tipo Natuzzi con florones de cretona
multicolor de gusto dudoso, acompañados por saltos de cama semejantes en los
que se enredan los pies de los artistas.
No hay sexos, todos medio masculinos en el coro, con traje
negro. Perdidas las preciosas escenas de ballet o de movimiento de los toros en
la fiesta de Flora. Escueto, inexpresivo, con el señalamiento del compositor y
libretista a los toros de Madrid y a la circunstancia de que un toreador que
consigue matar cinco astados en una tarde, conseguirá el amor de la bella.
¿Nostalgia de cierto síndrome de Ava Gardner y Madrid años 50? Seguimos igual
en la capital.
Siempre toros y toreros porque hay millones que nunca
entenderán que matar no es cultura, pero sí, detrás mucho dinero. La matanza
animal por placer no es cultura, sino carnicería y salvajismo. En poco tiempo y
cuando los teatros hayan decidido dejar de ahorrar tanto en los proyectos,
nadie recordará una propuesta desangelada y falta de imaginación como la de
Decker. Barata. El equipo de Decker, iluminación, vestuario, coreografía,
escenografía, en la misma línea.
Sorpresa en la tarde en el Real, cuando muy poco antes del
comienzo de la función se supo que Nadine Sierra, muy esperada siempre,
en la cresta de la ola ahora, cancelaba por motivos de salud.
Parte del espectáculo de un teatro de ópera, está en los
aledaños, en el backstage, incluso en la taquilla. La empleada de turno, poco
amable y muy seria, indicó a quien pedía devolución de entradas, “que se viene
a ver La Traviata” y no a los cantantes (¿?) y al responder el cliente que “no
todas las localidades cuestan igual”, le contestó la taquillera siempre hosca,
que “Juan Diego Flórez es el más caro, no Sierra, así que nada de devolver el
coste de las entradas”. El Real es un teatro único, famoso también por estas chapuzas,
faltas de estilo y elipsis a todos los
niveles.
Eso sí, tienen mucha suerte de siempre estos gestores y el barco del Teatro “fluctuat nec mergitur” (“se balancea pero no se hunde”, lema latinizante de la ciudad de París, la antigua Lutetia). Así que salió todo perfecto, a pesar de los cambios, las improvisaciones y los sofocos de unos y de otros. Sobre todo de los artistas, implicado su prestigio en la representación. La suerte del Real no es mérito de la organización en general, sino de una veleta que gira, gira y puede cambiar aleatoriamente. Como en una partida de póker o en la ruleta.
Sabina Puértolas, soprano española, sustituyendo
a la Sierra, dibujó una Violetta juvenil, fresca y algo descolocada en
el primer acto, hiperactiva y casi maníaca subiendo y bajando por el escenario
difícilmente abarcable como se dijo antes. Fue dulce, emotiva, sugerente,
pícara, enferma, llorosa y consciente de su final próximo, como le recordaba el
infatigable reloj daliniano que ocupaba el escenario y- peligrosamente- servía
también de apoyo, dudoso, a la soprano.
Fluidez vocal, así, capacidad teatral para ser versátil,
soñadora o terminal. Excelente escuela de canto, también con el mítico tenor
italiano Carlo Bergonzi, fogueada en muchas salas y roles, excelentes
agudos y sobreagudos, menos brillantes los graves, mejorable la dicción
italiana, bonita línea de canto y adecuadísima presencia escénica, a pesar de
su ropa interior repetida y un único vestido rojo (semejaban las enaguas rojas
que Lisette Oropesa lució en el mismo escenario en su María Stuarda). La prenda
fue arrastrada sin piedad por otros actores, que tuvieron su momento estelar
inexplicable y en su propia y diferente película, una que, evidentemente, no
habían pensado Verdi, ni Piave. Una distorsión fuera de lugar. Un excursus
incomprensible.
Los sobretítulos en traducción española e inglesa, a menudo
interrumpidos, incompletos.
Se esperó un bis de Puértolas, después de que la sala pareciera desplomarse de aplausos, pero no llegó. Y mejor, porque la soprano debería reservarse un poco en caso de que tenga que volver a sustituir a Sierra.
