Logo Hispania Concertalia. Gala Strauss & Kreisler
- Aniversarios de música vienesa. Autores, FRITZ KREISLER (1875-1962) - JOHANN
STRAUSS (1825-1899), en el 150 Aniversario y 200 Aniversario de sus
nacimientos respectivamente. 25/11/2025. Auditorio Nacional, Sala Sinfónica.
Concebido como un homenaje al espíritu de Viena, el ciclo
“Viena en Madrid” abre su quinta temporada para celebra el doble
aniversario de dos figuras esenciales de la historia musical: Johann Strauss
II, el “rey del vals”, y Fritz Kreisler, el violinista y compositor
que encarnó la elegancia del Romanticismo vienés.
La velada, según los organizadores, se concibió como” Una
noche repleta de ritmo, encanto y virtuosismo, que invita a sumergirse en el
inconfundible estilo vienés: entre el brillo orquestal, la delicadeza melódica
y la nostalgia de una época dorada”.
PROGRAMA
Johann Strauss II (1825–1899) El maestro del bosque,
obertura
Johann Strauss II Lo intemporal, polka francesa, op. 302
Johann Strauss II Canción de Saffi, de El barón gitano
(Soprano: Nathalie Peña-Comas)
Johann Strauss II Vals del Emperador
Franz Lehár (1870–1948) Vilja-Lied, de La viuda alegre
(Soprano: Nathalie Peña-Comas)
Johann Strauss II Intermezzo, de Las mil y una noches
Fritz Kreisler (1875–1962) Schön Rosmarin – Liebesleid –
Liebesfreud
(Violín: Mario Hossen)
——–
Josef Strauss (1827–1870) Música de las esferas, vals, op.
235
Johann Strauss II Mi señor Marqués, de El murciélago
(Soprano: Nathalie Peña-Comas)
Fritz Kreisler Capricho vienés (Violín: Mario Hossen)
Josef Strauss Acuarelas, vals, op. 258
Johann Strauss II Csárdás, de El murciélago
Johann Strauss II Polka del champán, op. 211
Elenco
GYÖR PHILHARMONIC ORCHESTRA (HUNGRÍA)
Martin Sieghart, director
Nathalie Peña-Comas, soprano
Mario Hossen, violín
El director austriaco Martin Sieghart es una figura
destacada de la vida musical europea, reconocido tanto por su versatilidad como
por su profundidad interpretativa. Comenzó su carrera como violonchelista
solista de la Orquesta Sinfónica de Viena, antes de dedicarse plenamente a la
dirección orquestal.
Su trayectoria internacional despegó ya en 1990, y sus
actuaciones en las mejores salas europeas y Japón, han revelado como una faceta
especial de su carrera su dedicación a la música de Johann Strauss, que ha
interpretado con orquestas como los Wiener Symphoniker, el Philharmonia
Orchestra y en producciones en Japón y Alemania. También ha dirigido óperas de
Mozart, Strauss y Verdi en teatros de Austria y Alemania. Además ha
desarrollado una intensa labor pedagógica, fue fundador del festival “Mozart in
Reinsberg” y cofundador del proyecto Entarte Opera (Ópera degenerada), que
recupera obras de compositores perseguidos durante el nazismo.
Experto en el repertorio europeo y centroeuropeo, desde
Haydn y Beethoven hasta Bruckner y Mahler, es el maestro del conservatorio que
todos los alumnos hubiéramos querido tener: comprensivo, educadísimo, sutil, de
comunicación fácil y elegante, tiende a establecer un vínculo sólido con sus
partenaires ocasionales cuando dirige y esa cualidad también, aparte de su
extrema sensibilidad y energía, lo convierten en una rara avis. Despliega
generosamente un talento increíble y es de una emocionalidad de las que no
abundan con las prisas y las simplificaciones en las orquestas del presente. Y
el interés crematístico ante todo. Este
es el caso del encuentro que dirigió junto al eximio violinista Hossen y a la
soprano y actriz dominicana.
La formación húngara acompañante cumplió a la perfección con
las expectativas de los otros artistas y de la audiencia que fue embriagándose,
como es lógico, como los pentagramas fogosos y evocadores de los dos
compositores vieneses, sobre todo con los de la familia Strauss. Una imparable
in crescendo, al climax.

Programa muy extenso, la representación duró casi dos horas
y media, con cuatro “encore”, entre ellos, la Polka Tritsch-Tratsch y el
inefable Danubio Azul y permitió el lucimiento teatral y vocal de la soprano Nathalie
Peña-Comas, que sin duda tiene y tendrá una fantástica carrera por delante:
exquisita técnica y línea de canto, fiato amplio, sorprende el desempeño en
unas agilidades con mucha dificultad, capacidad no solo de cantar sino de
interpretar pasajes exigentes de Strauss cómico-dramáticos, sabe ser cómplice
de una orquesta dúctil y un director fascinado con ella. (El maestro en cambio no
descansa, alguna gota de sudor en el rostro indica la complejidad del esfuerzo
y una entrega total.)

