Durante la primera parte de la velada se proyectó
la película ¡Brava Victoria!, de la guionista y directora María Gorgues,
presente en la sala, que recibió emocionada el aplauso del público al final de
la proyección.
La producción, bastante didáctica, recoge en buena
parte material de la propia cantante, que llevaba un registro certero de sus
actividades públicas y privadas. En ella se aprecia el cariño hacia los padres
y la fidelidad a sus comienzos humildes, sus viajes e intervenciones en los
roles y en los teatros que le dieron fama.
Victoria de
los Ángeles, había nacido en 1923 y se presentaba ya muy joven en el Teatro del
Liceu de Barcelona, para debutar en 1945 con el papel de la Condesa en las
Bodas de Fígaro, de Mozart. Dos años después ganaba el concurso internacional
de Ginebra y en 1948 interpretó en Londres La vida breve de Manuel de Falla,
con la Orquesta de la BBC.
Después se produjo la consagración en la Ópera de París, con el papel de Marguerite de Fausto, el Festival de Salzburgo y la Royal Opera House y, cómo no, los años en que incursionó en el Teatro Colón de Buenos Aires, entre 1952 y 1979. La Scala también tuvo su momento en la agenda de la artista, entre 1950 y 1956.
Después se produjo la consagración en la Ópera de París, con el papel de Marguerite de Fausto, el Festival de Salzburgo y la Royal Opera House y, cómo no, los años en que incursionó en el Teatro Colón de Buenos Aires, entre 1952 y 1979. La Scala también tuvo su momento en la agenda de la artista, entre 1950 y 1956.
Participó habitualmente con las producciones del
Metropolitan de Nueva York varios años también y fue la primera cantante
española que intervino en el Festival de Bayreuth, en el papel de Elisabeth de
Tannhäuser, dirigida por el nieto de Richard Wagner.
Su voz era la de una soprano lírica o spinto, con
un timbre muy peculiar y unas posibilidades vocales que le permitieron también
cantar roles de mezzosoprano, como Carmen o la Rosina de El barbero de Sevilla.
Obtuvo valiosos premios y realizó numerosas grabaciones,
pero su vida privada no le dio todas las alegrías que hubiera merecido. Estuvo
algunos años casada con Enrique Magriñá y tuvo, ya mayor, dos hijos, uno de los
cuales, el primero, falleció antes de 2005, año en que desapareció la famosa
cantante y el menor, padece del Síndrome de Down y está bajo la tutela de la Fundación
Victoria de los Ángeles.
Recital de Celso Albelo
De forma desinteresada y junto a la delicadeza del
acompañamiento de Juan francisco Parra al piano, el conocido tenor, con una
carrera en continuo ascenso, interpretó obras de Alfonso Esparza, Augusto Brandt,
Amadeo Vives, José serrano, Francesco Cilea y la Canción del Árbol del olvido
del maestro argentino Alberto Ginastera.
El final de la actuación fue el glorioso Ah! Mes
amis, de La fille du régiment, de Donizzetti, que interpretó con holgura y
gusto con el bis incluido.
La noche en que recordamos a Victoria de los
Ángeles contó con la dirección artística de Nancy Fabiola Herrera, que no pudo
estar presente por compromisos artísticos, pero que dejó una grabación
comentando la velada, coorganizada también por Elena Mora y Juan Morera, generosos
miembros de la Fundación Victoria de los Ángeles.
La nostalgia y el agradecimiento a la cantante por
el arte que nos regaló y todavía nos ofrece,
invadió a los presentes al acto, que aplaudieron con entusiasmo esta
iniciativa justa y merecida.
Alicia Perris
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