martes, 25 de junio de 2024

KATHARINA KONRADI, SOPRANO Y CATRIONA MORISON, MEZZO, FANTÁSTICO BROCHE DEL CICLO DE LIED (XXX), EN EL TEATRO DE LA ZARZUELA

Katharina Konradi, soprano. Catriona Morison, mezzo. Ammiel Bushakevitz, piano.  Obras de Robert Schumann, Johannes Brahms, Ernst Chausson, María Malibrán, Pauline Viardot y Gabriel Fauré. Lunes 24 de junio, Teatro de La Zarzuela.

Programa

I PARTE

Robert SCHUMANN (1810-1856)

Mädchenlieder, op. 103 (1851)

 1. Mailied 2. Frühlingslied

 3. An die Nachtigall 4. An den Abendstern

De Spanisches Liederspiel, op. 74 (1849)

 1. Erste Begegnung 3. Liebesgram

Bedeckt mich mit Blumen, op. 138, nº 4 (1849)

Johannes BRAHMS (1833-1897)

Meine Liebe ist grün, op. 63, nº 5 (1873-1874)

Die Mainacht, op. 43, nº 2 (1857-1864)

Immer leiser wird mein Schlummer, op. 105, nº 2 (1886-1888)

Ständchen, op. 106, nº 1 (1885-1888)

Drei Duette, op. 20 (1858-1860)

 1. Über die Berge 2. Den gordischen Knoten

 3. Die Meere

Die Boten der Liebe, op. 61, nº 4 (1852-1874)

II PARTE

Ernest CHAUSSON (1855-1899)

Deux duos, op. 11 (1883)

 1. La nuit 2. Réveil

María MALIBRÁN (1808-1836)

Le prisonnier (1828)

Mélanie BONIS (1858-1937)

Le ruisseau, op. 21/1 (ca. 1894)

Pauline GARCÍA VIARDOT (1821-1910)

Havanaise, VWV 1019 (1880)

Fernando OBRADORS (1897-1945)

De Canciones clásicas españolas, vols. i y i v (1921-1941)

 Coplas de Curro Dulce

 Del cabello más sutil

 El molondrón

Gabriel FAURÉ (1845-1924)

Pleurs d’or, op. 72 (1896)

Deux duos, op. 10 (1873)

1.      Puisqu’ici-bas toute âme 2. Tarentelle

 

KATHARINA KONRADI SOPRANO

CATRIONA MORISON MEZZOSOPRANO *

AMMIEL BUSHAKEVITZ PIANO

* Presentación en el Ciclo de Lied

Es posible que las fiestas de San Juan o el ascenso rápido del calor en la capital impidiera que la sala estuviera, como suele esta vez al completo, pero la audiencia presente, conocedora de las obras y expectante, receptiva, celebró la excelencia de la velada con creces:  la música con una sugerente elección de las partituras, las voces y el piano.

Katharina Konradi, aclamada soprano de origen kirguís, y Catriona Morison, destacada mezzo escocesa-alemana, dibujaron a veces a dúo, a veces por separado, una delicada presentación de lieder. Algunos, casi todos, frecuentes en este tipo de concierto.

Konradi que es conocida por su pureza vocal y emotiva interpretación, versátil y cosmopolita, ha brillado en escenarios internacionales, desde la Ópera Estatal de Baviera hasta el Festival de Bayreuth. Por su parte, Morison, ganadora del prestigioso concurso BBC Cardiff Singer of the World, ha impresionado con su riqueza tonal y presencia escénica, actuando en teatros de renombre como la Royal Opera House y el Deutsche Oper Berlin.

En esta ocasión, juntas, ofrecieron una velada musical de altura con su proyecto Echoes, un álbum de canciones a dúo publicado recientemente por Deutsche Grammophon y SWR en el que unen fuerzas con Bushakevitz, un acompañante sensible, que aprovecha los momentos en que las voces descansan (segundos), para reflejar su capacidad interpretativa, su técnica (manejo correcto del pedal, relajación de las manos y el cuerpo y brillo en los trinos y en los picados, entre otras habilidades, emotividad también) y su perfecta adherencia al repertorio vocal escogido por las cantantes.

La primera parte de este recital contó con una selección de lieder a dúo de Robert Schumann y Johannes Brahms, maestros del género. El repertorio abarca canciones que reflejan una temática predominantemente amorosa, desde la pasión por el ser amado hasta el dolor por su ausencia.

Muy frecuentes los temas del Romanticismo, siempre eternos, la naturaleza, la pérdida, los amores imposibles, el tiempo que huye, el Sehnsucht, (anhelo en alemán), del que siempre hablaba en sus clases el Maestro de Historia de la Música argentino Carlos Suffern, inolvidable, dejando a los alumnos en un estado cercano a la hipnosis o la estupefacción.

También podrían ir acompañados de un vocabulario afin, Wunsch, Verlangen, Begerhr, Begierde, todos esos sentimientos, esa incomodidad existencial que abriría paso más tarde al spleen que glosarían y lamentarían poetas como Baudelaire, Verlaine o Rimbaud, franceses. Y luego también- en otro orden de cosas- los autores de la chanson, Trenet, Brassens, Moustaki y tantos otros, más cercanos, menos”clásicos”, haciendo otro tipo de literatura y de música. Una forma de estar en el mundo. Algo decadente la postura existencial y a menuda, rota pero genuina e irresistible.

La segunda parte del concierto ofreció canciones francesas de Gabriel Fauré (ideal su italianizante pero sublimada Tarentelle), Mélanie Bonis, una de las compositoras francesas más prolíficas de finales del Romanticismo y Ernest Chausson. También encontraremos obras de Pauline García Viardot y María Malibrán, españolas de origen, grandes divas e hijas del famoso tenor español y maestro del belcanto Manuel García, recuperadas para el gran público hace unos años. El programa también incluye tres de las Canciones clásicas españolas de Fernando Obradors.