Juan Diego Flórez, un tenor excepcional, tuvo que
hacer frente como todo el equipo del palcoscenico a los cambios. No se lo vio
tan suelto y cómodo como otras veces, pero tiene una calidad de canto
excepcional. Fiato, comunicabilidad, buenos agudos, adecuación al personaje y a
sus colegas y una técnica que nunca desmaya porque está a su servicio, así como
la elección y adecuación de roles (contestados por los de siempre). Más que
comprensible italiano para un no nativo. Sometido a vejaciones teatrales como la
de exhibirse en calzoncillos (¡), momento nunca favorable para nadie y vestirse
el traje delante del respetable público, pudo con todo. Al final, relajado y
feliz, conversaba sonriendo mucho con los coprotagonistas en los saludos. Todo
un profesional.
El Germont de Gëzym Myshketa estuvo un poco justo
dadas las circunstancias, Fue el típico padre padrone que castiga y luego
afloja, cuando ya es muy tarde. Enarbola un discurso obsceno donde los halla y
arrastra el peso de un personaje oscuro, pero con una estupenda parte. Estuvo
adecuado entre unas cosas y otras.
Así como el resto del cast, nunca secundarios sino
necesarios para el desarrollo de la ópera. Karina Demurova en Flore
Bervoix, la Annina de Gemma Coma-Albert, Albert Casals como Gastone,
el barón Douphol, voz y potencia de Tomeu Bibiloni, David Lagares
en Obigny, el doctor Grenvil, Giacomo Prestia, (el único con traje de
época, igual que Annina), obligado a estar presente en el decorado durante toda
la representación como el fantasma del tiempo que se escapa y anuncia la muerte,
el Giuseppe de Joan Laínez, Ihor Voievodin, el invitado de Athol
Farmer, el mensajero de Javier González y Harold Torres,
criado de Flora. Además, una nutrida participación de actores, no siempre
necesaria en un escenario por momentos confuso y superpoblado, un tanto
agitado.
A la audiencia del Real le gusta terminar la temporada en belleza y en un equilibrio tranquilizador, así que estuvo pletórica y generosa en ovaciones. Sala completa salvo alguna excepción, mucho vestuario de verano lujoso, peluquería, perfumes y joyas en las butacas de patio. Moreno intenso de playa o piscina en algunas pieles.
Las aclamaciones, eso sí, muy merecidas. Fue un trabajo de
equipo ímprobo y un esfuerzo que salió muy bien. Se espera y desea para los que
puedan, un verano reparador y relajante. A ver si puede ser, teniendo en cuenta
cómo como está todo, todo. Un poco de justicia poética y solidaridad, somos un planeta
común, por favor…
Alicia Perris
Celui qui était surnommé l’« homme en noir » a succombé, lundi 14 juillet, à Paris, à un cancer du foie, ont annoncé son épouse et ses enfants.
Par Catherine Pacary
« Il avait des idées », c’est ce que Thierry Ardisson souhaitait que l’on dise de lui à sa mort. C’est du moins ce qu’il déclarait au Point, le 9 juin, à la sortie de L’Homme en noir (Plon, 224 pages, 21 euros), livre dans lequel il mettait en scène sa propre disparition.
Il avait trouvé cette forme pour subvertir les codes de l’autobiographie : « J’ai eu l’idée d’un jugement dernier sous acide, un show impossible où débarquent des personnalités et des proches. » Il avait pensé à tout : la cérémonie, l’encens, les enfants de chœur, jusqu’à la playlist, avec Lazarus, de David Bowie, et In My Life, des Beatles, repris par Sean Connery.
Seule manquait la date : lundi 14 juillet, l’animateur et
producteur de cinéma et de télévision est mort à l’âge de 76 ans, à Paris, des
suites d’un cancer du foie, ont annoncé son épouse et ses enfants dans un
communiqué à l’Agence France-Presse. « Thierry est parti comme il a vécu. En
homme courageux et libre. Avec ses enfants et les miens, nous étions unis
autour de lui. Jusqu’à son dernier souffle »…
https://www.lemonde.fr/disparitions/article/2025/07/14/thierry-ardisson-animateur-et-producteur-de-television-grand-provocateur-est-mort-a-l-age-de-76-ans_6621145_3382.html
La chanteuse lyrique franco-espagnole Béatrice Uria-Monzon est décédée samedi 19 juin à Agen des suites d’une longue maladie, à l’âge de 61 ans, a annoncé son agent sur Facebook.
Elle a été « une immense artiste, une immense Carmen », a confié à l’AFP Thérèse Cédelle, son agent depuis près de 40 ans, évoquant une chanteuse d’une « grande classe, très franche, très sincère et très aimée ».
Révélée en 1993 lors de son interprétation révolutionnaire de Carmen de Georges Bizet à l’Opéra de Paris, la mezzo-soprano a repris ce rôle à de nombreuses reprises dans les plus grandes salles à travers le monde, de New-York à Moscou.
LIBRO
Francesco Pecoraro – Solo vera è l’estate,
nell’ambito del ciclo “Zhemao.
ovvero la miniera di Kashin e altre storie”, a cura di Ilaria Crotti – Falsodemetrio.
Venti luglio 2001. Fra il litorale romano e il G8 di Genova, tre ragazzi di trent’anni e una donna che tutti e tre desiderano. È il giorno che ferma la storia, il giorno che cambia per sempre la loro esistenza e quella di tutti.
Enzo, Giacomo e Filippo hanno in comune le origini – vengono tutti e tre dal Mamiani, il liceo più politicizzato della Capitale – e si affacciano su una vita adulta più complicata e stentata del previsto; li unisce anche l’ambigua amicizia con Biba, che questa sera non è con loro.
Lo stesso giorno, decine di migliaia di altri ragazzi si trovano invece più a nord, a Genova, dove si sta svolgendo il G8: la ferocia gratuita con cui vengono annientati i corpi e le idee dei manifestanti, produce e incarna assieme l’autentico crinale della nostra storia, ma anche un irreversibile punto di passaggio nella traiettoria esistenziale dei quattro protagonisti.
All’alba del 21 luglio, un’alba serena d’estate, niente
sembra cambiato ma niente sarà più come prima, per nessuno di loro – e per
nessuno di noi.
JUAN DIEGO MADUEÑO
The son of the first sherpa to reach the summit recalls in a
book his ascent to the mountain. The expedition coincided with the death of
eight climbers in 1996
A stomach ache almost prevented sherpa Jamling Tenzing Norgay from reaching the summit of Everest. It was night. In 1996, two months after starting the IMAX expedition he was part of -a team of porters, mountaineers, including the Spanish Araceli Segarra, and sherpas carried a camera and several kilos of film to the mountain to film the route- he had surpassed 8,000 meters in the final attempt. The stomach issue had Jamling trapped. "It's part of human nature.
Taking a dump at 8,000 meters is dangerous and very cold. You have to do it very quickly. If you are exposed for one or two minutes, you can have a frostbite problem. Diarrhea can make you turn back. If I hadn't made that decision, I would have returned to base camp. There is no appropriate place to take a dump in the middle of an Everest ascent; doing it frees you. As soon as I finished, I thought, 'Well, now I'm ready to climb,'" recalls Jamling from his home in India.
Through the Zoom open window in his living room, you can see the figure of his father, Tenzing Norgay, the first sherpa to reach the summit.
"It's a painting representing my father at Chukung Ri [the Everest base camp, at 5,500 meters altitude], in 1953, before starting the ascent". His father supported the New Zealand mountaineer
Sir Edmund Hillary during the British expedition that aimed to be the first to summit Everest.
The two
previous attempts by the queen's subjects had failed. Hillary and Tenzing succeeded.
"At the summit, there is enough space for five people, holding hands, to
climb at once. It's not a place where there's a line to cross and say 'I
arrived first.' The summit is not a peak, so to speak. It's like this," he
gestures to indicate the existence of something like a platform. "All this
area is the summit," drawing a circle on the back of his hand.
Hillary and his father arrived together. The feat improved
Jamling's life. He gained access to private education at Saint Paul's, an elite
school in India, and was able to study at Northland College in Wisconsin, USA.
Despite his father's absence and the invocation of the mountain, that vertical
deity that provides for the sherpas, Jamling was driven to follow in the
pioneer's footsteps, facing the mysteries of fatherhood. "My father
climbed so that we wouldn't have to. That's what he told me when I mentioned
the possibility of joining an expedition. He didn't want us to suffer the
danger of attempting it."
