domingo, 4 de noviembre de 2012

EL TEATRO DE LA ZARZUELA DE MADRID RECUERDA A VICTORIA DE LOS ÁNGELES

El  lunes 29 de octubre pasado, la Fundación Victoria de los Ángeles preparó una propuesta cinematográfica y sobre todo musical, para homenajear a la soprano catalana Victoria de los Ángeles, a la que a veces no se recuerda todo lo que se merece.
Durante la primera parte de la velada se proyectó la película ¡Brava Victoria!, de la guionista y directora María Gorgues, presente en la sala, que recibió emocionada el aplauso del público al final de la proyección.
La producción, bastante didáctica, recoge en buena parte material de la propia cantante, que llevaba un registro certero de sus actividades públicas y privadas. En ella se aprecia el cariño hacia los padres y la fidelidad a sus comienzos humildes, sus viajes e intervenciones en los roles y en los teatros que le dieron fama.
 Victoria de los Ángeles, había nacido en 1923 y se presentaba ya muy joven en el Teatro del Liceu de Barcelona, para debutar en 1945 con el papel de la Condesa en las Bodas de Fígaro, de Mozart. Dos años después ganaba el concurso internacional de Ginebra y en 1948 interpretó en Londres La vida breve de Manuel de Falla, con la Orquesta de la BBC.

Después se produjo la consagración en la Ópera de París, con el papel de Marguerite de Fausto, el Festival de Salzburgo y la Royal Opera House y, cómo no, los años en que incursionó en el Teatro Colón de Buenos Aires, entre 1952 y 1979. La Scala también tuvo su momento en la agenda de la artista, entre 1950 y 1956.
Participó habitualmente con las producciones del Metropolitan de Nueva York varios años también y fue la primera cantante española que intervino en el Festival de Bayreuth, en el papel de Elisabeth de Tannhäuser, dirigida por el nieto de Richard Wagner.
Su voz era la de una soprano lírica o spinto, con un timbre muy peculiar y unas posibilidades vocales que le permitieron también cantar roles de mezzosoprano, como Carmen o la Rosina de El barbero de Sevilla.
Obtuvo  valiosos premios y realizó numerosas grabaciones, pero su vida privada no le dio todas las alegrías que hubiera merecido. Estuvo algunos años casada con Enrique Magriñá y tuvo, ya mayor, dos hijos, uno de los cuales, el primero, falleció antes de 2005, año en que desapareció la famosa cantante y el menor, padece del Síndrome de Down y está bajo la tutela de la Fundación Victoria de los Ángeles.

Recital de Celso Albelo
De forma desinteresada y junto a la delicadeza del acompañamiento de Juan francisco Parra al piano, el conocido tenor, con una carrera en continuo ascenso, interpretó obras de Alfonso Esparza, Augusto Brandt, Amadeo Vives, José serrano, Francesco Cilea y la Canción del Árbol del olvido del maestro argentino Alberto Ginastera.
El final de la actuación fue el glorioso Ah! Mes amis, de La fille du régiment, de Donizzetti, que interpretó con holgura y gusto con el bis incluido.
La noche en que recordamos a Victoria de los Ángeles contó con la dirección artística de Nancy Fabiola Herrera, que no pudo estar presente por compromisos artísticos, pero que dejó una grabación comentando la velada, coorganizada también por Elena Mora y Juan Morera, generosos miembros de la Fundación Victoria de los Ángeles.
La nostalgia y el agradecimiento a la cantante por el arte que nos regaló y todavía nos ofrece,  invadió a los presentes al acto, que aplaudieron con entusiasmo esta iniciativa justa y merecida.
Alicia Perris

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