Duración: 1 h y 15 min (sin intermedio). Estreno en España
PROGRAMA
“Vol de nuit” (Vuelo nocturno), basado en el relato de A. de Saint-Exupéry+
“Aimer, ce n’est pas se
regarder l’un l’autre, c’est regarder ensemble dans la même direction.”
Antoine de Saint-Exupéry / Terre des hommes. /”Amar no es mirarse mutuamente, sino hacerlo en la misma dirección”. A. de Saint-Exupéry, “Tierra de hombres”
Luigi Boccherini, Introduction
et Fandango*
Maurice Ravel, Alborada del
gracioso**
Eladia Blázquez, El corazón
al sur
Astor Piazzolla , Zita, de
la Suite Troileana
Agustín Barrios, Vals n°4
(guitarra solo)
Richard Galliano, Aria et
Tango pour Claude (solo acordeón)
Manuel de Falla, Danza
española, de La vida breve
Maurice Jaubert, Jean Corti y
Jo Privat, Georges van Parys, Ángel Cabral, Valses de Paris et et
d’ailleurs*
À Paris dans chaque Faubourg
La Ritale
La Complainte de la Butte
La Foule
Radamès Gnattali, Ernesto
Nazareth, de la Suite Retratos*
Radamès Gnattali, Chiquinha
Gonzaga, de la Suite Retratos*
*Arreglos para guitarra y acordeón
de Simon Cochard
**Arreglos para guitarra y acordeón de Thibault Perrine
Pocas veces se disfruta tanto de una velada, con la calidad y el entusiasmo que ofrecieron estos dos artistas franceses, tan aparentemente inconciliables en sus instrumentos, la guitarra, típica de la música hispanoamericana, el acordeón, propio de la música popular, le musette franceses, para acompañar bailes, “Déjeuners sur l´herbe” (Comida en la hierba) o “Le moulin de la Galette” , con los que nos deleitan ya clavados para siempre en el lóbulo frontal, el de las emociones para la petite histoire de cada uno, los cuadros icónicos de los Impresionistas del siglo XIX.
Sin embargo, no hubo lleno completo, porque las audiencias parecen inclinarse más por un cómodo déjà vu” o su “zona de confort” como se dice y escribe ahora, y al final, acaban viendo y escuchando muy a menudo los consabidos repertorios en las mismas salas tradicionalmente reputadas o ad hoc. Ha sido siempre mérito de los Teatros del Canal abrirse sin embargo a todo tipo de públicos con una oferta alternativa, abordable crematísticamente, de esa que- tal vez- solo disfrutaríamos en los países que las gestan, en este caso, Francia.
El lugar dio para una comunicación más cercana, casi como si el espectáculo hubiera estado concebido para un público de “café concert”, que espera y ansía la comunicación más directa con los artistas y no la habitual separación que hay entre el escenario o el foso y el público.
Así, Thibaut García y Félicien
Brut, se volvieron hacia los asistentes casi en cada segmento de su
actuación, explicando lo que tocaban cada vez y sobre todo, hicieron referencia
a compositores menos conocidos o ya olvidados en el foro, como la argentina Eladia
Blázquez, (El corazón al sur), Agustín Barrios, (Vals n°4, guitarra
solo), autor paraguayo luego reconvertido en Mangoré, el nombre de un
jefe guaraní y se orientó a aparecer con arcos y flechas y bastante poco
vestido en sus performances. Richard Galliano, (Aria et Tango pour
Claude (solo acordeón) o Maurice Jaubert, Jean Corti y Jo Privat,
Georges van Parys, Ángel Cabral, (Valses de Paris et et d’ailleurs*
À Paris dans chaque Faubourg
La Ritale
La Complainte de la Butte
La Foule
Radamès Gnattali )
Además, compositores muy conocidos de los músicos, como Boccherini (que pudo disfrutarse dos veces en una semana en Madrid, la primera en el Auditorio Nacional), muy vinculado a España porque aquí residió muchos años con mecenazgos y ayudas de aristócratas de fuste. También Manuel de Falla, otro español, universal, o Maurice Ravel, o Astor Piazzolla, ya incluido desde hace décadas en la historiografía más clásica.
Thibaut (de nombre medieval y
shakesperiano y Félicien, vinculado a la felicidad en latín (felicitas-tatis),
con un apellido maravilloso que recuerda el burbujeo del champán de su país.
