Hasta tanto se pueda completar la lectura de esta obra, voluminosa y detallada sobre una de las épocas más angustiosas del siglo XX, un "previo" de urgencia.
Que Europa quedara destrozada durante medio siglo por las dos grandes guerras no fue razón suficiente para que la música continuara alcanzando un formidable desarrollo. Alemania, una de las protagonistas esenciales de la contienda, prosiguió su glorioso camino iniciado con Bach y transitado luego por Mozart, Haydn, Beethoven, Mendelssohn, Schumann, Brahms, Bruckner, Wagner... para desembocar, en pleno hitlerismo, en una nueva explosión creativa que rompió con una tradición que ya se había tensionado hasta el límite en las últimas creaciones de la etapa romántica: la armonía tradicional.Las dos figuras clave en esa dialéctica entre pasado y futuro, Richard Strauss y Arnold Schönberg, hijos no deseados pero muy queridos de Wagner, constituyen la base de este libro, que sin embargo no olvida que los nazis llegaron a otros países. A Francia y Hungría, por ejemplo, donde oficiaron Messiaen y Bartók, respectivamente.
Figuras de culto, como la de Hans Pfitzner, o el gran listado que Hitler construyó con lo que sus servidores definieron como «músicos degenerados», forman parte de sus páginas, que también recalan en una parte de los intérpretes de primera línea que protagonizaron la vida musical en el área alemana durante el periodo nazi: los directores de orquesta que vivieron en sus propias carnes la debacle nacionalsocialista.
De
alguna manera, es un libro que complementa a Los músicos de Stalin, la anterior
publicación del autor. La suma de ambos revela una buena parte de la grandeza
musical del siglo XX.
«Desde que Pedro González Mira abandonó el trabajo de crítico desde su revista del alma, la centenaria Ritmo, se ha dedicado a regalarnos libros que resumen todas sus experiencias musicales. En este, una vez más se recogen textos que él califica de divulgativos pero que van mucho más allá, porque no solo atesoran una gran cantidad de información; resultan entretenidos; se leen con placer». Rosa Torres-Pardo, pianista y Premio Nacional de Música.
Pedro González Mira
Dirigió la sección de Música clásica de la Guía del Ocio durante una década, para pasar a realizar luego la misma actividad en el suplemento de El País, «On Madrid», desde su número cero hasta su desaparición.
Recibió el Premio Nacional de Crítica
Discográfica en 1984, y es autor en Almuzara y Berenice de los títulos: Jesús
Villa-Rojo, a través de sus discos y de los aclamados Eso no estaba en mi libro
de Historia de la Música, Eso no estaba en mi libro de Historia de la Ópera,
Historia de la Gran Música para Piano y Los Músicos de Stalin.
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