sábado, 5 de octubre de 2024

EL BARÍTONO FRANCÉS LUDOVIC TÉZIER, ENCANDILÓ EN EL TEATRO REAL


Ludovic Tézier, barítono. Marcus Merkel, dirección de orquesta. Orquesta Titular del Teatro Real. Varios compositores. Teatro Real. 3 de octubre, 2024

Programa

Parte I

FÉLICIEN DAVID (1810-1876)

Ouverture, La perle du Brésil

JACQUES OFFENBACH (1819-1880)

Scintille diamant, Les contes d'Hoffmann

Acte IV Intermezzo, Les contes d'Hoffmann

GIOACHINO ROSSINI (1792-1868)

Sois immobile, Guillaume Tell

CAMILLE SAINT-SÄENS

Qui donc commande quand il aime?, Henry VIII

JULES MASSENET (1842-1912)

Méditation, Thäis

Voici donc la terrible cité, Thäis

Parte II

RICHARD WAGNER (1813-1883)

Vorspiel, Meistersinger

Wolfram - Wie Todesahnung... O du mein holder Adendstern, Tannhäuser

Walkürenritt, Die Walküre

Abendlich strahlt der Sonne Auge, Das Rheingold

Wotans Abschied und Feuerzauber, Die Walküre

Marsella ha dado personajes potentes, únicos. Tierra y sangre de fenicios, griegos, romanos, corsos, de contrabandistas, de creadores, cosmopolita, el barítono Ludovic Tézier es uno de sus hijos predilectos en el universo lírico. Casado con una soprano conocida, Cassandre Berthon, estudió con Claudine Dupart, que lo dirigió de la voz de tenor a la de barítono y canta de maravilla en equipo.

Posee una excelente dicción francesa (no es evidente, hay cantantes o dobladores a quienes no se les entiende lo que dicen en su lengua materna) y un alemán muy vigilado, casi ultracorregido. Un legato amabilísimo, cantabile, suavidad y anchura en un instrumento que apiana, pasa de un registro a otro sin dificultad y tiene un fiato poderoso.

La voz es terciopelo y suave, pero se impone y es también muy masculina, como la forma de encarar a la platea y a todo el público. Vestido “casual”, con traje oscuro y el pecho medio al descubierto, daba la sensación de que la elegancia tenía que dejar paso a la eficacia sonora.

Como está de moda y los periodistas se leen unos a otros y todo se contagia, podía definírselo más ahora desde un encuadre foniátrico o de otorrinolaringólogo, como expresó Marianne Ax, profesora de canto sueca que enseña en Madrid a profesionales, “se aprecia un balance entre su apoyo (musculación diafragmática y abdominal) y la relajación de la laringe, que hace su voz sonora, alcanzando un timbrado con una resonancia que solamente se logra con una perfecta técnica vocal”.

Dicho esto, algo rimbombante y tecnicista, el cantante debutó en el Teatro Real en 2008 como Renato en Un ballo in maschera, interpretando luego al conde de Almaviva en Le nozze di Figaro (2009), a sir Riccardo Forth en I puritani (2016), El conde de Luna en Il trovatore (2019) y el papel titular de Rigoletto, el año pasado. Ha dejado pocos papeles de barítono sin rastrear.

En el tercer concierto lírico de su Temporada 2024-2025, el programa, que propone arias y obras solo orquestales, tiene dos secciones muy diferenciadas: la primera dedicada a arias de ópera francesa, su repertorio natural, cuyos papeles protagonistas para barítono se ajustan a su voz poderosa y a su timbre cálido y oscuro, que unido a una técnica impecable, le permiten afrontar roles muy diversos. La segunda parte será íntegramente dedicada a Wagner, con escenas de Tannhäuser, El oro del Rin y La valquiria.

La velada se abrió con una partitura poco frecuentada, la obertura de La perle du Brésil, de Félicien David (1810 – 1876), recordando la eterna búsqueda francesa de los países perdidos , los más valiosos (habría que recordar a Baudelaire, a Verlaine, a los compositores seducidos por la veta española de fin del XIX y la clara influencia de Berlioz o Meyerbeer).

Buen comienzo de la orquesta y primeros pasos en el concierto para el joven director, Marcus Merkel (33 años), toda una carrera por delante, que fue afianzándose a lo largo del concierto consiguiendo un óptimo rendimiento de la formación del coliseo madrileño y algunos de sus solistas. Merkel realizó estudios en varias disciplinas musicales en Berlín, donde al principio parecía inclinado hacia el jazz.

