Giuseppe Verdi. Ernani, ópera en 4 actos. Adaptación de la obra teatral de Victor Hugo, Hernani. Libretista Francesco Maria Piave. Lugar de estreno La Fenice (Venecia), 9 de marzo de 1844. Palau de Les Arts, 18 de junio, 2023.
Equipo creativo
Dirección musical, Michele Spotti
Dirección de escena, Andrea Bernard
Escenografía, Alberto Beltrame
Vestuario, Elena Beccaro
Iluminación, Marco Alba
Reparto
Elvira, Angela Meade
Ernani, Piero Pretti
Carlo, Franco Vassallo
Don Ruy Gomez de Silva, Evgeny Stavinsky
Giovanna, Laura Orueta++
Jago Javier Castañeda
Cor de la Generalitat
Valenciana, director, Francesc Perales
Orquestra de la Comunitat
Valenciana
++Centre de Perfeccionament
Nueva producción del Palau de les Arts en coproducción con el Teatro La Fenice de Venecia
El Ernani de Verdi está basado en la exitosa obra de teatro de
Victor Hugo (titulada Hernani en la versión original en francés), obra que
había introducido el Romanticismo en París, derrotando las convenciones del
teatro clásico francés. Esta ópera se representa poco en la actualidad, por lo
que significa una apuesta de lujo presentarla ahora en la temporada de Les
Arts, que se luce habitualmente con jugosas aportaciones operísticas, de danza,
de solistas, en un entorno onírico, que encaja a la perfección en esta ciudad
marinera abierta al mundo.
Giuseppe Verdi, después de I Lombardi, se propuso avanzar en la creación de personajes con caracteres psicológicamente más elaborados. Para intentar alcanzar su deseo, solicitó de su nuevo libretista Piave, aún algo bisoño, que eliminara de Ernani (primera ópera donde Verdi pudo elegir argumento) cualquier cosa superflua, dejando bien clara y perceptible la acción. Además, el compositor se involucró en el guion y dejó al poeta la redacción de los versos. Ernani es también la primera ópera con “tema español”, aspecto que va a ser bastante recurrente en su producción.
El compositor a menudo se orienta hacia una base literaria en sus
obras y de esta manera, recurrió a Shakespeare,
Schiller, Dumas, el Duque de Rivas, García Gutiérrez y Lord Byron. Obras que, en su mayor parte, están encuadradas en el
pleno romanticismo con todas las características que ello conlleva. Victor Hugo
a día de hoy en Francia y en el mundo es considerado un escritor de manual, por
su estilo, su poesía, las tramas y la defensa que hizo a ultranza de una idea
de libertad que lo convirtió en enemigo de Napoleón III, el responsable del II
Imperio. Nuestra señora de París o su poesía se estudia en las escuelas. Es uno
de los padres de la patria, literaria (y otras).
Esta partitura se declina con los personajes- un cuarteto
increíble-- y su dilema romántico. Posee un fuerte carácter, contiene rudeza y
extroversión pero también momentos verdaderamente líricos. Seduce, atrapa al
oyente/espectador que entra con facilidad en el tablero dramático. Se trata de melodías
sencillas pero también elaboradas, que desgranan sentimientos habituales del
repertorio lírico (el honor, el trono sin amor, el desafío o la traición y por
supuesto, muy hamletiano, con fantasma y todo) y freudiano, la omnipresencia
del padre asesinado y su mandato de vendetta. Algunos críticos consideran este Verdi juvenil gallardo y declamatorio, a
veces, orgulloso y vehemente, atravesado por la espontaneidad, la fuerza y la vitalidad
de su inspiración.
El argumento en esta su quinta partitura —a diferencia de Nabucco e
I Lombardi— no estimulaba el amor a la patria soñada, en un momento- muy largo-
en que la futura Itallia ensayaba su reunificación. Sin embargo, hay un fragmento
del coro, "Si ridesti il leon di Castiglia" (Que despierte de nuevo
el león de Castilla), que pronto se transformó popularmente en (“Si ridesti il
leon di Venezia”). También la célebre aria inicial de Elvira (“Ernani! Ernani,
involami”) se podría considerar—según cuenta la tradición bastantes años
después— como como el deseo de que Víctor Manuel, rey del Piamonte, la liberara
del yugo del odiado Imperio Austro-Húngaro (Y habría que recordar aquí la
famosa leyenda de V.I.V.A V.E.R.D.I, de todos conocida). Así pues, Ernani
triunfó y pervivió en su época, gracias a su fértil melodismo, que emparenta
con el del Trovatore.
Hernani es una obra teatral de Victor Hugo, estrenada en el Théâtre
Français de París el 25 de febrero de 1830 y Verdi fue siempre un discreto
francófilo (no así hispanófilo, ya que Don Carlo y Ernani, de referencia, no
dejan muy lustroso el pabellón de “Iberia” de la época, la misma en los dos
casos: la de los Austrias mayores, descendientes de trastamaras y borgoñones,
entre otros). Escribió óperas en francés (Don carlo, de nuevo), se casó con
Giuseppina Strepponi de tapadillo en el país galo y vivió y trabajó algún
tiempo en él.
