“Tre modi per non morire. Baudelaire, Dante, los Griegos”. Toni Servillo. Iluminación Claudio de Pace. Producción Piccolo Teatro di Milano- Teatro di Europa. Teatro de la Comedia. Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), 24 de enero de 2025.
Servillo* viene a menudo a actuar a Madrid en salas de presupuesto público y precios muy asequibles para todos, pero su repertorio a menudo atrae al ambiente del teatro y cine (esta vez también estaba en el estreno de su monólogo Pedro Almodóvar entre muchos rostros reconocibles), a italianos y personas con preocupaciones políticas, afanes literarios o teatrales y de “investigación existencial”. Cuatro funciones con localidades agotadas desde hacía meses y corrillos animados y felices esperando el comienzo de la función. Ambiente de fiesta y regocijo en un barrio de turistas y bares. Tradicional y costumbrista.
Su propia creación teatral, “Tre
Modi…” evoca a dos grandes autores muy diferentes conceptualmente y de muy
distintas épocas: Charles Baudelaire, poeta francés del XIX, cargado de
un halo de malditismo y experto en contravenciones sociales y en esta primera
parte recuerda a la familia sanguínea y política del autor, como causante de
sus males y a su enamorada, la mulata Jeanne, fuente de inspiración y compañera
a lo largo de veinte años de amoríos. El italiano de Servillo es standard, sin
acentos regionales, pero rico y fecundo en ideas y explicaciones.
Dante es uno de los
paradigmas de la literatura italiana y universal. Profusamente releído y
reinterpretado, para descifrarlo se han intentado todas las técnicas y todos
los caminos. Sigue siendo un misterio apenas desvelado del cual a menudo
(también lo hizo Servillo en esta ocasión) se recuerdan sus dos probablemente
más famosas del Inferno: “Nel mezzo dell camin della mia vita…” y “Lasciate
ogni speranza voi ch´entrate”.
Con Dante, acuden muchos de sus
personajes: el actor italiano se los apropia y les da vida como si fuera de
todos, un pariente cercano. Está claro que sí en cambio, forman parte de su
patrimonio personal y creador. Y le resultan un faro y una guía en estos
tiempos turbulentos y sin brújula que nos toca recorrer. Por lo demás es ácido,
incisivo, intenso, esta vez está muy serio, pero su crueldad contenida nunca
bordea la falta de piedad por el ser humano, porque él también lo es y mucho.
Delinea la situación política mundial y llega a conclusiones evidentes a toda
velocidad, sin autocensurarse ni callarse. No hay pudor en la verdad de las
cosas.
Para terminar, excelente “fiato” toda la velada, después de discurrir con los presentes subyugados, en estado hipnótico por su discurso, más bien “andante appassionato” y nada “cantabile” ni vacío o fácil, llega la última sección de sus aproximadamente ochenta minutos de actuación, los Griegos.
Vestido todo de negro, de pie y
delante de un atril toda la noche, con ligeros suspensos para enjugar la
transpiración, de espaldas, Servillo
comulga con algunos de los clasicistas que posiblemente estuvieran en la
preciosa sala del Teatro de la Comedia, un lugar luminoso y solar, lleno
de buenas vibraciones desde siempre. Rojo de terciopelo y ecos afelpados (buena
acústica) con un relato que podría resumirse en: “Los griegos hace siglos ya
lo inventaron todo”. El actor, napolitano, como los de la Puglia, Basilicata, Calabria y Sicilia, esos que los del norte de Italia llaman "terroni", son los herederos y los verdaderos descendientes de los antiguos griegos: el territorio conocido entonces como la Magna Grecia. Toni Servillo se explaya en personajes mitológicos,
literarios, históricos y así desfilan por sus frases, entrecortadas a veces,
interminables otras, la Guerra de Troya y Homero, Ovidio, Virgilio y las
mujeres desdichadas en el amor como Helena, Clitemnestra, Antígona y tantas
otras secundarias de una Historia escrita por los hombres.
Los griegos- declaró el actor- inventaron un lugar común, el Teatro y la filosofía y se dedicaron- como él- a declinar el Eros, “el que mueve, según Dante, el sol y las otras estrellas”. Su narrativa, variada pero coherente, pesimista y anhelante, con una creencia final y convencida de que la sabiduría humana terminará por sobreponerse a su propia necedad, recordando los viejos ideales de la literatura latina e italiana y universal y la “virtus”. Aquella que defendían Catón y los viejos senadores de la República que precedió (también con guerras civiles) los desafueros del Imperio romano.
Como Catulo, a quien citó sin mencionarlo (solo para latinistas), su vínculo con el prójimo y el ser, a mitad de camino desde Santo Tomás y la caverna de Platón como explicó en su geografía, podría escandirse también en dos versos del enamorado poeta del siglo primero A.C., ya citado, Catulo: “Odi et amo”(para Lesbia). (Por algo a Servillo lo llamaron “Marco Antonio” e hizo seguramente amplios estudios de griego y latín)
Antes se había además referido al
excelso concepto platónico: "Kalos kai agathos" (καλὸς κἀγαθός, lo bueno y lo
bueno). Y se van agotando las citas, los paréntesis y los adjetivos con Toni
Servillo y su discurso: excesivo y contenido a la vez, una fuerza desatada de
la naturaleza. Modélico y emocionante. Revulsivo y único. Un privilegio.
*Biografía del actor.( datos escogidos de Wikipedia)
El actor de teatro y cine y guionista napolitano Marco Antonio Servillo nació un venturoso 25 de enero de 1959 en Afragola y está en activo desde 1987.