In 2001, he published Closer to My Father: A Sherpa's
Journey to the Top of Everest, a guide, now published by Capital Swing, about
the spiritual, family, economic, and physical dimensions of the highest
mountain. Jamling wrote the whole truth about Everest with the aim of finding
his father, with whom he didn't share as much time as he would have liked, and
understanding the motivation that turned him into a legend.
"Of course, his absence is forgiven," he admits.
"I mean, I realized at the time that everything he did was for us and not
for himself. He wanted to give us a better life. He lived a wonderful life. He
always enjoyed what he did. From climbing since he was very young to later
joining many expeditions. He is one of the few people in the world who has
extensively traveled the Himalayas. And at the end of his life, he was happy
training a new generation of mountaineers," he comments.
"The Government of Nepal should limit the ascent to
those who have climbed a 7,000-meter mountain"
He could feel his father's presence during the ascent. "It was a pilgrimage." As if he were following the trail of a Big Foot - a legend as close as it is elusive - he repeated the path that led his father in 1953 to the first ascent of Everest. "I met him at the summit. When I grew up, I didn't know him very well. It was a way to pay tribute to him because I didn't get to know him well. Since childhood, I spent nine months at school.
And I always wondered what had led that man to climb this mountain. I
realized he was an explorer, fond of being outdoors. From that day on, I became
aware of the difficulty he had faced with the equipment they carried." In
the book, he recounts the difference between the oxygen bottles used in 1953
and those of 1996: almost eight kilos of difference. "They went to meet
the unknown. When we arrived, the route was already established. That's when I
started to respect him much more."
Superstitions accompany Jamling at every step since he decided to join the IMAX adventure. He needed to consult with the lamas to see if he would have good luck on the ascent. If the days were favorable. If there would be any issues to address during the adventure. The visits he makes to Buddhist priests are like life tests of his ancestors.
Western education had made him change his perspective, which seems to recalibrate throughout the Everest-fueled mania. All the rituals he participates in or the luck acclimatization maneuvers ultimately anchor him definitively to his origins.
"Sherpas are connected to the mountain. We don't want to challenge it because we don't want to anger the mountain gods." Jamling is very clear about the tokens that propelled him to the top. Although, in the end, setting foot on the top of Everest is a matter of having good or bad weather.
"During the journey, we
pray for no avalanches. The gods keep us safe. As my father said after
descending the mountain, you have to be grateful for good weather. It marks
success. It's nature's way of saying it accompanies you."
Before suffering from diarrhea on the mountain, Jamling was
concerned about "fecal impaction," a rather harsh way of referring to
constipation. "I had heard terrible stories about the illness," he
writes in Closer to My Father. "It is caused by dehydration and occurs
among climbers confined to high altitudes. Nicotine has a laxative effect, so I
thought smoking would be a useful preventive measure. I was trying to quit, but
I secretly smoked a few cigarettes with Bijaya, our Nepalese liaison officer.
We called it sherpa oxygen."
Sherpa oxygen no longer exists. "It's the
opposite," he tells this newspaper. "Now you don't want to smoke
during an ascent. It's the opposite of what you should do. At that time, I was
very young. I had a lot of energy. It was all energy. So, you saw the sherpas
who had grown up on the mountain, at 12,000 feet, smoking during the climb, and
you smoked with them, but it's not something to consider. It's much better not
to smoke. In those days, I drank, enjoyed life. I was only 30 years old. I was
just starting to live."
Everest is not a seashell that howls. "What does it
sound like? What do you mean? During the climb, you only feel peace. You are in
tune with nature. You are focused on yourself, on where you should step, on
putting your foot where you should. It's important not to make any mistakes. It
requires a lot of concentration. A moment of rest allows you to observe the
beauty around you. Feeling the air and the ice is a way to feel alive,"
clarifies Jamling.
In the practical part of the journey into his father's
interior, through the Everest pass, he found an amusement park. "Well,
it's not really an amusement park. It has become increasingly accessible. There
are more and more mountaineers finding it very easy to climb the
eight-thousanders. Now we know at what altitude we need oxygen, the ropes are
fixed by the sherpas, who also take care of making food and setting up the
tents. And, moreover, people are starting to use oxygen at lower and lower levels.
It's becoming ridiculous."
In the IMAX expedition that Jamling participated in 1996, he coincided with a few guides and their clients. Some of the world's most prepared mountaineers were together on the slopes of Everest to take advantage of the opportunity that spring offered that year.