En el momento del estreno del drama de Víctor Hugo, tuvo lugar lo
que luego se denominaría la «batalla de Hernani» entre románticos y
clasicistas, que discrepaban en las convenciones estéticas del teatro. Fue una
verdadera batalla campal entre partidarios de una y otra escuela de escritura. Ambientada
en la España de 1519, concretamente en Zaragoza —actos I, II y final— y en un
castillo en las montañas de Aragón —acto III—, pero también en Alemania (tumba
de Carlomagno en Aquisgrán) —acto IV—. Hernani y el rey don Carlos luchan por
la mano de Doña Sol, también pretendida por el noble Silva.
En efecto, la tragedia de Hernani y Doña Sol, desgarradora,
hiperbólica (el símbolo de las virginales azucenas que pasan de mano en mano
toda la representación, no podían faltar en el maestro, que prestaba mucha
atención a esos temas) era contraria a la estética clasicista hasta entonces
imperante en el teatro francés. Se configura así, una vez más (revisad la
Carmen de Mérimée/Bizet) el paradigma de la mujer o bien a merced del deseo
masculino, sumisa y pura. Y la de su contrapartida, la fémina libre, de dudosa
reputación y mal considerada socialmente. En España, Hernani fue popular
también, representándose por primera vez el 24 de agosto de 1836 en el Teatro
del Príncipe de Madrid.
La Ernani de Les Arts fue honrada como se merece, con
profesionalidad y entusiasmo. Fantástica la dirección orquestal del joven Michele Spotti, milanés, 29 años,
director de la Orquesta Filarmónica de Marsella, a partir de la temporada
23/24, sucediendo a Lawrence Foster.
Su sensibilidad, la empatía con los músicos valencianos se fundió
realmente en una misión común: que la formación sonara pero no resonara tanto
como para adquirir una dimensión circense (a menudo desafortunadamente presente
con las direcciones atrabiliarias del maestro de Busseto). Fue muy aplaudido y
reconocido como uno de los pilares de la representación, sobre todo esta última
actuación donde se habían decantado los talentos y las aficiones de la
audiencia). Según el especialista Philippe Gault, que cita a Spotti comentando:
“La luz de Marsella se refleja en la sonoridad de la orquesta”, “Los directores
de orquesta se reclutan cada vez más jóvenes”. La labor de Spotti se vio escoltada por el sonido realmente verdiano del coro de la Generalitat Valenciana, a cargo de Francesc Perales.
La dirección de escena de Andrea
Bernard fue lograda, sujeta en parte a una escenografía (de Alberto Beltrame) que destacó por su
versatilidad, su simplicidad también a la hora de facilitar el discurso
narrativo, ágil, y cambiante. Un audiovisual al tiempo de la obertura, permitió
comprender con rapidez la relación de fuerzas entre-por ejemplo- Ernani y el
rey, cuyo padre había dado muerte al de aquel y su posición en ese mundo
endogámico y asfixiante de la nobleza y la corte.
En una línea que algunos considerarían no demasiado innovadora, relajó la atención del espectador, recordando a todos que la escena en todo caso en la lírica, debería siempre supeditarse a las voces, al canto, a la música y no al hecho teatral por encima del resto de necesidades dramáticas. Adaptada al resto la iluminación de Marco Alba, así como el vestuario, en bellos tonos oscuros y terracotta, envolventes, de Elena Beccaro.
Angela Meade, la soprano norteamericana compone una Elvira creíble dentro de las convenciones románticas, sumisa y fiel, parecida. a aquel personaje que bordó en el Simon Boccanegra del Regio de Parma hace unos 4 años para el Festival Verdi. Posee una excelente técnica, un instrumento bello y muy educado, fiato, y una línea de canto eficaz y segura. Fue celebrada por todos y aclamada como la figura señera de la noche, con la suerte de ser, además, la única protagonista femenina del cuarteto verdiano. Su próxima Turandot en uno de los casts del coliseo de la capital, le dará la oportunidad de dibujar otro modelo femenino, muy distinto.
Piero Pretti, italiano como el director y el barítono, de apariencia juvenil, supo dotar de esa mezcla potente de fragilidad y arrojo que dibujan a Ernani. Muy viajado y fogueado en grandes e importantes salas, el artista formó un buen equipo con los otros tres cantantes protagonistas, destacando claramente una bonita voz de tenor, afinada, excelente fiato y la capacidad para vivir en la escena dignamente, aun sabiendo que estaba de antemano condenado. Fue convincente su imposible dúo de amor con la Elvira de Meade.
Franco Vasallo, dibujó un Carlo,
rey de España y emperador del Sacro-Imperio (apropiada la bandera que se
despliega en escena) con todas las contradicciones de un rey omnipotente por
derecho divino. Buena voz de barítono, reconocida trayectoria, por momentos
voluble, afrontó con denuedo un rol nada fácil y de los más presentes en
escena.
Adecuado y esforzado seguimiento de la historia y sus héroes y heroína, los acompañantes Laura Orueta, en Giovanna, Matheus Pompeu como don Riccardo y Javier Castañeda (Yago).
Hubo aplausos para todos y vivas y una especie de celebración del casi comienzo del verano, en una tarde nubosa y gris en Valencia sin embargo (llovió al mediodía, un solemne chaparrón). Había habituales del foro, abonados, espontáneos, críticos de fuera, muchos turistas de todas partes, que parecía encantados, muy contentos.
Esperemos que la próxima temporada sea por lo menos igual de
gozosa que esta y entonces será también un lujo, un disfrute. Enhorabuena.
Alicia Perris
Miguel Lorenzo y Mikel Ponce son los fotógrafos de Les
Arts.
Última foto de saludo: Julio Serrano
No hay comentarios:
Publicar un comentario