Se cumplen 50 años
del estreno de 'Lawrence de Arabia", apoteosis del cine épico
Medio siglo después de su estreno, Lawrence de Arabia es un clásico consagrado y una obra
que muchos consideran irrepetible, no solo por su calidad artística sino
también por el carácter faraónico de una cinta de dos horas y media cuyo coste
a precios actuales echaría para atrás a los estudios.
El filme, realizado por David Lean y protagonizado por Peter O'Toole y
Omar Sharif, fue estrenado entre el 10 y el 21 de diciembre de 1962 en Londres,
Nueva York y Los Ángeles y arrasó en los Óscar del año siguiente, donde
consiguió 7 premios, entre ellos el de mejor película y el de mejor dirección.
Un reconocimiento a un trabajo
descomunal que fue hecho a la antigua usanza, sin los convenientes recursos
digitales que han
convertido el arte de hacer películas en un proceso en el que el ordenador ha
sustituido a los multitudinarios montajes con decorados de cartón piedra.
Para
inmortalizar en la gran pantalla la historia del británico Thomas Edward
Lawrence al frente de las milicias árabes contra al imperio otomano en la
Primera Guerra Mundial, Lean necesitó reproducir los enfrentamientos bélicos y
recurrió a miles de extras y un ejército de centenares de dromedarios.
Los campamentos
y los combates se sucedieron en la inmensidad de unos parajes naturales, desérticos
y polvorientos, localizados en países como España, Marruecos y Jordania, una
parafernalia obligada por el tipo de producción y la limitación de recursos
tecnológicos de los años 60, que en la actualidad supondría un disparate. http://www.rtve.es
PARA RECORDAR:
Mi queridísimo y añorado Jimmy Rest, inefable profesor de Literatura Medieval de la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires. ¡Qué tiempos aquellos! ¡Qué paciencia la tuya ante mis elucubraciones interminables en clase sobre el Cid Campeador (un mercenario), la vertiente esotérica de la Divina Comedia de Dante (¡qué invenciones!) y los vericuetos míticos de la Edad Media, los ortodoxos y los pasados por el cine de Mario Monicelli y sus Brancaleones...
¡Qué conversaciones teníamos en tu casa sobre T.E. Lawrence y sus Siete Pilares de la Sabiduría. Un legado romántico el tuyo y de Virginia, que siempre nos escuchaba por momentos a lo lejos, desde otra parte de la casa. Té con pastas y mucha literatura y política. Tu hospitalidad todavía me honra en estos tiempos brutales.
¡Un abrazo enorme y siempre gracias, allá donde estés...!
Alicia Perris
Una alumna (todavía) agradecida.
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