Su carrera ha sido recompensada con numerosos premios: dos
veces vencedor de los Premios del Cine Europeo, cuatro David de Donatello,
cuatro Nastri d'argento, dos Globos de Oro, tres Ciak d'oro, el Marco Aurelio
de Plata por el mejor actor en el Festival de Cine de Roma, por su papel en Il
Divo en el RiverRun International Film Festival y por el mismo rol en los
Gransito Movie Awards y en el Festival du cinema italien d'Ajaccio.
Es hermano del cantante Peppe Servillo, director de la
Piccola Orquesta Avion Travel con quien colabora artísticamente. Los cuatro
primeros años de su vida los pasó en Arquata Scrivia, Piamonte, para después
volver a su región natal, concretamente a Caserta, donde vive desde los años
1960 y de la cual no tiene intenciones de moverse. Estudió Psicología durante
dos años en la Universidad de Roma La Sapienza pero dejó su carrera
universitaria para volcarse completamente en el mundo del espectáculo
Comenzó con Bertolt Brecht, por el cual sentía gran
admiración y en los años 1970 se interesó por el mundo de la política
estudiantil. En el año 1990, contrajo matrimonio con la profesora Manuela
Lammana, con la cual tiene dos hijos Tommaso y Eduardo, nacidos en 1996 y
2003, respectivamente. Su mujer aparece en la película Le conseguenze
dell'amore, en la cual él es el protagonista.
El 28 de febrero de 2015, fue honrado con una laurea ad
honorem por la Universidad de Bolonia en el campo de la música y del teatro por
ser considerado uno de los actores italianos más influyentes del momento.
En 1977, fundó el Teatro Studio di Caserta; años más tarde,
en 1986, inició su colaboración con el grupo teatral Falso Movimento creado en
1977 por Mario Martone. En 1987, se convirtió en uno de los fundadores
de Teatri Uniti, un grupo nacido a través de la unión de Teatro dei Mutamenti y
Teatro Studio di Caserta, cuya dirección iba a compartir con Mario Martone y Antonio
Neiwiller.
Ha participado también en la creación de espectáculos de
temática napolitana como Partitura (1988) y Rasoi (1991) de Enzo Moscato
en calidad de actor y director, también en Ha da passà a nuttata (1989), en la
obra de Eduardo De Filippo Zingari (1993) y en Sabato, domenica e lunedì
(2002) de Raffaele Viviani.
Ha trabajado como actor en dos obras de Molière como
son El Misántropo y Tartufo. En la obra Le False Confidenze de Pierre de
Marivaux realizó un estudio del teatro francés de los siglos XVII y XVIII. En
el año 1999, también debutó como director de teatro musical con la obra Una
cosa rara del compositor español Martín y Soler, al que le seguirán otras obras
como Las bodas de Fígaro de Mozart, El Marido desesperado de Cimarosa,
Borís Godunov de Músorgski, Ariadna en Naxos de Richard Strauss,
Fidelio de Beethoven con la que inauguró la estación de San Carlo en
Nápoles en el año 2005. Para el festival de Aix en La Provenza, dirigió la obra
de Rossini La italiana en Argel.
En 2007, adaptó, interpretó y dirigió Trilogia della villeggiatura de Carlo Goldoni que había sido representada por primera vez en el año 1761 en el Teatro San Luca de Venecia. En el año 2013, gana el premio Le Maschere del teatro italiano en las categorías de mejor espectáculo en prosa, mejor director y actor protagonista con su obra Le voci di dentro, compuesta por Eduardo De Filippo en 1948. La dirección televisiva corrió a cargo de Paolo Sorrentino.
En cuanto a su carrera cinematográfica, se inició con la
película Muerte de un matemático napolitano (1992) del director Mario Martone,
con el cual trabajó en otras películas como Rasoi (1993), I vesuviani (1997) y
Teatro di guerra (1998). En 2001, se produjo un giro bastante importante en él
como actor al desempeñar el papel de Tony en la película L'uomo in piú dirigida
por Paolo Sorrentino y en la cual, el propio personaje interpreta las canciones
escritas por el hermano del actor conocido como Peppe Servillo. Su papel
fue nominado a varios premios importantes en calidad de mejor actor.
En 2005, ganó el premio David de Donatello como mejor actor
protagonista por su papel en la película Le conseguenze dell'amore (2004) bajo
la dirección de Paolo Sorrentino. Y en 2008, otro David de Donatello a mejor
actor protagonista en La ragazza del lago del director Andrea Molaioli y
dos Premios del Cine Europeo por su interpretación como Giulio Andreotti (que
fue durante muchos años Presidente del Consejo de Ministros de Italia) en la
película Il Divo de Paolo Sorrentino y también por su papel protagonista en
Gomorra del director Matteo Garrone. En 2009 recibió por tercera vez el
David de Donatello por su interpretación en Il Divo, uno de los papeles por el
cual ha recibido mayor cantidad de premios.
En el año 2013, protagonizó en la película Viva la libertà de
Roberto Andò cuyo papel le sirvió para ganar el premio Nastro d'argento
y un Ciak d'oro. En este año también desempeñó uno de los papeles más
importantes de su carrera cinematográfica al interpretar a Jep Gambardella,
protagonista de La Grande Belleza, vencedora del Premio Oscar como mejor
película extranjera bajo la dirección de Paolo Sorrentino. Por su actuación aquí
recibió el Premio del cine europeo como mejor actor protagonista, un David de
Donatello (mejor actor protagonista), un Nastro d'argento (mención especial),
un Ciak d'oro (mejor actor protagonista), un diploma de mérito como mejor actor
extranjero en los Premios Jussi.
Alicia Perris
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