La mujer considerada por muchos como el rostro más bello de la historia del
cine, alejada del escándalo y de la frivolidad hollywoodiense
LUCÍA TABOADA | Documentación SER 20-01-2013
"No soy hermosa. Mi madre una
vez me llamó patito feo. Pero, separando las cosas, tengo algunas buenas
características", llegó a decir Audrey Hepburn, considerada por muchos
como el rostro más bello de la historia del cine. Alejada del
escándalo y de la frivolidad hollywoodiense, Edda Kathleen Van Heemstra
Hepburn-Ruston, conocida como Audrey, fue una actriz diferente, inusualmente
flaca y tímida, sofisticada, discreta, espontánea, de inmensa sonrisa y
fragilidad casi intangible.
·
Fotografía de archivo tomada el 22
de noviembre de 1961 que muestra al productor de cine italiano Dino De
Laurentiis junto a la actriz británica Audrey Hepburn.- (EFE)
Nació en Bruselas en 1929, años
turbulentos, en el seno de una familia de estirpe aristocrática. Creció y se
educó en Holanda. Posteriormente recayó en Londres, donde estudió danza en la
prestigiosa escuela Marie Rambert School. Fue la II Guerra Mundial la que
truncarían sus planes vocacionales de ser bailarina y la que le
dejaría grandes secuelas. "La guerra es un gran igualador", aseguró
en más de una ocasión. Decidió refugiar su talento en el cine. Y así llegarían
sus primeros y anónimos pasos en la industria del séptimo arte.
William Wyler se topó con ella por
azar y decidió darle el papel que cambiaría su vida: el de la princesa
Anna en 'Vacaciones en Roma' (1953), con la queganaría el Óscar a
mejor actriz ese mismo año y sería portada de la revista Time. A
partir de ese momento se sucederían actuaciones memorables como la de la
ingenua Sabrina, en la película de Billy Wilder que lleva ese nombre;
cantando 'Moon River' en el alféizar de una ventana encarnando a la emblemática
Holly Golightly en 'Desayuno de Diamantes'; repitiendo aquello de
"the rain in Spain stays mainly in the plain" en 'My Fair
Lady'; recreando junto a Albert Finney el viaje perpetuo del amor en 'Dos
en la carretera'; o bailando con Fred Astaire en 'Una cara con
Ángel'.
Después de 15 años de éxitos
sobresalientes en el cine, comenzó a actuar únicamente de forma ocasional. Su último
papel data del año 1988 en la película 'Always' de Steven Spielberg,
donde daba vida a un ángel -muchos dicen que premonitoriamente-. Además de la
industria de Hollywood se alejó de los focos y protegió con recelo su vida
privada. Sus sendos matrimonios con Mel Ferrer y con Andrea Dotti fracasaron y
la actriz se refugió en el cuidado de sus dos hijos. "Los niños han sido
el hilo conductor de mi vida", decía.
Si por algo destacó Audrey Hepburn
en sus años finales fue por su labor humanitaria con UNICEF, de
dónde fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad por sus esfuerzos por combatir
la desnutrición y el Sida en países del tercer mundo. Recreó su amarga
infancia en la guerra paseando su inmensa sonrisa por países tan dispares como
Honduras, Guatemala, Sudán o Somalia. Finalmente, esa sonrisa se apagó el 20 de
enero de 1993 en su casa de Tolochenaz, Suiza, por un cáncer de colon. La misma
que sigue imperecedera en la memoria, posters, tazas, camisetas, estanterías o
videotecas de todo el mundo.
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