“Es un defecto humano
muy común querer que nuestros ancestros hayan sido nobles, valerosos, distinguidos y famosos y durante muchos años a los Británicos les gustaba creer que descendían de los troyanos…”
Una muestra
cosmopolita y universal, donde están reflejados los talentos más heterodoxos
desde la época Tudor hasta nuestros días. Del 5 de octubre de 2012 al 20 de
enero de 2013.
La propuesta ofrece un recorrido desde la iconoclastia de los puritanos del siglo XVI, en medio de un territorio convulso y ensangrentado, a los retratos de Hans Holbein, hasta la obra de verdaderos puntales del arte inglés de los años sesenta del siglo XX, como Henry Moore, Francis Bacon, David Hockney, Peter Blake, Richard Hamilton, Richard Long, la llamada Escuela de Londres con Kitáj, Lucien Freud o Auerbach, sin olvidar a la peculiar pareja que forman Gilbert y George.
La propuesta ofrece un recorrido desde la iconoclastia de los puritanos del siglo XVI, en medio de un territorio convulso y ensangrentado, a los retratos de Hans Holbein, hasta la obra de verdaderos puntales del arte inglés de los años sesenta del siglo XX, como Henry Moore, Francis Bacon, David Hockney, Peter Blake, Richard Hamilton, Richard Long, la llamada Escuela de Londres con Kitáj, Lucien Freud o Auerbach, sin olvidar a la peculiar pareja que forman Gilbert y George.
Se trata de 180 obras- en papel, libros, revistas y fotografías, esculturas, pinturas-de un centenar de artistas, con creaciones que proceden de más de ochenta colecciones e instituciones norteamericanas y europeas, principalmente británicas.
Esta nueva propuesta de la Fundación March de
Madrid se desarrolla con un título que se hace eco de la novela homónima del
escritor británico Robert Louis Stevenson: la isla tiene un tesoro- su arte, su
pintura y escultura-que, como sucede con casi todos los tesoros, está aún por
rastrear y descubrir.
El enfoque que se lleva a cabo con este proyecto
pasa por preguntarse dónde estaba y dónde está hoy el arte británico, en lugar
de cuestionarse qué era y qué es a lo largo de su historia.
Los expertos y organizadores hablan de un
“localismo universal”, ya que un considerable número de artistas extranjeros
hizo de Gran Bretaña su lugar de residencia y de trabajo e inspiración.
Las obras que se presentan aquí son además de por su valor artístico un hallazgo por su impronta humana: han nacido y evolucionado con el latido de los sucesos históricos y artísticos del mundo occidental.
Están organizadas en siete secciones, que se corresponden con sus respectivas épocas: Destrucción y Reforma (1520-1620), La Revolución y el Barroco (1620-1720), Sociedad y sátira (1720-1800), Paisajes de la mente (1760-1850), Realismo y reacción (1850-1900), Modernidad y tradición (1900-1940) y finalmente Un mundo feliz (1945-1980), con una referencia propia de Huxley. En este último apartado, se despliega el gran crecimiento del arte británico posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Son en verdad estos autores nacidos en lejanos territorios o que viven en Inglaterra como en una geografía peculiar y distinta, con otros códigos, en otros barrios alternativos y otros lenguajes expresivos, los que confieren el carácter único y “excéntrico” a las Islas Británicas o cierta “English difference” o también su “splendid isolation” respecto del continente.
Como expresa Manuel Fontán del Junco, de la Fundación, en la presentación de El tesoro de la isla, lo que se propone en esta ocasión es una especie de “March companion to British Art”, una especie de “tópica”, de acercamiento “espacial” al arte británico, que se complementa con la perspectiva temporal. Y muchas actividades (conferencias, conciertos) que contextualizan la visión y el aprovechamiento de esta propuesta.
Podríamos haber dado más pistas y datos para leer
sobre esta exposición pero la mejor idea es ir a verla personalmente y
disfrutarla.
www.march.es
Alicia Perris
No hay comentarios:
Publicar un comentario