Por otra parte, y esto ya es publicidad a futuro, pero a corto plazo, en la nueva temporada, El CNDM y el Teatro de la Zarzuela han anunciado recientemente la 31ª edición del Ciclo de Lied, una programación que celebrará ocho recitales durante la temporada 24/25, con conciertos de diferentes estilos, timbres y colores a través de programas vocales de fuste, con un repertorio alemán como protagonista, pero que también albergará programas con canciones de otras procedencias.

 La nueva edición contará con aclamadas voces líricas internacionales como las de las sopranos Julia Kleiter y Sabine Devieilhe y la del bajo Franz-Josef Selig; así como con jóvenes y brillantes cantantes que volverán un año más a esta programación, como los barítonos Andrè Schuen y Konstantin Krimmel.  Además actuarán por primera vez en el ciclo la soprano Patricia Petibon, el tenor Julian Prégardien y el barítono Ludovic Tézier.

Volviendo a las estrellas del recital de referencia, Katharina Konradi nació en Biskek (Kirguistán, Asia). Es la primera soprano de este país con una carrera internacional como cantante de lied, conciertos y ópera. Durante tres años, actuó en la Ópera Estatal de Hesse en la ciudad de Wiesbaden. Y, en 2018, hizo su presentación como Ännchen en Der Freischütz, de Carl Maria von Weber, en la Ópera Estatal de Hamburgo. A partir de entonces, ha cantado los principales papeles de soprano en los mejores teatros de lírica del mundo.

Su plasticidad vocal, el instrumento fresco, afinado, vivo fiato, línea de canto impoluta, brava en las agilidades, sobre todo en las canciones del final, llenas de picardía y de gracia, quedaron demostradas en sus dúos con la mezzo Morison y en su solos, sin partitura de Fernando Obradors, y también bocca chiusa, donde exhibió como antes en francés y alemán, una cuidadísima dicción en español y un gracejo que la hacía parecer una avispada intérprete del foro, a las que no siempre se les descifra fácilmente la pronunciación y el sentido de las frases.

Habitada por un ligero y creativo vestido en verde hoja, de tules, zapatos blancos de hada o de niña de primera comunión, brilló en Las canciones de Obradors, sobre todo en las Coplas de Curro Dulce, Del cabello más sutil e insuperable en El Molondrón, toda una creación. El repertorio español, seductor, delicioso. La Havanaise de Pauline García Viardot, para soñar y dejarse mecer.

Catriona Morison, la mezzo escocesa-alemana, pelirroja y alta como no podría ser de otra manera, vestido chic en otro verde, más azulado, en seda salvaje, fue ganadora el 2017 del concurso BBC Cardiff Singer of the World en las categorías Singer of the World y Song Price y miembro de la Ópera de Wuppertal desde el 2016 hasta el 2018, pasando a ser artista residente posteriormente. Ha cantado una amplia variedad de papeles, incluyendo Nicklausse (Les contes de Hoffmann), Charlotte (Werther), Hänsel (Hänsel und Gretel), Maddalena (Rigoletto) y Cherubino (Le nozze di Figaro). En las salas de conciertos, debutó en los BBC Proms el 2019, con las Sea Pictures de Elgar. Como recitalista, trabaja en salas y festivales (el Wigmore Hall o el Festival Internacional de Edimburgo).

Cada una en su cuerda, conformaron sin embargo las dos artistas unos dúos excepcionales, siempre algo “detrás” en la sonoridad (más “piano”) de la soprano Morison, que tuvo su lucimiento individual también en las cuatro partituras de Brahms.

El pianista Ammiel Bushakevitz, zapatos de charol negro, nació en Jerusalén y actúa regularmente en Europa, Norteamérica, África, Asia y Australia. En salas como el Carnegie Hall de Nueva York, el Wigmore Hall de Londres, la Philharmonie de París, el Concert Hall de Shanghai, el Concertgebouw de Ámsterdam y el Konzerthaus de Berlín. Ammiel, uno de los últimos alumnos privados del difunto Dietrich Fischer-Dieskau, es reconocido como uno de los principales pianistas de canto de su generación, y ha actuado con cantantes de la talla de Dame Felicity Lott, Christian Gerhaher y Thomas Hampson. Su discografía incluye galardonados álbumes como solista y pianista de canto y además dedica tiempo a tutelar a jóvenes músicos en países en desarrollo como Etiopía, Zimbabue, México y Marruecos.

Como se dijo antes, hizo una notable labor de acompañamiento, dando vida a un trío que se entendió bien, actuó sin afán de protagonismos, sirviendo claramente a los compositores y a sus obras. Bushakevitz sacó un sonido adecuado del Hinves habitual de La Zarzuela y completó el recital de las cantantes, con los “encore” de  El desdichado y La siesta.

Exquisitos y ricos en la brevedad pero eruditos, finos, los comentarios al programa de mano de Blas Matamoro, que estuvo en el concierto, como otros críticos conocidos, siempre fieles a estas convocatorias.

Muchos aplausos, bravos y un sentimiento de plenitud en el aire. De cierre, de despedida temporal, porque va adentrándose el verano en los teatros y en la piel. Una pausa obligada, en busca del fresco y de otras singladuras. Pero la nueva temporada está esperando y seguro que será tan brillante como las pasadas. Gracias de nuevo a todos los que visten y acompañan tan generosamente las vivencias y la música del Teatro de la Zarzuela y lo continúan haciendo posible como proyecto y como logro. Tenerlos es un lujo y un privilegio.

Alicia Perris

Fotos de Rafa Martín

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