Un Requiem Alemán, op. 45. Auditorio Nacional de Música.
Sala Sinfónica. 02 julio 2022, 19:30H.
Orquesta y Coro Nacionales de España
David Afkham, Director
Katharina Konradi, Soprano
Peter Mattei, Barítono
Miguel Ángel García Cañamero, Director del CNE
Números del Requiem
Programa
I. Selig sind, die da Leid tragen (Bienaventurados los que sufren).
(Coro)
II. Denn alles Fleisch es ist wie Gras (Porque toda carne es como
la hierba). (Coro)
III. Herr, lehre doch mich (Señor, enséñame). (Barítono y coro)
IV. Wie lieblich sind deine Wohnungen (¡Cuán deliciosas son tus
moradas!) (Coro)
V. Ihr habt nun Traurigkeit (Ahora estáis tristes). (Soprano y
coro)
VI. Denn wir haben hier keine bleibende Statt (Puesto que no tenemos
una morada permanente).(Barítono y coro)
VII. Selig sind die Toten (Bienaventurados los difuntos). (Coro)
Según las notas al programa redactado por Pablo L. Rodríguez, “El intento de suicidio de Robert Schumann,
el 27 de febrero de 1854, y su posterior internamiento en un sanatorio mental,
cinco días más tarde, dejaron profundamente consternado al joven Johannes
Brahms. De aquella impresión surgió el borrador de una sinfonía que, tras la
muerte de Schumann, en 1856, Brahms transformó en el tormentoso arranque de su
Concierto para piano núm. 1.
El scherzo desechado
de aquella incipiente creación sinfónica fue convertido, años después, en el
segundo movimiento de Un réquiem alemán. Está claro que no es un réquiem en la
tradición católica de la misa de difuntos. Se acerca más al oratorio, pues el
compositor compila una selección de versículos procedentes de la Biblia
traducida al alemán por Lutero. Y, aunque carece de recitativos, arias y
personificaciones, dispone de un programa y un propósito que se deduce de su
texto: consolar a quienes la muerte ha ensombrecido sus vidas”.
Se trata Un réquiem alemán (título original en alemán: Ein
deutsches Requiem) de una composición para soprano, barítono, coro y orquesta,
dentro de su opus 45. Reflexión cristiana y sentida sobre la vida y la muerte a
partir de textos bíblicos, se interpretó en parte en la Catedral de Bremen el
10 de abril de 1868, día de viernes Santo y de forma completa en 1869 en la
Gewandhaus de Leipzig. Posteriormente, viajó al continente europeo y Brahms
empezó a ser visto como un músico relevante.
Hay quienes lo consideran una mezcla de cantata oratorio pues,
donde la sensibilidad está muy próxima a la misericordia, la compasión e
incluso al optimismo. No se parece en ese sentido a las obras similares de
Verdi o Mozart, pero guarda ese carácter litúrgico por los temas, muy cercanos
al hecho religioso y la seriedad y contención del despliegue de la composición
en general.
Se estrenó finalmente
completa y de manera definitiva el 10 de abril de 1868, día de viernes
Santo, en la catedral de San Pedro de Bremen. Y esta vez en cambio sí tuvo una
aplaudida repercusión y fue repuesta en 1871 como homenaje a las víctimas de la
Guerra Franco-Prusiana, que sin embargo ganaron los “proto-alemanes”, que
además, hicieron caer el II Imperio francés con Napoléon III a la cabeza,
estableciéndose en Francia desde entonces exclusivamente gobiernos republicanos.
Tras las tres primeras partes, de tono sombrío y dramático, el n.º
4 crea un cierto contraste de serenidad, que se encuentra también en el n.º 5,
con sus magníficos solos de soprano. Muy complejo en su organización, el n.º 6,
donde se alternan barítono y coro, termina con una fuga. El n.º 7 termina la
partitura se sumerge en un clima de serenidad.
El compositor elige la letra con atención a partir de la Biblia
luterana, incluidos los escritos apócrifos. Como es difícil que en algún
momento de la cultura occidental, no aparezca una referencia al escritor
argentino al que nunca le dieron el Premio Nobel, hay que decir que Jorge Luis
Borges —quien por cierto reconoció ser un gran admirador de la obra de Johannes
Brahms—, escribió un cuento publicado en su antología El Aleph, que lleva el
nombre de "Deutsches Requiem". Asimismo, su segundo movimiento sirve
como música para la Introducción de la serie de documentales de la BBC sobre el
nazismo titulado ”Nazis: un aviso de la historia”.
El director David Afkham
que tiene la responsabilidad de este concierto en el Auditorio Nacional de
Madrid, con las formaciones de España bajo su batuta junto al coro dirigido con
excelencia, rigor y musicalidad por el maestro Miguel Ángel García Cañamero.
Este saludó al final con su grupo, los solistas y toda la orquesta
con su responsable, reconoció en los saludos el trabajo perfeccionista y decidido
de cada uno de los grupos de la orquesta, distinguiendo además al concertino,
en el arco de Miguel Colom Cuesta.
Afkham lució un esplendoroso despliegue
de seriedad, contención en el gesto y en el sentimiento.
Traje negro como el de todos los miembros de la orquesta y el coro
(aunque no había un uniforme propiamente dicho para nadie), en ningún momento
se tuvo la sensación de que la velada escapara al ámbito religioso cristiano y
al mensaje de esperanza en la Resurrección que este esparce, después de una
vida de sufrimientos (“Ihr habt nun Traurigkeit) en la voz de la soprano y el
coro, sublimada con alusiones bucólicas o pastoriles en referencia al sagrado
Rebaño y a la brevedad de una vida en perpetuo cambio ( “Wie lieblich sind
deine Wohnungen”, pero también, en la VI parte, “Denn wir haben hier keine
bleibende Statt”.
