Viernes 24 de abril de
2015. Sala de Cámara.
Elenco
Pensares de Rocinante, de José Buenagu
Orquesta Koan 2
Director musical, José Ramón Encinar
Director de escena, Santiago Sánchez
Marina Pardo, mezzosoprano, Obdulia
Alfredo García, barítono, Rocinante
Miguel Mediano, tenor, Sancho
Jerónimo Marín, barítono, Don Quijote
Pilar Jurado, soprano, Dulcinea
Extraña tierra la manchega, patria de Don Quijote. Una geografía y una narrativa
que pueden albergar los molinos del Hidalgo, las casas antiguas del Toboso,
las lagunas de Ruidera (con La Redondilla como parte clave de un pasado
vibrante), y al mismo tiempo, en tanto escenario aparentemente simple y
discreto, un palacio renacentista como la mansión oceánica del Viso del Marqués
y su almirante. Los ojos de El Guadiana. La Fonda Peña de Almagro y sus secretos y su Corral de Comedias y el aroma dulzón de El Yuntero y el sabor único de las cepas de las tierras rojas. In vino veritas...
La Mancha, patria de Don Quijote, Dulcinea, Sancho y Rocinante, no tiene
más frontera que el cielo, y en la tierra, la uva que se derrama por todas
partes como una bendición primigenia que santifica el lugar.
Con estos mimbres, Justo Merino desarrolla un libreto traído al siglo XXI
de la mano de sus eternos protagonistas, más el de Obdulia, una creación
intertemporal que, maestro y luego maestra de escuela, como el Orlando de
Virginia Woolf, que se traviste de hombre a mujer con el paso de los tiempos,
va explicando y comentado la acción, a la manera unipersonal de un coro griego
de los grandes clásicos de las tragedias fundacionales.
El XLII Ciclo de Grandes Autores e Intérpretes de la
UAM continúa con la ópera de cámara y en la Sala de Cámara del Auditorio
Nacional, estrena la de temática quijotesca Pensares de Rocinante del
compositor José Buenagu,
Becario durante
4 años en Roma, Siena y París. Premio Nacional de Música Cinematográfica y Premio
del Círculo de Escritores Cinematográficos de España, Beca Fullbright y
compositor, recibe también encargos y estrena en países a ambos lados del
Atlántico. Buenagu no solo es talentoso compositor sino un ser humano afable y
disponible.
La orquesta de este estreno absoluto, como escribe muy acertadamente el
crítico Luis Suñen, “plantea un orgánico variable que va de diecisiete a
treinta instrumentos, una orquesta de cámara, en todo caso, que integra
cuerdas, maderas, metales, percusión, tres guitarras eléctricas, una guitarra clásica
amplificada y una gaita o dulzaina”. En este caso fue una gaita interpretada
por un prometedor y jovencísimo músico, que parecía proveniente de las
Highlands de Escocia.
Sobre su propuesta conjunta, Buenagu y Merino han escrito para las notas
al programa una especie de declaración de principios: “… Existen en esta ópera
novedosas aportaciones que son de indiscutible atractivo intelectual y por
ende, de alcance tanto social como artístico”.
Hay aquí una evidente renuncia a la ortodoxia, tanto en lo literario como
en lo musical, con un preludio orquestal a modo de obertura, cuyos temas no
aparecerán sin embargo incluidos en el desarrollo posterior, sino que presenta
partes unidas para cada uno de los personajes y sus respectivas dedicatorias,
que terminan en una coda.
El canto y la declamación se reparten el peso de la obra que en buena
parte es responsabilidad de Rocinante, el barítono Alfredo García, con una
fluidez vocal cristalina y generosa la noche del concierto, tierno, afable
caballo de un imposible amo, siempre hambriento.
García tiene encanto y sabe aunar una línea de canto excelente con una
actuación muy a juego con su personaje, más práctico pero tan optimista como
Don Quijote.
Pensares de Rocinante se trata de un encargo de la Universidad Autónoma,
relacionado con el proyecto internacional de Investigación de Excelencia
Multidisciplinar El Quijote en la cultura europea. Mito y representación
(Ref. CEMU-2012-017-C01) dirigido por la Prof. Begoña Lolo, y que cuenta con 59
investigadores especialistas de universidades europeas y americanas.
No es fácil encontrar un elenco que aúne las necesidades de esta
composición, para nada clásica ni fácil, por lo que destaca la performance de Marina
Pardo como mezzosoprano, sobria y elegante.
Cálido y expresivo tanto en lo vocal como en lo escénico Miguel Mediano,
un tenor con una voz preciosa, natural de Madrid y con una amplia trayectoria
nacional e internacional.
Muy en su papel Jerónimo Marín, otro barítono, como un Don Quijote marcial
que no se doblega. Se aprecian en su ejecución escénica y musical sus diez años
como profesional, seis de ellos como jefe de Cuerda de bajos en el Teatro Real
de Madrid. Ligado a la capital de España, recorre también otros territorios y
orquestas del país.
Pilar Jurado, last but not least, hace una entrada de prima donna, de
“star” como una Dulcinea muy del siglo XXI, de barrio, rockera y “macoqui” que
no entiende el lenguaje del Caballero de la Triste Figura, ni nada en general
que no pase por la descripción y vivencia de todo lo que se relaciona con su
propio y peculiar planeta.
Rompiendo con la vestimenta del resto de los cantantes, más de época,
recorre el escenario subida a unos “stilettos” con peligro de derrumbe y
deslumbra a todos con una ejecución vocalmente sorprendente. Es una figura muy
reconocida, no solo como cantante sino además como compositora, en el panorama
operístico en la actualidad.
Santiago Sánchez, el director de escena, hace una gran propuesta actoral,
a pesar de las limitaciones de espacio de la sala y de estar acostumbrado a
otros encuadres, como las salas en que trabajó en Nueva York, La Habana o el
venerado Teatro Romano de Mérida en la Extremadura española.
Su trayectoria es apabullante y muy apropiada la interpretación que hace
de la tradición literaria del Quijote y también de la inclusión de esta leyenda
viva y literaria en los tiempos que corren, que no son fáciles, aquellos que
jalonan una historia que arranca con el maravedí y otras monedas, pasa por la
peseta y llega a los estertores de un euro eternamente hackeado por los
mercados y los especuladores. Muy actual y muy de candente actualidad.
José Ramón Encinar coordina el conjunto, lo cual no es poco ni mucho
menos, atendiendo a cada momento de la partitura, a cada entrada de los
cantantes y los instrumentos. Con autoridad y estilo. Ha estado al frente de la
mayoría de las orquestas españolas, así como de otras formaciones internacionales
del fuste de la English Bach Festival, la Orquesta y Coro Comunale di Bologna o
la Orquesta Verdi de Milán.
Con la sala llena casi en su totalidad, anunciado “localidades agotadas”,
fue un estreno de campanillas. Muchos jóvenes (¡oh, qué increíble, por fin,
llegó el relevo generacional, para variar!) y otros no tan tiernos, nos divertimos
con las andanzas clásicas y contemporáneas de un ramillete de personajes que
forman parte del núcleo duro de la literatura y la leyenda de España.
Con energía y entusiasmo. Como debe ser. Como dijeron al final, mientras
viajaban a una galaxia más festiva y solar que la nuestra inmediata, “esto es
lo que hay”. Y la verdad, es bastante.
Alicia Perris
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