Nathalie, con su conjunto Spirituosi obtuvo tres Medallas de
Oro en los Global Music Awards (Los Ángeles) y el Premio Soberano al “Mejor
Concierto de Música Clásica” y también fue ganadora del Concurso Internacional
de Ópera Ebe Stignani (2022) y fue múltiple galardonada en los Premios Soberano
como “Cantante Clásica del Año”.Graduada por la Universidad de Música y Artes
Escénicas de Viena. Actualmente, Nathalie continúa su perfeccionamiento vocal
con la maestra Irina Gavrilovici.
La misma dedicación sobria y paradójicamente muy apasionada,
a fuego lento, la del mago del violín austro-búlgaro Mario Hossen, carismático
y potente, vestido como un dandy, impecable y con una enorme capacidad de
transmitir su música desde una aparente distancia que en realidad no es tal.
Una técnica fabulosa, total, de verdadero virtuoso y una seguridad que va más
allá de todas las expectativas para un solista en esta ocasión con pocas
intervenciones.
Hossen ha actuado como solista con orquestas de primer nivel
como la London Philharmonic Orchestra, la English Chamber Orchestra, la Academy
of St. Martin in the Fields, la Orquesta Sinfónica de Viena, la Bruckner
Orchester Linz, la Wiener Akademie, la Wiener Concert-Verein, la Orquesta
Nacional de Radio de Bulgaria, la Filarmónica de Sofía, I Solisti Veneti, I
Virtuosi del Teatro alla Scala, entre muchas otras.
La Orquesta Filarmónica de Győr, con sede en la
histórica ciudad de Győr en el noroeste de Hungría, es una institución
emblemática del panorama musical centroeuropeo. Fundada en 1862, su historia
refleja más de 160 años de excelencia artística. Su repertorio abarca desde las
grandes obras del clasicismo vienés y el romanticismo hasta música
contemporánea y estrenos absolutos de compositores húngaros y europeos. La
orquesta ha realizado giras por toda Europa, Estados Unidos, Japón y Corea del
Sur, participando en festivales de renombre y cosechando elogios por la calidad
de su sonido, su cohesión y su expresividad. A destacar en la velada de
Concertalia el buen sonido de los metales, la percusión y también de la cuerda,
un arpa excelente y un cello solista que sonreía feliz mientras tocaba,
buscando la mirada atenta de los colegas y del público, que aunque no llenó al
completo la sala, se fundió en vivas, aplausos y bravos al terminar la
enjundiosa velada.

La sensación, compartida por buena parte de los presentes,
fue de casi éxtasis musical, el mismo que posiblemente inspiró las obras de los
Strauss, que con el vals y las danzas supieron reflejar el Zeitgeist y la
geopolítica de su tiempo. Un imperio, el de los Habsburgo, devenido casi al
final en Austrohúngaro, que siguió bailando hasta las puertas del atentado de
Sarajevo, mientras eximios músicos, otros, pintores y sobre todo literatos,
insistían en que ese periodo tenía todo el aspecto de un fin- de- siècle,
engullido sin remedio por lo que alguien llamó, buscando una explicación global
y comprensiva, geopolítica, histórica pero también psicológica, la “maladie
viennoise” (la enfermedad vienesa).
Hoy se siguen bailando valses, muchos, mecanismos de
distracción que nos hacen olvidar que probablemente la situación internacional
es ahora un deforme e inquietante “déjà-vu” en una escala impresionante, que
asusta. Mientras tanto, seguimos bailando y disfrutando, como nuestros
antepasados, alocados y despreocupados. No hemos aprendido la lección.
Con todo y con eso, en una de las mejores veladas que se
recuerdan en al Auditorio. Con modestia, pero con ejemplaridad y eficiencia. Claro
que sí, Concertalia, que tuvo un gran acierto en elegir este nicho
vienés, nos brindó de nuevo, un verdadero regalo, una fiesta. Con perfume de Schönbrun,
del Hofburg, del Prater, de los museos de la capital imperial, de los cafés,
del Schaer, con sus coches de caballos y la etiqueta de la corte, como un
chispeante neuen Wein in eine Taverne in Grinzing (como el vino nuevo de una
taberna en Grinzing). Todo Pasajero pero feliz, envuelto en el murmullo de las
burbujas de los sueños.
Alicia Perris