Tradujeron en inglés (Félicien) y Español(Thibaut) y francés ambos, y de se dejaron el alma en unas partituras que están como cosidas en su piel. Es la base de la transmisión de un patrimonio: hacerlo propio y no funcionarizar las actuaciones musicales, como si fueran tareas cotidianas repetitivas sin luz. No lo son o no deberían serlo.
A dúo, la maravilla del hermanamiento de dos personalidades muy distintas con instrumentos a los cuales se saca un sonido precioso, rico, expresivo de una enorme musicalidad. Son virtuosos sin duda. No por nada Brut fue “campeón del mundo tres veces de acordéon, que suena como a futbolista”, según confesó en el programa de televisión dirigido por la conocida Anne Sinclair, “Fauteils d´orchestre”, y García, de origen español, que ha sabido integrar sus orígenes con el patrimonio francés, acompañó a creadores e intérpretes como Philipe Jaroussky a la guitarra.
Sus biografías, pese a su juventud (en la veintena y la treintena) marean, cada uno tiene su trayectoria y hace tres años han coincidido milagrosamente.
Thibaut, como no podía ser de otra manera (es un clásico), alabó a España como un país “exótico” visto desde Francia, no olvidó con un guiño a la tortilla de patatas ejemplar de Ana y Paulino, que estaban en la sala aunque en el fondo, a pesar de lo relajado de la noche, se tomaron sus ejecuciones con absoluta seriedad. El resultado fue una ovación y una propina y el deseo de volver, y para Brut, de poder visitar Madrid, “(porque desde que llegué, directamente del aeropuerto al ensayo y al concierto, mañana, refiriéndose a ayer)”.
Un ejemplo, una inspiración, una maravilla, aunque fue una pena que solo realizaran una función. No se habló mucho en cambio de Vol de nuit particularmente, el título de la velada, que se refiere a un relato corto de Antoine de Saint-Exupéry, aviador pionero y autor de la celebérrima ”El principito”, novela ilustrada tan traída y llevada, tan mediocremente decodificada y frivolizada a menudo, utilizada como propaganda de todo, menos tal vez de lo que en realidad representa o quiso significar el escritor.No hubo programa de mano escrito, pero sí la posibilidad, fuera de la sala, de pillar un pantallazo del código QR donde pudo leerse una explicación sentida por quien presentara esta propuesta magnífica:
“Ellos, los compañeros de
viaje, instrumentos fetiches de los nómadas, marineros, aventureros de todo
tipo; ellos, los inclasificables, herramientas para una transgresión perpetua
de fronteras musicales preestablecidas y preconcepciones estilísticas. Ellos,
los polifónicos y transportables, únicos o casi únicos, que a veces cantan,
a veces armonizan, tan parecidos y a la vez tan diferentes; ellos, la guitarra
y el acordeón, tienen una historia común, y muchas historias comunes. Esto es
lo que los caracteriza, sus múltiples facetas, sus raíces mezcladas, sus
futuros por escribir… Thibaut Garcia y Félicien Brut se conocieron por
casualidad, casi por accidente.
Se entendieron de inmediato y nació de ellos una idea musical común: Francia, España y Sudamérica, tierras fértiles para sus respectivos instrumentos, tierras simbólicas de sus viajes personales, los inspiraron para crear este programa y les dieron para relatar juntos una historia: su historia. De la misma forma en que Saint-Exupéry hizo malabares con las palabras,…”. Grandes, muy grandes los dos, que vuelvan pronto. Con su humor tan aquilatado y esa visión tan cosmopolita del mundo y de la música.
Alicia Perris
+Antoine de Saint-Exupéry
Nacimiento, el 29 de junio de 1900 en Lyon (Francia) Fallecimiento, el 31 de julio de 1944 (44 años), pilotando un avión, sobre el Mar Mediterráneo, cerca de Marsella, en la Francia ocupada. Escritor, poeta, periodista, aviador. Rama militar, comandante en el Ejército del Aire y del Espacio durante la II Guerra Mundial. En tiempos de paz, pionero piloto en la unión entre Europa, África y América del Sur (Aeroposta argentina). Apoyó a la resistencia francesa contra los Alemanes y desapareció con su avión en plena guerra rodeado de misterio y de leyendas.
Obras
1926: El aviador, 1928. Correo del
Sur, 1931. Vuelo nocturno.1938. Tierra de hombres
1942: Piloto de guerra. 1943: El
principito. 1944: Carta a un rehén. 1948: La Ciudadela, entre otras.
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