Desde el 21
de marzo y hasta el 21 de mayo de este año y siguiendo la tradición de su
dedicación cultural, la Biblioteca Pública de información, conjuntamente con el
Festival Internacional del Cómic de Angulema, ha organizado una muestra
destinada a homenajear al artista Art Spiegelman y su producción. Aunque no sea
posible visitar la exposición, queda toda la obra pendiente para estudiarla y
disfrutarla.
Como expresa
Benoît Mouchart, Director Artístico del Festival del Cómic de Angulema, se
trata de una ocasión muy especial para que la Biblioteca pueda enriquecer una
programación ya cautivante, que gira en torno al cómic y que cuenta con un
despliegue de debates, actuaciones, talleres, entre otras propuestas, centrada
en la actualidad de la memoria contemporánea.
Siempre
atenta a los variables movimientos de la Historia, a veces sangrientos en la
esfera internacional, destinados a promover en el público, el manejo de las
claves de comprensión del mundo contemporáneo.
Art
Spiegelman dinamitó hace tiempo los límites que dividen las expresiones de alto
nivel y más academicistas, de la cultura pop, a través del cómic, la
ilustración la edición o la crítica.
Gracias a
Maus, piedra angular de una forma de relato en imágenes que se ha dado en
llamar “novela gráfica”, este artista único consiguió demostrar que el cómic no
se reducía exclusivamente a la diversión de los jóvenes y que podía abordar con
intensidad y clarividencia temas tan serios y dramáticos como el Holocausto,
sin renunciar al lenguaje de la insolencia o la subversión.
Aparte de
Maus, obra inconmensurable recompensada en 1992 con un Premio Pulitzer, la
producción de Spiegelman se compone también de historias cortas y de
instantáneas que vieron la luz en revistas underground o en publicaciones de
prestigio, pero también de ilustraciones para la prensa o la edición literaria.
Perfeccionista
y exigente como creador, revela a través de sus imágenes, un sentido de la
composición que no deja nada librado al azar. Porque se trata de un autor
radical con un estilo proteico, que quiere demostrar que el mestizaje de las
palabras y los dibujos del cómic, era un medio válido en todo el sentido del
término y no solamente un subgénero y podía expresar la introspección más
íntima tanto como la literatura, el cine o las bellas artes.
Con la
fundación de RAW, en compañía de su joven esposa, Françoise Mouly, se adentra
por el camino de la exploración multifacética del cómic. RAW reunía artistas
japoneses, americanos y europeos, contemporáneos o más clásicos, que compartían
una enorme ambición tanto en el ámbito del grafismo como en el de la narración.
La
polivalencia temática de las creaciones de Spiegelman le permite sacar el mejor
partido que él gusta en llamar el co-mix, dando a entender que se trata de una
vivencia artística a medias compartida entre el lenguaje y la imagen.
Su obra
revela una urgencia expresiva y una insumisión transgresora y además una fe
indestructible en el potencial narrativo del cómic. Su objetivo ha sido siempre
mezclar las imágenes y las palabras con una capacidad de invención fuera de lo
común, para traducir los pensamientos y las emociones fundamentales que
construyen esta particular forma de comunicación.
Benoît
Mouchart establece como ejes de la exposición:
a) El underground, ya que en los años 70
el autor editó en San Francisco la revista Arcade, en la que colaboraron
especialmente Robert Crumb y Gilbert Shelton. Publica entonces sus primeros
trabajos, asimilables al estilo underground de la época.
b) “Breakdowns”, retrato del artista en
amarillo, con historias cortas, reunidas en Casterman, 2008, donde el creador
inaugura una mirada pesimista sobre el entorno y se interesa por su memoria y
la de sus padres. Son referencias de juventud, que anuncia el trabajo
introspectivo de
c) Maus. Parte central de la muestra,
revelará el núcleo fundamental de la producción de Spiegelman. Un libro de casi
300 páginas, producido entre 1978 y 1991, traducido en 18 lenguas y publicado
en Francia por Flammarion desde 1987.
d) La revista Raw. Junto a Françoise
Mouly, creó esta publicación donde apareció Maus por primera vez. Se trata de
un proyecto que marcó la historia del cómic contemporáneo, debido a su
exigencia, su capacidad de vanguardia y su habilidad para interrelacionar
cómic, ilustración y grafismo.
e) A la sombra de las torres muertas.
Una producción posterior al 11 de septiembre, fecha fundacional en todas las
miradas del mundo contemporáneo sobre sí mismo, especialmente el de Estados
Unidos, es un bloque de planchas de gran tamaño que aparecieron en el semanario
alemán Die Zeit. Hay denuncia en este momento artístico de Speigelman y también
la manifestación más clara de su apego a la ciudad de Nueva York.
f) Trabajos de ilustración. Responsable
de muchas portadas del New Yorker, también colaboró en La Nuit d´enfer, de
Joseph Moncure, así como en la edición alemana de las obras de Boris Vian.
g) Mouchart, Director Artístico del
festival Internacional del Cómic de Angulema, recuerda que a través de la
novela gráfica Maus, el dibujante de Nueva York pudo relatar las peripecias de
sus padres rescatados de Auschwitz. Los nazis se convierten por su dibujo en
gatos y los judíos en ratones.
Benoît Mouchart le recuerda a Spiegelman que publica Metamaus después de
20 años de editar Maus. El dibujante aclara que desea que Metamaus pueda
responder a todas las preguntas que suscitó Maus y que esta circunstancia le
permitirá pasar página. Y agrega un comentario de verdad doloroso y genuino: “Los
que piensan que Maus ha sido catártico se equivocan. Tuve que fabricarme una
cubierta para poder trabajar sin hacerme daño. El aparato defensivo cayó cuando
terminé el trabajo, pero enfrentarme otra vez con este pasado trágico familiar
me demuestra que las heridas siguen todavía abiertas”.
Spiegelman agrega en la entrevista que “habría que desconfiar de los
cómics que se podrían institucionalizar demasiado”. Porque el autor que creó
Maus lo hizo en la confianza de su potencial revulsivo y todavía- por supuesto-
sigue confiando en la expresividad del cómic para desvelar una realidad donde
no están ausentes los grandes fallos y las conquistas positivas del ser humano.
Bibliografía Francesa
. Maus, 2 volúmenes, Flammarion, 1987 y 1992.
.Metamaus, Flammarion, 2012.
.Bons Baisers de New York, Flammarion, 2003.
.Be a nose!, Casterman, 2009.
.Ouvre, je suis un chien!, Gallimard Jeunesse, 1997.
………………………………………………………………………………..
Comisaria de la Exposición: Fundadora de la Galería Martel, Rina
Zavagli-Mattotti.
Alicia Perris
No hay comentarios:
Publicar un comentario