David Afkham, el director ya aludido antes, nació en Friburgo
(Alemania) en 1983, y es director titular y artístico de la Orquesta y Coro Nacionales
de España desde septiembre de 2019, tras su mandato como director principal de
esta institución desde 2014. A lo largo de estos años, ha presentado ambiciosos
programas como los Gurrelieder de Schönberg, la Sinfonía núm. 6 de Mahler, la
Sinfonía núm. 9 de Bruckner, la Sinfonía fantástica de Berlioz, el Réquiem de Brahms,
La creación de Haydn, así como representaciones semiescenificadas de El holandés
errante, Elektra, La pasión según San Mateo, El castillo de Barbazul y Tristán
e Isolda, entre otros. Invitado por numerosas formaciones europeas de
prestigio, cuenta con numerosos proyectos para la temporada 2021/22. (Información,
Biografías. ©Gisela Schenker.)
La soprano, Katharina
Konradi, que se encuentra esperando un bebé y lucía circunspecta y eficaz,
como su colega, el barítono sueco Peter
Mattei, de algo más de participación en el réquiem, nació en Bischkek (Kirguistán),
siendo la primera soprano de este país que ha conseguido una carrera
internacional como cantante de lied, concierto y ópera. Es miembro de la Ópera
Estatal de Hamburgo desde 2018. Canta habitualmente en instituciones alemanas,
francesas y holandesas, con maestros del prestigio de Thomas Hengelbrock,
Manfred Honeck, Paavo Järvi, Kent Nagano, Daniel Harding y Gustavo Dudamel, por
ejemplo.
También se presenta con regularidad en el teatro de La Zarzuela de
Madrid, la Schubertiada/e de Vilabertrán o Hohenems y colabora junto al Trío
Gaspard y el Cuarteto Schumann. Buen fiato, legato y un instrumento fresco y
decidido, excelente línea de canto y técnica, fue expresiva y transmitió la
religiosidad que solicitaba su intervención, en la V parte del Requiem. (Datos
de © Marcus Hoehn)
Por su parte Peter Mattei, en
su registro de barítono, estuvo muy reservado y circunspecto. Solo esbozó
alguna sonrisa en los saludos y consiguió en sus participaciones, siempre, como
Konradi, proyectando hacia el centro de una sala no completamente llena, una
voz intacta, amaderada, con notable registro medios, ya que Brahms no le
solicitó en la partitura de referencia, grandes acrobacias en el agudo o el
grave.
Artista del año en los premios Musical America 2020 (categoría
vocal), el afamado cantante sueco inauguró esta temporada la Ópera Nacional de
París, interpretando el papel de Amfortas (Parsifal) en el concierto de
despedida del director principal Philippe Jordan.
Peter Mattei se dio a conocer internacionalmente con el papel principal
de Don Giovanni bajo la dirección escénica de Peter Brook en el Festival de
Aix-en-Provence en 1998. Desde entonces, ha trabajado con los directores de
orquesta y escénicos más importantes de
Europa y de los Estados Unidos.
Será en la temporada 2022/23 Rodrigo en Don Carlo y defenderá el papel principal en una nueva producción de
Don Giovanni, ambas en la Metropolitan Opera. Mattei ha recibido el título
honorífico de Kammersinger y la medalla Litteris et Artibus de S.M. el rey de
Suecia por sus destacados logros como artista. Comprensible y pulcro su alemán
un punto por encima del de la soprano, aunque ambas dicciones se podían seguir
perfectamente con los títulos en español, en una traducción más ajustada que
otras veces en otros escenarios de la capital española. (Datos de la biografía,
© Dario Acosta)
“Last but not least” (el último pero el no menos importante),
Miguel Ángel García Cañamero Director del Coro Nacional de España estudió
piano, órgano y dirección coral en Valencia obteniendo cinco premios de honor y
el premio José Iturbi al mejor expediente académico.
En 1999, ingresa en la Academia Franz Liszt de Budapest donde cursa
estudios de perfeccionamiento con G. Istvan (piano), K. János (canto), K. Éva y
E. Péter (dirección coral). Será un período decisivo en su formación como director
al entrar en contacto con la gran tradición coral húngara y centro- europea.
Ha ofrecido numerosos conciertos y recitales, como solista y
director, en España, Italia, Viena y Budapest. Fue miembro del Arnold Schönberg
Chor y del Coro de la Catedral de Viena (Austria) y ha dirigido agrupaciones
orquestales como la Pro Arte Orchester Wien, la Orquesta Clásica Santa Cecilia y
el European Royal Ensemble. Ocupó la subdirección del CNE desde 2011 y es su director
desde enero de 2015. (Datos biográficos, © Michal Novak).
Fantástico ofrecimiento para la reflexión íntima e intimista, para
pensar, como sugería el maestro Brahms en la “brevedad de la vida y la cercanía
de la muerte” (según rezan las inolvidables “Coplas a la muerte de mi padre”,
de Jorge Manrique).
Para recordar a quienes ya no están aquí y en otras latitudes del continente europeo, donde han vuelto a golpear la guerra, la barbarie y el atentado contra la libertad y el ejercicio de los Derechos Humanos de varios pueblos, muy especialmente el ucraniano.
Y que sea posible que la próxima reseña no se tenga que hacer
mención, de nuevo y con tristeza, a la inagotable pérdida de vidas humanas y a
la inutilidad de “La guerra como la política/ la paz por otro medios”, como
explican- vanamente- numerosas opiniones más o menos apócrifas y desde luego, vergonzosas.
Alicia Perris
Foto, Rafa Martín
No hay comentarios:
Publicar un comentario