Un compendio de ensayos narrativos en los que el premio Nobel francés aborda magistralmente el retrato conjunto de dos genios cuya sombra creadora se extiende hasta nuestros días
«Aquí están de nuevo las conversaciones en las selvas de Bohemia, Teplitz, los dos gemelos: Goethe y Beethoven, y la amorosa elegía de Bettina (...). El principal objeto de este libro es recordar a los lectores que el poeta más grande de la Europa moderna pertenece a la hermandad de la música».
Teplitz, julio de 1812. Dos de las figuras mayores de la
cultura alemana, Johann Wolfgang von Goethe y Ludwig van Beethoven, se
encuentran en la que es por entonces una de las ciudades- balneario más
frecuentadas por la aristocracia centroeuropea de la época. El 9 de agosto, sin
embargo, Beethoven escribe a Bernhard Christoph Breitkopf, editor de sus
partituras: «A Goethe le agrada el aire de la corte. Más de lo que conviene a
un poeta». Apenas un mes más tarde, es Goethe quien desliza sus impresiones sobre
el compositor en una carta dirigida a Carl Friedrich Zelter: «He conocido a
Beethoven en Teplitz. Su talento me ha llenado de asombro; sólo que, por
desgracia, es una personalidad completamente desenfrenada». Siguiendo la
espiral de los acontecimientos a través de la correspondencia de sus
protagonistas y de los testimonios (en ocasiones, de lo más subjetivo) de
Bettina Brentano, quien despertase en ambos un interés recíproco con el afán de
unirlos en una suerte de amistad estelar, el premio Nobel francés Romain
Rolland incluye en Goethe y Beethoven un compendio de ensayos narrativos en los
que reconstruye con tanto aliento como sutileza aquella ocasión perdida y
aborda magistralmente el retrato conjunto de dos genios cuya sombra creadora se
extiende hasta nuestros días.
ROMAIN ROLLAND (Clamecy, 1866; Vézelay, 1944), narrador, dramaturgo y ensayista, fue la conciencia europea de entreguerras. Pacifista insobornable y de educación enciclopédica, publicó sus escritos contra la Primera Guerra Mundial (cuyo estallido le había sorprendido en Ginebra) desde la Suiza neutral y obtuvo el Premio Nobel de literatura en 1915. Pese a ocupar una cátedra de historia de la música en la Sorbona, vivió de forma espartana, trabajando día y noche para ampliar sus saberes a través de la lectura. Su biografía de Beethoven, leída y releída con reverencia durante décadas, y con la que dio un poderoso impulso en el siglo XX a la recepción francesa del compositor alemán, muy comedida hasta entonces, fue uno de sus mayores éxitos editoriales. Una secuela tardía de esta veneración fue el ensayo Goethe y Beethoven, de 1930, cuya primera entrega había ya aparecido en la revista Europa en 1927. Además de su culto a ciertos artistas excepcionales, sobre los que compuso una serie de biografías admirables (Miguel Ángel, 1907; Händel, 1910; Tolstoi, 1911), y su interés por los pensadores de la India y las experiencias de la Rusia soviética, su simpatía por los hombres animó siempre el trasfondo de sus dramas históricos y filosóficos. Su obra narrativa, entre la que destaca el ciclo novelístico Jean-Christophe (de próxima aparición en Firmamento), revela tanto la modernidad de sus temas como la originalidad de sus formas, deudoras de una mirada universalista que no impidió que encarnasen en uno de los mayores valores de las letras francesas de la primera mitad del siglo XX.
https://www.firmamentoeditores.com/p/goetheybeethoven/
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