viernes, 12 de octubre de 2012

ANGELIKA KIRCHSCHLAGER INAUGURA EL XIX CICLO DE LIED


El próximo lunes 15 de octubre, a las 20h., la mezzosoprano Angelika Kirchschlager, uno de los grandes referentes del panorama liederístico internacional, junto al tenor Ian Bostridge y el pianista Julius Drake, inaugurarán el XIX Ciclo de Lied en el Teatro de la Zarzuela con el clásico de Hugo Wolf (1860-1903) Spanisches Liederbuch (Cancionero español).

 El ciclo, organizado desde esta temporada por el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) y el Teatro de la Zarzuela, ambos del INAEM, se extenderá hasta el 7 de mayo del año próximo con seis recitales más de Amanda Roocroft (18 de diciembre), artista de la que destaca su temperamento dramático unido a una exquisita atención poética; Matthias Goerne (5 de febrero de 2013), una de las figuras consulares de la actual camerística por su intensidad interpretativa y su solidez vocal; Christiane Iven (19 de marzo) que ya expuso la anchura de su talento interpretativo encarnando a personajes femeninos de la canción romántica y Florian Boesch que cerrará esta edición demostrando de nuevo su maestría schubertiana con el clásico Die schóne Müllerin (La Bella molinera). Entre tanto, debutan en el ciclo Anna Caterina Antonacci (23 de abril), ya conocida del público madrileño por un concierto en el Teatro Real donde impuso su fuerza personal y la brillante intensidad de su canto y Elena Gragera (26 de noviembre), ampliamente juzgada y aplaudida en este género inhabitual entre los cantantes españoles. Entre los acompañantes destacan algunos de los mejores pianistas del género liederistico: Malcolm Martineau, Julius Drake, Roger Vignoles, Alexander Schmalcz, Burkhard Kehring, Donald Sulzen y Antón Cardó.
Dos décadas creando público
A punto de finalizar su segunda década, el Ciclo de Lied se acredita como una de las principales instituciones de la vida musical española y, si se admite la extensión, como una obligada referencia de la europea. En efecto, en estos años se han alineado figuras tan consagradas del pasado como Victoria de los Ángeles, Gundula Janowitz, Teresa Berganza, Herman Prey o José van Dam, junto a quienes van integrando la actual oferta camerística. Así hemos visto presentarse desde Thomas Hampson o Dame Felicity Lott a Joyce DiDonato o Philippe Jaroussky, con intérpretes procedentes de España (María Bayo, Nancy Herrera, Gabriel Bermúdez) hasta América Latina (Juan Diego Flórez, Bernarda Fink). El Ciclo, por otra parte, ha servido para desarrollar en el público aficionado y en la crítica especializada un campo del repertorio que, tradicionalmente, se consideró marginal u ocasional, ligado a las figuras del estrellato lírico o a especialistas de género y de audiencia. Ahora, la canción de cámara es tan normal en nuestra oferta sonora como el formato sinfónico, la ópera o los solistas instrumentales.
Convocando a sus seguidores, el Ciclo ha valido, también, para que un nuevo sector de público se fuese formando en sus gustos e incorporando a su memoria de melómanos una cantidad de obras antes menos frecuentadas. La naturaleza del formato llamado recital colabora especialmente a tales fines. Sin aparato escénico, sin compañía de masas, el cantante de cámara, junto a su pianista, desnuda el mensaje musical. Añádase que en una sola velada cabe una variedad amplísima de épocas, estilos, escuelas y lenguas. Así es como el oyente es llevado desde la ornada arieta barroca y la galantería cortesana dieciochesca hasta la borrasca existencial del expresionismo moderno, pasando por las desdichas y las exaltaciones del cantor romántico y las delicuescencias nocturnas del decadentismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario