domingo, 18 de noviembre de 2012

UNA NOCHE DEL TEATRO REAL DE MADRID CON GUSTAV MAHLER


Dos obras de Gustav Mahler: canciones del ciclo Des Knaben Wundernhorn y la Sinfonía nº 1 en Re mayor, Titán. Barítono: Matthias Goerne. Dirección musical: Teodor Currentzis. Orquesta Sinfónica de Madrid. Viernes 16 de noviembre. Teatro Real de Madrid.
En la primera parte del programa se interpretaron canciones de la colección de lieder Des Knaben Wundernhorn, compuesta entre 1892 y 1899, en la que el compositor recopiló diversos cantos populares alemanes. A continuación, se pudo disfrutar de la Sinfonía nº1 en Re mayor, «Titán», compuesta en 1888 para una gran orquesta sinfónica. Esta obra de cuatro movimientos, concebida inicialmente como un poema sinfónico, se caracteriza por sus melodías y temas extraídos de su primera colección de canciones.
 Matthias Goerne, el barítono alemán, reconocido a nivel internacional por ser uno de los mejores intérpretes de Lieder, regresa al Teatro Real, en donde participó, con gran éxito, en L’upupa, de Hans Werner Henze, en 2004 y en un concierto lírico en 2007.
El actual director del Teatro de Ópera y Ballet de Perm, Teodor Currentzis, vuelve también al Real, después de su memorable interpretación de Iolanta y Perséphone, y dirige este concierto mientras ensaya la ópera Macbeth, de Verdi, que se presentará entre los días 2 y 23 de diciembre.
Según expresan los especialistas del Real, “Gustav Mahler gozó en vida de gran respeto como director de orquesta, pero no como compositor, ámbito en el cual se le consideraba casi un principiante. Aunque muchos de los que rechazaban sus sinfonías admiraban sin reservas sus Lieder. Humoresken, una serie de doce canciones publicada en 1899, es la muestra definitiva de la fascinación que Mahler sentía por la colección de poemas populares alemanes publicada en 1805 por Achim von Arnim y Clemens Brentano bajo el título Des Knaben Wunderhorn (El cuerno maravilloso del muchacho o El cuerno de la abundancia).
A diferencia de sus otras canciones basadas en estos textos, compuestas para voz y piano, éstas, por concepción y dimensiones, son eminentemente sinfónicas. Y su variedad expresiva es difícilmente comparable: algunas son heroicas y llenas de hermosos ideales; otras, satíricas e irónicas. Algunas expresan amargura; otras, alegría de vivir. Algunas son trágicas; otras están llenas de fe. La riqueza del color y la textura orquestal, así como la total integración de voz y orquesta las convierten en digno precedente de la obra cumbre del autor, Das Lied von der Erde, pero, a diferencia de ésta, sus canciones no muestran una conexión cíclica ni un orden de ejecución determinado. Con el tiempo, la colección perdió su nombre original y pasó a conocerse, simplemente, como Lieder aus ‘Des Knaben Wunderhorn’.
Fue concebida originalmente la Sinfonía nº 1 como un poema sinfónico en dos partes lejanamente inspirado en Titan, la novela de Jean Paul (1763-1825) de la que tomó el título y la trama, pero pronto evolucionó hacia su forma final de sinfonía en cuatro movimientos. Así, poco tiempo después del catastrófico estreno de la primera versión de la obra el 20 de noviembre de 1889 en Budapest, Mahler eliminó toda referencia programática de la partitura y fue aumentando progresivamente los efectivos orquestales hasta llegar a casi cien instrumentistas; también desechó el segundo movimiento – titulado ‘Blumine’ y proveniente de una composición anterior– y prescindió definitivamente del título, ‘Titán’”.
En esta ocasión Matthias Goerne supo encandilar y emocionar a un público enfervorecido, que ovacionó su trabajo, su afectividad y su  capacidad de entrega.
Y el director Theodor Currentzis, con una Orquesta Sinfónica de Madrid en una actuación inspirada, consiguió redondear esa noche mahleriana donde todo estuvo en su sitio. El Teatro Real, esta vez, dio otro do de pecho. Verdaderamente, como gustan decir ahora los franceses “caviar”, “a place to be”.
Alicia Perris          Fotos: Javier del Real 

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