Mozart l´Italiano. Teatro Carlo Felice de Génova. Obras de Sardelli, Vival y Mozart. Director, Federico María Sardelli. Soprano, Roberta Mameli. 22 de febrero, 2024
Programa
FEDERICO MARÍA SARDELLI
Concierto en do mayor para arcos y continuo
Domine ad adjuvandum me salmo en sol minore para soprano, arcos
y bajo continuo
ANTONIO VIVALDI
Concierto en sol minore RV 157 para arcos y bajo continuo
In furore giustissimae irae RV 626 motete para soprano, arcos
y bajo continuo
WOLFGANG AMADEUS MOZART
SinfonÍa n. 20 en re mayor K. 133
Reparto
Soprano
Roberta Mameli
Director
Federico Maria Sardelli
Esta cita con el ciclo sinfónico Mozart l´italiano se concentra en la relación entre Mozart y la Escuela Barroca Italiana, ya sea a través del concierto de Vivaldi o las dos partituras de Federico María Sardelli. Su concierto en do mayor compuesto en 2014 retoma la forma del concierto vivaldiano. El Salmo Domine ad adjuvandum en cambio fue compuesto el año precedente, 2013 y vuelve a una escritura rítmica y armónica refinada, donde se da un amplio espacio al virtuosismo de la línea vocal.
Federico Maria Sardelli
(Livorno, 1963) es director de orquesta, flautista, caricaturista y escritor
satírico, con un sentido del humor evidente y psicología exquisita, además de
unos de los mayores expertos mundiales en Vivaldi. Fundó el conjunto medieval Modo
Antiquo en 1984, que se convirtió en 1987 en una orquesta barroca.
Es miembro del comité científico
del Istituto Antonio Vivaldi, responsable del Catálogo Vivaldiano, y
autor de “La música para flauta di Antonio Vivaldi” (2002). “El caso
Vivaldi”, galardonada con el Premio Cossimo 2015, es su primera obra traducida
al castellano.
Principal director de la Academia
barroca de S. Cecilia de Roma, también es invitado de la orquesta Filarmónica
de Torino, el Maggio Musicale Florentino, la Orquesta de la C.
Valenciana y otros grupos importantes en Italia y el extranjero.
Grabó más de cuarenta álbumes
como solista y director publicados por Naïve, D. Grammpphon, o Sony. También interpretó
y editó un gran número de composiciones vivaldianas. Fue nominado dos veces
para los Premios Grammy y condecorado por el gobierno de Toscana con la más
notable medalla de honor de esa región, El Gonfalone d´Argento.
En Julio de 2007 Peter Ryom lo nombró su heredero para que continuara con la monumental tarea de catalogar el corpus del “prete rosso”. En 2015 publicó su primera novela, L'affare Vivaldi (Sellerio), una investigación sobre la desaparición de los manuscritos de Vivaldi.
Por su parte Roberta Mameli,
la soprano que interviene en esta velada nació en Roma, y se graduó en el
Conservatorio Nicolini de Piacenza, formación que continuó posteriormente con
clases magistrales con Bernadette Manca di Nissa, Ugo Benelli, Claudio Desderi
y Enzo Dara.
Roberta Mameli es invitada regularmente en los más reconocidos teatros de ópera y salas de concierto. Algunas de sus citas más emblemáticas incluyen el Theater an der Wien y Brunswick, Turín y Bucarest, Versalles, con Modo Antiquo y Sardelli (Festival de Beaune) por ejemplo.
Apreciada por su trabajo cantando
Vivaldi, Mameli participa en la recuperación de óperas de la mano de Jordi
Savall en Teuzzone (Teatro Liceu, Barcelona), Ottavio Dantone en Incoronazione
di Dario (Turin Teatro Regio), Federico Maria Sardelli en Orlando Furioso (Festival
de Beaune, estreno mundial), así como Motezuma en el Festival de
Cervantino-Mexico.