They wanted to summit on May 9 and 10, but the mountain swallowed eight mountaineers. Jamling and his companions had to postpone the ascent. They participated in the rescue of the surviving mountaineers; confirmed the death of some friends. "I never fear death. I think about life when I'm there.
The most important thing is to get
negative thoughts out of your head. If you are afraid of the mountain, you will
make a mistake. That tragedy taught nothing: it led to more and more
mountaineers wanting to get closer to Everest. It didn't teach the world any
lesson. Some years, 14 climbers have died. The mountain gained recognition in a
perverse way: that year the best climbers in the world died."
"Some videos show the gentrification of the slopes of
Everest." Human beings are capable of turning the highest mountain on
their planet into Casa Salesas, the restaurant of Íñigo Onieva. One of the most
popular sequences shows mountaineers queuing in what seems like a very
dangerous gorge. They wait, as if waiting for a spot to open up at the Pollería
de Malasaña, the establishment in the center of Madrid where they sell
penis-shaped waffles, to take the next step.
"The Nepalese government is the only one that can stop
this phenomenon. Recently, they proposed banning climbers who have not
previously climbed at least a 7,000-meter mountain from climbing Everest. The
measure would reduce the number of people attempting it. In addition, they want
to increase the amount you must pay for the ascent by 15,000 euros," adds
Jamling. "The commercialization we know today started in 2005.
At that time, inexperienced mountaineers began to arrive.
And commercial operators only wanted money. They made more money by giving them
oxygen as soon as possible. The more oxygen you consume, the more expensive the
expedition becomes. So, this made it easier to climb the mountains," he
explains the causes of the overcrowding of one of the most dangerous places on
Earth. In the essay rescued by Capitán Swing, Jamling goes from the physical to
the spiritual, from superstition to spiritualism.
"Some spirits roam the mountains and can end up in the
mountaineers' backpacks." Near-death experiences are mixed with some
visions that are inexplicable at sea level. Dying up there is another way to
decorate the environment. "It's easy to die. Going down is as dangerous as
going up. On the way back, you have no fuel left. You have no oxygen, no
energy, you haven't slept, you haven't eaten, and you end up failing.
This is the explanation of why so many people die after
reaching the highest point. I won't go back. There is no reason to return to
Everest."
https://www.mundoamerica.com/entertainment/2025/06/25/685bb786e85ece5c6a8b4599.html
Julissa Reynoso Pantaleón es una destacada abogada y diplomática, actualmente socia del bufete internacional Winston & Strawn en Nueva York. Nacida en República Dominicana, ha sido una figura clave en la diplomacia de Estados Unidos, sirviendo como embajadora en España y Andorra hasta 2024.
En su papel como embajadora, Reynoso fue fundamental en fortalecer las relaciones bilaterales y en promover los intereses de Estados Unidos en la región, consolidando su reputación como una de las diplomáticas más influyentes del país.
Anteriormente, fue asistente del presidente y jefa de gabinete de la Dra. Jill Biden, donde supervisó iniciativas clave desde la Oficina de la Primera Dama, y copresidenta del Consejo de Políticas de Género en la Casa Blanca, impulsando la igualdad de género en las políticas gubernamentales.
Antes de su servicio en la administración del presidente Joe Biden, Reynoso fue socia en Winston & Strawn, especializándose en derecho internacional y asuntos relacionados con América Latina.
Además de su carrera en el servicio público, ha sido profesora en la Facultad de Derecho y en la Escuela de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Columbia, influyendo en la formación de futuros líderes en derecho y política internacional.
Es miembro del Consejo de Relaciones Exteriores, del Instituto Americano de Derecho y del Diálogo Interamericano. Ha publicado numerosos artículos y ensayos sobre temas como el derecho comparado, la reforma regulatoria, la organización comunitaria, las políticas de inmigración y la política latinoamericana.
Julissa Reynoso tiene una licenciatura en Gobierno por la
Universidad de Harvard, un máster en Filosofía por la Universidad de Cambridge
(Reino Unido) y una licenciatura en Derecho por la Universidad de Columbia. Su
trayectoria la consolida como una figura influyente en relaciones
internacionales y derecho.
https://www.worldinprogress.es/speakers/julissa-reynoso/
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