Y llegó la primera aria, «Scintille, diamant» de Les contes d’Hoffmann, de Jacques Offenbach (1819 – 1880), en la que Tézier recreó a Nicklausse, cantando el amor y al arte, “deslumbrantes como un diamante”, para confortar a un desanimado Hoffmann. A continuación, una parte orquestal con el intermezzo del acto IV de la misma partitura.

Abordando otra composición que en Europa no tiene excesiva frecuentación, el aria «Sois immobile», Guillermo Tell, de la ópera homónima de Giacomo Rossini (1792 – 1868), en la escena que forma parte del patrimonio de leyendas e historias nacionalistas de una Humanidad sedienta de libertad.

Cambiando nuevamente de geografía la «Bacchanale» de Samson et Dalila, de Camille Saint-Saëns (1835 – 1921), pieza orquestal orgiástica, de clima sensual y deslumbrante, que da paso, (asombrosa la ductilidad de Tézier, no solo en lo vocal sino también en la composición de sus interpretaciones teatrales y en la variedad en la elección de sus autores) al pervertido Enrique VIII en la ópera homónima de Saint-Saëns, reflexionando sobre el poder y el amor ( y seguramente su capacidad y sus posibilidades para imponerlos).

La primera parte concluye con Thaïs, de Jules Massenet (1842 – 1912). Después de la célebre «Méditation» pieza orquestal, interpretada al violín por Bertrand Cervera, Tézier interpretó "Voici donc la terrible cité", de la misma ópera, en la que Athanaël lucha contra la tentación de seducir a Thaïs, en un pasaje lleno de exotismo y de un libertinaje desenfrenado más deseado y fantaseado que real. Y que no tuvo nada que envidiar a la versión que La Scala de Milán llevó a cabo hace dos temporadas (marzo de 2022).

Luego de la pausa, Richard Wagner (1813 – 1883), ocupó todo el espacio de la orquesta del teatro a cargo de Merkel y del propio barítono con el Preludio de Los maestros cantores de Núremberg, de una riquísima orquestación.

Le sigue «Wie Todesahnung… O du mein holder Abendstern», aria de Tannhäuser en la que Wolfram von Eschenbach expresa su amor idealizado por Elisabeth, a través de un ambiente etéreo que evoca la comunión espiritual entre ambos.


Es de todos sabido que Tézier, aparte de su cercanía al repertorio francés y ser sensible a los problemas del planeta y de su gremio, es un barítono que ha dedicado gran parte de su trayectoria y su talento, vasto y generoso, a Verdi, su compositor de referencia, sin por eso haber dejado de transitar casi todos los roles para su cuerda, inclusive de la ópera rusa.

Eso le ha posibilitado dar origen a una discografía abundante, a la plasmación de su trabajo en vídeos y muchos reconocimientos por su labor como cantante, algunos de ellos en Francia, pero no solo.

No podía faltar la incluso cinematográfica «Cabalgata de las valquirias», previa al monólogo de Wotan «Abendlich strahlt der Sonne Auge» de El oro del Rin.

La velada se cerró con otra conocida escena de la Tetralogía: la trascendente «Wotans Abschied und Feuerzauber», en el final del tercer acto de La valquiria, en la que Wotan, castiga a su amada pero díscola hija Brünnhilde.

Un repertorio que recuerda todas las fantasmagorías de unos dioses creados, no como el panteón griego o romano, a la manera de los hombres, con sus conflictos y debilidades, sino por encima de su idiosincrasia, en un territorio que relampaguea sobre el modelo de superhombre nietzscheano o de Schopenhauer,  y las consecuencias que otros pensadores de la época, junto a circunstancias militares y económicas trajeron para el mundo a comienzos del siglo XX y después del hundimiento de la fallida República de Weimar.

La audiencia escuchó y aplaudió todo encantada y si las partituras hubieran sido distintas, también lo hubiera hecho. Así pues los “encore” estaban servidos y a pesar de que Macbeth de Verdi, como La forza están consideradas en el mundo lírico de mal fario, sonó un aria de la primera y, en otro derroteros, El hombre de la mancha (Mitch Leigh fue el compositor) que no solo Jacques  Brel hicieron famosos, sino también José van Dam( 1998) y la película de Arthur Hiller (1972) homónima con Sophia Loren como una Dulcinea bravía y arisca y un Don Quijote al que dio vida un Peter O´Toole fascinante.

Alicia Perris

HD LIVE ROBERTO ALAGNA & LUDOVIC TÉZIER - LA DANZA - ROSSINI - PARIS 2024



No hay comentarios:

Publicar un comentario