Edmund de Waal es un descendiente de la dinastía Ephrussi, familia de banqueros judíos originarios de Odesa, que jugó un papel importante en el mundo de las finanzas y del arte à partir del final del siglo XIX entre Paris y Viena. En 1871, su antepasado, Charles Ephrussi se instaló en París en un”hotel particular” de la calle Monceau, no lejos del que edificó Moïse de Camondo, en 1911, para acoger su colección de obras de arte francés del siglo XVII
Moïse de Camondo, cuya familia venía de Constantinopla, donó su
hotel y sus colecciones al estado francés en memoria de su hijo Nissim, caído
por Francia en 1917, durante la Primera Guerra Mundial, convirtiéndose en el
museo Nissim de Camondo.
Atrapado por la historia paralela de estas dos familias, cercanas debido a su gusto por el arte y su filantropía, así como por su destino trágico en el siglo XX, Edmund de Waal se nutrió de sus archivos para escribir una cincuentena de cartas a Moïse de Camondo.
Entre recuerdos personales y reflexiones sobre la memoria, la
melancolía y el arte, el autor dibuja el retrato de Moïse de Camondo como
coleccionista y más allá, el de un mundo hoy desvanecido donde nos cruzamos con
Chardin, Renoir y Proust. Obras de arte, pinturas y fotografías son los
testigos tangibles de esta época desaparecida, pero que sigue conservando una
fascinación deslumbrante.
Disfruten de todo lo que sea posible, recordando si puede ser, que
pertenecemos todos a un mismo planeta sufriente con muchos habitantes al que
hay que recuperar y cuidar. Excelente verano para todos.
Alicia Perris
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