sábado, 22 de junio de 2013

LA ZARZUELA RECIBE A LA COMPAÑIA NACIONAL DE DANZA




 EN PUNTAS.
 Orquesta de la Comunidad de Madrid ORCAM. Director Musical: Marzio Conti. Coreografías de W. Forsythe, B. Stevenson, J. Neumeier, G. Balanchine y José Carlos Martínez. Artistas invitados: Lucía Lacarra y Marlon Dino. Estreno, 14 de junio de 2013.
La Compañía Nacional de Danza (CND) bajo la dirección del director español José Carlos Martínez, de amplio curriculum en Francia, en Cannes con la institución de Rosella Hightower y un perfil muy definido en la Ópera de París,  presenta, hasta el 23 de junio, un programa ambicioso y completo.
Se trata de un grupo que ha trabajado bajo la dirección de figuras reconocidas internacionalmente como Maya Plisetskaia, Víctor Ullate, Nacho Duato o María de Ávila.
La primera parte de la velada transcurrió con un proyecto de Balanchine y música de George Gershwin, Who cares?, para calentar el trabajo grupal y dar paso en segundo término a un precioso Tres Preludios de Ben Stevenson y partitura de Serguei Rachmaninov, confiados a dos bailarines del Ballet de Munich. 

 Lacarra es una bailarina nacida en Zumaia, en el País Vasco, que estudió con Víctor Ullate en Madrid y tiene una trayectoria internacional  con premios importantes. Marlon Dino, de origen albanés, juega con un repertorio que incluye coreografías de Kylián, Cranko, Barra, Bart, Fokine, Petipa y Neumeier, entre otros. El dúo de ambos bailarines, evolucionando por una barra, compuso una narrativa muy expresiva, con una técnica excelente y una evidente compenetración, luciendo ambos unos cuerpos entrenados y nobles. Verdaderas geografías emocionales.


Tanto Lucía Lacarra como Dino sedujeron al público con una obra delicada, evanescente y  sutil, que recordaba en la belleza corporal del artista de Tirana especialmente, los intríngulis de seducción del hombre de Vitrubio. Al piano, Carlos Faxas, desplegó un acompañamiento muy ajustado y elegante. Fueron muy aplaudidos.

  
Un paso a cinco, Herman Schmerman cerró la primera parte, para dar paso luego del descanso a un pas de deux que reunió nuevamente a los artistas invitados del Ballet de Munich en una recreación emocionante de La Dama de las Camelias, la inefable novela de Alejandro Dumas hijo, con música de Chopin y coreografía de Neumeier. La misma versión que pudo disfrutarse hace pocas temporadas en la Ópera Garnier de París.
Finalmente, las Sonatas cerraron una noche de danza que fue muy bien recibida por un público entusiasta, poblado de generaciones jóvenes, probablemente bailarines, que disfrutaron del esfuerzo  y el trabajo bien “accompli” de sus compañeros o maestros.
La performance del estreno el Teatro de La Zarzuela de Madrid, con una larga estela operística también (antes del ciclo recomenzado por el Teatro Real hace diez años) se vistió con la CND de un lujo necesario, aunque esto resulte paradójico, como en los buenos viejos tiempos.
Alicia Perris

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