Obras de Franz Joseph Haydn, Robert Schumann, Carl Loewe y Gioacchino Rossini. Lunes 8 de abril, a las 20:00h. Teatro de la Zarzuela
La cantante norteamericana, que ya se dio a conocer hace años en esta sala con un homenaje a Farinelli y su repertorio y tal como ella mismo dijo, “ en el realizado también a Teresa Berganza” ofreció un repertorio protagonizado por dos grandes cantatas dedicadas a las figuras heroicas de Ariadna y Juana de Arco, mujeres icónicas abandonadas por su amante y por su rey respectivamente. Añadió que “estaba encantada de estar presente ahora en el Ciclo del lied” y luego, “que hablaba poco español, pero iría mejorando”.
Junto al pianista ofrecieron un
programa que también incluyó el ciclo de canciones Frauenliebe de Carl Loewe,
protagonizado de nuevo por una mujer, y otras piezas tanto de Gioacchino
Rossini como de Robert Schumann, maestro indiscutible en este
género.
Presentes en todo el recorrido la
figura de la mujer, como madre, esposa, enamorada del hombre, que se constituye
a menudo en su adalid. Para comenzar, la célebre cantata Arianna en Naxos de Franz
Joseph Haydn se centra en la traición de Teseo, que abandona a su amada
Ariadna (¿quién no recordará secuencias muy parecidas en las tribulaciones que
relata Virgilio en Dido y Eneas?).
Dotada de una musicalidad muy
sugerente, fue presentada en 1791 con enorme éxito en un concierto público en
Londres con Gaspare Pacchierotti, uno de los cantantes más famosos de su época.
Por su parte, la cantata Giovanna d’Arco de Gioacchino Rossini, que se
estructura como una gran escena operística, cerrará el programa. La obra
refleja el paso de Juana de Arco desde su etapa como pastora hasta convertirse
en una auténtica heroína de la historia de Francia.
El viaje también incluye el
emocionante ciclo de canciones Frauenliebe de Carl Loewe, basado en
poemas de Adelbert von Chamisso, en alemán. Las piezas describen la historia de
amor de una mujer de clase media por su esposo, desde el primer encuentro hasta
su fatídica muerte. Además, se escucharán canciones de Robert Schumann, también
en alemán, lengua de referencia en el lied y la famosa Canzonetta
spagnuola de Gioacchino Rossini, que compuso cuando se fue a Londres con
su musa y futura esposa, la mezzosoprano y compositora española Isabel Colbran.
Vivica Genaux goza de una carrera
que abarca ya dos décadas, desde su debut profesional como Isabella de
L'italiana in Algeri de Rossini, la mezzosoprano ha cautivado a público y
crítica de todo el mundo con sus posibilidades vocales. Su aclamada carrera
lleva a Vivica desde su Alaska natal a los teatros y salas de conciertos más
prestigiosos del mundo, incluidos el Metropolitan Opera House de Nueva York, el
Barbican Centre de Londres, el Teatro Real de Madrid, la Accademia Nazionale di
Santa Cecilia de Roma y la Staatsoper de Viena, por citar algunos ejemplos. Se
le debe la recuperación del papel de Vagaus en Juditha triumphans. Su Il Divino
Sassone en el Festival Barroco de Bayreuth, las primeras funciones de su
espectáculo en solitario “Vivica & Viardot”, la grabación de “Gender
Stories”, junto al contratenor Lawrence Zazzo y los debuts del papel principal
de Irene de Hasse y Trasimede de Merope de Riccardo Broschi.
Posee un repertorio que abarca
cinco siglos de música y se consolida con roles barrocos y belcantistas,
incluidos muchos papeles de hombre. Su debut en el Metropolitan Opera House de
Nueva York fue con el rol que ha frecuentado con más frecuencia en su carrera,
Rosina de Il barbiere di Siviglia de Rossini.
Se ha dedicado también a la
recuperación del interés por la música del compositor Johann Adolf Hasse y sus
esfuerzos fueron reconocidos en 2019 con el Premio Hasse otorgado por esa
Fundación. También recibe el Haendel de la Ciudad de Halle en 2017 y una lista
importante de reconocimientos variados.
Por su parte, Marcos Madrigal
nace en La Habana, Cuba. Se gradúa en el año 2007 con Diploma de Oro del
Instituto Superior de Arte, bajo la orientación de la eminente profesora
Teresita Junco. Ha ofrecido recitales y conciertos con orquestas en algunas de
las más importantes salas del mundo, como el Teatro Colón de Buenos Aires, el
Auditorio Parco della Musica de Roma, el Queen Elizabeth Hall de Londres, el
Auditorio Manuel de Falla de Granada, la Ópera Nacional de Bucarest, el
Volkstheater de Viena, el Teatro Rossini de Pésaro, el Teatro delle Muse de
Ancona, el Teatro Romano de Verona, el National Concert Hall de Dublín y el
Gran Teatro Qintai de China y ha sido también profusamente premiado.
La primera parte en la Ariadna de
Haydn, permitió escuchar a una mezzo con evidente vibrato, abriendo la voz
despacio a los esfuerzos posteriores, calentando el instrumento con suavidad. Dicción
muy aceptable en italiano, igual que en alemán, aunque no especialmente
incisiva, no podría decirse lo mismo del último repertorio rossiniano en
español, que fue también sobretitulado por el teatro.
Luego de esta apertura, hubo un buen momento para disfrutar de las habilidades pianísticas de Marcos Madrigal, que ejecutó en el piano creaciones de Schumann, con adaptaciones de Franz Liszt. Bien ejecutadas, con gusto y elegancia. Fue muy aplaudido.
La primera parte se cerró con los
9 fragmentos de Carl Loewe, evocadores, tiernos, soñadores, envueltos siempre
en una atmósfera de ensueño y poesía. Después de la pausa, Rossini, que figura
entre los más destacado del repertorio de Genaux. Hubo alguna pequeña
desafinación, agilidades esforzadas y graves afianzados, aunque en general, no
hubo que recurrir por el tipo de partituras escogido a un registro agudo
particularmente reseñable.
La voz de Genaux no es bellísima,
pero tiene una excelente técnica y buen oficio que le permite escoger estas
obras, aunque por momentos deba emplearse a fondo para resolverlas, porque son
de verdadera enjundia. Vestida con chic en tonos lilas, dorados y plateados en
la segunda sección, con chal a juego y coleta alta, un abrazo puso fin a su exitosa
colaboración con el acompañante.
Después del final programado hubo
más y muchos aplausos, aunque el aforo coliseo no estuviera completamente
agotado, casi al completo el patio de butacas y los palcos más bajos.
Alicia Perris
Fotos, Rafa Martín
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