Ahora, parte de ese tesoro se exhibía hasta el 31 de diciembre en el Hôtel de la Marine de París, y allí estuvo El micrófono para contárselo, queridos oyentes, a finales de diciembre, aunque desde ese día permanece cerrado por un incendio, esperando que se aclaren las causas del siniestro para reabrir.
Afortunadamente, no hubo que lamentar víctimas ni daños del patrimonio artístico, ya que el incidente se produjo en dependencias administrativas.
El barón Giorgio Franchetti, de una familia noble de Turín, se hizo propietario de Ca’ d’Oro en 1894. El palacio, que se encontraba en un estado muy precario, fue restaurado y devuelto a su estado casi original, como en el siglo XV. Tras su muerte en 1916, donó la colección a la ciudad.
El valioso conjunto, aparte de pinturas y esculturas, también está compuesto por muebles, medallas, cuadros, tapices, bronces y cerámicas, que se reparten en 8 salas y las 3 plantas del palacio veneciano.
Destaca también el patio interior y su piso de mosaicos en opus sectile, como el de San Marco y el pozo esculpido por Bartolomeo Bon en 1427. En ese sueño de belleza recuperada participaron además Mariano Fortuny, Gabriele d´Annunzio y Angelo Conti.
Esta muestra de Ca d´oro es como el hilo de Ariadna, que va tejiendo y destejiendo maravillas desde Venecia hasta París, para irradiar hacia un mundo trashumante, plural y de claro sincretismo religioso y cultural. Que tengan un buen y sano 2023 y seguramente lo demás vendrá por añadidura, naturalmente. ¡Shalom y Lejaim, para todos!
Alicia Perris
No hay comentarios:
Publicar un comentario