Auditorio Nacional, Sala Sinfónica. Madrid, 9 de junio 2021. Gala Benéfica en favor del Programa Covid, Cruz Roja.
Elenco:
Plácido Domingo and friends, Ainhoa Arteta, Lucero Tena, María José Siri, Jorge
de León, Virginia Tola, Nicholas Brownlee, Marina Monzó. Guitarra: Pablo Sáinz
Villegas. Orquesta Clásica Santa Cecilia. Director: Mº Josep Caballé Domenech.
Programa: obras de Bizet, Giordano, Cilea, Leoncavallo, Catalani, Verdi (muchos fragmentos), Donizetti, Fco. Tárrega, Millán Picazo, Gerónimo Giménez y Fernández Caballero ( y 5 "encore").
Vítores y aplausos resonaron durante toda la velada en la que el baritenor Plácido Domingo, regresó a Madrid después de la interrupción como cantante y director en muchas salas de concierto del mundo, incluidas las españolas, debido a las denuncias de abuso en 2019, conocidas por todos.
La asistencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, hizo que una vez más, la política entrara en la cultura de lleno, ya que parece que los partidarios y gestores de cierta derecha apoyaron a Domingo, mientras que resonaron las críticas de la izquierda más reivindicativa también contra Cruz Roja, por incoherencia, al haber contado para la Gala Benéfica con un artista denostado en su día por "falta de respeto a la mujer" , hecho que el propio cantante negó rotundamente.
El tenor, ahora barítono y director de orquesta madrileño, volverá a cantar en el encuentro marbellí Starlite, estaba rodeado de Ainoha Arteta, que también lo acompañó anoche, en una actuación que no fue una de sus mejores noches.
Repertorio operístico de bandera, italiano, muy frecuentado por Domingo (Macbeth, Traviata, Simón Boccanegra, entre otras partituras) y otras que cantó en su día cuando era tenor, con merecido reconocimiento como el fragmento de Plagiacci, defendido por un Jorge de León en estado de gracia. De León, tiene buena presencia escénica y química con Domingo, una propina de las muchas que se desgranaron al final del concierto, con un chorro de voz y cuidada técnica.
La velada alcanzó proporciones temporales algo desproporcionadas en su extensión temporal, teniendo en cuenta la pandemia, la sala con casi 2000 personas, no todas con la mascarilla apropiadamente ajustada y unos cantantes muy cercanos unos de otros. Y hay que recordar sobre todo que el calor, dentro era insoportable, con 34 grados en la calle, que parecían haberse colado en el recinto, que no tenía ninguna climatización.
El público, de los peores escuchados en mucho tiempo en general y en el Auditorio en particular: interrumpiendo antes de tiempo, levantándose casi cada vez en los aplausos, con los móviles, activos, sonando intempestivamente, pero pagando 175 euros por una localidad en la platea con fines solidarios y vestidos y peinados gloriosamente para la ocasión.
Domingo fue cambiando de partenaire, también cantó solo y la soprano más destacada como acompañante fue seguramente María José Siri, que con gran dominio le cambió de atril al barítono, cuando el que estaba usando se bajó. Todo ello con gran estilo vocal como suele en una Violetta y un Germont muy emotivos y compenetrados ambos.
Mejorables los agudos y la dicción italiana de algunas sopranos en determinados momentos, a quien había que adivinar el texto y buena disposición de la orquesta Santa Cecilia dirigida por Josep Caballé Domenech, muy pendiente de las voces como suele. El sonido era generoso, a veces demasiado, porque se difuminaba demasiado el equilibrio entre los instrumentos y las voces menos potentes.
Hubo, cómo no, el toque español, mayoría de cantantes locales de diferentes regiones, y entre los extranjeros, el joven bajo Nicholas Brownlee, que le imprimó entrega y pasión, a su rendimiento vocal y escénico. También compositores españoles y participantes menos operísticos y más "folklóricos".
Hoy jueves 10 de junio, Plácido Domingo será nombrado en el Teatro Real, por una fundación vinculado al patrimonio hispánico, Embajador Honorario.
Como puede verse, apreciaciones y posicionamientos para todos los gustos. Pero, eso sí, Domingo sigue, a pesar de las trasluchadas, para utilizar un lenguaje marinero, eminentemente fiel a sí mismo y a su propia historia y afinidades.
Como cuando lo descubrí en La Fanciulla en el Covent Garden de Londres o fascinando como tenor a la audiencia en el Teatro de la Zarzuela. In illo tempore.
Y ahora, mi "fente secrète" (la finta secreta): Ni el mérito de Domingo, que canta con más de 80 años, críticas varias muy atendibles aparte, ni el mío propio, por tantas reseñas escritas y publicadas, tanta dedicación a esta- en mi caso causa bastante perdida- me sirvieron para conseguir una acreditación de los organizadores. Así que, cronista, en el Auditorio con Plácido y su "squadra" solidaria, pero de pago.
Et voilà, tous tirons la révérance (Saludamos todos...), hasta la próxima...
Alicia Perris
Plácido Domingo saludando con la soprano María José Siri después del dúo de Traviata.
(Foto, Julio Serrano)
El tenor Jorge de León, uno de los protagonistas de la función. Hermosa voz y técnica muy cuidada (Foto, Agencia del cantante)
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