LAURENT PAILLIER HOMENAJEA A PINA BAUSCH EN EL HÔTEL GALERIE LE MARCEAU-BASTILLE DE PARIS
Dicen que comentó Henri IV que “París bien vale una misa”, después de sus sucesivos cambios de religión para hacerse finalmente con el trono de Francia, luego de la muerte de varios herederos de la reina Catalina de Médici, de la dinastía de los Valois.
No siempre es necesario bucear en el tradicional panorama capitalino de los grandes teatros que se dedican a la música, la danza o la ópera. A menudo, hay fulgurantes hallazgos en lugares ocultos al margen de las conocidas anchas avenidas de la cultura, descubiertos únicamente para quien pasea por la Ciudad Luz con ojo atento y afán de renovación.
Según ponen de manifiesto los responsables de prensa y difusión del evento, “en asociación con la Galerie Le Pictorium, el fotógrafo Laurent Paillier expone desde el 1 de febrero hasta el 31 de mayo, la exposición “Pina Bausch: agua, tierra, aire, fuego, danza”. Una buena ocasión de recordar la celebración hace poco del “Día Internacional de la Danza”. El vernissage tuvo lugar el 9 de febrero en el número 13 de la calle Jules César del distrito XII de París.
El fotógrafo de danza Laurent Paillier expone su mirada sensible sobre una de las figuras más grandes de la danza contemporánea. La bailarina y coreógrafa alemana explicaba que “no le interesaba cómo se mueven las personas, sino, al contrario, por qué lo hacen”.
Sus últimas creaciones inspiradas de una manera categórica por el viaje, utilizaron como Leitmotiv los cuatro elementos terrestres que son la tierra, el agua, el aire y el fuego.
La danza de Pina Bausch, que ancla sus desplazamientos en el suelo, se fusiona con la tierra mientras conserva la fluidez del agua y la levedad del aire. Sus coreografías funcionan según el principio de la respiración: el aliento de los bailarines se concibe como el fuego que une al hombre y la mujer.
Laurent Paillier comienza ya a los 14 años a sentir la inclinación por la fotografía de danza y varios años después, revela una vez más la generosidad de los bailarines y la pasión de una creadora universal como Bausch.
El contacto con una muestra de Jeanloup Sieff dedicada a Carolyn Carlson supuso un descubrimiento que se convertirá en una pasión y lo guiará hacia su elección definitiva: la fotografía de danza contemporánea.
En 1998, Laurent hace su debut como asistente en el Studio de la Rue Rouchon donde colaborará con fotógrafos de moda y de publicidad como Peter Lindbergh, Bettina Rheims, Walter Chin y Chico Bialas.
Testigo estable y reconocido u ocasional de numerosas compañías de baile, sus clichés se utilizan para carteles, programas de teatros, la prensa diaria y revistas (El teatro de la Ciudad, Libération, Le Monde, Le Figaro, L´Express, Télérama, la revista Danser y la revista de Beaux-Arts).
También forma parte del colectivo de artistas que une su producción a los 4 millones de negativos del Centre de Documentation et de Diffusion du Spectacle, proveniente de los fondos Bernand et Enguerand.
En el año 201, en septiembre, Paillier expone sus clichés sobre el tema “Tahití en danza” en la Galerie de photographies d´art “Le Pictorium”, que desde ese acontecimiento, comercializa su producción en Digigraphie. En 2011 llegará la exposición “Belles de danse”, coproducida también por la misma institución, que recorrerá los centros culturales y los festivales.
Expone con regularidad sus fotografías en el marco de manifestaciones culturales, galerías de arte y acontecimientos de fotografía y de danza, representado siempre por la Galerie Le Pictorium y con una distribución de la agencia de autores Le Desk”.
Una buena ocasión para disfrutar del no tan céntrico entorno de La Bastilla, donde también se encuentra la ópera homónima, que complementa y redondea la programación de la Ópera Garnier, situada en el que probablemente es el más neurálgico y sugerente barrio de París para los melómanos.
Alicia Perris
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