En el repertorio mozartiano,
destaca en Così fan tutte (Dorabella) y Don Giovanni (Donna Elvira) bajo la
dirección de R. Terakado en el Hokutopia Festival, Tokyo, y Le nozze di Figaro
(Susanna) en el Opernhaus de Kiel. Roberta tiene una extensa discografía,
incluyendo colaboraciones con el sello Glossa (álbum a solo titulado Round M:
Monteverdi meets Jazz, líder de ventas en 2010, para Naïve Vivaldi edition, o
para Sony Classics recording).
El concierto de Vivaldi de
referencia probablemente se vincula a los años veinte del setecientos. En aquel
periodo y casi hasta el final de su actividad, el veneciano compuso cerca de 40
semejantes para orquesta. En esta obra se escande además una característica
estilística que se acerca también al gusto francés. Con tendencia al
contrapunto y con un carácter bastante introspectivo.
La sinfonía no. 20 en re mayor K. 133 se localiza en la mitad del catálogo mozartiano. Compuesta en 1772, cuando el compositor estaba en Salzsburgo. Goza de una arquitectura orquestal rica y vivaz. A veces en la dimensión de la danza, tiene sutiles soluciones formales y estilísticas, adjuntando a los vientos dos trompas y una flauta.
El Maestro Sardelli se percibe
muy vinculado a los maestros de la Orquesta de la Ópera del Carlo Felice de
Génova: hay confianza, esfuerzo e inteligencia por las dos partes, consiguiendo
un resultado pulido, limpio y elegante en todas las composiciones presentadas.
Dirige confiado, contento, nada de oficio, con gesto amplio y acompañamiento muy
expresivo del rostro y de sus manos y es notorio que Incorpora todo el cuerpo a
la dirección orquestal.
Sus aportaciones como autor muestran a un músico muy unido también a estos compositores y a esa música que no por ser a menudo efervescente, la que más se escucha en salas, carece de profundidad y una erudición estructural, llena de matices, emotiva y de calado.
Así pues, las obras presentadas empastan a la perfección unas con otras y Federico Sardelli firma un abordaje y un resultado redondo a la velada, a pesar de ciertos problemillas técnicos en la sala esa noche, que no lograron empañar la brillantez de las prestaciones de todos. El público, perfecto.
Lo mismo podría decirse de la
elegancia, la línea de canto y la valentía con que se enfrentó a la lista
grande de agilidades en las obras que le tocó interpretar a Roberta Mameli,
sobrio vestido negro vaporoso de organza, fina soprano, delicada, con un fiato
adecuado y una sensibilidad especial en un repertorio, además, cantado en
latín, con una dicción por una vez comprensible.
La sala no estaba al completo pero los presentes agradecieron, aplaudieron y recibieron como “encore”, el Amen del Domine ad adjuvandum me, después que el Maestro se diera la vuelta y mirando al público dijera, burlón, “No esperéis escuchar nada nuevo”.
Sardelli, magnífica melena canosa, vestido con chic y unos calcetines rojos para quebrar una posible sobriedad convencional en el atuendo, involucrado en el legado patrimonial que deben recibir y perpetuar la música y los teatros, ha realizado numerosas declaraciones siempre sobre la necesidad de incorporar la enseñanza de la música en los primeros años de la escuela, porque esos estudiantes serán las audiencias del mañana.
¿Qué decir de este maravilloso
teatro genovés, el Carlo Felice, donde siempre se me ha invitado y
reconocido tanto? Una oportunidad renovada cada vez para visitar una ciudad
bellísima, mediterránea, con una monumentalidad que quita el aliento, llena de
color y de luz y una sala que, a partir de los primeros años del 900, enarbola
un repertorio que engarza hasta hoy el seiscientos con la creación
contemporánea.
Sin olvidar que se trata de un podio sobre el que se han producido figuras sobresalientes de la dirección como Claudio Abbado, Mehta, Luisi, Giuliani, Oren, Celibidache, Igor Stravinsky y tantas otras batutas. Desde el 2022 Riccardo Minasi está al frente de esta institución, y es el director musical. Así es: de Génova para todos, un universo proteico, una constelación vibrante.
Alicia Perris
Fotos, Teatro Carlo Felice, Génova
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