Parece que hay una tregua, un respiro, a pesar del agobio cotidiano. La fronda desbordante consuela pero afloran los recuerdos y la nostalgia de la memoria de Chascomús. Tiempo para siempre perdido. Y un lugar mágico sin límites nunca recobrado, sin certidumbres. La vida a flor de piel...
Alicia Perris
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